Bill Viola: "Tuve la suerte de ser rescatado de morir"

Por: | 30 de junio de 2013

Bill Viola Retrato

Cuenta Bill Viola (Nueva York, 1951) que cuando solo tenía seis años estuvo a punto de morir ahogado. Jugaba junto a su primo en un lago y tras lanzarse al agua se sintió arrastrado hacia el fondo, envuelto en un remolino del que no podía zafarse. Pero también cuenta –quien está considerado el principal videoartista del mundo– que sintió una gran calma y tranquilidad. Nada de angustia o desesperación. Al poco tiempo, su tío, le rescataba arrastrándole con fuerza hacia la superficie, y le arrebataba de esa extraña Arcadia.

Quien conozca el trabajo de Bill Viola sabrá que a pesar de usar las tecnologías más modernas en la filmación y ese movimiento ultra lento –que ya es una seña de identidad mil veces imitada– en realidad hablamos de un creador clásico. Como a los grandes artistas, le interesa enfrentarse a los temas trascendentes. La vida, la muerte y el tránsito entre una y otra (The Passing). Por eso su trabajo parece sostenerse en los cuatro elementos esenciales de la Grecia clásica: aire, tierra, fuego y agua. A este último recurre en su exposición (Frustated Actions and Futile Gestures, Acciones fallidas y gestos estériles) que estos días, y hasta el 27 de julio, puede verse en la galería londinense Blain Southern. El artista neoyorkino, el caravaggio del videoarte, recupera esa experiencia de la niñez, la lleva a su terreno, o sea, al vídeo, y titula una de sus series más rotundas The Dreamers, siete pantallas individuales que representan otros tantos retratos bajo el agua de personas que semejan soñar o dormir. Sin duda, esta es la mejor imagen de Bill Viola: ardiendo en las aguas, ahogado en el fuego. Hablamos con él de lo sagrado y lo profano.

The Dreamers (Madison) Pregunta. ¿Qué puede contarnos de su exhibición de Londres? ¿Qué podemos ver?
Respuesta.
Se titula Frustrated Actions and Futile Gestures, y está relacionada con la obra más reciente que muestro en la exposición, The Chapel of Frustrated Actions and Futile Gestures (La capilla de las acciones fallidas y los gestos estériles). Reflexiona sobre todas las pequeñas cosas que hacemos en la vida que deben repetirse continuamente, sin fin, y cómo reconocemos estas actividades en nuestras vidas. Además hay trabajos de la serie Mirage (Espejismo), que está grabada en el desierto de Mojave –en el sur de California–, donde las temperaturas alcanzan los 50º centígrados en el verano y se forman espejismos bajo el sol del mediodía. Y también se puede ver The Dreamers [junto a estas líneas], una instalación con varias pantallas que pertenece a la serie Retratos de agua, que muestra imágenes de personas durmiendo y soñando sumergidas en el fondo del lecho de un río.

P. El agua es una presencia constante en su obra. ¿Qué significa?
R.
Para mi es vida, movimiento, crecimiento, fecundidad, corriente, profundidad, presión, nacimiento, creación, alegría, miedo, reflejo, ondas, repetición, velocidad, lentitud, fuente, cura, placer, dolor, enfermedad, muerte y misterio.

  Bill Viola Five Angels

El agua es uno de los elementos indisolubles al trabajo del artista neoyorkino. Imagen de Five Angels for the New Milenium. Cortesía del artista.

P. Cuando tenía seis años casi muere ahogado. El director de cine John Huston tuvo una experiencia similar, más o menos, a la misma edad. ¿No es una coincidencia interesante?
R. Quizá en cierto modo, pero no en el fondo. Muchas personas tienen estas experiencias y, desgraciadamente, bastantes no regresan. Tuve la buena suerte de ser rescatado por mi tío, y me dio un enorme regalo: el conocimiento de un escondido, infinito e ingrávido mundo verdeazulado bajo las aguas, una momentánea visión del paraíso que fue real y eterna. Amplió enormemente mi conciencia interior y los horizontes de mi mente de seis años. Aunque este suceso se grabó de forma indeleble en mi ser, a mi cerebro de adulto le llevó muchísimo tiempo digerir y comprender todo lo que ocurrió en esos momentos. Cuando comencé a moverme por el mundo y empecé a mostrar mi trabajo, me di cuenta de que algunas personas se me acercaban después de una exposición y me contaban vivencias similares. Puede ver en sus ojos que también habían tenido experiencias cercanas a la muerte.

Poco a poco comencé a sentirme afortunado por haber vivido algo muy especial a una edad tan temprana. Uno de los mayores regalos que he recibido es la compresión de que lo que vemos ante nosotros todos los días no es si no la punta de un vasto mundo que existe debajo y más allá de los límites de nuestra percepción y del propio tiempo y espacio. De todo esto he aprendido que todos somos valiosos, que todos tenemos algo que compartir con alguien y que cada momento que andamos y respiramos; vemos y sentimos; aprendemos y amamos en esta tierra son un regalo, un don, y deberían saborearse al máximo.

Walking on the Edge

Imagen de Walking on the Edge, 2012. Vídeo en alta definición montada en pantalla de plasma. 92,5 x 155,5 x 12,7 cm. Cortesía del artista y Blain Southern. Fotografía: Kira Perov.

