Areneros y Muleros (1990) lienzo de Miquel Barceló que podría convertirse en la pintura más cara de un artista vivo español. Foto: cortesía de Christie's.
Miguel Barceló (Felanitx, 1957) regresa al ruedo del mercado. El próximo 11 de octubre la sala londinense Christie’s pone a la venta la pintura de mayor tamaño que hasta ahora se ha visto en subasta de la famosa y carísima serie de corridas de toros del artista mallorquín. La estimación inicial se mueve entre 2.000.000 y 3.000.000 de libras (2.518.000 y 3.776.000 euros), a lo que habría que sumar la comisión de la casa de subastas, los impuestos y el derecho de reventa (droit de Suite) que hay que pagar al artista y a su marchante.
El cuadro, titulado Areneros y Muleros (1990), es una pieza de gran formato (260 x 206 cm) y pertenece a una colección española, según los datos aportados en el catálogo. Por ir más al detalle, contar que procede de su galerista suizo Bruno Bischofberger, quien vendió, a principios de los noventa, y en escasas semanas, todas las obras de esta cotizada serie.
En Christie’s corre el runrún de que esta obra puede ser la que fije el récord del pintor de Felanitx. En principio tiene la misma calidad, pero un tamaño superior, a Faena de Muleta (160 x 196 cm), que se remató por 4,4 millones de euros en junio del año pasado, también en la misma casa de subastas y también en plena recesión económica. "Por la extraordinaria calidad técnica, capacidad de síntesis,
complejidad e intensidad esta pintura está llamada a ser un nuevo éxito
en la venta de la obra de Miquel Barceló", aventura María García Yelo, directora de Arte Contemporáneo de Christie's Ibérica.
Faena de Muleta, de Barceló, junto a otro lienzo de la misma serie.
Artistas con poco mercado
La disculpa de esta venta sirve además para enfrentar un problema que sufre el arte contemporáneo español desde tiempo secular: su falta de mercado. Son contados los artistas actuales de nuestro país que tienen salida en Christie’s, Sotheby’s o Phillips de Pury. Por reseñar a las tres grandes salas del mundo.
Entre los creadores contemporáneos vivos españoles solamente Juan Uslé, Manolo Valdés, Jaume Plensa, Cristina Iglesias, Antonio López y el propio Miquel Barceló tienen contrarréplica, más o menos fácil, por parte de los compradores extranjeros en esas casas de subastas.
En un escalón inferior –en el sentido de apreciación del mercado foráneo– podríamos situar a José María Sicilia, Luis Gordillo, Eduardo Arroyo, Ángela de la Cruz e incluso a José María Cano (antiguo componente del grupo musical Mecano, y cuyos cuadros a la encáustica suelen aparecer con cierta asiduidad en Christie’s y Sotheby’s).
Dos figuras, una empujada dentro de otra, de Juan Muñoz. IGNACIO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ.
Un espacio aparte ocupa el prematuramente desaparecido Juan Muñoz, cuyos trabajos tienen gran demanda en ese mercado secundario.
Difícil supervivencia
Esta es la radiografía, más bien pobre, de la cotización de nuestros creadores en activo ahí fuera. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué somos un referente mundial en deporte, gastronomía, arquitectura y no en arte contemporáneo?
José María Sicilia fotografiado en la Galería Soledad Lorenzo. LUIS SEVILLANO.
Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, y uno de los expertos que mejor conocen en España la carpintería del arte contemporáneo, viaja al centro del problema. "Los artistas contemporáneos españoles (también los extranjeros) más cotizados no tienen por qué ser los mejores ni su obra cuenta en muchos casos con la calidad poética requerida", afirma. "Quienes están detrás de estas listas de los artistas más cotizados, y esto me gustaría destacarlo, son los grandes coleccionistas [se refiere a su capacidad económica e influencia], y por eso hay muy pocos creadores españoles vivos entre los que más se venden. Dicho de otra forma, porque los grandes coleccionistas son extranjeros".
El retorno de la especulación
Esta es una reflexión franca, al igual que la distancia creciente entre la realidad diaria, la de casi todos, y la de los privilegiados del dinero. "Si nos dejásemos guiar por los catálogos de Sotheby’s o Christie’s se diría que la crisis no ha afectado al mundo del arte. Los warhol, judd, twombly y, por su puesto, Picasso, Miró o Giacometti siguen siendo valores seguros y sus precios alcanzan cifras astronómicas", desgrana el responsable del Reina Sofía. "Sin embargo, si nos situamos a pie de calle constatamos el difícil momento por el que pasan –al menos en nuestro país– numerosas galerías y artistas. Al igual que ocurre en la esfera de las grandes finanzas, es evidente que también en el arte asistimos a una creciente divergencia entre el mundo (minoritario) de las grandes colecciones y aquel otro que gestiona un intercambio más directo".
Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía. BERNARDO PÉREZ
Al fin y al cabo, el "retorno" de la especulación en la práctica artística o en la investigación estética es prácticamente nulo. Los pingües beneficios que se derivan de la venta del arte en las grandes casas de subastas no suelen recaer en los creadores; los estudios que habitualmente acompañan a las obras ofertadas en subastas no tienen una finalidad crítica; su objetivo es aumentar el valor económico de las piezas. Estamos, asegura Borja-Villel, ante un tipo de transacción que "no genera comunidad ni conocimiento: solo dividendos". ¿Pero son las únicas razones?
Ambiciones limitadas
"Nuestros artistas tienen un mercado local y si los sacas fuera (a uno global, como es una subasta internacional) difícilmente sobrevivirán", apunta el coleccionista mallorquín Juan Bonet. Y ahonda: "Los creadores españoles tienen poca resonancia en el exterior, salvo contados excepciones, como Juan Muñoz. Pero esto no tiene nada que ver con el arte, con la calidad de su propuesta, esto es otra cosa; esto es el mercado".
Obra de Juan Muñoz mostrada en el Museo Reina Sofía. ULY MARTÍN.
Pero sería rascar solo la superficie quedarnos ahí y no ver que debajo –como apunta Juan Bonet– pueden aparecer más causas. "¿Cuántos artistas se conforman con lo que tienen y prefieren vivir bien a irse a otros lugares? ¿Cree que Picasso habría llegado donde lo hizo si se hubiera quedado en Málaga? ¿O Miró? ¿Y la formación, es la mejor? ¿Y el idioma? ¿Por qué en España no hay tradición de formación?", se interroga Bonet. "¿Cuántos creadores de primer nivel dan clases en universidades españolas e influyen en otros artistas? Estamos desconectados de los grandes centros, de los artistas. ¿Y el apoyo institucional, dónde está?".
El riesgo de las subastas
Las contestaciones a esas preguntas dependen de cada mirada, pero juntando algunas quizá podamos construir una imagen nítida y precisa.
"Es peligroso para un artista vivo y en activo que su obra salga a subasta cuando todavía está trabajando y exponiendo regularmente. Esto no le conviene nada ni al artista, ni al coleccionista, ni al galerista", reflexiona Cristina Giménez, directora de la galería Ivorypress. Pero también hay espacio para la autocrítica. "Necesitamos más coleccionistas españoles potentes que apoyen el arte español y que le den visibilidad y difusión fuera", señala la galerista. "Si tuviéramos organizaciones de coleccionistas nacionales que fueran un equivalente a lo que puede ser el Latin American Acquisitions Committee de la Tate Modern sería un buen asidero. No creo que los lobbies sean la mejor manera de legitimar el arte, pero sin duda ayudan", puntualiza.
Imagen de una de las salas de la Fundación Helga de Alvear. Foto: cortesía Fundación Helga de Alvear.
Faltan galerías de peso internacional
Otro problema, que identifica Alexandra Schader, directora de Arte Moderno y Contemporáneo de Sotheby’s Madrid, y en el que también coincide con Juan Bonet, es la falta de presencia exterior. "Si comparamos a los artistas españoles más jóvenes, por ejemplo, con los americanos se ve que han tenido muchas dificultades para dar a conocer su obra internacionalmente, tanto en galerías como en museos. Creadores jóvenes americanos o ingleses tienen galerías muy potentes que los representan y que los muestran en las ferias más importantes (Art Basel, Miami Basel, FIAC…)". Y concluye:"Cuando las obras de artistas españoles más jóvenes se empiecen a ver en exposiciones fuera de España y en las ferias internacionales, entonces empezaremos a ver más piezas suyas en las grandes subastas".
Hay 1 Comentarios
Buen articulo. Que posibilidades de exito hay en un mercado que ha sido inventado por ellos? Equiparando el terreno y definicion de "exito" en los terminos que aqui se exponen: Mercado-ferias-galerias-museos-subastas (mas no hay, a no ser que gustar a tu abuela o amigos cuente como exito) vemos que tales ruedos aqui no son mas que copia de lo de fuera incluso con franquicia en Bilbao y todo. Las galerias quieren ser white cube y los museos el Moma. Un coleccionista Americano que pague 50 millones de dolares por un Espanol? Porque?
Publicado por: Lino | 05/05/2014 17:49:14