¿Perderá Damien Hirst su 'calificación AAA'?

Por: | 08 de abril de 2012

HIrst
Damien Hirst es como un agujero negro. Absorbe toda la luz a su alrededor y consigue que solo se hable de él durante un tiempo prolongado. Nada ni nadie brilla más a su lado. Bueno, nada que no sea el mercado del arte y sus avatares. La gran obra de Hirst es sin duda su capacidad para entender los resortes que mueven ese mundo. El artista británico es una empresa que sabe colocar extraordinariamente bien su producto a través, por ejemplo, de su portal Other Criteria. Pero desde hace un año han saltado las alarmas entre sus poderosos y millonarios coleccionistas. ¿Se está depreciando su “arte”? Esta pregunta corre como un incendio sofocado con gasolina en los exclusivos salones y áticos de sus ricos clientes. Al igual que ciertos activos, ¿puede perder Hirst su calificación AAA? ¿Perderán buena parte de lo invertido sus megacoleccionistas?

HIrst una
Si hay un mercado en el que se pueda interferir con relativa facilidad es en el del arte. Al final, la conformación del precio se basa en la relación entre el binomio escasez y demanda. Aunque entre medias dos elementos son los que “sitúan” a un artista en el Olimpo artístico: el lugar donde expone (léase museo u otro tipo de institución) y el aparataje crítico (en forma de catálogos razonados avalados por firmas de prestigio, críticas, jornadas…) que se genera a su alrededor. Así que para muchos la exposición del artista británico en la Tate ha sido (buscado o no, juzguen ustedes) también un gran movimiento de autodefensa de su cotización. Pues justo la muestra llega cuando sus obras han pasado de tener un remate medio en subasta de 800.000 libras (antes de 2008) a las 44.000 del año pasado, según Financial Times. Más datos que atestiguan la caída. Acorde con la consultora Artnet, el año pasado una de cada cuatro obras de Damien Hirst que salieron a subasta no encontraron comprador y su precio de remante más alto fue de 1,7 millones de dólares, frente a los 19 millones de 2007. En este contexto llega la exposición en uno de los grandes centros de arte del mundo. ¿Coincidencia?

El tiburón de 14 millones
Es más, si se fijan en la lista de prestarios de piezas que se exhiben estos días en la Tate verán que buena parte de las obras (al menos las más señeras de su producción) proceden de los principales coleccionistas de Hirst. Apunten. Ahí está, por ejemplo, Steven Cohen, propietario del mítico tiburón (La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo), y mago de los fondos de alto riesgo (a través de SAC Capital Advisers), quien pagó en su día por la segunda versión del escualo –la primera se pudrió– unos 14 millones de dólares. Hirst tumbadoEntre quienes han dejado obra para la exposición encontramos a François Pinault (dueño del imperio empresarial PPR, que incluye la sala de subastas Christie’s); Viktor Pinchuck (empresario del acero ruso, a quien la revista Forbes calculaba
este año una fortuna de 4.200 millones de dólares); Udo Brandhorst (mecenas alemán, en 2009 abrió en Munich el Museo Brandhorst); Larry Gagosian (principal agente de Hirst y según los rankings especializados una de las personas más influyentes en el mundo del arte); The Broad Fundation (creada por el megacoleccionista Eli Broad); la colección Mugrabi (su impulsor, José Mugrabi, posee unos 800 warhols, además de piezas de Jeff Koons, Renoir, Picasso y Rodin, entre otros); y Miuccia Prada (diseñadora y nieta del fundador de la firma de lujo Prada). Acorde con The Economist, de las 67 piezas prestadas para la muestra solo tres procedían de instituciones públicas.

Millonarios al rescate
Así que tenemos a buena parte de la oligarquía planetaria financiera apoyando a su artista con sus propias obras cuando, quizá, sus precios más lo necesitan. Para algunos tal vez sea esta maniobra de marketing la mejor pieza de la exposición de la Tate, la verdadera obra maestra de un artista que maneja el mercado del arte con un talento que es imposible negar. De la misma forma que un día antes del colapso de Lehman Brothers vendió directamente en Sotheby’s 111 millones de libras en obra saltándose a sus galerías y agentes. De hecho, era inaudito ver al propio Larry Gagosian, sentando en la primera fila, pujar por piezas de un artista que él mismo representa.

Hirst spot paiting

Nueve años en un lienzo
Pues bien, volvamos a la pregunta inicial. ¿Está su rating AAA en peligro? Por ahora parece que se sostiene. Sigue habiendo demanda, aunque más débil, por sus obras, a pesar de haberlas producido por centenares o miles. Pero ¿por cuánto tiempo? Dependerá mucho de la orientación de su trabajo en el futuro. Aunque ya hay algunas pistas de por dónde irán los tiros. Acaba de encargar a dos asistentes que pinten un óleo sobre lienzo que contenga dos millones de diminutos puntos de colores. La obra tardará, según sus propios cálculos, unos nueve años en terminarse. ¿Este es el nuevo Damien Hirst? Ustedes deciden.

 

 

Cortesía de las imágenes, por orden de publicación en la bitácora:

Damien Hirst fotografíado frente a 'The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living'. / MATT DUNHAM (AP)

El artista británico junto a su obra ‘I am become death, shatterer of worlds’, en el museo Tate Modern (Londres). / MATT DUNHAM (AP)

Damien Hirst ha encargado una pintura (óleo sobre tela) de dos millones de puntos, que tardará nueve años en completarse por dos asistentes. / ANDREW TESTA (CORDON PRESS).

Damien Hirst. Meprobamate, 2011.(C) Damien Hirst and Science Ltd. All rights reserved, DACS. Cortesía Gagosian Gallery.

 

Hay 2 Comentarios

Michel Houellebecq puso a este pavo en su sitio

Los "puntos ciegos" de la Economía son los que nos interesan en este momento.

Publicar un comentario

Si tienes una cuenta en TypePad o TypeKey, por favor Inicia sesión.

Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

Recomendamos

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal