Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

¿Compro oro o mejor lo vendo?

Por: | 28 de marzo de 2012

Oro buena
En francés, la expresión Entre chien et loup remite al crepúsculo. A ese espacio indefinido en el que se confunde el día y la noche. Entre perro y lobo. Al oro le sucede algo parecido en los últimos tiempos. Vive un espacio de indefinición. En el que se mezcla la docilidad del perro y los colmillos del lobo. ¿Subirá más? ¿Caerá bruscamente tras la fuerte apreciación de los últimos meses? Si tengo la posibilidad, ¿qué es mejor: comprar o vender? ¿Hasta dónde puede subir o bajar?

Son preguntas importantes. Cualquiera que se haya dado un paseo por el centro urbano de algunas de nuestras grandes ciudades habrá visto la proliferan maltusiana de las tiendas que se dedican a la compra-venta de este metal. La fortísima revalorización que ha vivido el oro en los últimos cuatro años y la crisis económica han hecho proliferar estos comercios. Pues bien, volvamos, como en el Juego de la Oca, a la casilla de salida y escuchemos qué aconsejan los expertos a esta bitácora. ¿Es tiempo de comprar o de vender? ¿De perros o de lobos?

Mineatnight, nueva dos

1º Emilio Álvarez, fundador del fondo Vortex Capital Global Precious Metals Fund

“Hay que comprar más. Subirá hasta 6.000 dólares la onza”

“Es una visión a largo plazo, no solo hay que conservar el oro que uno tiene sino que se debe comprar más. Subirá hasta un mínimo que oscila entre 5.000 y 6.000 dólares la onza. A medio plazo, hay riesgo de que el metal sufra una corrección. Ha subido durante 11 años consecutivos y necesita hacer un alto en el camino. El oro debe caer por debajo de 1.500 dólares la onza (en un rango que oscila entre 1.400 y 1.500 dólares) y, en caso extremo, podría irse a la horquilla 1.000-1.200 dólares por onza”.

Copy Agnico-Eagle Mines 2º José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi

“A finales de año, la onza pueda estar en 2.400 dólares”

“Definitivamente, mejor comprar oro que venderlo. Tenemos el objetivo de 2.400 dólares la onza a finales de año. Hay muchas razones para que suba –sin olvidarnos de la incertidumbre–, pero lo relevante continúa siendo la elevada liquidez actual y la posibilidad de que los bancos centrales sigan soportando a los mercados con nuevas medidas”.

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3º Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB)

“Continúa siendo un buen momento para comprar”

“Dadas las incertidumbres que aún prevalecen en el mercado, y debido a unos precios atractivos, motivados por los recientes recortes, continúa siendo un buen momento para comprar oro. Seguirá subiendo, no creo que hasta 5.000 dólares la onza, pero en breve sí lo veremos en 2.000 dólares”.

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4º  Damien Courvalin, analista de Goldman Sachs

“A 12 meses vemos el oro en 1.940 dólares”

“Las perspectivas que manejamos sitúan los precios del oro a 3, 6 y 12 meses en 1.785, 1.840 y 1.940 dólares la onza, respectivamente".

Cuatro años de subidas... y una corrección

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Fotos: Reuters, AngloGold y Agrico-Eagle Mines.


La cotizada pornografía de Thomas Ruff

Por: | 25 de marzo de 2012

THOMAS RUFF 2011 nudes dr02

(Thomas Ruff, nudes dr02, 2011. C-Print. Único. 266 x 186 cm. © 2012 Thomas Ruff, cortesía Gagosian Gallery).

Thomas Ruff (Alemania, 1958) produjo en 2003 las primeras imágenes de la serie nudes (desnudos), que con el tiempo se han convertido en unas de las mejor valoradas de toda su producción. Para crearlas, el fotógrafo utiliza fotografías procedentes de páginas web de pornografía que amplía –mediante un proceso digital– hasta que se vuelven casi irreconocibles. Al final de todo este camino muestran un aspecto richteriano, como si estuviéramos viendo un paisaje a través de la ventanilla de un tren que se desplaza a gran velocidad.

Desde finales de los años ochenta, cuando dio a conocer su serie de retratos de gran tamaño –algo más de dos metros–, Thomas Ruff goza de una enorme aceptación institucional –es una presencia fija en las colecciones de los grandes templos del arte contemporáneo de nuestros días– y también en el mercado, donde algunas de sus copias han superado los 120.000 dólares. De hecho, la casa de subastas Philips de Pury apunta –consultando su página web– que el mejor remate de una fotografía de la serie de desnudos en su sala fue de 169.000 dólares, y se fijó por la obra nudes br16, 2004. Hablamos del 16 de mayo de 2008.