P. De su trabajo siempre se ha destacado la profunda resonancia que tiene la religión.  Pero no procesa ninguna en particular. ¿No es una contradicción?
R. ¿En estos días y en esta era? Desde luego que no. Ha puesto el dedo sobre uno de los aspectos más importantes de nuestro tiempo. Algo que ha estado profundamente imbuido en la sique humana desde el origen de nuestra especie: nuestra habilidad para conectar con otro miembro del grupo sin necesidad de contacto físico. Esta siempre ha sido la salida hacia el mundo invisible desde los tiempos prehistóricos: el dominio intangible de la mente, el corazón, el alma y el espíritu. Vivimos un momento extraordinario, ya que la tecnología digital nos está mostrando el camino para movernos más allá del mundo físico y profundizar en el dominio de lo virtual y lo eterno. Ahora mismo, para la generación actual, el mundo físico se está uniendo al virtual. Cuando me encuentro con estudiantes jóvenes, muchos me dicen que no se consideran religiosos per sé (no van a la iglesia, sinagoga o mezquita), pero un gran número se consideran “espirituales”. A pesar de estas distinciones, hay en el corazón humano un anhelo de tocar algo que está más allá de nuestro yo diario; algo más grande, más sustancial, más profundo, y más lleno de significado. Todos deberíamos ser conscientes de ello, porque solo se muestra una vez en la vida.

 

P. ¿Qué influencia tiene Internet en su trabajo?
R. Ha hecho que el proceso de captura de imágenes sea más rápido así como revisar el material, distribuir la información, organizar las reuniones, conectarse, planificar viajes, preocuparse por los plazos de entrega, ahorrar tinta de la impresora, despertarse por la mañana, acordarse de sacar la basura; dar de comer al perro y al gato, y cepillarse los dientes.

Sin embargo, Internet no me ha ayudado a contemplar como la luna llena se eleva sobre mi ventana; a ver un pájaro enseñar a su cría a volar en una tarde lluviosa; a inspirarme para escribir las primeras palabras de un poema; a sostener en mi mano la carta de una madre que ya no está aquí; a ver a un hijo transformarse en un hombre; a esperar, pacientemente, que una montaña lejana cambie al final del día de un azul brillante a un rojo incendiado; a sentarme en silencio mientras una araña teje su red, y a recordar algo que ya había olvidado.

Chapel of Frustrated Actions and Futile Gestures (Detail) (2)
Chapel of Frustrated Actions and Futile Gestures, 2013. Cortesía del artista y Blain Southern. Fotografía: Kira Perov.

P. Un elemento característico de su trabajo es el uso del vídeo de alta definición y el empleo de la técnica del claroscuro. ¿Qué significan en su trabajo? ¿Por qué los usa?
R. Muchos de mis trabajos se basan en la unión de contrarios. Blanco y negro, luz y oscuridad, fuego y agua, día y noche, hombre y mujer, nacimiento y muerte. Estos son los elementos que el ser humano viene observando desde el comienzo de los tiempos. No solo son parte de nuestra cultura, sino de nuestro ser e integran el mundo natural alrededor de nosotros. Los antiguos chinos entendieron la necesidad de los opuestos, no solo a un nivel estructural en la Naturaleza, sino en una dimensión también espiritual, en relación a la experiencia humana. Esto todavía puede hallarse en la ancestral doctrina del Yin & Yang. He incorporado algunas de estas ideas en mi trabajo a través de los años en forma de interacción entre la luz y la sombra así como el uso de técnicas de slow-motion, que he explorado con mi cámara  de vídeo.

 

P. Ha estado varias veces en El Prado. ¿Cuáles han sido las obras y los artistas que más le han interesado?
R. El Prado es uno de mis museos favoritos y uno de los más excepcionales que hay en el mundo. Una de las obras que para mi resulta más inspiradora es Aparición de san Pedro Apóstol a san Pedro Nolasco, de Zurbarán. Cambió mi vida y me enseño cómo incorporar sueños, visiones y estados alterados de conciencia en mis obras.

Hace algunos años, en mi primer viaje a España, aterricé en el aeropuerto de Madrid y fui al Prado por vez primera. A pesar de estar muy cansado, marché directamente al museo para ver las pinturas. Mi cansancio después de 11 horas de vuelo me hizo muy vulnerable a las poderosas experiencias emocionales que encontré en las galerías. No necesité explicaciones, ni audioguías o textos en las paredes. Estaba absorbido por El Greco, Zurbarán, Ribera, Goya, Velázquez, Bruegel, el Bosco, Van der Weyden, y muchos otros. Estaba abrumado y agotado al final del día, y cuando regresé al hotel dormí durante más de diez horas. Fue una purificación para mi alma. He regresado al museo durante varias ocasiones después de aquella vez, incluyendo una conferencia que impartí allí en 2004, pero no he vuelto desde entonces. Espero ansioso mi próxima visita.

San Pedro Zurbarán
Aparición de San Pedro Apóstol a san Pedro Nolasco, de Francisco Zurbarán, perteneciente al Prado, y que según cuenta el propio Bill Viola le cambió la vida. Foto: Cristóbal Manuel.

 

Hay 1 Comentarios

Muy buena entrevista. Recomiendo esta web sobre bill viola:
http://federicoutrera.wordpress.com/

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Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
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Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

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