China Red

Sobre el blog

La tecnología es clave para que continúe el desarrollo chino. Este espacio propone un seguimiento de la transformación productiva y social del gigante asiático.

Sobre el autor

Luis S. Galán, diez años enfocado al desarrollo social y empresarial aprovechando nuevas tecnologías. CEO de 2 Open.

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Megaestructuras. El Sistema Operativo chino

Por: | 28 de marzo de 2013

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 El hecho de que China, su gobierno, esté detrás de un sistema operativo adaptado a las necesidades de sus ciudadanos, usuarios, es una noticia de especial relevancia. Dicho sistema, es una versión de Ubuntu -basado en Linux, de código abierto- en colaboración con la firma de software Canonical y se lanzará en abril. El sistema estará disponible para ordenadores y dispositivos móviles y también se utilizará en servidores, y será compatible con los caracteres chinos. En futuras versiones, herramientas de uso común en China, como los mapas de Baidu o las compras online de Taobao se irán añadiendo a sus funcionalidades. Se trata de un movimiento esperado porque si bien en la parte de contenidos y en la capa más superficial el gobierno chino ha actuado con determinación, en capas más internas ya era de extrañar la carencia de un comportamiento parecido.

En sistemas operativos no está todo dicho. El anunciado lanzamiento de Ubuntu Kylin en el próximo mes de abril, coincidiendo con la nueva versión Ubuntu 13.04, evoca la botadura de un gran transatlántico dispuesto a transportar por los mares del incierto futuro a todos aquéllos que anhelan poder llegar al Ítaca de su porvenir y no saben dónde embarcarse.

Han pasado más de diez años desde la salida de LinEx, que contando digitalmente es más de un siglo. LinEx, ilusión de Extramadura, fue una aventura pionera, ampliamente imitada, elogiada y denostada, como suele pasar a las obras grandes. Ahora parece sometida a una disimulada agonía.

Antes, bastantes grandes infraestructuras de soporte de lo social se sometían a normas tras más o menos sesudos y laboriosos procesos de normalización por “el bien común”. Así se construyeron carreteras, hospitales y hasta Escuelas Normales. Pero cambian los tiempos y los lenguajes, la “norma” se convirtió en “standard” y quedó estandarizada. Ahora ya lo normal es someterse al estándar sin tanta necesidad de normas. En las vitales infraestructuras de lo digital significa someterse a sus dueños, ya sean el Windows, Facebook o Whatsapp, y quedarse quietos, satisfechos, o bien sometidos por ellos. Nada menos que las infraestructuras conversacionales, engendradoras de lo social, en manos de un grupo concreto de propietarios. 

Este mitológico Kylin, reencarnado como biznieto de Linux, no es ningún advenedizo sino que viene ya con su pequeño pan curricular bajo el brazo. Véase en esta vieja gaceta tecnológica de 2007 (columna izquierda, pág. 13), que por otra parte puede ser del interés de los amantes del software libre y las tecnologías abiertas. A nadie debiera sorprender a estas alturas que el díscolo (?¿) gobierno de los chinos siga en su manía, silenciosa, solitaria e incomprendida,  de someter los estándares a normas de lo que asume como infraestructuras de sus sistemas educativo, administrativo, sanitario, económico, militar, etc.  

No, Ubuntu Kylin 13.04 no parece ningún advenedizo nacido en un humilde garaje y dispuesto a comerse el mundo. Al parecer irá tirado por cuatro briosos motores: CSIP, Canonical, NDUT y CCN, alimentados con la más selecta y joven energía cognitiva, consorciada en el Laboratorio Mixto CCN. Es de esperar que en días venideros se hable bastante sobre este desarrollo que promete ser un servicio, en el sentido menos corrompido del término. Potencial ocasión para que la comunidad mundial defensora de la apertura tecnológica se embarque con los chinos en este empeño que, como emprendimiento, si triunfa en China será un triunfo para el mundo. En la Wiki de Ubuntu es posible seguir la aventura que merece la pena.

China o EEUU ¿Quién tardará menos en cerrar Mega?

Por: | 22 de enero de 2013

Mega home
El debate sobre la gobernanza global en general y en particular de Internet es posiblemente uno de los más interesantes que estamos viviendo. Bajo un punto de vista más amplio hay quien habla de la necesaria influencia mutua entre los sistemas políticos chino y occidental.  Mentalidad abierta y poco etnocentrista para reconocer que algo bueno debe haberse hecho para sacar a China de niveles de renta per cápita africanos en los ochenta y situarla en los niveles “latinoamericanos” de hoy. Habrá que ver si no se queda atrapada en lo que se conoce como la “trampa de los ingresos medios”, cuello de botella en el que parecen quedarse algunas economías. Y no son pocos los retos que acechan a la década entrante de Xi Jinping.

