Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

La pesadilla económica de volver al patrón oro

Por: | 31 de agosto de 2012


ORO Apertura FMI

Vivimos tiempos inesperados. Ninguna de las vigas maestras que han sostenido los principios económicos sobre los que nos movemos parece a salvo. Todo se cuestiona. Esta misma semana, el Partido Republicano, que se reúne en su convención de Tampa (Florida), dejaba caer su particular misil económico: “Volver al patrón oro”. Una idea que sería como arrojar una bomba de neutrones sobre la economía americana y por extensión sobre la mundial. Al menos así lo creen la mayoría de los analistas. Los republicanos, no.

El gran problema para Estados Unidos de regresar al patrón oro es que el país ha emitido demasiados dólares, aproximadamente 2,6 trillones, y no hay suficiente metal para respaldarlos al precio actual. “Para que las reservas de oro americanas [8.133 toneladas]  pudieran dar contrapartida a los dólares en circulación, el metal precioso tendría que subir por encima de los 10.000 dólares la onza, cuando actualmente está en unos 1.600 dólares”, analiza Emilio Álvarez, gestor de metales preciosos. Este incremento exponencial desestabilizaría la economía de Estados Unidos y por contagio la de todo el planeta.

Golpe a la Reserva Federal
En el fondo, lo que evidencia esta propuesta es un ataque frontal a la Reserva Federal americana por parte del Partido Republicano. Es ahí donde hay que entender el sentido de esta vuelta al oro. El senador republicano por Texas Ron Paul (el gran pergeñador de esta idea) transmitía su particular mensaje de esta forma. “Si nuestro dinero estuviera respaldado por oro y plata, quienes están sentados en algunos de esos edificios de lujo no podrían simplemente apretar un botón para crear nuevo dinero. Tendrían que comerciar de forma honesta con otros negociantes que también tuvieran oro físico”. Un mensaje sencillo, que cala con facilidad. Pero como hemos visto, no es así ni de fácil ni de sencillo ni, tampoco, de buena idea.

Dolar 1928
Billete de 100 dólares acuñado en 1928, en cuya esquina superior se lee su convertibilidad en oro.

“Volver a un anacronismo que funcionó hace décadas no tiene ningún sentido. Hoy el mundo económico y sus flujos se mueven de forma muy diferente. Esta propuesta lo que busca es poner coto al margen de maniobra de la Reserva Federal”, apunta David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El Partido Republicano nunca ha visto con buenos ojos el recurso de imprimir billetes, o sea inundar el mercado de liquidez, como forma de activar la economía y combatir la crisis. Al contrario. Ellos consideran que esta política supone incrementar la inflación y contribuir a la pérdida de poder adquisitivo (empobrecimiento) de los americanos. Sus argumentos funcionan en esta línea. Cuantos más dólares hay en circulación más se diluye la divisa norteamericana y, por lo tanto, más cae el valor de cada dólar. ¿Consecuencia? Los precios suben, porque hacen falta más dólares “devaluados” para comprar la misma cantidad de vino, huevos o pan.

ORO  DOS

¿El fin del dólar?
Al final, si descartamos de esta ecuación la variable política, lo que subyace también es una incertidumbre sobre el futuro de la divisa americana. Algunos expertos vaticinan que habrá una reforma en el Sistema Monetario Internacional con el fin de sustituir el dólar como moneda reserva por una cesta de divisas, en la que estarían los derechos de giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) junto a algunas monedas más y quizá el oro. Aunque esto supone no solo un cambio económico sino geopolítico de primera magnitud. Y, claro, esto ya es otra historia.  

Fotos: cortesía BullionStreet.

Sally Mann: los desnudos y los muertos

Por: | 25 de agosto de 2012

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La fotografía Candy Cigarrette, 1989, se remató en abril pasado en Nueva York por 266.500 dólares, el récord del artista. Edición 13/ 25. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

Esta entrada habla de desnudos y habla de muertos. Pero también de vida. Mucha. La que infunde Sally Mann (Virgina, Estados Unidos, 1951) en sus fotografías. Esta artista está considerada una de las grandes fotógrafas de nuestro tiempo. Vive en ese particular Olimpo que ocupan también Cindy Sherman o Nan Goldin, y desde hace cuatro décadas construye una propuesta artística ambiciosa, honesta y, muchas veces, arriesgada y controvertida. Pero todo lo ha hecho a partir de una trascendente mirada sobre la arquitectura, los paisajes del sur de Estados Unidos, las naturalezas muertas, los autorretratos o su propia familia.