THOMAS RUFF 2011 nudes sd17

(Thomas Ruff, nudes sd17, 2011. Único. C-Print. 266 x 186 cm. © 2012 Thomas Ruff, cortesía Galería Gagosian).

Ahora acaba de fichar por la galería más poderosa (entiendan esta palabra en todo su sentido) del mundo: Gagosian. Y para su estreno muestra una versión revisitada de sus famosas fotografías pornográficas. La palabra revisitada viene a cuento porque estas imágenes que exhibe en la sala londinense de Gagosian, y que ven junto a este texto, se han pensado para que tengan un efecto casi tridimensional.Tanto es así que el artista ya utiliza imágenes en tres dimensiones para algunas piezas de su serie ma.r.s, en la que trabaja sobre fotografías de la superficie de Marte procedentes del archivo de la NASA.

Formado con el célebre matrimonio Becher en la Escuela de Arte de Düsseldorf, la cotización económica de sus desnudos ha vivido la superinflación que ha sufrido el arte contemporáneo en los últimos tiempos. En 2003, una fotografía de un tamaño medio (120 x 110 cm) producida en una edición de cinco ejemplares más dos pruebas de artista podría comprarse por unos 6.000 euros. Hoy en día ese desnudo costaría entre 35.000 y 40.000 euros. 

THOMAS RUFF 2011 nudes ro04

(Thomas Ruff, nudes ro04, 2011. Único. C-Print. 236 x 186 cm. © 2012 Thomas Ruff, cortesía galería Gagosian).

Desnudos a 400.000 euros
Pero, sin duda, la entrada en Gagosian tendrá un efecto multiplicador en los precios. La galería ha declinado confirmar a este blog el valor de estos nuevos desnudos que presenta, pero teniendo en cuenta su tamaño –superan los dos metros y medio– y que son piezas únicas se puede estimar que rondarán, por lo menos, los 400.000 euros. Con estas astronómicas cifras, Thomas Ruff entra en el Olimpo de los fotógrafos más caros del planeta. Al lado de Andreas Gursky, Cindy Sherman, Thomas Struth o Jeff Wall, entre otros. Mostrando como el arte contemporáneo y la realidad económica de los tiempos son a veces dos mundos muy ajenos.

 

Un 'Reina Sofía' por 500 euros

Por: | 19 de marzo de 2012

Ritcher II
Coleccionar arte contemporáneo es un viaje. Y como tal se puede emprender a través de grandes autopistas, y recalando en hoteles de lujo (algo al alcance de muy pocos), o bien por carreteras secundarias y moteles (lo que resulta más asumible y, para muchos, más divertido y enriquecedor). En esta entrada proponemos este segundo recorrido. ¿Cómo empezar una colección de arte contemporáneo en un tiempo de crisis? ¿Cómo comprar? ¿Dónde? ¿Qué artistas? ¿Qué obras? Y, sobre todo, ¿cómo hacerlo con un presupuesto ajustado?

Para este viaje nos hemos fijado unas reglas. Unas normas de circulación. Buscaremos piezas que se pueden adquirir directamente en Internet (más un poco de ayuda del email), sobre cualquier soporte (vídeo, fotografía, obra gráfica, papel), de artistas españoles y extranjeros, y cuyos precios no superen al cambio –independientemente de la moneda– los 500 euros. Y además, otro criterio de compra esencial será que se trate de creadores que formen parte de las colecciones (o hayan sido expuestos) del Museo Reina Sofía o del Musac de León. ¿Por qué estos dos centros? Porque el primero representa, para esta bitácora, una visión menos cercana al mercado (sobre todo con su actual director, Manuel Borja-Villel) frente a una propuesta quizá más del "ahora" del leonés Musac. Y, tal vez, combinar ambas miradas sea una forma de buscar el equilibrio.

RItcher
Pero como toda colección ésta es solo una de las miles de propuestas posibles. Coleccionar es escoger. Lo apasionante, sin duda, es viajar y formarse un criterio propio. Empecemos a andar el camino.