Si meritocracia y democracia "con características chinas" -según el eufemismo- forman parte del paradigma político que influirá, si no lo está haciendo ya, nuestros sistemas... cuando hablamos de gobernanza en Internet China es pionera en poner coto. Lógicamente el argumento detrás es la defensa de los ciudadanos y la concepción de que la Red no es sino un territorio más sometido como tal a la soberanía del Estado. Un territorio más complicado de definir a priori pero donde al final lo que hay son usuarios por una parte, y proveedores de servicios y contenidos por la otra. Por eso, aquí en China los mecanismos del Estado están empujando a que se sepa quién está a uno y otro lado. 

En Occidente, en Estados Unidos, el debate ha tenido más luz y taquígrafos y el asunto de la neutralidad de la red ha dado más que hablar. Es una de las ventajas competitivas de nuestro sistema frente al chino. Un mayor pluralismo permite la participación de muchos más cerebros en el enunciado de soluciones con la desventaja de acabar a veces en concursos de belleza o en plebiscitos irónicos que arrojan fenómenos “democráticos” como Rodolfo Chiquilicuatre. Basta con ver las noticias para saber que no fue el peor que hemos vivido. Con el debate abierto, no cabe sino curiosidad por su evolución y más dudas que certezas. 

Teóricamente, y aunque aún accedemos al portal desde nuestros ordenadores en China, Mega no puede operar en este país. Está ya fuera de la legalidad de este sistema. Tampoco es que sea abiertamente ilegal. Para dar servicios en la Red dentro del territorio chino son necesarias una serie de licencias. La política es tolerancia hasta que empice a difundirse demasiado. Por eso Mega aun está abierto. Pero podríamos ir más allá y argumentar que aunque sea P2P, Mega es un “medio de comunicación” (ciudadano). Entonces entra dentro del epígrafe de actividades prohibidas al capital extranjero en el catálogo de inversiones chino y necesita llevar a cabo alguno de los mecanismos existentes al respecto. Por eso, que China cierre Mega es cuestión de tiempo. Alguien habrá mirando métricas en algún despacho y algún día saltará este sitio accesible que vende servicios sin licencia y lo cortará por la vía ejecutiva. Igual que vemos policías corriendo tras vendedores ambulantes de top manta por las calles de Madrid.  

La salida del estado de  naturaleza para convertir súbditos en ciudadanos y dotarnos de derechos y obligaciones evitando abusos derivados de las asimetrías de poder entre los grandes imperios de la red y los individuos aislados ha sido difícil de asumir en otras latitudes. Bajo otro paradigma, es más fácil aceptar que el individuo es nadie frente a Facebook y Google y no parece tan obvio que tengamos que edificar entre todos un sujeto colectivo para defendernos de nosotros mismos. Somos quien Google dice que somos y además para siempre. Y si no nos gusta el personaje que dice Google que somos tenemos que cambiar de identidad. Un drama que, se ha reportado, a veces acaba en el mismísimo suicidio porque es más sencillo acabar con la propia vida que con Facebook o Google, Baidu o Weibo. Una frase triste de escribir y de leer... como mínimo. Cabe hacerse muchas preguntas al respecto y resultan razonables los argumentos que explican por qué se está creando una red “donde vamos encapuchados”.

La búsqueda y captura pública y notoria solicitando las extradiciones que sean necesarias de Kim Dotcom o de Julan Assange, el fundador de WikiLeaks son parte del sistema educativo global difundido vía medios de comunicación. El sistema educativo más efectivo y barato del mundo. Ya hemos aprendido todos que el que la hace la paga, que Estados Unidos le va a perseguir por los confines del planeta y que su seguridad y secretos de Estado son inviolables, como lo es la propiedad intelectual… que es muy parecido a decir la propiedad privada…  o el sistema económico y político en el que vivimos. El status quo.

Kim Dotcom es posiblemente lo más parecido a un disruptor político (revolucionario¿?) que tenemos, y Julian Assange, así como otros también en China -como Ai Wei Wei- donde el margen de actuación ante el poder establecido es aún más estrecho.Estados Unidos y China. China y Occidente. Igual. Diferente. 

Media Markt también se va de China

Por: | 17 de enero de 2013

Mediamarkt china
Esta misma semana se publicaron dos cifras simbólicas en China. Más de 500 millones de usuarios de Internet, más de 1.000 millones de usuarios de móvil. Alrededor de 200 millones de los móviles son smartphone

Uno de los pronósticos de McKinsey para 2013 en China, también publicado esta semana, es que la competencia del comercio electrónico derribe, este año, a un distribuidor fuerte con una red de tiendas físicas. La apuesta, para nada parece descabellada. Su verosimilitud es manifiesta.

Dio en el clavo. Ayer supimos que al parecer Media Markt se va de China. Otro más. 

Lo cierto es que a Media Markt le ha tocado el entorno más agresivo que pudiera esperarse en un país ya de por sí difícil. Sucesivas guerras de precio, sobre todo entre Suning y Guomei (o Gome), dos actores fortísimos en este campo hicieron que en 2012 hasta tuviera que intervenir el gobierno chino para frenarlas. 