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Sin título. De la serie "A los doce". Fotografía. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

Precisamente se hizo conocida en el mundo del arte, y fuera de él, por las fotos que recogen algunos momentos de la vida en su granja de Lexington (Virginia) con sus tres hijos (Jessie, Virginia y Emmett), cuando no superaban los 12 años. Son imágenes fechadas a finales de los ochenta y principios de los noventa. Y en esas fotografías Sally Mann no oculta nada. O lo recoge todo, como quieran. Ahí están los avatares propios de la infancia de sus niños. Los juegos, los enfados, las heridas, los sueños y también (lo que trajo la polémica) los momentos más íntimos.

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Shiva at Whistle Creek, 1992. Fotografía. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.
 
La controversia

Detengámonos un momento en esta última lectura. Entre 1984 y 1994 trabaja en esa serie. Se llama Immediate Family y, como hemos visto, se centra en la vida de sus hijos antes de cumplir los 12 años en la granja familiar. Pronto se convierte en un gran éxito. Instituciones como el MoMA o el Guggenheim de Nueva York adquieren obra. Es un trabajo difícil, pero también de una profunda sinceridad. Retrata lo más próximo. Grupos americanos conservadores protestan, e incluso The Wall Street Journal censura una de las fotos de la serie. Era Virginia a los 4 (ahora en la colección Guggenheim). Años más tarde, la polémica alcanzaría a otros fotógrafos, como Nan Goldin o Andrés Serrano, que también verían algunos de sus trabajos censurados o retirados de exposiciones por su enfoque sobre la sexualidad o por el tratamiento de la religión.

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Emmett, Jessie and Virginia, 1989. Fotografía. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

Sin embargo, para Sally Mann, y así lo explica, estas fotografías son “naturales a través de los ojos de una madre, que ha visto a sus hijos en todos sus estados: felices, tristes, bulliciosos, ensangrentados, enfadados e incluso desnudos”.

Esta larga entrada sirve también para situar nuestros números y nuestras letras. En abril pasado una imagen de esta serie (Candy Cigarrette, 1989) alcanzó un remate de 266.500 dólares (212.000 euros) en la sala Phillips de Pury de Nueva York. Era el récord del artista. Un precio muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una edición alta (25 ejemplares) y que la imagen (49,5 x 58,4 cm) es más bien pequeña.

Fotografíar la muerte
Pero esta serie, aunque es la más conocida, no es la única reseñable de la fotógrafa de Virginia. Su último trabajo, Proud Flesh, le ocupó más de seis años, y es una mirada al sufrimiento. Sally Mann fotografía a su marido, Larry, un conocido abogado de Lexington, que sufre un estado avanzado de distrofia muscular. Su espalda, sus brazos –ambos interpretados como si fueran una arquitectura–, su dolor; la descarnada puesta en evidencia de su vulnerabilidad son captadas con la precisión de un cirujano.

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Hephaestus, 2008. De la serie Proud Flesh. Fotografía. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

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Ponder Heart, 2009. De la serie Proud Flesh. Fotografía. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

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SIn título, 2001. Fotografía. De la serie, What Remains. Copyright © Sally Mann. Cortesía: Gagosian Gallery y Edwynn Houk.

La otra gran serie de Sally Mann nos enfrenta con la muerte. What Remains (Lo que queda) es un viaje en varios capítulos. Recoge la descomposición de uno de sus galgos ya muertos; fotografía los cuerpos que manejan los servicios forenses estatales en lo que ellos vulgarmente denominan la “granja de cuerpos” (fotografía superior); un fugitivo armado se suicida y ella documenta el espacio donde ocurre, y finalmente recorre los grandes campos de batalla de la Guerra Civil americana. Ya saben, allí donde habita la noche oscura del alma.

 

Si quieren profundizar más en su trabajo resulta muy recomedable:


'What Remains' (2007)
Presentado en el festival de Sundance, fue nominado a un premio Emmy en 2008 en la categoría de mejor documental. Sin duda, es una excelente manera de aproximarse a su obra.


El 12 de septiembre la artista inaugura una nueva exposición en la galería Edwyn Houk. “Sally Mann: Upon Reflection



Los estados acumulan oro y miedo

Por: | 20 de agosto de 2012

Apertura BlullionStreet

Rusia ha comprado 500 toneladas de oro solo en los últimos cinco años. Fotografía: BullionStreet.

