Debido al ruido y la furia que se siente estos días en el mercado del arte contemporáneo hay una subasta que ha pasado silenciosa a nuestro lado. Contemplation of the Divine (La contemplación de lo divino). Es la primera venta privada de Maestros Antiguos que organiza Sotheby’s. En este caso, en su sede de Londres. En ella se incluyen 20 pinturas y siete esculturas que abarcan desde finales del siglo XVI a la mitad del XVIII. Pues bien, 16 de estas piezas proceden de artistas españoles. Zurbarán, El Greco, Luis de Morales, Jorge Manuel Theotocópuli… De estos maestros se rematan telas de enorme calidad.
Algunas, incluso, estuvieron en su día en préstamo en El Prado. La puja termina hoy (16 de julio) y deja varias preguntas que inquietan. ¿Qué hacen estos cuadros en el extranjero? ¿Quién los vende? ¿Cuándo y porqué se permitió su salida? Ya que todos, en algún momento, salieron de colecciones nacionales.
Cada tela y cada escultura narra su propio pasado. Hemos rastreado —a partir de la información que ofrece la casa de subastas— la historia de algunos de esos lotes.
Francisco de Zurbarán. ‘San Francisco rezando’
Esta imagen (157,5 x 100,5 centímetros) devocional se puede fijar entre 1660 y 1665, hacia el final del periodo sevillano del maestro. La composición tiene ese aire de monumentalidad y el tratamiento de los volúmenes y el color tan propios del genio cacereño. La sencillez con la que representa al santo está dentro de las pautas y el espíritu de la contrarreforma. San Francisco se muestra en una gruta, arrodillado en oración y una roca le sirve como improvisado altar. Sobre ella, una calavera, símbolo de la mortalidad y la fugacidad de la vida, las Sagradas Escrituras y una sencilla cruz.
El éxito que tuvo en su tiempo esta composición lo evidencia la existencia de una variante (óleo sobre lienzo, 168 x 114 centímetros), que fue mostrada al público por primera vez en la reciente exposición dedicada a Zurbarán en el Palacio Diamanti de Ferrara (Italia). También se conoce una versión procedente de su taller, que atesora el museo de arte de Indianápolis (Estados Unidos).
La tela perteneció durante más de tres siglos a los condes de Ibangrande, cuyos descendientes vendieron la pintura en febrero de 2001 en la sala Alcalá Subastas (lote nº 288). En aquellos días, el lienzo estaba cubierto por una espesa capa de suciedad que dificultaba su atribución. De ahí paso a la galería Caylus (se puede ver en su web). El lienzo se restauró en Londres (así salió del país por primera vez), y en 2009 ya formaba parte del catálogo razonado de Odile Delenda. De hecho pudo verse hace poco en la muestra que se dedicó al pintor en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas.
En cuanto a su valor ecónomico (el artístico es evidente), un san sebastián de una calidad similar a este san francisco se remató el 8 de julio pasado en Christie’s por 722.500 libras (909.000 euros al cambio actual).
Luis de Morales. ‘La Virgen del niño’ o ‘La Virgen del sombrero’
Esta obra de pequeño tamaño (33,5 x 24,5 centímetros) estuvo en préstamo en El Prado durante la primera mitad del pasado siglo. Es un óleo sobre tabla que reúne muy bien todas las señas de identidad de ‘El Divino’. De ahí que la composición general recuerde a algunos trabajos de Rafael, mientras que la aproximación en las formas con el sfumato nos hable de la influencia, en el obrar del maestro extremeño, de Leornado y sus seguidores.
La tabla formó parte en su día de la gran colección que en el siglo XIX reunió Gonzalo Ulloa y Ortega Montañés, conde de Adanero (1833-1882), que incluía obras de Velázquez, El Greco, Zurbarán y Goya. Este coleccionista también contaba con, al menos, otra versión de La virgen con el niño, la cual se encuentra ahora en la Fundación Fondo Cultural Villar Mir (Madrid). Pues bien, el cuadro que se vende en Sotheby’s ha ido pasando de generación en generación dentro de la familia. ¿Precio? Una obra de similar tamaño y calidad se remató (lote 649) en la Sala Retiro de Madrid en 2012 por 550.000 euros. Otro precedente. En 2003 Sotheby’s vendió la composición El nacimiento de la Virgen (hoy en El Prado) por 558.000 libras (702.000 euros).
Atribuido a Jorge Manuel Theotocópuli. ‘Magdalena penitente’
'Magdalena penitente'. Obra atribuida a Jorge Manuel Theotocópuli. Óleo sobre lienzo. 62,7 x 52,8 centímetros.
