Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

"Las galerías deben entusiasmar a los coleccionistas"

Por: | 28 de noviembre de 2012


Apertura Urroz

"Las galerías no tienen un problema de transparencia", asegura Carlos Urroz, director de Arco.

Se aproxima Arco, y el mercado del arte contemporáneo español deberá mirar a los ojos de su propia realidad. Es una edición extraña. Por una parte, en Madrid, hay un verdadero desembarco de nuevas galerías. De fondo, el IVA se ha ido al 21%, los coleccionistas nacionales parecen haber desaparecido y los galeristas o venden fuera o no venden. "A día de hoy, el 80% de mis ventas procede del exterior", comenta una de las principales galeristas madrileñas. Esta es la verdad de los tiempos. A ella se enfrenta Carlos Urroz, director de Arco, quien ha sabido hacer de la escasez virtud y del optimismo una forma de vida con la que afrontar una época que parece una amenaza.

Pregunta. En los últimos meses han abierto un buen número de galerías en Madrid. ¿Hay coleccionistas y mercado para todos? ¿A quién van a vender?

Respuesta. Siempre es una buena noticia que se abran galerías en Madrid, algo que confirma a esta ciudad como la principal escena para el mercado del arte en España. Creo que los nuevos espacios trabajan mucho en generar nuevos públicos y también nuevos coleccionistas y nuevos contextos.

P. Ha estado viajando intensamente estos últimos meses. ¿Ahí fuera, el panorama para el mercado del arte es tan desolador como en España?

R. Parte de nuestro trabajo es encontrar nuevos públicos para la feria. Para ello, hacemos presentaciones en países que tienen mercados en desarrollo (Brasil, Colombia, Perú, Turquía), así como prospección de nuevas escenas artísticas y de galerías en Polonia, Finlandia, países asiáticos...

P. ¿Qué pueden hacer las galerías españolas para contrarrestar el IVA al 21%? ¿Qué formulas se le ocurren para competir con una galería alemana que vende al 7%?

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R.
Confiemos en que pronto se solucione esta cuestión. Entretanto, las galerías deben conseguir las mejores piezas para entusiasmar a los coleccionistas, a la vez que fidelizarlos ofreciendo un servicio puerta a puerta, cosa que las galerías de otros países no suelen organizar.

P. ¿Damos por perdida la bajada del IVA en la feria?

R. Seguimos trabajando en distintas fórmulas con las instituciones y el consorcio de galerías, ya que es la manera de conservar este tejido empresarial que son las galerías. 

P. Han hecho un esfuerzo enorme por atraer y traer coleccionistas extranjeros a Arco. Pero, ¿se puede mantener una feria a medio y largo plazo cuando el mercado donde está implantado es extremadamente débil, como el español? ¿No es nadar para morir en la orilla?

R. El mercado español ha sido atractivo para galerías de todo el mundo, y volverá a serlo cuando pasemos esta crisis. Hay instituciones y coleccionistas muy preparados, desando volver a ser muy activos en cuanto se lo puedan permitir. Arco siempre ha sido más grande que el mercado nacional, pero está en el ADN de todas las ferias internacionales.

P. ¿Cree, como siempre ha hecho Helga de Alvear, que a Arco le sentaría bien que los galeristas publicitaran los precios junto a las obras?

R. Es una decisión de cada galería; parte de su estrategia para poder iniciar una conversación sobre el artista o la obra. En cualquier caso, creo que hoy en día los precios son fijos y claros, sobre todo en las ferias donde resultan fácilmente contrastables.

Panoramica ARCO12 - 3 PM

P.
¿Tiene el mundo de las galerías un problema de transparencia?

R. No creo. Las galerías que participan de Arco son muy profesionales.

P. ¿No debería cualquier empresa que recibe fondos públicos, me refiero en el caso de una galería para ir a una feria o publicar un catálogo, ser absolutamente clara y pública con sus ventas y números?

R. Las galerías reciben muy pocas ayudas, cada vez menos, y, sobre todo, están destinadas a salir al extranjero. Las galerías son grandes embajadoras de artistas, ciudades y escenas, y por ello las instituciones se quieren vincular a ellas. 

P. ¿Cómo saldrá Arco este año?

R. Seguimos siendo creativos, con nuevos programas destinados a traer directores de museos de Estados Unidos acompañados de dos de sus patronos, ofreciendo a las galerías nuevos clientes, tanto a través de First Collectors como de la nueva herramienta para la compra online de obras por debajo de 5.000 euros; asociándonos con marcas e instituciones financieras cuyos clientes son potenciales compradores de arte; animando a los coleccionistas a salir de su letargo con acciones como la plataforma Fundación Arco, y los ejemplos de grandes colecciones extranjeras en nuestro Foro.

P. Por lo tanto, ¿tenemos razones para ser optimistas?

R. El arte es ilusión, sin esa capacidad de los artistas de descubrirnos cosas nuevas, no conseguiremos emocionarnos y desear sus piezas. Nosotros también trabajamos con mucha ilusión, y eso es muy contagioso.

Aplicaciones prácticas de un bosón... ¿inútil?