Sin hacer mucho ruido, algunos bancos centrales llevan tiempo efectuando acopio de oro como parapeto frente a un futurible colapso de la economía mundial. Los datos más recientes que maneja el World Gold Council (WGC) narran que el banco de bancos ruso ha comprado en los últimos cinco años 500 toneladas de este metal precioso, el banco central de la India ha adquirido 200 toneladas y China se ha hecho con 454 toneladas entre 2008 y 2012. El oro redobla su valor como refugio, y las economías que pueden permitírselo compran este metal, a pesar de que una onza supera ya los 1.600 dólares.

Y como consecuencia directa de este movimiento, la geoestrategia del oro está alterándose. Por ejemplo, Rusia, que históricamente había sido un vendedor neto de este metal, ahora se ha convertido en comprador neto. Y países que hasta la fecha se habían mostrado muy poco activos en la compra de oro han cambiado (obligados por las circunstancias) de estrategia. Entre enero y abril de este año, según la casa de análisis Nomura, los mayores volúmenes de compra (ver cuadro) llegaron de Turquía (44 toneladas), México (20 toneladas) y Filipinas (35 toneladas). Son potencias emergentes, sobre todo las dos primeras, que tienen músculo financiero para cubrirse las espaldas. En términos globales hablamos de una demanda este ejercicio de 450 toneladas, por debajo, eso sí, de las 750 toneladas que en principio estimaban los expertos de Nomura.

Los bancos centrales han comprando oro durante todo 2012

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Vender mal y pronto

En este momento de la narración es importante ver dónde está España entre tanto brillo dorado. Pues bien, en primer lugar hemos sufrido una política muy desacertada y una miopía económica preocupante. El Banco de España vendió solo en los siete primeros meses de 2007 (poco antes de que estallara la crisis planetaria) el 32% de sus reservas, situándolas en 283 toneladas. El entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, lo justificaba así: “El oro jugó en el pasado un papel fundamental como elemento de reserva que está desapareciendo, ya que no es un activo rentable”. Está claro que no acertó.

Oro 4 bloombergl Y así, con esa rémora, han transcurrido los años. Las cifras de este mes del World Gold Council muestran que España tiene unas reservas de 281,6 toneladas de oro, básicamente las mismas con las que contábamos tras la venta masiva de 2007. Este volumen representa el 27,6% del total de las reservas en divisas extranjeras. Pero este porcentaje es muy interesante, pues cuenta cosas sobre nuestra economía pero también sobre la de otras naciones.

Portugal y Grecia, respaldo en oro
De entre los cien países (también incluye algunas organizaciones, como el Fondo Monetario Internacional) que analiza el WGC, Portugal (89,9%) y Grecia (82,3%) son las naciones que mayor porcentaje tienen de reservas de oro frente a divisas extranjeras. De hecho parecen haber readaptado el famoso lema: “In god we trust” por un “In gold we trust”. Desde luego extraña poco, dada la situación que viven sus economías, que apuesten por el respaldo de este metal.

Pues bien, volviendo a nuestro ranking, tenemos que situar a cada jugador en su lugar. España ocupa el puesto 19º por reservas de oro (ver cuadro), un escalafón bastante bajo para la antaño octava potencia económica del mundo. Tanto es así que nos superan países de mucho menor cuerpo económico, como Líbano (286,8 toneladas), Venezuela (365,8), Portugal (382,5) o Taiwán (422,7). Es evidente que la gestión de nuestras estratégicas reservas de oro no ha sido, desde luego, muy acertada. Y aquellos países que tienen caja para hacerlo están intentando llenar al máximo su despensa. Nosotros tendremos que esperar mejores tiempos, ya que resulta difícil comprar a los precios actuales. Esperemos no llegar tarde.

Los dueños de las principales reservas de oro del mundo
(Datos a agosto de 2012. Fuente: WGC)

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Las tierras raras amenazan la seguridad de Estados Unidos

Por: | 14 de agosto de 2012

Apertura

El pasado viernes en Bautou –una ciudad de Mongolia Interior– se clausuró una muestra a la que acudieron más de 25.000 representantes gubernamentales, muchos personajes famosos de la sociedad china, la plana mayor de las empresas de alta tecnología del país y 16.600 expertos. El colofón –como explican quienes estuvieron allí– fueron unos fuegos artificiales de una espectacularidad no vista desde la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín. Pues bien, detrás de esta polvareda social estaba la mayor conferencia que celebra anualmente la industria de las tierras raras. Ya saben, esos 17 elementos (neodimio, galio, lantano, praseodimio, samario…) de la tabla periódica que comparten la característica de ser muy difíciles de hallar y que se han vuelto imprescindibles en la industria tecnológica y militar para fabricar teléfonos inteligentes, gafas de visión nocturna, sistemas de guiado láser, lanzadores de misiles, coches híbridos. Además sin ellos no podríamos imaginarnos ni la energía solar ni la eólica. Y mientras algunos son increíblemente resistentes otros son superconductores. Hablamos de la Patrulla X de los minerales: tienen propiedades únicas.

