Con arte y sonante

Sobre el blog

En un mundo de liquidez casi ilimitada, en el que los bancos centrales dan al botón de imprimir billetes a la misma velocidad que Billy el Niño desenfundaba su revolver, los ahorradores (que hoy en día somos todos) han redescubierto el valor de los activos tangibles y limitados.
O sea, que empiezan y acaban. Metales preciosos, arte contemporáneo, antigüedades, vinos, coches de colección, diamantes. Bienes que a su escasez y potencial económico aportan su carácter material. Bienes con arte y sonantes.

Sobre el autor

Miguel Ángel García Vega

Periodista y modesto coleccionista de arte contemporáneo, Miguel Ángel García Vega lleva más de 15 años escribiendo en EL PAÍS. A veces de finanzas, a veces de sociedad, a veces de arte, pero siempre conectando la vida y los números. Este blog quiere ser una piedra de Rosetta con el que entender el universo de los bienes tangibles, que en ocasiones parece, como el mundo, ancho y ajeno.

El turista como expoliador moderno

Por: | 28 de diciembre de 2014

Pompeya apertura 1

Hasta hace poco tiempo era un expolio silencioso. Quedo. Ahora llega con un enorme ruido. Los turistas, al menos algunos de ellos, están comprometiendo el patrimonio artístico de muchas ciudades y países. Aunque, quizá, en ningún lugar como Italia el problema se revela tan grave. El Coliseo, Pompeya, Herculano, la Vía Apia… el turismo vandálico no respeta nada.

Cada vez es más frecuente en aeropuertos romanos como el de Fiumicino o Ciampino que las autoridades requisen pequeñas teselas, trozos de pavés de calzadas romanas, mojones, pedazos de cerámicas o partes de frescos arrancados de sus lugares de origen. “Es un tipo de ladrón que hasta hace poco era raro pero ahora sucede más y más a menudo”, relataba a la prensa italiana en abril pasado el jefe de policía Antonio Del Greco. Muchas de estas piezas ni siquiera tienen valor monetario, simplemente se sustraen del patrimonio cultural. Como si fueran un souvenir. Tal es la rapiña que en las mochilas de algunos viajeros se han llegado a encontrar incluso grandes mojones de mármol que directamente habían arrancado de la Vía Apia.

Pompeya apertura
Cientos de piezas han podido desaparecer del recinto arqueológico de Pompeya (Italia).

Desde luego el turismo, al menos cierto tipo, es una amenaza para algunos patrimonios. Aseguran las autoridades italianas que la mayoría de las personas que detienen en el aeropuerto son ciudadanos británicos o del norte de Europa. Una vez pillados con las manos en la masa, relatan los Carabinieri, sienten la enorme vergüenza de ver, frente a sus compañeros de pasaje, cómo se extraen las piezas robadas de sus mochilas. Muchos se enfrentarán al cargo de robo del patrimonio artístico.

El tema es serio y preocupante. Massimo Osana, director del sitio arqueológico de Pompeya —la ciudad italiana sepultada por las cenizas del volcán Vesubio en el 79 d.C.—, sostiene que en los últimos años han sido devueltos cientos de fragmentos de todo tipo (teselas, yesos, ladrillos, piedras) al museo por parte de turistas que en su día los sustrajeron. En ocasiones llegan acompañados de una carta de disculpa. “Finalmente puedo dormir en paz. Me he liberado de un peso que a medida que me hacía mayor era más y más difícil de soportar para mi conciencia”. Esa fue la explicación que dio Lisa (no ha trascendido más acerca de su nombre), una turista canadiense que en junio de 1964, durante su luna de miel, robó una pieza de terracota que adornaba uno de los techos de una domus (casa) pompeyana. Lisa viajó desde Montreal para devolver lo sustraído y achacó su comportamiento a la “impetuosidad de la juventud”.

Fresco antes del robo

Fresco robado

Fragmento de fresco arrancado con cincel y escoplo de la Domus di Nettuno (Pompeya). Antes y después del robo.

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Siria: cuatro años de destrucción vía satélite

Por: | 19 de diciembre de 2014

Siria apertura
Son 39 páginas que demuestran que la destrucción y el saqueo de Siria no se detienen.
Desde hace cuatro años, su patrimonio artístico va, poco a poco, desapareciendo. Es una pérdida constante. Lo pone en evidencia un completo trabajo de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés). El informe ha estudiado a través de imágenes vía satélite en alta resolución los seis espacios sirios calificados como patrimonio de la Humanidad. A través de esas fotografías, solo la ciudad antigua de Damasco parece estar libre de daños. Peor suerte están viviendo Alepo, Bosra o Palmira, espacios donde el ser humano pasó del estar al ser.