Los argumentos de McKinsey son:

  • En ciudades de tercer y cuarto nivel la distribución minorista está subdesarrollada y, sin embargo, el despliegue vía comercio electrónico allí es manifiesto
  • Por tanto, el rango de productos en oferta en estas ciudades es mucho mayor online
  • Las economías de escala permiten que categorías de margen estrecho, como los electrodomésticos, incrementen su alcance de mercado
  • Se define a la clase media baja como “pobre en tiempo”. Es decir, no es solo la renta disponible lo que define a los ciudadanos de clase media, sino también el tiempo disponible
  • Los distribuidores físicos en China, enfocados a otros procesos, carecen de las habilidades para trasladar hacia el comercio electrónico sus actividades
  • Algunos distribuidores que han mezclado su negocio con el inmobiliario y que son dueños de sus tiendas, serán capaces de esconder por un tiempo determinado el fracaso en sus cuentas de resultados
  • Sin embargo, como Home Depot, Mattel y OBI, es probable que este año acabemos viendo nuevas salidas... de momento, ahí va Media Markt y seguramente no será la última. 

En China, donde hemos visto una escalada fuerte de precios inmobiliarios, la urbanización está siendo más rápido vía Online que mediante desarrollos urbanísticos propiamente dichos. La “urbanización”, entendida como un cambio sociológico donde un agente de socialización, la ciudad, nos hace adoptar hábitos de vida, de gestión de nuestro tiempo, e incluso de forma de vestir, de comer y de pensar determinados… está llegando mucho antes a la pantalla de los ordenadores y por las oficinas de correos que por las tiendas.

A muchas ciudades chinas de tercer y cuarto nivel las marcas llegarán mucho después de haberlo hecho por Internet, o con tiendas multimarca híbridas que serían medio show-room, medio oficina de correos con punto de pago. Pero el fenómeno no acaba ahí. A las ciudades de primer y segundo nivel, donde creíamos que la  urbanización se había culminado llega ahora una re-urbanización. La urbanización digital puede consistir en un primer momento en que muchos negocios no sean viables soportando un coste inmobiliario en su cuenta de resultados, y, al final, directamente en una rebaja de los precios inmobiliarios y una redefinición de cuál es el lugar de la componente inmobiliaria en los modelos de negocio de distribución. Se trata de ver qué lugar ocupa la última milla, la P de posición, en el mix de marketing y en la cadena de valor. 

Media Markt aun tiene una tienda de varias plantas en la calle más cara de Shanghái. Huai Hai Road. 

Cierran en China los servicios de música de Yahoo y Google

Por: | 14 de enero de 2013

Yahoo acaba anunciar el cierre su servicio de música por Internet en China. Google lo cerró hace apenas unos meses (en septiembre de 2012). Debajo, la imagen de Yahoo anunciando el cierre y de Google, diciendo que ya lo ha cerrado.  Ecommerce en china de música

El asunto no está exento de simbolismo. Fue en la búsqueda de música, enlanzando a fuentes cuyo contenido no respetaba siempre la propiedad intelectual, donde Baidu ganó la partida a Google en el mercado chino. Sin embargo, en el último trimestre de 2012 hubo anuncios de que por una parte la regulación se va a endurecer con el intercambio de música online. Por otra parte las grandes empresas chinas de Internet están empezando a cobrar por la descarga de música en calidad alta. El streaming sigue siendo mayormente gratuito. 

Han sido muchas las start ups que han intentado posicionarse en la cadena de valor entorno a la música en China. Agregando enlaces, en el área de los comentarios y opniniones, intentando organizar el P2P... en general, en la parte de agregación y organización de la información relativa más que en la provisión de los contenidos en sí mismos de acuerdo con los tenedores de los derechos. Sin embargo, por fin parece que se está avanzando hacia modelos más cerrados, y en el camino se han quedado como cadáveres dos productos de empresas extranjeras. 

La batalla de fondo en China es así... a la paciencia hay que añadir muchos recursos al ritmo adecuado. Incluso empresas como Google y Yahoo siguen en el intento aprendiendo lecciones por el camino. 

El escenario del comercio electrónico de empresas y particulares (B2C) en China tiene una alta concentración. 

Concentración en el ecommerce en china

Tmall, 360Buy, Amazon, buy.qq.com (Tencent), Suning y Dangdang acumulan cerca del 80% de las transacciones. Concentración que, pese a lo que pudiera parecer, no se está produciendo a costa del consumidor final, pues todos están peleando en los principales factores de crecimiento que tienen a su alcance: 

- Conquista de nuevos consumidores a medida que sigue creciento la penetración de Internet en China y de que las redes logísticas pueden alcanzar más rincones

- Con más categorías de productos para maximizar el valor por cliente. Una expansión que acaba convirtiendo a casi todos en actores atrapa-todo (catch all). 

