Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

Recomendamos

Los comerciantes vietnamitas sudan pepitas de oro

Por: | 13 de abril de 2012

Oro Apertura
A partir del próximo 25 de mayo Vietnam restringirá tanto el comercio del oro en su país –donde es parte intrínseca de su cultura– que en la práctica supone casi su prohibición. Al menos para la inmensa mayoría de los comerciantes. Así de rotundo. Un decreto promulgado hace escasos días, que recoge la prensa de Saigón, prohíbe el uso del oro como medio de intercambio, además de su utilización en joyería, sin un permiso especial del Banco Central.Tampoco se podrá exportar (el país vende fuera unas 100 toneladas al año). De hecho, será el Primer Ministro, junto al Banco Central, quien a partir de ahora autorizará cualquier movimiento del metal. 

A finales de mayo, los comerciantes en oro vietnamitas deberán tener un capital social para avalar su negocio de al menos 4,8 millones de dólares, presencia en tres de las mayores provincias del país y abonar un elevado impuesto anual (más de 500 millones de dólares vietnamitas). Son unas reglas que están al alcance de muy pocos.

Metal contra la devaluación
La razón de esta imposición es que los vietnamitas estaban acumulando oro ante la fuerte devaluación, desde hace varios años, de la moneda local (el dong). La medida tendrá su efecto en el día a día del país pues este metal precioso (esto es algo que no ocurre en ningún otro lugar del mundo) es la referencia en muchas ocasiones a la hora de fijar el precio en la compra-venta de casas. ORO Reuters
Esto que sucede en una de las esquinas del planeta nos cuenta que el oro aún no ha dicho su última palabra. Algunos analistas -como Emilio Álvarez, una voz frecuente esta bitácora por su gran conocimiento del metal- señalan que la corrección del precio que vive el oro “será temporal” y recuerdan que los metales preciosos “no son un castillo de naipes”, ya que se trata de activos físicos y tienen valor monetario. “Lo que sí es un castillo de cartas” –apunta Álvarez– “es el sistema monetario financiero, que no deja de ser virtual al no tener respaldo de activos tangibles. Tal y como lo conocemos hoy en día, nuestro sistema es inviable y está condenado a ser reformado”. Permaneceremos atentos.

 

¿Perderá Damien Hirst su 'calificación AAA'?

Por: | 08 de abril de 2012

HIrst
Damien Hirst es como un agujero negro. Absorbe toda la luz a su alrededor y consigue que solo se hable de él durante un tiempo prolongado. Nada ni nadie brilla más a su lado. Bueno, nada que no sea el mercado del arte y sus avatares. La gran obra de Hirst es sin duda su capacidad para entender los resortes que mueven ese mundo. El artista británico es una empresa que sabe colocar extraordinariamente bien su producto a través, por ejemplo, de su portal Other Criteria. Pero desde hace un año han saltado las alarmas entre sus poderosos y millonarios coleccionistas. ¿Se está depreciando su “arte”? Esta pregunta corre como un incendio sofocado con gasolina en los exclusivos salones y áticos de sus ricos clientes. Al igual que ciertos activos, ¿puede perder Hirst su calificación AAA? ¿Perderán buena parte de lo invertido sus megacoleccionistas?

HIrst una
Si hay un mercado en el que se pueda interferir con relativa facilidad es en el del arte. Al final, la conformación del precio se basa en la relación entre el binomio escasez y demanda. Aunque entre medias dos elementos son los que “sitúan” a un artista en el Olimpo artístico: el lugar donde expone (léase museo u otro tipo de institución) y el aparataje crítico (en forma de catálogos razonados avalados por firmas de prestigio, críticas, jornadas…) que se genera a su alrededor. Así que para muchos la exposición del artista británico en la Tate ha sido (buscado o no, juzguen ustedes) también un gran movimiento de autodefensa de su cotización. Pues justo la muestra llega cuando sus obras han pasado de tener un remate medio en subasta de 800.000 libras (antes de 2008) a las 44.000 del año pasado, según Financial Times. Más datos que atestiguan la caída. Acorde con la consultora Artnet, el año pasado una de cada cuatro obras de Damien Hirst que salieron a subasta no encontraron comprador y su precio de remante más alto fue de 1,7 millones de dólares, frente a los 19 millones de 2007. En este contexto llega la exposición en uno de los grandes centros de arte del mundo. ¿Coincidencia?