Por: | 23 de noviembre de 2012


Start Trek

–Capitán Kirk a puente de mando. ¡Teletransporte para dos!

Esta es una de las frases que cualquier aficionado a la serie Star Trek guarda en la memoria. Era todo un símbolo de una tecnología imposible en la realidad, pero tangible en la ciencia ficción. Esta es una de las aplicaciones que algunos, los más soñadores, han querido ver en el bosón de Higgs. Ya saben. Esa partícula que justifica la base de la existencia y que posee la habilidad de generar un campo invisible –parecido a uno electromagnético– que impregna todo el espacio, el cual cuenta con la extraordinaria capacidad de dar masa a las partículas a medida que lo atraviesan. Desde luego, ningún científico avala que este descubrimiento permita semejante forma de desplazarse, pero muestra como el ser humano enseguida busca las aplicaciones prácticas de un gran hallazgo.

Lejos de la satisfacción intelectual que genera todo descubrimiento científico, y apartándonos de la ciencia ficción, la pregunta es nítida. Esto del bosón de Higgs, ¿qué aplicaciones prácticas tiene? ¿Cuáles son sus repercusiones en la industria y en la economía? La respuesta (o respuestas) es apasionante. Discurre desde "ninguna" (la más repetida, pero con interesantes matices) a propuestas que nos aproximan, como nunca, a una industria más cercana a la que imaginaron los guionistas de Star Trek, que a la que ahora conocemos.

Lecciones de Arthur C. Clarke
Empecemos el viaje estelar y apuntemos en la bitácora de abordo algunas singularidades. El propio Peter Higgs, de ochenta años, descubridor de la partícula, ha reconocido no saber para qué puede servir su bosón. Pero aquí, con ironía, habría que recordar la tercera ley del escritor y científico Arthur C. Clarke: "Cuando un científico distinguido y anciano afirma que algo es posible, es casi seguro que acierte. Cuando afirma que algo es imposible, es muy probable que se equivoque".

Apertura Boson
Peter Higgs duda de las aplicaciones prácticas de su bosón.

Además surgen las enseñanzas que nos deja el tiempo y nuestra propia experiencia. "Sabemos que a lo largo de la historia siempre, siempre una aplicación [práctica] ha procedido de un descubrimiento. Puede llevarte 50 años averiguar cómo puedes transformarlo en algo útil. Otras veces tardas cien años y otras uno", asegura en el periódico Prince George Citizen Elie Korkmaz, profesor de física en la UNBC (University of Nothern British Columbia).

Otra lección es lo que ya hemos vivido y el partido que hemos logrado sacarle. Es demasiado pronto para decir qué aplicaciones tendrá. Sin embargo, muchas de las tecnologías desarrolladas para crear este experimento nos benefician. Por ejemplo, la world wide web (www) procede del CERN (la Organización para Investigación Nuclear). "Y muy pocos de nosotros podríamos vivir hoy en día sin Facebook o Twitter", comenta Ainissa Ramírez, profesor de Física de los Materiales en la Universidad de Yale. Y avanza: "Otras tecnologías de esta importancia se atisban en el horizonte. Nuestros bisnietos se beneficiarán directamente de Higgs".

Bosón contra el cáncer
Por ahora, la experiencia narra que en las últimas dos décadas los aceleradores comerciales (de los que el LHC –Large Hadron Collider, por sus siglas en inglés–, donde se ha encontrado el bosón, es un hermano mayor) se han extendido por todo el mundo. Algunos tratan el cáncer, otros ayudan a desarrollar radioisótopos para aplicaciones médicas e incluso los hay que han mejorado el uso de los rayos-X. "También existen muchas tecnologías de detección que se han desarrollado para trabajar en ambientes altamente radiactivos, como cerca de los puntos de colisión [de partículas] del LHC", ahonda Jacob Wacker, profesor de física en el SLAC National Accelerator Laboratory, de la universidad de Stanford. "Esto tiene aplicaciones obvias para los chips de ordenadores que necesitan trabajar en el espacio exterior, en reactores nucleares y también en aceleradores comerciales", apostilla el científico.

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La existencia del bosón revela que se puede obtener algo de la nada. Foto: Cortesía del CERN.

La física de altas energías –que es de la que hablamos– ha sido pionera en la creación de detectores de silicio, que son los hermanos mayores de los CCD (dispositivos de carga acoplada, en español), que se usan en las cámaras digitales. "Estos detectores de silicio son pequeños aparatos que pueden medir dónde van las partículas con exquisita precisión y podrían tener aplicaciones comerciales en un futuro no muy lejano", prevé el físico Jacob Wacker. Esta rama de la física también ha contribuido al desarrollo de técnicas de criogenia y superconductividad.

Lo que subyace en estos pensamientos es la reivindicación de la ciencia básica (caso del descubrimiento del bosón de Higgs, cuya razón primigenia es el conocimiento) como el paso inicial de toda utilidad práctica. "La ciencia aplicada se sostiene en ciencia básica de años o décadas anteriores", señala Alberto Casas, director del Instituto de Física Teórica y recuerda, por ejemplo, que la microelectrónica se basa en la física cuántica. O como la hadronterapia –"que será el método estándar de tratamiento del cáncer en el futuro", asegura Alberto Casas– es un spin off de la física de partículas.