Situación de las tierras raras en la tabla periódica de los elementos

Rare Earth

Boom de las explotaciones ilegales

El problema desde la mirada de Estados Unidos es que suponen un serio desafío para su seguridad nacional, ya que el 95% de la producción de estos elementos estratégicos está controlado por China, mientras que para el país asiático el problema viene por los destrozos que explotaciones mineras ilegales están provocando en ciertas zonas (por ejemplo, en las provincias de Fujian o Guangdong), tal y como denuncia la publicación Global Times. La cual comenta, además, un hecho significativo: en China un traficante de droga se puede enfrentar a la pena de muerte, pero alguien que explote ilegalmente una mina de este tipo no suele superar los siete años en prisión. De fondo, a nadie se le escapa, aparece ominipresente el dinero. Un dato. Entre 2010 y 2011, el precio del neodimio (se usa en gafas de protección y para colorear cristales) pasó de 42 dólares por kilo a 283 dólares. Estos compuestos han vivido unas subidas tan elevadas, que muchos de estos elementos que antes no eran rentables ahora semejan una brillante marmita de oro.

Excavadora mineral de hierroAP En este escenario, el Departamento de Defensa norteamericano –como explica la revista Wired Science– ha lanzado una doble estrategia: intentar aumentar la producción de tierras raras dentro de Estados Unidos (cuenta con una de las minas más grandes del mundo en California, pero ha estado abandonada durante años porque no era rentable) y sustituir esos “elementos raros” por otros materiales alternativos. Mientras lo primero es factible, tanto dentro de casa como fuera, en este último caso gracias a sus aliados internacionales –“en un futuro próximo entrarán en producción tres minas en Australia, Estados Unidos y Canadá, que aumentarán la oferta mundial de tierras raras”, avanza el gestor de fondos Emilio Álvarez–, lo segundo se antoja más difícil, como ha reconocido el U.S Geological Survey (servicio geológico estadounidense), quien también ha alertado del peso de esta dependencia. Estados Unidos importó en 2011 tierras raras refinadas por valor de 696 millones de dólares, un aumento de 161 millones en comparación a 2010. Y, por lo tanto, ya no hablamos de un problema económico sino de defensa nacional.

China controla el mercado
“El Departamento de Defensa se basa en muchos productos que incorporan materiales que no se encuentran o no se producen en las suficientes cantidades en nuestro país para satisfacer nuestras cruciales necesidades de defensa”, advierte la Administración estadounidense en un informe citado por Wired Science.

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Pues bien, a esta inquietud más que evidente se suma el reciente anunció de que China recortará un 20% sus exportaciones de tierras raras porque está preocupada por el negativo impacto medioambiental de su explotación. De hecho, fuentes oficiales, que recoge China Daily, afirman que se cerrará un tercio de las 23 minas existentes en el país así como la mitad de las 99 fundiciones.¿Consecuencias? El mercado se puede tensionar más ante este recorte de producción, pero también ante otro movimiento. China acaba de lanzar una plataforma de contratación solo para este tipo de tierras, con el objetivo de controlar más férreamente un negocio estratégico en términos económicos y políticos. Colocadas las piezas de esta forma en el tablero, la única amenaza visible para el gigante asiático es la apertura de nuevas explotaciones en otros países. Algo que sin duda requerirá su tiempo, ya que muchas de esas minas llevan años cerradas o sencillamente sin explotar. A corto plazo, las preocupaciones para la seguridad americana continúan intactas mientras China siga rigiendo las tierras raras.

 

 

Cortesía de las fotografías, en orden de aparición en la bitócora:

U.S. Air Force. Fotografía: Frank Carter.
Associated Press.
U.S. Navy.Fotografía: Seaman Scott Youngblood

 

Cristina Iglesias, hasta pulverizarse los ojos

Por: | 07 de agosto de 2012

Cristina Iglesias Apertura

Cristina Iglesias contempla una obra de Juan Muñoz en el Museo Reina Sofía. Foto: Samuel Sánchez/El País.