El tiburón de 14 millones
Es más, si se fijan en la lista de prestarios de piezas que se exhiben estos días en la Tate verán que buena parte de las obras (al menos las más señeras de su producción) proceden de los principales coleccionistas de Hirst. Apunten. Ahí está, por ejemplo, Steven Cohen, propietario del mítico tiburón (La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo), y mago de los fondos de alto riesgo (a través de SAC Capital Advisers), quien pagó en su día por la segunda versión del escualo –la primera se pudrió– unos 14 millones de dólares. Hirst tumbadoEntre quienes han dejado obra para la exposición encontramos a François Pinault (dueño del imperio empresarial PPR, que incluye la sala de subastas Christie’s); Viktor Pinchuck (empresario del acero ruso, a quien la revista Forbes calculaba
este año una fortuna de 4.200 millones de dólares); Udo Brandhorst (mecenas alemán, en 2009 abrió en Munich el Museo Brandhorst); Larry Gagosian (principal agente de Hirst y según los rankings especializados una de las personas más influyentes en el mundo del arte); The Broad Fundation (creada por el megacoleccionista Eli Broad); la colección Mugrabi (su impulsor, José Mugrabi, posee unos 800 warhols, además de piezas de Jeff Koons, Renoir, Picasso y Rodin, entre otros); y Miuccia Prada (diseñadora y nieta del fundador de la firma de lujo Prada). Acorde con The Economist, de las 67 piezas prestadas para la muestra solo tres procedían de instituciones públicas.

Millonarios al rescate
Así que tenemos a buena parte de la oligarquía planetaria financiera apoyando a su artista con sus propias obras cuando, quizá, sus precios más lo necesitan. Para algunos tal vez sea esta maniobra de marketing la mejor pieza de la exposición de la Tate, la verdadera obra maestra de un artista que maneja el mercado del arte con un talento que es imposible negar. De la misma forma que un día antes del colapso de Lehman Brothers vendió directamente en Sotheby’s 111 millones de libras en obra saltándose a sus galerías y agentes. De hecho, era inaudito ver al propio Larry Gagosian, sentando en la primera fila, pujar por piezas de un artista que él mismo representa.

Hirst spot paiting

Nueve años en un lienzo
Pues bien, volvamos a la pregunta inicial. ¿Está su rating AAA en peligro? Por ahora parece que se sostiene. Sigue habiendo demanda, aunque más débil, por sus obras, a pesar de haberlas producido por centenares o miles. Pero ¿por cuánto tiempo? Dependerá mucho de la orientación de su trabajo en el futuro. Aunque ya hay algunas pistas de por dónde irán los tiros. Acaba de encargar a dos asistentes que pinten un óleo sobre lienzo que contenga dos millones de diminutos puntos de colores. La obra tardará, según sus propios cálculos, unos nueve años en terminarse. ¿Este es el nuevo Damien Hirst? Ustedes deciden.

 

 

Cortesía de las imágenes, por orden de publicación en la bitácora:

Damien Hirst fotografíado frente a 'The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living'. / MATT DUNHAM (AP)

El artista británico junto a su obra ‘I am become death, shatterer of worlds’, en el museo Tate Modern (Londres). / MATT DUNHAM (AP)

Damien Hirst ha encargado una pintura (óleo sobre tela) de dos millones de puntos, que tardará nueve años en completarse por dos asistentes. / ANDREW TESTA (CORDON PRESS).

Damien Hirst. Meprobamate, 2011.(C) Damien Hirst and Science Ltd. All rights reserved, DACS. Cortesía Gagosian Gallery.

 

Visita guiada a los coleccionistas secretos (I)

Por: | 05 de abril de 2012

 

 26 - MMinter - TheLastPam

Hace no demasiado tiempo este post hubiera sido imposible. Ser coleccionista de arte contemporáneo en España era casi un delito. Un pasatiempo exclusivo de ricos excéntricos que tenían tanto dinero que no sabían en qué gastarlo y que llegaban a este mundo atraídos por el presumible glamour y la consideración social. Así que los pocos coleccionistas españoles que había eran casi secretos y no querían saber nada ni de mostrar sus colecciones ni, por su puesto, de darlas a conocer en los medios de comunicación. Hoy, afortunadamente, esto ha cambiado. Si algún elemento positivo ha tenido la crisis económica sobre el mundo del coleccionismo de arte contemporáneo es que ha impuesto una criba. Los “compradores de arte”, en el caso español procedentes en su mayoría del boom (especulación) inmobiliario y sus aledaños, han desaparecido, o están en vías de hacerlo, y solo quedan los “coleccionistas”. Son dos conceptos, ustedes se darán cuenta, muy distintos. 

Una colección única
Pues bien, unas líneas más abajo verán la fotografía de Marcos Martín Blanco y Elena Rueda (prima del pintor Gerardo Rueda). Ellos, junto con su hijo Rafael, son un ejemplo real de “coleccionistas” de arte contemporáneo. De hecho, su colección alberga 850 obras y tal vez sea una de las mejores de Europa, sobre todo en lo que se refiere a pintura americana (Basquiat, David Salle, Will Cotton, Lisa Yuskavage, Marilyn Minter, John Currin…). Llevan más de 30 años reuniendo la colección y bregando, desde hace menos, por construir un museo en un terreno anexo a su casa de Segovia. Pero ese es un tema para otra entrada.

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Eric Fischl. Sin título. 1992. Óleo sobre tela. 147 x 137 cm. Cortesía: Fundación MER y Galería Soledad Lorenzo.

