“Ed è subito será”. “Y de repente anochece”. El verso de Salvatore Quasimodo (1901-1968), premio Nobel de Literatura en 1959, seguro que ha viajado en la cabeza estos días de muchos marchantes italianos que ven como también oscurece en su negocio.
El mercado de reventa para los artistas transalpinos de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado es uno de los más fuertes ahora mismo. Los récord se suceden. El 17 de octubre pasado la casa de subastas Sotheby’s Londres sumó en su puja de creadores italianos 52,05 millones de euros. La cifra más alta jamás alcanzada para artistas de esa nacionalidad del siglo XX. Entre todas las piezas, destacó un Achrome (1958-1959) de gran tamaño (110 x 150 centímetros) de Piero Manzoni. La obra pulverizó todas las expectativas. Se le estimaba una horquilla de entre cinco y siete millones de libras. Pero ocho pujadores, en reñida lucha, lo subieron hasta 12,6 millones de libras (15,8 millones de euros). Esta tela, mostrada en la exposición de la Tate Beyond Painting de 2005, es una de las solo nuevas piezas de gran formato que definen esta serie. Una obra importante de un creador esencial. En la puja también se duplicaron los precios de Bonalumi, Castellani y Simeti. Sin embargo, estos días de vino y rosas pueden tener su ocaso.
La legislación italiana es muy estricta (basten más, por cierto, que la española) con la salida de obras de arte de su patrimonio. Ninguna pieza de más 50 años de antigüedad puede abandonar el país sin un permiso de exportación. Una prohibición que incide en el Arte Povera (década de los sesenta) y sus creadores, quienes son los que están logrando hoy en día precios muy altos en subasta. La preocupación de los marchantes es mayor ya que gran parte de esos trabajos pertenece a colecciones y galerías privadas italianas. Por lo que el precio de estos artistas sin duda subirá ante la falta de obra. Pero, claro, hay mucha diferencia en la cantidad que se puede conseguir si la pieza únicamente se coloca en el mercado nacional o si, por el contrario, sale fuera. Por ahí se pueden ir hasta la mitad de los beneficios.