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Es complicado imaginar una 'tecnología de Higgs'. Infografía: cortesía del CERN.

Con estos datos quizá, ahora, miremos de otra forma a nuestro bosón. "La existencia de Higgs deja claro que se puede obtener algo de la nada. Un campo de Higgs puede producir por sí mismo espacio y tiempo", aventura Lawrence Krauss, físico en la Universidad de Arizona. "Pero es difícil de imaginar una tecnología de Higgs". Al fin y al cabo, el 80% de la masa del universo es lo que los científicos denominan materia oscura y a día de hoy lo desconocen todo sobre ella. El bosón de Higgs podría ser un portal para descubrir qué es realmente. "Pues" –apunta Jacob Wacker– "desconociendo que es la mayoría del universo resulta difícil especular qué se puede hacer con él".

19,2 millones de euros en luz

Evidentemente, toda esta investigación tiene un precio. Solo la factura de la luz –acorde con la revista Forbes– del LHC es de 23,5 millones de dólares (19,2 millones de euros) al año mientras que el presupuesto global del acelerador ronda los 1.000 millones de dólares (817 millones de euros) anuales. Con estos números, se estima que encontrar el bosón de Higgs ha costado unos 13.250 millones de dólares (10.800 millones de euros). Una cantidad enorme, pero en la propia lista Forbes, por ejemplo, hay más de 50 personas cuyo patrimonio es superior a ese guarismo.

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El acelerador ha costado unos 10.800 millones de euros. Foto: Cortesía del CERN.

Aunque también hay otras cifras que nos tocan más cerca. En el periodo 1995-2009, España ha obtenido el 6,5% de los contratos del LHC, lo que supone un retorno industrial –según cálculos de Alberto Casas– de 126 millones de euros. Empresas como Duro Felguera, Dragados, GTD o EADS-Casa han participado en su fabricación. 

Por lo tanto es evidente el sentido práctico. Sobre todo cuando combinas los avances en tecnología aplicada a ordenadores, imágenes médicas e hitos científicos que ha propiciado la búsqueda de la "partícula de Dios".

Al final del viaje, podríamos escribir que el bosón de Higgs en términos aristotélicos es potencia. Al igual que una bellota –afirmaba el genio griego hace 2.400 años– es potencia de ser una encina gracias al tiempo. Las manecillas del reloj –aseguran los expertos– caminan del lado del bosón y sus aplicaciones prácticas también.

Alemania quiere recuperar el oro de Nueva York

Por: | 22 de noviembre de 2012


APERTURA 1
''Muro' de oro que se guarda en la sede de Nueva York de la Reserva Federal.

Esta es una historia de los tiempos de la Guerra Fría que ha llegado hasta el presente. Alemania quiere que le devuelvan su oro. ¿Dónde está? En Nueva York. ¿Se puede ser más preciso? En la Reserva Federal. ¿Cuánto hay? Unas, se supone, 1.500 toneladas. ¿Qué hace allí? Esconderse del alcance soviético. Ya decimos que es una historia de otros tiempos.

Contamos un relato que bien hubiera podido firmar Graham Greene y que parecía dormir en el cajón del escritor británico hasta que la crisis (¡que no estará consiguiendo!) lo ha puesto encima de la mesa. Como decíamos, eran las décadas de la Guerra Fría y Alemania miraba con enorme miedo y desconfianza a su fracturado vecino oriental (entonces RDA), que estaba bajo control del régimen soviético. Había mucha incertidumbre, y se decidió enviar buena parte de las reservas a Nueva York, Londres y París.

Apertura
Alemania distribuyó durante la Guerra Fría buena parte de sus reservas de oro entre Londres, París y Nueva York.

Pero estos días, la recesión ha hecho que Alemania volviera a acordarse de sus reservas (las segundas más importantes del planeta, con 3.400 toneladas), y algunos políticos están pidiendo al Bundesbank (el Banco Central alemán) que traiga el oro almacenado en Estados Unidos (entre 2000 y 2001 se repatriaron 1.000 toneladas de Londres) de vuelta a casa. En principio, serían 150 toneladas, o sea, el 10% de todo lo almacenado. Pero no es tan sencillo. Los alemanes desconfían de que el metal sea de la máxima calidad y de que todos los lingotes estén allí. Los albaranes parecen que se pierden en la noche de los tiempos. Así que la mejor forma de comprobarlo es retornar esas 150 toneladas a modo de muestra. Pero tampoco es tan sencillo. Las autoridades americanas son muy reacias a permitir visitas a los almacenes de la Reserva Federal en Nueva York. Y hay quienes incluso dudan de si estará todo allí. Aunque si nos fiamos de algunas estimaciones podríamos hablar de unos 80.000 millones de dólares (62.000 millones de euros) en oro alemán guardado bajo el cemento de Liberty Street. Dan ganas, pensarán algunos, de hacer el mayor butrón del mundo.



Vídeo elaborado por History Channel que se plantea si realmente hay oro en Fort Knox.

El País

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