No lo duden. Lo dice Rosina Gómez Baeza, durante muchos años directora de Arco y uno de los referentes del arte contemporáneo en España: “Todas las grandes colecciones terminan de una forma u otra en la propiedad pública”. Así es. Ya sea como pago de impuestos (dación), por donación o incluso por venta directa. Y esta colección, reunida bajo las siglas Fundación MER, ya saben: Marcos, Elena, Rafael, es una “gran colección”. Así que hay que valorar el esfuerzo particular de este empresario y su familia en un empeño que tarde o temprano tendrá una dimensión pública.

850 obras de gran nivel
Por lo tanto, emprendamos el viaje a su colección. Es la primera vez que se puede ver en un medio de comunicación su propuesta de una forma tan extensa. De las cerca de 850 piezas (fotografía, escultura, pintura, instalación, vídeo, obra gráfica) se han elegido 15 que, a juicio de esta bitácora, son las que mejor representan la mirada de este veterano (83 años) coleccionista y su familia. Seguro que merece la pena el trayecto.

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Marcos Martín Blanco y Elena Rueda, coleccionistas. Cortesía: Fundación MER.

Pero como este blog mezcla arte y capital –por doloroso que sea en ocasiones–, hagamos dos apuntes para situar esta colección. Si bien es cierto que los autores son nombres indiscutibles dentro del mercado del arte, en este caso concreto las piezas –a mi juicio– se justifcan por sí mismas gracias a su calidad. Ahondando en lo económico muchas tienen un valor muy superior al, por ejemplo, presupuesto anual de compras con el que cuenta el Museo Reina Sofía en la feria de Arco, e incluso hoy en día –por los avatares del mercado– estarían fuera de las posibilidades de instituciones como el MoMA o la Tate. De esta pujanza hablamos.

Piezas dañadas
Durante algunos años prestaron sus obras para exposiciones y museos pero “lo dejamos de hacer, ya que las piezas nunca volvían como salían de casa. En algunas ocasiones nos han llegado dañadas”, apunta con tristeza Marcos Martín Blanco. Por lo tanto esta es una excelente ocasión para acercarse a su mundo, aunque sea en fotografías (ellos están encantados de que les visiten en su casa de Segovia; así que si se acercan por esas tierras anímense a verlos y a disfrutar de las obras).

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Lysa Yuskavage, Loved. 1998. Óleo sobre tela. 187 x 137 cm. Cortesía: Fundación MER.

Llamemos a la puerta. Entremos. No hagamos mucho ruido. Las obras duermen... Y hay niños.

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 11 - FClemente - AlMare

Francesco Clemente, Al Mare o in Montagne. 1998. Gouache sobre papel. 239 x 239 cm. Cortesía: Fundación MER.

   08 - MBarcelo - YellowRed& 

Miquel Barceló, Yelow, Red and Water. 1987. Técnica mixta sobre tela. 190 x 190 cm. Cortesía: Fundación MER.

 13 - CGªRodero - Plaine du Nord
Cristina García Rodero, Plaine du Nord. 2000. Fotografía en blanco y negro. Edición 2/7. 76 x 113 cm. Cortesía: Galería Juana de Aizpuru y Fundación MER.

 14 - CSherman - Untitled
Cindy Sherman, Untitled # 138. 1984. Fotografía en color. 180 x 123 cm. Cortesía: Fundación MER.

   09 - CLeon - BarrosYAlquitranes

Carlos León, Barros y alquitranes. 2000. Acrílico sobre tela. 300 x 252 cm. Cortesía del artista, Galería Max Estrella y Fundación MER.

 23 - SBalkenhol - Paravent - b
Stephan Balkenhol. Paravent. Cinco piezas talladas y pintadas por las dos caras. Biombo/Madera.1996. 210 x 464 cm. Cortesía: Fundación MER.

 25 - MMinter - TwinsMarylin Minter, Twins.2006. C-Print. Edición 2/3. 218 x 194 cm. Cortesía: Galería Salon 94 y Fundación MER.

 10 - HMiddendorf - HeadsHelmut Middendorf, Heads. 1983. Óleo y pingmentos naturales sobre tela. Díptico. 218 x 160 cm (Cada uno). Cortesía: Fundación MER.

 27 - JSaville - ClosedContactJenny Saville. Closed Contact #13. C-Print. 1996. Plexiglas/Caja de luz. Edición 3/6. 152 x 304 x 15 cm. Cortesía: Galería Gagosian y Fundación MER.

 06 - PBarclay - Slaktehus
Per Barclay, Slaugtherhouse. 1996. Fotografía color. 205 x 165 cm. Cortesía: Galería Oliva Arauna y Fundación MER.

 17 - WCotton - CustardCascade

Will Cotton.Custard Cascade. 2001. Óleo sobre tela. 274 x 366 cm. Cortesía: Fundación MER y Galería Daniel Templon.

 ¿Les ha gustado el viaje?

Esta ha sido la primera entrega de una pequeña serie que irá recorriendo algunas de las mejores colecciones de arte contemporáneo de nuestro país. En una próxima entrada visitaremos la colección Meana Larrucea.

 

(Fotografía de apertura: Marilyn Minter. The Last Pam. 2010. Esmalte sobre metal. 147 x 122 cm. Cortesía: Galería Salon 94, Galería Andréhn-Schiptjenko y Fundación MER).

El País

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