Con solo 28 años, el colombiano Óscar Murillo es el nuevo chico-maravilla del arte contemporáneo. Sus obras ya alcanzan los 300.000 euros. Foto: Michael Landsberg.
Hasta hace un par de meses muy poca gente había oído hablar de Óscar Murillo. Era uno más de los miles de artistas jóvenes (tiene 28 años) que intentan abrirse camino profesional en Londres. Oriundo de La Paila, en el Valle del Cauca (Colombia), había llegado con diez años a la capital inglesa donde sus padres, y él mismo, trabajaban en servicios de limpieza. Apasionado por el arte, se graduó, sin destacar especialmente, en el Royal College of Art, una de las principales fábricas de artistas del país, en cuyos pupitres se han sentado David Hockney, Dinos Chapman o Frank Auerbach.
Pero su anonimato ha terminado. El pasado 26 de junio un comprador no identificado pagó en la sala de subastas Christie’s nada menos que 391.475 dólares (unos 290.000 euros) por una técnica mixta de gran tamaño creada por Óscar Murillo en 2011. Y hace una semana, otra obra de Murillo, Drawing off the Wall, alcanzaba el récord del artista al rematarse por 401.000 dólares (297.000 euros) en la casa Phillips de Pury's. El comprador, tras una enconada sucesión de pujas (la pieza partía en 30.000 dólares), fue el actor y coleccionista Leonardo DiCaprio, según confirma la revista colombiana Semana. De golpe, y por arte del mercado, tenía la misma valoración económica que dos de los artistas más reconocidos de Colombia, y de América Latina: Botero y Doris Salcedo. Pero en su currículo profesional los logros son limitados.
'Drawing of the Wall', de Óscar Murillo, fue adquirida en subasta la semana pasada por Leonardo Dicaprio. El actor pagó 401.000 dólares. Récord del artista.
Sus obras no aparecen en exposiciones temporales o permanentes de ningún gran museo. Ha tenido presencia, eso sí, en la Serpentine Gallery de Londres, donde presentó una performance, y en él también londinense Institute of Contemporary Arts (ICA). Pero no hay publicada ninguna monografía sobre su trabajo. Tampoco tiene respaldo de comisarios o críticos de peso que apuntalen su trabajo. Y, en clave nacional, ningún museo colombiano posee obra suya. De hecho, no trabaja con ninguna galería de su país. Aunque parece que podría fichar por Casas Riegner.
Lo único seguro es que su trabajo gusta mucho a Charles Saatchi —el inventor de Damien Hirst, Tracey Emin o los hermanos Chapman—, quien atesora ocho obras suyas. También la familia Rubell (Miami, Estados Unidos) cuenta con varias piezas de Murillo. ¿Justificación suficiente para que sus cuadros alcancen los 400.000 dólares?