Uno podría estar mirando algunas obras que le apasionan hasta pulverizarse los ojos. No son muchas, bien es cierto. Me ha pasado hace poco con la fantástica exposición de James Coleman y también (¡qué raro hacer doblete!) con la inasible e inclasificable Rosemarie Trockel. Ambas se pueden ver (no se las pierdan) en el Museo Reina Sofía. Son trabajos rotundos. De gran coherencia formal e intelectual, que abren tantas preguntas como dan por concluidas certezas. Pero tengo que reconocer que hablo de creadores que desde hace años me han gustado, y que sigo. Lo raro en esta pasión del arte contemporáneo es hacer el viaje contrario. El que lleva de un cierto desinterés por el trabajo de un artista a comprender que quizá uno no lo estaba mirando con los ojos apropiados. Es un viaje sobre las traviesas de la humildad que sienta muy bien y que demuestra como de personales son los criterios en el arte, y que la única manera honesta de defender los que se tengan sobre cualquier artista u obra es tratar de argumentarlos lo mejor posible. No hay otra.

Serigrafia + pozo

Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) es un nombre canónico en el arte contemporáneo español. Se cita de corrido –como un niño recita la tabla de multiplicar del “2” frente al encerado– en la lista de los creadores que dibujan nuestra geografía artística última. Razones no le faltan. Trabaja principalmente con Marian Goodman –una de las galerías más respetadas del mundo, donde comparte cartel con Jeff Wall o Gerhard Richter– y su obra se ha visto en las salas de la Tate Modern de Londres, en el parisino Georges Pompidou, en la Bienal de Venecia (1993) o en la de Sidney (2012). Suyas son las puertas que cierran la ampliación del Museo del Prado, y el año que viene tiene prevista una exposición individual en el Museo Reina Sofía bajo el paraguas de su director, Manuel Borja-Villel. Precisamente en esta exposición estaba trabajando hace unas semanas cuando visité su estudio, que está situado en un pueblo de la sierra norte de Madrid.

Celosía Goodman

Artista de precisión
Lo primero que sorprende de Cristina Iglesias es que trabaja muy cerca de la arquitectura. Maquetas, planos, dioramas e incluso unos acuarios que muestran de una forma muy precisa el efecto de sus piezas –en particular sus famosas celosías– bajo el agua (ver fotografía). Es una propuesta de precisión. Como en el tango, todos sus pasos tienen sentido. Y este baile, la artista lo ejecuta admirablemente.

De todas las obras que puede disfrutar en su estudio me quedo con una, inconclusa, y que ni siquiera es una pieza en sí: la maqueta que muestra su propuesta para el Museo Reina Sofía. Aún está en elaboración, por lo que tampoco seré muy preciso, pero sí contaremos que recorre el trabajo de varias décadas y en él se aprecia la rotundidad y coherencia de la creadora. Qué difícil es pasar años, mirar hacia atrás, y ver que una propuesta tiene un hilo de Ariadna que la atraviesa y la guía. Iglesias lo consigue.

Estancias sumergidas

Precios y mercado
Y como este blog marida arte y capital (algo que no gusta a todos los artistas, pero que creo ayuda a entender este apasionante mundo) daremos algunos precios que orientan sobre el lugar que ocupa Cristina Iglesias en el mercado del arte. Una de sus clásicas serigrafías –de formato mediano y grande, con aspecto de "museable", y que suele editarse en cinco ejemplares– sobre acero inoxidable oscila entre los 50.000 y los 100.000 euros; sus célebres pozos (ver la segunda fotografía de esta entrada) rondan los 200.000 euros y las grandes celosías superan ampliamente esa cifra. Más asequible sería su obra gráfica.

Pero como para disfrutar del arte no es necesario poseerlo, vayan reservando agenda para ver su exposición en el Museo Reina Sofía. Será una de esas raras ocasiones en la que, parafraseando a Alejandra Pizarnik, corremos el riesgo de "pulverizarnos los ojos". Ojalá sea así.

 

(Cortesía de las fotografías, por orden de aparación en la bitácora: Samuel Sánchez/El País; Galería Marian Goodman Nueva York y Elba Benítez).