Alepo es una ciudad que llevaba habitada desde la noche de los tiempos. Dos mil años antes de Cristo ya era un centro neurálgico del comercio de la zona y en ella han dejado su historia y su cultura el mundo romano, helénico y bizantino, entre otros. Tal vez su gran edificio sea la Gran Mezquita. Fundada en el periodo Umayyad y reconstruida, con su singular minarete, en el siglo XII. Cerca destaca una catedral de tiempos bizantinos, que más tarde se convertiría en una escuela coránica (Halawyah Madrassa). La Unesco declaró la ciudad de Alepo patrimonio de la Humanidad en 1986.

Desde el 19 de julio de 2014, la violencia alrededor de la ciudad ha sido constante. Y habitual el uso de tanques y artillería pesada. Arrinconado su patrimonio tan cerca del riesgo, el resultado ha sido muy duro para esas gastadas piedras.

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Unas plantas ‘falsas’ ponen en duda una obra maestra de Da Vinci

Por: | 10 de diciembre de 2014

Virgen de las RocasLeonardo da Vinci era un genio incluso para dar problemas. Pocas cosas hay más difíciles en pintura antigua que probar la autoría de sus obras. Desde hace cinco décadas, dos tablas se han unido al debate. Una está en Louvre, la otra la alberga la National Gallery de Londres. Ambas cuentan una apasionante historia, que tiene como centro dos versiones distintas de La Virgen de las rocas.

La que atesora la pinacoteca francesa está considerada la primera versión que pintó el maestro, la segunda sería una réplica de su propia mano. A esta conclusión llegó la National Gallery en 2010 tras un trabajo de restauración. Hasta esa fecha se consideraba que podría ser obra de alguno de sus ayudantes.

Comparación Leonardo
A la izquierda. la versión de Louvre de 'La Virgen de las rocas', de Leonardo da Vinci; a la derecha, la  que atesora la National Gallery de Londres. Foto: The Guardian.

Sin embargo un informe reciente de la geóloga y experta en historia del Renacimiento Ann Pizzorusso tira por tierra, nunca mejor dicho, esa conjetura. La tabla inglesa no tiene sentido ni geológico ni botánico. “La flora de la versión del Louvre es perfecta. Muestra plantas que pueden crecer en una gruta oscura y húmeda”, relata Pizzorusso en el rotativo inglés The Guardian. “Pero las plantas de la propuesta londinense son inexactas. Algunas no existen en la naturaleza y otras están mal dibujadas con un número equivocado de pétalos”. Lo cual es impensable en Leonardo, pues exigía fidelidad máxima en todas sus representaciones. El detalle y el verismo eran señas ineludibles de la casa.

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Aníbal Jozami: "Los verdaderos coleccionistas no son ricos"

Por: | 02 de diciembre de 2014

Aníbal Jozami Aníbal Jozami (Buenos Aires, 1949) es sociólogo y empresario. Su mujer, Marlise Ilhesca, es una periodista brasileña editora de la revista Archivos del Presente. Ambos —patronos del Museo Reina Sofía— atesoran una de las mejores colecciones de arte moderno y contemporáneo de Latinoamérica. Son 40 años de un entusiasmo que se ha inventariado en más de 1.000 piezas. Pero la contabilidad poco importa. Lo trascendente es que la atraviesa una única mirada. El compromiso social y político. La visión de los otros.

Jozami empezó a coleccionar en 1974. Estaba en paro. Había sido despedido de la empresa argentina donde trabajaba. Eran años difíciles para un militante político implicado en su tiempo. Un día, caminando, se topó con la galería L’Atelier de Raquel Silbenam. Entró. Después de varias visitas salió con dos cuadros bajo el brazo y el compromiso de ir pagándolos —a pesar de estar desempleado— cuando pudiera. Poco a poco. Cumplió su acuerdo. Desde entonces nunca ha vendido una sola obra y es la prueba, junto a su mujer, de que coleccionar es ante todo un ejercicio de reunir pasión, no de amasar dinero.

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