1º ¿Quién?
Dora García (Valladolid, 1965)
¿Qué comprar?
What a fucking wonderful audience (Offset print). 60 x 42 cm. 2011. Edición de 25. Firmada y numerada. GarciaWFBAmore

¿Dónde comprar?
www.mo-artgallery.com
Precio: 125 euros
Nota: En el momento de escribir esta pieza quedaban pocos ejemplares disponibles.

2º ¿Quién?
Sergio Prego (San Sebastián, 1969)
¿Qué comprar?
Estudio para permutaciones BUG. C/U. Poliuretano y varilla de hierro cubierta por plástico. 50 x 50 x 50 mm. 2011.

S.P 278

¿Dónde comprar?
www.soledadlorenzo.com
Precio: 100 euros cada unidad. Se vende de forma individual o en conjunto.

3º ¿Quién?
Liliana Porter (Argentina, 1941)
¿Qué comprar?
Niña (Serie Disguise). Fotograbado. 30 x 22 cm. Edición de 50 ejemplares. 2010.
¿Dónde comprar?
www.lacajanegra.com
Precio: 350 euros

4º ¿Quién?
Yayoi Kusama (Japón ,1929)
¿Qué comprar?
Pumpkin Pillows. Dos tamaños (ver imagen). La grande de 22 pulgadas (55,88 cm) de diámetro y la pequeña de 9,4 pulgadas (23,87 cm). Serigrafías sobre almohadas de nailon. Formando una sola pieza. Edición ilimitada.

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¿Dónde comprar?
www.shopwhitney.org
Precio: 250 dólares

5º  ¿Quién?
Franz Ackermann (Alemania, 1963)
¿Qué comprar?
City Planning 12; Terminal. Grabado. 82,8 x 63,6 cm (Enmarcado). Edición de 75 ejemplares.

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¿Dónde comprar?
www.whitecube.com
Precio: 210 libras

6º ¿Quién?
Sandra Gamarra (Perú, 1972)
¿Qué comprar?
Los Nuevos Oradores I (Punta seca). 30 x 41 cm. 2010. Edición de 30. Firmada y numerada

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¿Dónde comprar?
www.poligrafa.net
Precio: 300 euros

7º ¿Quién?
Marcel Dzama (Canadá, 1974)
¿Qué comprar?
Where All Harmonies are Tuned. 2011. Grabado. 30,48 x 43,18 cm. Edición de 150 ejemplares. Firmada y numerada.

Marcel_dzama_where_all_harmonies_are_tuned_1024x768¿Dónde comprar?
www.artspace.com (Exige registrarse).
Precio: 500 dólares (sin enmarcar) y 650 dólares (enmarcado).

8º ¿Quién?
Robert Filliou (1926-1987)
¿Qué comprar?
Teaching and Learning as Performance Arts. Cuaderno de 228 páginas. Ilustrado. Primera edición. Con la participación de John Cage, George Brecht, Dorothy Iannone, Allen Kaprow, Marcelle, Diter Rot, Benjamin Patterson, Vera, Bjössi, Karl Rot y Joseph Beuys. Köln/Nueva York. Verlag Gebr. Koening. 1970.


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¿Dónde comprar?
www.mo-artgallery.com
Precio: 250 euros

9º ¿Quién?
Alfredo Jaar (Chile, 1956)
¿Qué comprar?
Searching for Gramsci. Fotografía en color. 40 x 50 cm. 2003. Edición de 120 ejemplares. Firmada y numerada.

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¿Dónde comprar?
www.liarumma.it
www.olivarauna.com
Precio: 395 euros

10º ¿Quién?
Cecily Brown (Inglaterra, 1969)
¿Qué comprar?
Paranoia Man in Cheap Shit Room. Aquatinta. 38 x 30 cm. 2005. Edición de 120 ejemplares. Firmada y numerada.

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¿Dónde comprar?
www.countereditions.com
Precio: 410 euros.

11º ¿Quién?
Cerith Wyn Evans (Reino Unido, 1958)
¿Qué comprar?
Brasilia 01.09.04. Fotografía (C-Print). 25,4 x 30,5 cm. 2006. Edición de 100. Firmada y numerada.

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¿Dónde comprar?
www.whitecube.com
Precio: 240 libras

12º ¿Quién?
Gerhard Richter (Alemania, 1932)
¿Qué comprar?
Gerhard Richter Painting (DVD). 2012.
El maestro alemán (quizá el pintor más influyente de nuestro tiempo) cumple ochenta años. Y él, que es muy celoso de su intimidad, hace algo excepcional: abre su estudio de Colonia (Alemania) y se deja filmar en su proceso de trabajo. Así se logran 97 minutos de documental grabados entre septiembre y abril de 2009 mientras prepara una posición para su galería neoyorkina Marian Goodman. Imprescindible.