- Integración vertical. Gestionando su posición relativa en la cadena de valor y, básicamente, ampliándola. Es decir, intentando entrar vía acuerdos estratégicos o adquisiciones en áreas relacionadas, como logística, medios de pago... o incluso lanzando marcas propias. Es en este punto donde a veces se observan dos pasos adelante y uno atrás porque cuando la prioridad cambia de volumen a margen algunos se dan cuenta de que es mejor permanecer más neutrales. Así, por ejemplo, esta misma semana el grupo Alibaba anunció que iba a verticalizar más su gestión de líneas de negocio. Muchas veces, una empresa tiene más valor por partes que unida, y podría llegar a ser el caso de Alibaba. 

Sin embargo llama la atención que la internacionalización, de momento, no ocupa un lugar relevante en su agenda. No ya solo en comercio electrónico sino en otros servicios digitales. Weibo está semana lanzó partes de su interfaz en español y Ctrip tiene servicios en idiomas extranjeros, incluido el español. Son iniciativas, de momento, aisladas y experiementales y no existe un enfoque estratégico para la internacionalización. 

Posiblemente, el factor de mayor peso es la carrera por intentar llegar a un entorno de "vaca lechera". Tierra prometida que parece aún lejos. Mientras China tenga espacio de crecimiento en usuarios y en renta disponible, estas empresas tienen mucho trabajo pendiente dentro y no tienen pensado salir fuera de China. 

Un emprendedor chino de comercio electrónico cuya empresa factura más de 400 millones de dólares en China con tasas fortísimas de crecimiento cuenta que aunque su empresa tuvo una tentativa de franquiciar el modelo para Japón, incluso tuvieron que parar dicho intento porque los inversores exigieron concentrarse en ganar primero en China. Existe un convencimiento de que los que consigan economías de escala en China serán de forma natural jugadores globales.

Pero no se deduce solamente eso de las conferencias de los líderes de gigantes chinos o de los encuentros informales con ellos. Da la impresión de que el Gran FireWall les ha influido en su forma de pensar. Tomando la estructura política como un hecho sobre el que el empresario no influye, sino que constituye el campo de juego, han asumido que las cosas son y serán así. Que China mantendrá un entorno translúcido ante la influencia foránea sobre su Internet. Y, es más, algunos incluso apuestan a que en realidad, ese es el futuro y los ámbitos digitales serán compartimentos relativamente estancos. Al final, las reglas del juego influyen en la visión que se tiene del mundo, en el paradigma que se maneja, y este, sobre las estrategias adoptadas.

A veces, circunstancias sobrevenidas como las barreras de Estados Unidos a las adquisiciones de Huawei dentro de sus fronteras, pueden ayudar a que se refuerce este caldo de cultivo. 

Aun desde el aislamiento relativo y delegando la innovación -para referirnos eufemísticamente al fenómeno de los copycats- China está consiguiendo un entorno de máxima excelencia y exigencia en sus servicios digitales. Sin embargo, las empresas están concentradas casi exclusivamente en su mercado interior. El enfoque al mercado doméstico de los gigantes chinos de Internet puede explicarse por circunstancias económicas pues hay espacio para el crecimiento, pero también políticas ya que las normas del juego no se han puesto de manera arbitraria. 

(Imagen de Iresearch)

Google tiene en España, al parecer, una cuota de mercado del 90%. Sea exacto o no, está a las antípodas de China donde tiene un 16,2% del mercado y viene perdiendo cuota a lo largo del tiempo. No en vano, buscar algo en Google china es una experiencia frustrante para el usuario. El siguiente gráfico de iResearch es bastante explícito. 

Mercado búsquedas en china

Baidu es el claro dominador del mercado de búsquedas en China, un mercado que aunque aún tiene recorrido se está saturando y cambiará su motor de crecimiento. De crecer en número de usuarios y penetración de la Red, tendrá que empezar a crecer en valor por usuario generando más ingresos con el mismo número de personas. Un titular en The Guardian hoy dice algo así como que Google admite su derrota en la batalla por la censura en China. Tras estar buscando la forma de advertir a los usuarios de que buscaban un término censurado, los usuarios seguían sufriendo interrupciones del servicio y Google ha dejado de hacerlo sin previo aviso.

Aunque para nosotros, que venimos de un país con el 90% del mercado en manos de Google, resulta inconcebible e inimaginable, millones de chinos se han acostumbrado a vivir sin Google. Incluso hay gente pide por favor en la oficina que se deje de utilizar de una vez su servicio de correo por lo  trabado de su funcionamiento. 

El titular de hoy, 174 veces retuiteado hasta ahora, presenta la noticia como una derrota del mal sobre el bien, de la censura sobre la libertad de expresión... un tuitero dice "ahora sabes por qué van a Corea del Norte", en alusión a una futura visita del presidente de Google a dicho país. 

