Lo que nos faltaba. Una fruta es la nueva estrella de las redes y consumirla públicamente se pone de moda para combatir el racismo. Que el banano sea ahora la tendencia cuando al pobre toda la vida se le conectó con una tal República que se refería a lo atrasado, corrupto y políticamente incorrecto, es un ejemplo de que la reputación es posible recuperarla. No relacionar con Banana Republic , cadena norteamericana de almacenes de ropa con nombre sonoro. No. República Bananera es el término con el que se hablaba, en pasado, de los países tercermundistas hoy por hoy tan apetecidos por el resto del mundo. Si, el mundo ha cambiado. Aunque dejemos claro que no todo ha sido malo para el plátano. Andy Warhol nos regaló una versión. Los diseñadores también han hecho de él un icono de la moda que bien valdría la pena sacarlo en este momento del baúl de los recuerdos para lucirlo en todas sus formas. Además y lo mejor de todo , es recomendado por los expertos por su altísimo contenido en potasio.
El banano es protagonista de un hecho sin precedentes en una cancha de fútbol. Sin siquiera sospechar que despertaría una ola de rechazo de carácter racista, la fruta lo único que hecho es dejarse deglutir en pleno partido por el brasileño Dani Alves del FC Barcelona. Lo demás ha sido motivo de apoyo hacia el jugador. Continúan su recorrido por el mundo las fotografías en las redes sociales en las que posan personajes famosos y espontáneos comiendo un delicioso plátano de perfecta anatomía. Esta es su reinvindicación total.
Las redes y su multiplicación. Se han encargado de reducir las distancias del planeta hasta converirla en un solo espacio, como si de un pequeño universo se tratara. En este caso bananero. Hemos llegado al punto de experimentar todos los sucesos juntos sin importar el horario del continente donde nos encontremos. América, Europa, África o Asia. En las redes todos estamos en el mismo lugar y a la misma hora. Así que nada ni nadie pasa inadvertido. Prácticamente mientras sucedia lo de Alves en España, otra ola con matices similares inundaba las redes y los medios de comunicación.
El dueño de los Clippers, equipo de basketball de la NBA , Donald Sterling era puesto en evidencia por una conversación privada en la que hizo fuertes comentarios racistas que nadie está dispuesto a seguir tolerando. Ni el equipo , su entrenador y patrocinadores , mucho menos las autoridades deportivas norteamericanas. Por ésta razón el comisionado de la liga profesional de basketball acaba de sancionarlo con 2.5 millones de dólares de multa pero además no podrá asistir a un juego de la NBA de por vida.
Sterling no ha hecho declaraciones públicas sobre lo sucedido y creo que a estas alturas nadie quiere escucharlo. Haría falta unirlo a la campaña de banano en mano. Su comportamiento como el del aficionado del estadio y el de todo aquel que siga pretendiendo discriminar y expresar sentimientos racistas en la actualidad debe ser condenado. Afortunadamente los tiempos en los que eso aplicaba han pasado para siempre. También el de las Repúblicas Bananeras de antaño.