Gerhard-richter-painting-3-15-12-1 ¿Dónde comprar?
www.gerhard-richter-painting.de

Precio: 24,90 euros.

(Póster de la película Gerhard Richter Painting dirigida por Corinna Belz).

Nota: En algunos casos a las piezas hay que sumarles gastos de envío e impuestos.

 

¿Qué fue de los sellos tras Afinsa y Fórum Filatélico?

Por: | 12 de marzo de 2012

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Esta entrada no versa de sellos. Bueno, sí, habla de sellos pero también de algo más. Habla de dolor y de ira. Los dos sentimientos mayoritarios con los que sin duda tienen que convivir desde 2006 los miles de afectados por la presunta estafa de Afinsa y Fórum Filatélico. Un negocio al que según apuntan las investigaciones (la Justicia tendrá que aclararlo este mismo año) sus responsables en España habrían dado forma de estructura piramidal. Ya saben. Los rendimientos de quienes salen de la inversión se pagan con los de quienes entran. Este círculo, nada virtuoso, se puede mantener mientras haya caja y las entradas sean, con mucho, mayores a las salidas. O los fondos, claro, no se distraigan para otros fines.

Antes de los tiempos de Afinsa y Fórum Filatélico coleccionar sellos era una afición pausada y lenta. De tiempo, lupa, paciencia y en muchos casos familia. De repasar tranquilamente, y con los niños al lado, las catálogos de Edifil durante las mañanas y las tardes de los domingos. O de acudir ese día, en el caso de Madrid, a la Plaza Mayor a la búsqueda de joyas o gangas, que rara vez aparecían. Daba igual. Como en otras facetas de la vida, lo importante eran las ganas, la ilusión de compartir algo que más parecía un juego que otra cosa. Era la alegría de viajar juntos por tipos de pájaros, minerales, países, banderas. Transitábamos por la historia. Entonces Ifni era una antigua colonia española que perdimos o que ganaron otros (quizá sus legítimos dueños); nunca lo tuvimos claro cuando éramos niños. Lo que sí era nítido era la belleza de sus estampas. “Ifni” sonaba muy lejos y exótico. Luego, de adulto, nos enteramos de lo que de verdad sucedió allí. Pero esa es otra historia que no contaban los sellos.

Entonces, nadie en los corrillos que se formaban en aquellos días alrededor de los puestos de la Plaza Mayor hablaba de inversión. Solo se escuchaban comentarios de si tal o cual serie era mejor que otra; de si un sello estaba mejor dentado que otro; de si la tirada fueron 3.000 o 5.000 ejemplares; de porqué tenía más valor si la FNMT había cometido un error en su impresión. Se hablaba de sellos, nunca de dinero.

Un negocio “sin salida”
Con Fórum Filatélico y Afinsa todo esto cambio. Alguien decidió que con los sellos se podrían conseguir rentabilidades que casi duplicaban o triplicaban a las que ofrecían, por ejemplo, la Deuda Pública o un depósito bancario. Lo que se conoce en la jerga como extratipos. Y entonces los sellos dejaron de estar en manos de los niños y los verdaderos aficionados y pasaron a quienes adivinaron una forma de hacer dinero rápido comerciando con ellos. Las consecuencias de esta avidez ya las conocemos.

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“Como negocio el sello no tiene salida. Eso se terminó”, admite José Luis Gutiérrez Martín, responsable de la filatelia madrileña del mismo nombre. Desprendido de su concepto de inversión,“ahora mismo lo que queda es el profesional que tiene que luchar día a día con su mostrador, con sus sellos y sus colecciones”, desgrana Hortensia Álvarez, vicepresidente de ANFIL (Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia y Numismática). Y admite: “Después de Afinsa y Fórum [ella es perito de esta última nombrada por la Audiencia Nacional] el sector quedó muy tocado y con la crisis no hemos levantado cabeza”. Pero al tiempo reivindica la importancia de estas estampas: “El sello tiene un gran valor cultural pues es un espejo en el que se mira la historia de un país y eso es lo que queremos transmitir”.

