Vayan a verla. Es la única escultura de Miguel Ángel que se conserva en España. Les aguarda (del 31 de marzo al 28 de junio) en la sala 47 del edificio de Villanueva del Museo del Prado dentro del programa “La obra invitada” que promueve la fundación del museo. Es San Juan Bautista niño o, sencillamente, San Juanito. Una obra —de 130 centímetros de altura— que ha tenido una vida tan dura como el mármol blanco de Carrara con el que fue cincelada allá por el siglo XV.
En agosto de 1936, al principio de la Guerra Civil, la escultura fue devastada. En un acto bárbaro (algunos lo han atribuido a la Sección Ferroviaria de Linares de la CNT) fue molida a golpes, rota en decenas de pedazos y la cabeza quemada. Hasta entonces, el miguel ángel se había conservado en la Capilla del Salvador, en la localidad jienense de Úbeda. Junto a la obra del genio florentino también se destruyó casi por completo un retablo de madera de Alonso Berruguete, del que únicamente permaneció vivo el retrato de Cristo.
Después del paso de la turba, cuando la Capilla hacía las veces de garaje, solo se pudieron recoger 14 fragmentos. Más o menos el 40% de la obra. Incluso hoy la rumorología de la ciudad cuenta que un vecino guarda en su casa buena parte de la cara de la escultura. Sea cierto o no, poco parecía que se pudiera hacer con tan poca obra superviviente. Pero en 1994, la Fundación Casa Ducal de Medinaceli-Sevilla, propietaria de la escultura, entregó los pedazos al Opificio delle Pietre Dure de Florencia. Uno de los centros de restauración más prestigiosos del mundo. Si ellos no podían salvarla, entonces habría que rendirse.
Los restauradores iniciaron el proceso. Pero pararon. La tecnología de la época no era suficiente para el reto de la tarea y había dudas de por dónde empezar. Hacía falta más tiempo. Por ejemplo, el mármol del rostro, quemado, había absorbido los óxidos del fuego y el humo y la pieza estaba muy ennegrecida. Sin embargo, el tiempo pasa y la mejora tecnológica hace posible intervenir el miguel ángel. Se utiliza la última tecnología en reconstrucción volumétrica láser 3-D y, por sorpresa, aparece una foto (imagen de la izquierdad) de la parte posterior de la escultura fechada antes de 1936. Los especialistas, por fin, tienen una guía que seguir. La pieza se monta con los fragmentos originales de mármol, se incorporan las partes perdidas fabricadas con fibra de vidrio y luego son estucadas, entonadas con témpera y selladas con cera y barniz. De esta forma no se crea un falso histórico sino que se recupera una obra donde los añadidos son claros y evidentes para cualquiera.
Expuesta desde el siglo XVI en la Capilla del Salvador, es una obra de juventud (1495-1496) del maestro anterior a la Piedad del Vaticano y a los frescos de la Capilla Sixtina. La trajo a España Francisco de los Cobos, secretario y favorito del emperador Carlos V. De hecho fue un regalo del duque de Florencia, Cosmé I de’ Medici, y formó parte de la capilla sepulcral que mandó construir De los Cobos en su ciudad natal de Úbeda. Vayan a verla.
Fotografía de apertura: San Juan Bautista niño, Miguel Ángel. 1495-1496. Partes originales en mármol y reconstrucción en resina, 140 x 40 x 43 cm. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.