El avatar del correo electrónico de la venezolana Solita Mishaan es una imagen de Mafalda. El personaje contestatario, inquieto y lúcido que dibujó Quino es una buena fotografía reflejada en el espejo de esta licenciada en Derecho que posee una de las mejores colecciones de arte latinoamericano del mundo.
Solita compró su primera obra en 1985. Era una pintura, La cruz del sur, del artista argentino Guillermo Kuitca. Desde entonces su pasión por el arte ha permanecido sin fisuras. Intensa. En el camino de 30 años, los fondos de su colección se han ido completando con Iñaki Bonillas, Mateo López, Carlos Garaicoa, Alfredo Jaar, Nicolás París, Miler Lagos, Barbarita Cardozo, Elías Crespin, Ivan do Espirito Santo… Decenas de nombres que construyen una colección respetada, que le ha permitido sentarse en los comités de adquisiciones del MoMA o de la Tate Modern de Londres.
Inquieta como es, el año pasado lanzaba su último proyecto: la fundación Misol. Con sede en Colombia, persigue promover el arte latinoamericano, apoyar a sus artistas y darles las facilidades para producir su trabajo; algo que muchas veces no encuentran.
Con una agenda medida, contesta a Con arte y sonante a través del correo electrónico mientras se acerca Arco.