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6.200 millones invertidos
¿Y el dolor y la ira? EL PAÍS lo resumía de esta forma hace pocas semanas. “El juicio [por Afinsa] tendrá lugar previsiblemente a mediados de este año. En los dos procedimientos judiciales existen 38 imputados por los delitos de estafa, blanqueo de capitales, insolvencia punible, administración desleal y delito contra la Hacienda Pública. La intervención de las empresas afectó a unos 460.000 clientes que tenían invertidos en ambas firmas [Fórum y Afinsa] casi 6.200 millones de euros”.

Les deseamos la mejor de las justicias a esas miles de personas que se sienten (razones no les faltan) estafadas. Y a los sellos esperamos que sigan habitando los álbumes de coleccionistas, aficionados y, sobre todo, niños de donde, quizá, nunca debieron de haber salido.

¿Cuánto valen sus pipas, Mr. Ai Weiwei?

Por: | 09 de marzo de 2012

PIPAS
El lunes pasado supimos que la Tate Modern había comprado al artista y activista chino Ai Weiwei ocho millones de pipas. Representa exactamente el 8% de la instalación que mostró en ese espacio londinense hace un año largo. La obra –como muchos recordarán– constaba de 100 millones de semillas de girasol de porcelana fabricadas por artesanos chinos y se exhibió en su célebre sala de turbinas (Turbine Hall). Un lugar al que solo llegan los elegidos. Alguien podría poner la coda a esta frase de “por el mercado”. Pero no nos desviemos. También recordarán que las semillas, al contacto con la gran cantidad de público que abarrotaba la sala, desprendían un polvo peligroso. Además había rastros de plomo en la pintura. Vamos, todo lo que podía ir mal fue mal.

Sin embargo, pese a los contratiempos, la apreciación del creador chino no ha dejado de crecer en este reducido lapso de tiempo. No ha trascendido el precio pagado por la Tate por esos ocho millones de pipas que ha adquirido directamente  (¿qué pensarán, por cierto, sus galeristas del sorpasso?) al artista. Pero se pueden hacer unos números sencillos, como plantea The New York Times.

Teniendo en cuenta que la sala londinense de Sotheby’s vendió el año pasado una pieza más reducida –100.000 semillas en edición de diez– a un comprador anónimo por 559.394 dólares, esto quiere decir que la pipa sale a 5,60 dólares. Pero ¿y si reducimos el número de pipas, por ejemplo, de 100.000 a 1.000? En este caso vemos muy de cerca la fuerza con la que han evolucionado los precios de Ai Weiwei.

La inflación de la pipa 4_ai-weiwei-kui-hua-zi
A finales de 2009 la galería neoyorkina especializada en obra seriada Carolina Nitsch Contemporary Fine Art vendía el tarro (15,8 x 10,1 x 10,1 cm) con 1.000 semillas (Sun Flowers Seeds) de este artista por un precio que oscilaba entre 6.000 y 8.000 dólares. Solo estuvieron unos escasos meses a la venta. Se vendieron muy rápidamente. Hablamos de una edición de 30 ejemplares más 12 pruebas de artistas. O sea, 42. Pues bien, Christie’s remató el miércoles pasado uno de estos tarros por 27.500 dólares. La pipa sale a 27,5 dólares. Y la revalorización es del 458%. Pero tampoco hay que irse tan lejos para analizar sus precios. La galería madrileña Ivorypress comercializa una caja de 147 fotos (Becoming), en edición de 45 ejemplares, creada por Ai Weiwei que ha pasado de los 1.900 euros que costaba a finales de 2009 a los 8.500 euros de nuestros días. La inflación de la pipa.

Fabricantes de arte contemporáneo

Por: | 06 de marzo de 2012

“Todas estas obras han sido creadas por el propio artista, personalmente”.
 (David Hockney en su última exposición en la Royal Academy).

 

Koons

El arte como fábrica. La fábrica del arte. Estos días que se habla tanto de la aparición de la Mona Lisa del Prado hemos redescubierto que, incluso, los creadores más grandes utilizaban el “taller”. Genios como Rubens o Velázquez recurrían a los aprendices para resolver las zonas menos comprometidas de las obras, como los fondos o los paisajes.

Esta digresión sobre el pasado sirve para llevarnos al presente y a otros autores como Jeff Koons, Takashi Murakami, Damien Hirst, Olafur Eliasson o Ai Weiwei. Todos han desarrollado fábricas de creación (o producción, según se entienda) para dar salida a sus productos. En un volumen y cantidad, por cierto, nunca vista en la historia del arte y que deja a Rubens –quizá el mayor productor de pintura antigua de su tiempo– como un aprendiz de brujo.