Otro episodio en lo que posiblemente va más allá y se encuadra en una más amplia pugna por saber quién monopoliza la violencia en la Red (china), lo que lleva el debate unos metros más lejos. Algunos podrán pensar que es conspiranoico situarlo más cerca de lo que refleja este reportaje emitido hace poco en tve

Ver vídeoEn portada - Amenaza Cyber

 

 

En China hay muchas agencias independientes de venta de billetes que tienen máquinas con capacidad de imprimirlos. Algunas de estas agencias, sencillamente pusieron a disposición de sus clientes una página web para realizar los pedidos y un servicio de entrega a domicilio. En definitiva, empezaron a vender billetes por Internet. Eso sí, con un proceso poco escalable, pues los pedidos se reciben en las agencias locales que imprimen y llevan físicamente el billete al cliente final. Se trataba de añadir Internet como canal de ventas del mismo producto añadiendo un proceso. Realmente, tiene razón el Departamento de Ferrocarriles chino cuando dice que esta forma de desarrollar el mercado de venta de billetes de tren por Internet no tiene sentido en un país inmenso como China.

El proceso no es escalable ni controlable de este modo, y es lo que argumenta el Departamento de Ferrocarriles para afirmar que ninguna de estas agencias está homologada para hacerlo. Bajo el punto de vista estrictamente legal, en realidad, el servicio no viola ninguna ley, como han afirmado abogados chinos y responsables de asociaciones corporativas de abogados. La transacción es un libre acuerdo entre partes al que se añade un servicio de entrega.

Al argumento del proceso chapucero, se suman argumentos de tinte más ideológico al debate que hemos podido leer estos días en la prensa china que sigue de cerca la evolución de su comercio electrónico. Los precios del transporte ferroviario, puesto que es un servicio público, deben ser aprobados por el departamento de “precios de materias primas”. Aquí no han sido técnicos los que han dado su opinión, sino ideólogos pues los agentes que tienen la exclusiva de la venta billetes de tren y tienen montados kioskos a lo largo de China están gestionando un servicio público y no pueden cobrar un sobreprecio. No están autorizados para hacerlo. En este sentido, algunos kioskeros han argumentado que no se cobra por el billete sino por el envío del mismo y que, obviamente, este es un margen que se reparten el mensajero y el que expide los billetes. Pero el coste final para el usuario es la suma del billete y el envío.

La adición del coste de envío supone un suplemento de mayor o menor cuantía en función del importe del billete, que se suma a la otra dificultad: la brecha digital. Este está siendo otro argumento de peso en este debate. Las vacaciones chinas son todas al mismo tiempo y la emigración rural vuelve en masa a sus lugares de origen mayoritariamente en tren. Hay una lucha por adquirir los billetes más favorables que se trasladará a la red donde encima se puede romper la simetría de precios. Los servicios podrían empezar a discriminar por razón del estándar de envío utilizado. Se habla estos días sobre la ruptura en servicios que segmenten aún más a los clientes (ya hay primera, segunda y tercera clase en los billetes) generando externalidades nocivas. Segmentar es discriminar.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? La raíz del problema está en una solución precaria por parte del propio Departamente de Ferrocarriles. La web 12306 se dimensionó incorrectamente para el tamaño de China, donde, en picos de demanda se pueden llevar a cabo 700 u 800 millones de transacciones de billetes de tren. Sin embargo, la comodidad de compra online es imparable bajo el punto de vista de la demanda. Así que, el mal servicio público ofrecido en esa web se ha parcheado por la iniciativa privada mediante servicios inconexos abiertos de manera descentralizada y no homogeneizada. Finalmente, es la entrada de 360buy, uno de los sites fuertes en comercio electrónico en China, el detonante de que el gobierno actuara con contundencia poniendo freno.

Las medidas a quienes se salten la prohibición de vender online son muy duras. Llegan a confiscar la máquina expendedora de billetes, que es acabar con el negocio de la agencia en cuestión. 360buy puso sobre aviso al gobierno chino y le hizo reaccionar por temor a que un mal servicio de venta online causara daños a los consumidores finales. El gobierno, además, advirtió claramente a la ciudadanía de que sólo 12306 tiene capacidad de vender billetes de tren por Internet. 360buy tuvo que publicar en su página que “suspende temporalmente” el servicio y sus directivos dicen que el cierre del servicio no se debe al anuncio del gobierno porque su actividad era legal, y ciertamente la venta vía Internet llevaba años desarrollándose en páginas más pequeñas. Sin embargo, caben pocas dudas de que el cierre del servicio guarda relación con el anuncio del gobierno.

