China tiene un problema enorme con las falsificaciones de arte. Hace tiempo que ha trascendido de la anécdota a lo preocupante. El último caso es gasolina sobre el fuego. El Museo de Lucheng, situado en la provincia de Liaoning, en el nordeste del país, ha cerrado después de que se conociera que al menos un tercio de las 8.000 obras exhibidas eran falsas.
Entre las falsificaciones más escandalosas, que cita el periódico The Global Times, figura una espada (foto inferior) que según el museo pertenecía a la dinastía Qing y que fue tasada en 120 millones de yuanes (13,5 millones de euros). Los expertos han averiguado que apenas vale unos pocos dólares.
El volumen de falsificaciones ha llegado a tal extremo que un estudio de 2011 de la consultora especializada en arte Artron estima que al menos 250.000 personas en 20 ciudades chinas se dedican a fabricar y vender objetos artísticos falsos. De hecho, Xiao Ping, un reconocido pintor que trabaja en la validación de arte para el Museo Nanjing, comentaba en The New York Times el pasado otoño que “el 80% de los lotes que venden las casas de subastas pequeñas y medianas chinas son réplicas”.
Además llueve sobre mojado porque el de Lucheng no es, desde luego, una rara avis. El pasado julio, el Museo de Jibaozhai, en la provincia de Hebei, fue clausurado ante la sospecha de que la mayoría de los 40.000 objetos que almacenaba eran falsos. Pero lo inaudito no fue que toda la colección semejara un gran fraude sino el descaro de algunas de las falsificaciones. Por ejemplo, habían intentado hacer pasar —cuenta el periódico The Telegraph— como si fuese un original de la dinastía Qing (1644-1912) una cerámica decorada con dibujos animados (imagen de la izquierda). También colocaron como auténtica una vasija policromada del periodo Tang (618-907) de porcelana (foto de la derecha), a pesar de que esa técnica de incorporar diferentes colores no sería descubierta hasta cientos de años después, durante la dinastía Ming (1368-1644).
Una persona frente al cartel de entrada al Museo de Jibaozhai (China), que cerró el año pasado tras descubrise 40.000 objetos falsos.
El Museo de Jibaozhai se había inaugurado en 2010 tras asumir un coste de unos 88 millones de dólares (64,5 millones de euros). Abrió sus puertas con un planteamiento muy ambicioso. La institución contaba con 12 salas que, en principio, contendrían “joyas culturales”. Tres años se tardaría en descubrir el engaño. Uno de los trampantojos más delirantes fue un grupo de objetos grabados con textos que parecían datar de hace más de 4.000 años, durante la época del mitológico Emperador amarillo. El problema es que esos trazos estaban escritos en chino simplificado, el cual no empezó a utilizarse de forma generalizada hasta el siglo XX.
Interrogado sobre el tema, Wei Yingjun, asesor del museo, aseguró que era cierto que la institución no tenía las pertinentes autorizaciones provinciales para operar pero que resultaba “bastante positivo” (sic) que se hubiera podido confirmar la autenticidad de al menos 80 de los 40.000 objetos del museo. Detrás de este dislate habita el boom de museos de todo tipo que vive China y la búsqueda del enriquecimiento rápido.
Acorde con varias informaciones periodísticas, el año pasado se abrieron 299 nuevos centros. Llenar algunas de sus salas con obra falsa se ha convertido en una manera sencilla, fácil y tentadora de ganar dinero. Y, desde luego, nada se respeta. Ni los huesos. Se estima que el 80% de los fósiles de los museos chinos son réplicas. Estén atentos si viajan al país.
Foto de apertura: El año pasado se abrieron en China 299 nuevos museos. Fotografía: Petar Kujundzic/Reuters.
Hay 3 Comentarios
Hacen bien. Dejan felices a esas personas que gustan exhibir en su casa esos jarrones chinos de los pasados siglos. Ese tipo de coleccionismo lo iniciaron los ingleses- rapiñeros de alta estirpe - hace algunos siglos y los chinos de ahora lo aprovechan.¿Por qué no ?
Publicado por: Beatriz Basenji | 29/05/2014 0:00:43
Curioso como la falsificación llega a todos los niveles. Incluso a los museos.
Publicado por: Ramón Natur | 28/05/2014 12:26:59
Y cómo se enteran? Porque los chinos son la monda falsificando, y si no lo creen, que se lo pregunten a las grandes marcas. No en balde han vivido cinco mil años de esclavitud y artesanado preciosista. Ahora nos están arruinando a todos mientras resuelven, si es posible, ese problema mlenario.
Publicado por: Delia Cortés Márquez | 27/05/2014 14:58:54