Hirst le da a la máquina
Una vez más Damien Hirst es el gran chamberlain de la producción. Desde hace años (en 2009 tuvo la idea de pintar sus propios cuadros y fue acribillado por la crítica) cuenta con un ingente batallón de personas elaborando sus obras. No está claro el número exacto de trabajadores del arte que están en su nómina, pues varían según la demanda y el momento del mercado. Y, además, tampoco es muy amigo de contarlo. La prensa británica habla de unos 150 en los momentos de auge repartidos entre varios estudios. Lo paradójico es que mientras sus obras, como las célebres pinturas de puntos (Spot Paintings), se comercializan por varios cientos de miles de euros, quienes las pintan físicamente apenas cobran algo más de 18.000 euros al año. Incluso tiene un estudio dedicado a crear solo estas pinturas, de las que ha producido cientos o miles y que su marchante Larry Gagosian vende estos días a la vez en sus 11 galerías repartidas por todo el mundo.

Hirst
Este concepto warholiano de factoría se extiende a la editorial Other Criteria con la que Damien Hirst pone en el mercado todo tipo de productos de merchandising (camisetas, pósters, libros, toallas, joyas, platos, obra gráfica, trabajos de amigos…). “Lo interesante es que la demanda de su obra, a pesar de la enorme cantidad de piezas que crea, sigue muy fuerte, impulsada, sobre todo, por los coleccionistas (o compradores, que no es lo mismo) chinos, rusos y de Oriente Medio”, apunta el coleccionista Paco Cantos. Todo usando como soporte jurídico su empresa Science Ltd, que está gestionada por su íntimo amigo Jude Tyrrell.  

Parece, por lo tanto, que la moda Hirst no remite. Primero porque, según algunos expertos, sus galeristas atesoran más obras en sus almacenes de la que realmente comunican. Así que actúan como De Beers con la oferta de diamantes: la sujetan o la dan vía libre en función de sus intereses. Y segundo porque el gran activo del trabajo de Hirst es el propio artista. Además sabe tocar las teclas del mercado como nadie. ¿O habría que decir como casi nadie?

Brillo patentado
El americano Jeff Koons trabaja bajo el paraguas de Jeff Koons Productions. Una empresa situada en Manhattan que emplea, según las necesidades, a unas 120 personas y que incluso tiene patentado un sistema de pulido del aluminio y el acero con el que fabrica sus gigantescas y brillantes (por luminosas) esculturas.

Pero quizá sea un recién llegado a este concepto de fábrica como el japonés Takashi Murakami quien ha abrazado con más ardor (aunque sin superar a Hirst) el mercado y su relación con las empresas, por ejemplo, del sector del lujo. Muy conocidas son sus series de obra gráfica creadas para Louis Vuitton. “Parece que el arte contemporáneo y los bolsos de lujo maridan bien”, indica con ironía el coleccionista Marcos Martín Blanco.

Murakami trabaja a partir de un holding (Kaikai Kiki Corporation) con sedes –según se lee en su página web– en Nueva York y Tokio. En la primera utiliza a 20 trabajadores y en la segunda a unos 50. Además, a partir de su factoría, distribuye a otros artistas como Reisato, Chiho Aoshima, Chiatsu Ban, Mahomi Kunikata, Mr y Aya Takano.

Murakami

Junto a estos creadores, el danés Olafur Eliasson –cuyas obras van ganando complejidad técnica cada año– ha creado el Studio Olafur Eliasson, que alberga a arquitectos, ingenieros, diseñadores, fotógrafos… Más de 30 personas. Y el activista Ai Weiwei, antes de sufrir el acoso del Gobierno chino, dirigía una empresa (Fake Design), quizá con un enfoque más tradicional, pues subcontrataban sobre todo los procesos artesanales, que ahora está intentando recomponer. 

Gato por liebre
Este es el escenario fabril en el que se desenvuelve al menos un parte (la más comercial) de la creación contemporánea. La pregunta es: ¿invalida una producción casi ilimitada la calidad de la obra y del proyecto del artista? Escuchemos a la comisaria Rosa Martínez: “Quizá llegue un día en que sea indiferente que los productos los fabrique un único individuo o una corporación. En el futuro la cuestión relevante será cómo articular el acceso masivo a los bienes culturales; es decir, la educación artística que permita dilucidar qué es gato y qué es liebre”.

Enseñar las claves para distinguir ambas especies es, humildemente, uno de los fines de esta bitácora.

El País

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