Existen algunas dudas sobre la autoría de esta obra. En los últimos años, varios estudiosos de El Greco apuntan a que procede de la mano de Jorge Manuel Theotocópuli, el hijo de mayor talento del maestro cretense. Otros señalan a una tela de taller del genio y la datan entre 1610-1620.
Como explica el catálogo de Sotheby’s, esta pieza de gran calidad es una versión más pequeña de un lienzo (118 x 105 centímetros) del mismo tema que pertenece a la colección de Plácido Arango. Dentro de las variantes que se conocen de las magdalenas penitentes, la del empresario mexicano es la única firmada por El Greco.
La obra aparecía a comienzos del siglo XX en la colección de Ignacio Zuloaga en Zumaia (Guipúzcoa). Por cierto, del museo dedicado al pintor, que se halla en esa localidad vasca, el Ministerio de Cultura permitió que saliera el año pasado del país una crucifixión de gran tamaño de El Greco bajo la argumentación de ser “una obra de taller y una de sus imágenes más repetidas”. La tela se adjudicó en Londres por cuatro millones de euros, demostrando que alguien, ahí fuera, pensó que había millones de razones para que Cultura se equivocara.
Son solo tres obras, dentro de una reflexión que podría ser más amplia. Pues en la propuesta La contemplación de lo divino surgen más ejemplos. Una estupenda cabeza de San Juan Bautista, de Sebastián de Llanos Valdés (1605-1677), procedente de una colección valenciana; una crucifixión de El Greco; una soberbia talla en madera policromada (imagen de la izquierda) del Cristo Victorioso, de Bernardo de Rincón (1621-1660), proveniente de Valladolid; y el retablo del Cristo en la Cruz con la Virgen María Magdalena, de Zurbarán. En este caso llega de una colección brasileña y es el lote estrella de la venta, con un precio de tasación de 6,5 millones de libras (8.200.000 euros).
Todas las obras tendrán una justificación, más o menos aceptable, para su salida del territorio y, lógicamente, contarán con los permisos necesarios. Pero si reunimos estas historias en un mismo relato veremos que evidencian un problema real de pérdida de patrimonio. Que es la pérdida de nuestra propia identidad. Como personas, como sociedad, como país. Inglaterra ya se ha dado cuenta de que es un reto nacional e intenta ponerle fin a esta diáspora. Aquí, algunos medios aseguran que con esta venta “la pintura y la escultura española triunfan en Londres”. Triste victoria.
Fotos: cortesía de Sotheby's.
Hay 3 Comentarios
En esta venta solo hay una crucifixión grande, la de Zurbaran y hay una muy pequeña del Greco. La grande que se menciona es la que pertenecía a los Zuloaga, que estaba en su casa museo en Zumaia y que vendieron el año pasado. Los Zuloaga desde el patriarca básicamente parecen haber vivido de exportar obras del Greco al extranjero. La crucifixión de colección sevillana la expo de Toledo (que se expuso muy sucia) esperemos que no salga de España, puesto que ahora se la reconoce como una de los mejores del cretense (aunque la de los Zuloaga también era muy apreciada hasta ahora y parece que en el extranjero sigue siendo apreciada). Todo dependerá (en parte) de las decisiones de la Junta de Valoración , etc y sus secretas decisiones. ¡¡¡Publicación de las deliberaciones de la Junta ya!!!
Publicado por: Boro | 17/07/2014 12:42:35
El gran crucificado de El Greco no será el que ha estado en Toledo expuesto hasta hace poco proveniente de la colección sevillana del Marqués de la Motilla, no ?
Publicado por: Eduardo | 17/07/2014 12:10:34
La gran crucifixión de Zurbarán a la venta es un ejemplo fantástico de su última etapa, digno de cualquier museo. Estuvo en una colección brasileña, y pasó por manos de Caylus. Solo espero que no estuviera en España y el ministerio la dejara salir. Muchas veces como se narra en el post, obras para las que se solicita permiso de exportación en el ministerio con una atribución rebajada, al día siguiente de estar en el extranjero se convierten de patito feo a cisne. Debería haber algún mecanismo que sancionara estos comportamientos. Los especialistas de las casas de subastas rastrean las colecciones españolas y cuando encuentran buenas piezas las identifican y seguro que las pagan a buen precio a los dueños (si no dejarían de fiarse). Estos solo tienen que mentir al ministerio sobre la atribución que seguro que en realidad ya saben para engañar a la junta de valoración. Es como defraudar a hacienda, un deporte nacional
Publicado por: Boro | 16/07/2014 18:12:53