No hubo "twerking". Mucho menos porro. Miley Cyrus no estaba invitada. Ninguna estrella latinoamericana se ha atrevido a seguir los pasos de las anglo cuando de tácticas de marketing se trata. Para eso se necesita venderle el alma al diablo pero sobre todo jugársela con el público.
La semana de los Latin Grammy parece haber sido fraternal y entrañable. Solo una tormenta, de esas que pasan por Las Vegas aguó la fiesta de la moda. La tradicional alfombra verde que precede la ceremonia tuvo que ser suspendida pero al final la buena música será siempre la verdadera protagonista por mucha lentejuela que la adorne.
Reencuentros con fotos espontáneas y correctas circulan desde hace días por las redes sociales. Ricky y Draco. Carlos Vives, Juanes y Santana. Alejandro Sanz y Miguel Bosé y la Pausini por nombrar algunos de los invitados. Iberoamérica en esplendor musical y emocional. Todos generosos y abiertos a colaboraciones con sus colegas. Pablo Alborán , India Martinez. Enrique Iglesias, Jesse y Joy , Mario Domm o Natalia Lafourcade más otra larga lista de estrellas. Con broche de oro apareció Marc Anthony y su la,la,la,la como la grabación del año. Acabada la ceremonia solo queda esperar que la historia se repita en 2014 con algo más de excentricidad. En éste caso es mejor que sobre y no que falte. Tampoco hubo cuota política. Ni en los discursos de agradecimiento ni tampoco impresa en las camisetas como en otros tiempos. Ni los españoles ni los de América Latina quisieron opinar. A todos los unió la música y solo la música.
Aplausos para Carlos Vives quien luego de algunos años de ausencia regresó y se lleva para Colombia tres gramófonos uno de ellos a la canción del Año "Volví a nacer" . Agradeció a sus fans que han sabido esperar con paciencia por éste nuevo álbum dedicó el premio a su banda La Provincia y a su esposa Claudia Elena Vásquez quien ha sido su musa y artífice para lograr el indiscutible éxito en la reciente entrega del Latin Grammy. El amor siempre será la clave. Ayer quedó demostrado.