El suceso nos da muestra de un sector en el que claramente la sociedad civil va más rápido que el gobierno. Y es el Estado el que, tirado por el sector privado, se ha visto obligado a finalmente consultar a taobabo (alibaba) cómo montar un servicio escalable y centralizado de venta de billetes de tren. Hay un proyecto que esperan que entre en servicio antes de las próximas vacaciones de año nuevo chino. La subida de precios para incorporar los costes de envío parece inevitable, y ahí tendrán que romperse un poco más la cabeza los ideólogos. El caso es un ejemplo de cómo el liderazgo en el desarrollo técnico desborda en ocasiones los conocimientos y capacidades del gobierno chino. A su vez, sobre cómo hace seguimiento y reacciona con velocidad a los cambios del mercado. Estamos ante un bien público (el servicio público de transporte por tren) que resulta crítico para el gobierno chino, y por tanto, con necesidades de control, estandarización, y gestión. Sin embargo, y por más que se argumente el bien social para controlar los cambios en el proceso de venta de billetes de tren, el gobierno no puede convertirse en el cuello de botella del desarrollo de su pueblo, sino que tiene que ser una infraestructura necesaria para que dicho desarrollo pueda llevarse a cabo. Este es un dilema (centralización/progreso) constante en el desarrollo de infraestructuras tecnológicas en China.

La conferencia SES va rotando por el mundo y acaba de cerrar su edición 2012 en Shanghai. Sirve como punto de encuentro para profesionales implicados en departamentos de desarrollo digital de empresas y en empresas prestadoras de servicios. Mezcla contenidos globales y locales y supone un rápido carrusel de algunas de las personas que lideran el panorama del marketing digital y de buscadores en los países por los que pasa.

En su versión de Shanghai, SES ha adolecido de una localización baja en su estructura aunque debe decirse que ha contado con una importante presencia por parte de empresas locales en sus contenidos. La línea argumental, en todo caso, es necesariamente muy global porque los grandes fenómenos de Internet como las redes sociales, el vídeo online, el móvil, el crecimiento del B2C… son básicamente globales con aderezos locales a lo largo del planeta.

Avinash Kaushik abrió las 24 conferencias exponiendo su visión alrededor de la creación de “valor económico” más allá de lo meramente transaccional cuando se analizan métricas. Al venir de un mercado bastante más maduro, sus mensajes de optimización resultan relativamente avanzados para algunos que están en empresas de Internet chinas donde aún hay mucha prisa por crecer y a lo mejor ni siquiera resulta necesario optimizar, pues ya lo hará el que consiga no cerrar sus puertas tras la alocada carrera.

Después, presenciamos presentaciones verdaderamente interesantes. Llamó mucho la atención y se comentó en los pasillos después, la ponencia de PepsiCo, donde Patrick Xiao, su director de marketing online nos explicó por qué están haciendo lo que están haciendo con TMall. Y es que es un caso realmente curioso de posicionamiento. Pepsi es una bebida que, vendida a 3 yuanes por lata en los supermercados no tiene sentido ni cabida per se en el comercio electrónico. Por eso, y con un acuerdo con TMall, Pepsi se ha unido a marcas que hablan a un público objetivo similar, de forma que la inversión de marketing confluye hacia un punto de contacto transaccional online donde no se vende Pepsi, sino productos relacionables por razón de que se dirigen a un público objetivo similar. De esta forma, y en base a venta cruzada, Pepsi realiza su operativa online en colaboración con otros. Incluso, renuncia a tener su propia página web y se casa para ello con Taobao (TMall). Una estrategia arriesgada pero curiosa porque son los dos los que se mueven hacia líneas estratégicamente incrementales, ya que el canal natural para publicitar Pepsi en China, en todo caso, podría ser alguno de los supermercados virtuales. De esta forma, TMall, que se desarrolla en ropa, acaba beneficiándose de parte de la cuantiosa suma que destina a marketing una marca que, de otra forma, estaría fuera de su alcance. Un buen ejemplo de cómo encontrar sinergias con un jugador con el que, a priori, no habría nada que hacer.

Sephora, la marca de tiendas de cosméticos, está llevando a cabo en China una gran integración del online con el offline. Las acciones de marketing y ventas combinan las acciones en uno u otro sentido de manera indistinta, según Sherman Chu. Lo que se viene a conocer como el O2O (Online to Offline, y viceversa) está pegando fortísimo en China. Cuando hablamos de marketing digital y comercio electrónico, por la baja bancarización, que nos lleva al móvil… y por la población que está online sólo vía móvil, está empujando a un peculiar desarrollo de modelos SOLOMO (Social – Local – Mobile) en el mercado chino que son dignos de seguir de cerca. A esto se añade, lógicamente, la cartelería digital, que no estaba representada en estas dos jornadas. Pero sí tuvimos otras ponencias de este ámbito, pues estuvo también hablando David Liu, fundador y CEO de Jiepang y ha habido una sesión sobre compras grupales que están confluyendo claramente a converger con los modelos solomo y con el comercio electrónico más tradicional. En realidad, esta visión es prácticamente como decir que las compras grupales van a acabar diluidas como un azucarillo dentro del todo que es el comercio electrónico.

