“A la gente le da miedo mezclarse con la circulación de las autopistas de Los Ángeles”. El arranque de Menos que cero, la novela con la que Breat Easton Ellis retrató a una generación de jóvenes angelinos, acude a la memoria cuando hablas con algunos de los artistas españoles que viven en la ciudad. Sumadas sus fuerzas, casi sin proponérselo, han dado forma a una generación de creadores que va desde la veintena a la treintena larga de edad. Jóvenes que trabajan sobre todo en el terreno conceptual atraídos por la fuerza de gravedad de centros como CalArts (Instituto de Artes de California) y UCLA. Dos de las mejores escuelas de arte del mundo.
¿Pero cómo han llegado a una ciudad que está a 10.000 kilómetros de Madrid? Además de CalArts hay otras motivaciones más “mundanas”. La vida en la ciudad, pese a las distancias y el tráfico, resulta relativamente cómoda y es más asequible que en Nueva York. Los estudios son más baratos, los materiales, la comida, el transporte… A lo que se une un clima similar al del mediterráneo. Atraídos por esta nueva arcadia artística, Patricia Fernández (1980), Elena Bajo (1975), Laida Lertxundi (1981), Erlea Maneros Zabala (1977), Elena Lavellés (1981) y Adrià Julià (1974) han establecido allí sus vidas y obras.
'Its yours now. Its all that there is', de Patricia Fernández. Óleo y dibujo sobre madera de nogal tallada. Fotografía: Thomas Mueller.
“Aquí hay muchísimo arte, espacios nuevos, museos, galerías; movimiento”, desgrana Laida Lertxundi. “Antes que en Los Ángeles viví en Nueva York y resultaba más difícil meterle horas al taller porque tenía poco tiempo y casi nada de espacio”.
A la búsqueda de ese lugar propio llegó cuando era una adolescente Patricia Fernández. Hija de funcionarios del Ministerio de Exteriores se formó en UCLA y después en CalArts. “Me quedé aquí” —relata— “porque me pareció un lugar donde se valoran las ideas (por muy ambiciosas que puedan ser). Además existe comunidad, apoyo entre los artistas y espacio para todo tipo de investigaciones y procesos”. Con eso, sin nombrarlo, se refiere a su proyecto artístico. Patricia Fernández lleva varios años recuperando la memoria, el camino y, desde luego, el dolor de los exiliados republicanos que en 1936 tuvieron que huir del país por los Pirineos. “Los Ángeles es una ciudad que se vuelve a escribir constantemente. Hay muchas historias y mitos del pasado, pero no se tiene miedo de mirar al futuro”, resume la artista.
Elena Bajo. 'Is Music the Absence of World'. Bastidores de madera. 250 x 160 cm. 2014.
Porque el arte no deja de ser un ejercicio de contar historias, cada uno la suya. Elena Bajo —cuya propuesta artística se basa en “abstracciones materiales” o “escultura-performativa”— ha encontrado en la ciudad un lugar donde “se puede hacer un trabajo más libremente” que en Nueva York, sin estar sujeto a tantas “restricciones económicas”. Eso sí, “la forma de vida diaria puede ser un poco más solitaria y menos social que en la Gran Manzana. Pero esto, que podría parecer una rémora, resulta positivo porque te concentras en tu trabajo y no tienes distracciones. Aquí todavía queda espacio para la imaginación”.
Elena Lavellés. 'Get Directions'. De la serie 'Miguel Blesa Bankia 10/10'. Tinta sobre papel.
Esa libertad creativa es lo que más aprecia Elena Lavellés. “Es una cultura muy individualista, para lo bueno y lo malo”, sostiene. “Esto hace que la gente esté muy acostumbrada a buscar alternativas y existe mucha más libertad y menos control para emprender y llevar a cabo ideas que pueden parecer completamente marcianas”.
Elena empezó su periplo estadounidense gracias a una beca que ganó en la Universidad de Siracusa. Allí estuvo un año trabajando como profesora de fotografía hasta que sintió que tenía que crecer y solicitó una plaza en CalArts. La obtuvo, y lleva dos años centrada totalmente en su obra. Se la escucha feliz. “En esta ciudad se promueve un tipo de arte que cuenta, que trata temas de actualidad y que te incluye dentro del mundo, no te excluye. Algo que muchas veces ocurre cuando se habla de esta idea prefijada de lo que es un artista (narcisista). Alguien que se pasa las horas y los días dentro de su estudio, mirándose a sí mismo y su obra, preocupado por las formas y no tanto por lo que ocurre en el exterior; donde viven los demás”.
'Llora cuando te pase'. Exposición de Laida Lertxundi en La AlhóndigaBilbao.
Foto de apertura: Jonathan Alcorn.
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