 

A la tierra le duele el capitalismo

Por: | 06 de agosto de 2012

Apertura campo_trigo

Se necesitan siete kilos de cereal para “producir” un kilo de ternera. Hacen falta cuatro para lograr uno de cerdo y se precisan dos kilos si queremos conseguir otros tantos de ave (ver cuadro). Estos son los números que revelan la verdadera topografía que forma el triángulo –nada equilátero, por cierto– que une los vértices creados por precios desorbitados de las materias primas, reducción de las tierras de labor y una población mundial creciente.

Carnecereales

Nunca en la historia moderna, el precio de las materias primas, desde el oro al maíz pasando por el petróleo, el trigo o la carne, había tenido durante tanto tiempo de forma consecutiva niveles tan elevados. Nunca. Tan solo en la crisis financiera planetaria que vivimos entre 2008 y 2009 estas materias se tomaron un respiro. En concreto, el petróleo ha bajado la tensión. En aquellos días cotizaba a unos 147 dólares el barril y hoy lo hace a 100 dólares. Eso sí, en los noventa –algunos lo recordarán– andaba en 19 dólares el barril. Así que el consuelo es muy limitado, y ya saben aquello de que un grano no hace granero. Y, claro, la preocupación se extiende.

“Las materias primas han experimentado una fuerte tendencia alcista en los últimos cuatro años. Tanto es así que el repunte del maíz y del trigo ha llevado a comentar a algunos analistas que puede suponer el principio del fin para la proteína animal como producto de consumo cercano, y se ha empezado a considerar que el pollo y el cerdo pasen a ser considerados artículos en otro rango de precios”, advierte José Antonio Martín Quiroga, analista de IG Markets.

Agricultura Miguel

Pollo a precio de caviar
O sea, alimentar a los animales cada vez es más caro y esto repercute en el precio de la carne. Y a la vez, la mayor demanda de proteínas (sobre todo por la mejora de la dieta en los países emergentes) tira de los precios de los productos derivados de los animales y de las materias primas con las que se les alimenta. Así que no es extraño que pronto dejemos de ver al pollo o al cerdo como alimentos “baratos” o, al menos, “asequibles”. Lo que faltaba, pensarán muchos.

Esta escalada de los precios de la carne, por lo tanto, hay que buscarla en la de los cereales y estos –además de trabas coyunturales, como la peor sequía que vive Estados Unidos en los últimos 50 años– tienen problemas de base en el “diseño del edificio”. Por ejemplo, el país americano garantiza por ley en primer lugar el sustento a la industria de los biocombustibles y deja en un segundo término a la alimentación. Un dato. “El decreto Renewable Fuel Standard obligará a destinar más de 13.000 millones de libras de aceite de maíz a combustibles para el transporte en 2012”, afirma un reciente informe de la gestora Fidelity. El efecto de desviar cereales en época de escasez hacia los biocombustibles es fácilmente imaginable. Nuestro pollo o cerdo cada vez tienen más aspecto de caviar.

SOJA

China es un 33% alimentación

Todo esto sucede en un escenario de crecimiento constante de la población mundial, cambios en la dieta de los países en vías de desarrollo y descenso de las tierras cultivables, que es constante desde los años cincuenta (ver cuadro). Y si hay menos tierras, pero hace falta que rindan más –no hay que olvidar en toda esta narración que los especuladores siguen estando presentes, y que la demanda de alimentos según el Banco Mundial se incrementará un 50% hasta 2030–, una de las opciones es utilizar más fertilizantes. “El aumento de la demanda planetaria de alimentos, especialmente en los mercados emergentes, está animando a los agricultores a emplear más fertilizantes, como los fosfatos y la potasa, para incrementar los rendimientos”, describe Aris Vatis, gestor de cartera de renta variable estadounidense. Y de esto se benefician empresas como Industries Qatar que, entre otras cosas, fabrica amoníaco para fertilizantes de bajo coste gracias a las abundantes reservas de gas que posé Catar. De esta forma un país que no es precisamente un "granero" consigue entrar en el ciclo (léase negocio) de la alimentación mundial.

Bocastierra

Y como en la economía los efectos nunca vienen solos, las subidas de los precios también generan tensiones inflacionistas. Lo cuenta Fidelity: “En Estados Unidos, la alimentación supone el 14% de la cesta del IPC. En China, esa cifra es un tremendo 33%”. Así que la repercusión del cereal en nuestro pollo y el pollo en nuestra inflación es fácilmente trazable.

Desde luego, a la tierra le duele el capitalismo. Al menos esta versión.

El País

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