Otra ponencia muy curiosa resultó ser la de DELL. Mark Downing, Senior Online Business Manager habló sobre sus proyectos para conseguir una optimización en buscadores para el mercado chino adecuada al mercado. La araña de baidu se comporta de forma diferente a la de Google y los resultados esponsorizados tienen un lugar más destacado. Además, DELL no puede llevar a cabo prácticas agresivas que realizan otros actores del mercado. Aún así, para DELL, como es sabido, el canal online es vital. Downing se ha quejado amargamente de la escasez de mano de obra cualificada en China para marketing online y ha dejado su dirección de correo pidiendo que la audiencia le enviara el curriculum. Un interesante final a su ponencia.

Otro asunto destacado en las jornadas ha sido cómo la web social está afectando al posicionamiento en buscadores. El impacto está siendo muy fuerte y por ejemplo CTRIP, líder en reservas de viajes online en China está dedicando importantes esfuerzos a su posicionamiento también en redes sociales. La directora de marketing de RenRen (para entendernos, uno de los facebook chinos) defiende, obviamente, que las transacciones pueden ya suceder dentro de la propia plataforma en una exposición alrededor del “comercio social”, que resulta ser otro de los temas candentes.

El numeroso público asistente, un éxito para la organización, estaba compuesto por una mezcla de chinos y extranjeros. La mayoría, miembros de un pujante tejido de microempresas de servicios muy especializados que está cristalizando en un ecosistema en la ciudad de Shanghai.

Internet en China: maratón a ritmo de sprint

Por: | 08 de abril de 2012

En un mundo que fuera tal y como se cuenta en los manuales, el valor actual neto de los proyectos, de las empresas, puede calcularse descontando flujos futuros de caja, por ejemplo. Hay más métodos para hacerlo. Esto es lo que, se supone, los inversores deben hacer para tomar sus decisiones de inversión y por eso al vulgo nos cuesta tanto entender las ingentes cantidades que se invierten en base a expectativas de beneficios futuros. Porque no nos salen las cuentas. Como es lógico, hablamos del futuro, por lo que la dosis de incertidumbre resulta inevitable.

Clamorosos han sido los errores de cálculo cometidos. Cuando hablamos de inversiones en empresas "de Internet" a todos nos acaba viniendo a la mente tarde o temprano el nombre de "terra". El temor a una burbuja es una constante en las sucesivas salidas a bolsa que seguimos viendo.

Las burbujas se inflan en base a expectativas. Y las expectativas son tremendas en China. Por eso vemos cosas que exceden bastante nuestra capacidad de entender el normal desarrollo de las cosas. Como LETV una empresa de televisión online que cotizaba en bolsa sin tener licencia para su actividad (la televisión por Internet) y que, de hecho, lo sigue haciendo. ¿Cómo es posible que exista una empresa cotizada operando sin licencia en un sector fuertemente regulado y que haya conseguido cientos de millones de dólares de financiación? En Shanghái, sin ir más lejos, hemos podido ver agresivas campañas publicitarias de esta empresa en el metro o marquesinas de autobús empapeladas con su negocio.

De hecho, soportes publicitarios de exteriores, y en especial la publicidad en ascensores que tanto prolifera en China (gracias sobre todo a Focus Media, empresa que bien merece ser observada de cerca) está dominada por lo general por empresas "de Internet".

El fragor de la batalla estratégica resulta apasionante. Esta misma semana, los anuncios han sido, como en cualquier otra, importantes en el sector del comercio electrónico en China. Taobao ha lanzado un navegador incidiendo en la importancia de la seguridad de ecommerce. 360buy ha empezado a vender billetes de tren. Un servicio que hasta ahora de monopolio público en Internet en China con un servicio gubernamental muy deficiente.

Siguiendo con 360buy, una de las grandes protagonistas hoy en día del desarrollo online de China, está teniendo amargas quejas en relación con el incumplimiento de expectativas en compras grupales, otra de las áreas de fuerte tensión competitiva en la Internet de China. Y se ha publicado que por cada euro de ingresos que consigue esta empresa en Internet, tiene que invertir tres... negocio redondo.

Esta es la locura de la guerra estratégica por el dominio de Internet en China, un mercado que está mucho menos maduro aún que en otros países. Y ante esta locura, el CEO de Amazon en China, empresa que vive con un 2,2% de cuota de mercado a consumidor final en este país (es decir, muy residual), defiende que estamos en una maratón... y no en un sprint.

Estas empresas suelen comunicar lo que les interesa y posiblemente, poco más puede decir en este momento el máximo responsable de una empresa americana que divisa desde su atalaya lo que está sucediendo en el mercado chino.

En Estados Unidos, y en España nos gusta hablar del negocio creado en un garaje. Hoy en día, por lo menos en China, además del garaje acabas necesitando más y más financiación con la que aguantar la fase donde, además de talento, las probabilidades de éxito se miden por la profundidad de los bolsillos. En este sentido, y sin ser tan diferente del resto del mundo, las batallas de alto nivel por lograr cuotas significativas del mercado de Internet en China son así de prosaicas. Por eso, seguramente, las empresas se dedican a fichar talento salido directamente de fondos de inversión.

¿Es esto un sprint o una maratón? Dan ganas de alinearse con el mensaje del CEO de Amazon en China y de decir que sí, que en China el crecimiento de mercado es una maratón. Lo que pasa es que es una maratón donde quien no tenga piernas para aguantar este sprint, no parece que vaya a tener ninguna posibilidad. Una maratón a ritmo de sprint.

El nuevo episodio que se vive en China en el afán de su Estado por controlar su “nube”, resultará conocido por parte de los que siguen de forma cercana la actualidad de este país: China prohíbe comentar los 'microblogs' tras correr el bulo de un golpe de Estado. Se ha impuesto una restricción temporal para comentar en sus redes de microblogs. Dicha restricción no afecta a entradas originales, o al reenvío de las mismas, lo que sería en twitter el “tuitear o retuitear” sino a los comentarios a raíz de originales. No en twitter, que está cerrado en China, sino fundamentalmente en Weibo.

Se frena la posibilidad de elaborar una idea sobre la anterior o de rebatirla, y más que una censura de contenido, podríamos hablar de una censura de formato. A nivel de contenidos la situación sigue siendo la vigente anteriormente.

La noticia, para quienes no pasen su día a día metidos en la actualidad de China, lleva un caldo grueso y con sustancia. La caída de Bo Xilai (líder del partido con frustradas aspiraciones a más) explica, en el contexto del relevo de líderes que toca este año, un ambiente de aún mayor sensibilidad por parte del gobierno. En este ambiente se producen, justo antes de un pequeño periodo vacacional de 3 días, rumores sobre un hipotético golpe de Estado. Hipótesis que, por otro lado recogía la prensa extranjera hace más de una semana.

Estabilidad es una de las palabras clave para el gobierno chino, y una de las razones principales por las que prestan tanta atención al sismógrafo que son las redes sociales. No por casualidad, sino porque, por volumen, por escala, el gobierno más débil del mundo ante las redes sociales será el que opere sobre una población mayor. Los fenómenos “virales” en una población tan inmensa como la china pueden adoptar inercias difíciles de parar. Es en esa dinámica donde se pretende influir, ralentizándola al no permitir comentarios sobre contenidos.

Pueden darse pánicos susceptibles de tornar en profecías autocumplidas. Por ejemplo, sobre una materia prima como el agua o la gasolina, que pudieran tener como consecuencia el aprovisionamiento masivo y el desabastecimiento. O el colapso de cadenas de suministro en un mundo cada vez más “lean” y con menores márgenes distribuidos por intermediarios. Hay poco fuelle en el acordeón para estirar la nota mucho más. De modo que por un lado una oscilación cada vez menor puede provocar la ruptura de cadenas básicas de suministro fruto de unas cadenas de distribución optimizadas, y sin embargo hay una creciente capacidad viral en las redes sociales que puede dar lugar a violentos latigazos. Hablamos de cuestiones menores para contextualizar la importancia del asunto fuera de la batalla política en China. Como un chiste, una broma, un boicot, o una leyenda urbana que pueda influir en el consumo de bienes. Son, a fin de cuentas, los mismos mecanismos los que pueden llegar a desatar un pánico infundado con consecuencias en temas aún más importantes. Y esto es lo que preocupa a gobiernos como el chino.

los rumores online minan la moral pública, y, fuera de control distorsionan seriamente el orden público y afectan a la estabilidad social”. Editorial en People’s Daily.

Ante el diagnóstico, el gobierno chino ha detenido a seis personas y cerrado dieciséis páginas web.

Parece más sencillo coincidir en la descripción de la situación que en el tratamiento de la misma. Una justicia que garantice ciertos derechos individuales, como el de la libertad de expresión, exige procedimientos y plazos que entran en contradicción con la vertiginosa realidad en forma de bola de nieve ladera abajo que se da en las redes sociales. Experimentos como el chino, de alta velocidad de actuación gubernamental nos sitúan ante una realidad de extensión plena de la soberanía del Estado a la red. Al igual que en la autopista hay que intentar detener de inmediato al conductor kamikaze que decide circular a contra-mano o al que lo hace borracho o claramente somnoliento, habría que hacerlo en la Red. Hay que eliminar esos peligros de las autopistas en tiempo real. Esta es la hipótesis de partida a entender para intentar predecir las lógicas por las que opera el gobierno chino.

Luego vendrían más disquisiciones al respecto. ¿Quién define qué es y qué no es peligro? ¿Quién controla al “controlador”? Debates que, en cierto modo, serían clásicos dentro de lo nuevo.

La forma en que China está intentando extender la soberanía del Estado a la Red difiere de la manera en la que lo están haciendo la mayoría del resto de países. Estamos en un cambio de paradigma donde choca fuertemente la contundencia y el signo de las medidas que adopta el gobierno chino. Provoca un rechazo frontal a priori. También provoca una reflexión sobre el curso que acabará tomando la Red en nuestra parte del planeta.

El País

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