Ni una sola silla libre. Ni un hueco. Los asistentes con el teléfono móvil en la mano grababan un momento único en la historia del arte y los dineros. En la mítica sala del Rockefeller Plaza de Nueva York, la casa de subastas Christie’s volvía a repetir el milagro de los panes y los peces.
Cuando se pensaba que el mercado del arte se daría un respiro tras los precios de vértigo en los que lleva emborrachado desde hace un par de años, una pintura fechada en 1955 de Picasso, Les femmes d’Alger (Version O), se convertía en la obra más cara vendida nunca en subasta. Un comprador anónimo ha pagado 179.365.000 dólares (160.675.000 euros) por una tela que reinterpreta el conocido cuadro de 1834 de Eugène Delacroix, Mujeres de Argel.
La última vez que el picasso salió al mercado fue en noviembre de 1997, cuando se vendió en Christie's por 31,9 millones de dólares. Fue adquirido por un coleccionista de Arabia Saudí que lo ha tenido guardado en su residencia de Londres.
'Mujeres de Argel', de Eugène Delacroix. Obra que reinterpreta Picasso en 'Les Femmes d’Alger (Version ‘O’)'.
De esta forma desbancaba del ranking de la obra más costosa al tríptico Three Studies of Lucian Freud (Tres estudios de Lucian Freud), que fue rematado en noviembre de 2013, también en Christie’s, por 142,4 millones de dólares. Esa fue la cifra que pagó por los tres lienzos Elaine Pascal Wynn, exmujer del magnate de los casinos Steve Wynn.
'Three Studies of Lucian Freud' de Francis Bacon. Hasta la venta de 'Les femmes d'Alger', de Picasso, era la obra de arte más cara de la historia rematada en subasta.
El dinero, como se ve, sigue llegando al arte y no parece que vaya a detenerse. “No veo el final de estos precios a menos que los tipos de interés caigan con fuerza, algo que no creo que suceda en un futuro cercano”, analiza en el periódico The Guardian Richard Feigen, un marchante de Manhattan.
Tanto es así que 30 minutos después de adjudicarse el multimillonario picasso, un bronce de Alberto Giacometti, L’homme au doigt (El hombre que señala), se vendía por 141.285.000 dólares (126.563.000 euros). Bastante cerca de los 130 millones en los que inicialmente había tasado la obra la casa de subastas. Con esos números se ha convertido en la escultura más cara adjudicada nunca. Esta obra confirma el peso del artista en el mercado de esta disciplina, ya que rompe su propio récord que había fijado con L’homme qui marche I (El hombre que camina I). Otro vaciado en bronce que se remató durante 2010 en Sotheby’s Londres por 104,3 millones de dólares. Al final se supo que la pieza aumentó los fondos de la colección de la multimillonaria Lily Safra.
Detalle de 'L’homme au doigt'. La escultura ha permanecido en la misma colección durante 45 años. Foto: Christie's.
L’homme au doigt está fechado en 1947, mide 177,5 centímetros y es uno de los seis vaciados (junto a una prueba de artista) de los que consta la edición. Esta misma escultura, con diferente numeración, forma parte de las colecciones del MoMA de Nueva York y de la Tate de Londres. Y según el portal especializado en el sector artinfo.com, el vendedor habría sido el más que discreto magnate inmobiliario Sheldon Solow.
Desde luego que una subasta consiga sumar más de 320,7 millones de dólares (287,2 millones de euros) con solo dos obras es extraordinario. Nunca había sucedido. Y marca el punto de partida de una puja que muchos ya consideran única en la historia. De los 35 lotes que salieron a la venta solamente uno (un calder no muy interesante) quedó sin adjudicar, y 29 obras superaron el millón de dólares. Pero junto a ese gran titular, la subasta Looking forward to the past (Deseando que llegue el pasado) deja otras lecturas.
Claude Monet. 'Le Parlement soleil couchant', 1901. Adjudicado por 40.485.000 dólares. Foto: Christie's.
El objetivo de Christie’s era alcanzar 500 millones de dólares por la venta de esos 35 lotes, y la puja finalmente se cerró con unos remates totales que sumaron 705,8 millones de dólares (633 millones de euros). Por ahí, un éxito. Además la letra pequeña aporta también buenas noticias. Al menos para la sala y los vendedores de las obras.
Pablo Picasso. 'Buste de femme', 1938. Vendido por 67.365.000 dólares. Foto: Christie's. Foto: Christie's.
En la misma puja, Jean Dubuffet (1901-1985) establecía su récord al encontrar comprador su óleo sobre lienzo Paris Polka (1961) por 24.805.000 dólares (22.220.300 euros). También batía sus números personales el pintor escoces Peter Doig, quien es capaz de vender con solo 56 años una tela (Swamped) por 25.925.000 dólares (23.223.600 euros). Vende, por decirlo así, a precios de Mark Rothko. Otro pintor, esté sí validado por los libros de historia, Chaim Soutine (1893-1943), remató el óleo Le Bœuf (1923) por 28.165.000 dólares (25.230.200 euros). El precio más elevado conseguido por el artista.
Esta tela de Jean Dubuffet (1901-1985) fue adquirida por un coleccionista anónimo en 24.805.000 dólares. La cifra más alta lograda por el pintor y escultor francés en subasta. Foto: Christie's.
'Swamped' (1990), del artista escocés Peter Doig, se remató por 25.925.000 dólares. Récord del pintor. Foto: Christie's.
El óleo sobre lienzo 'Le Bœuf' (1923) es la obra más cara vendida en subasta del pintor Chaim Soutine. Foto: Christie's.
Bajo el título Looking Forward to the Past y dirigida por Loic Gouzer, 34 años, quien trabaja en el departamento de arte de postguerra y contemporáneo, la puja de anoche en Nueva York muestra el éxito de un nuevo modelo. Por primera vez se mezclan en una misma subasta lotes de grandes nombres del arte contemporáneo y moderno que abarcan un siglo de creación.
El díptico de Andy Warhol 'Silver Liz' encontró comprador por 28.165.000 dólares. Foto: Christie's.
Loic Gouzer es conocido en el sector por formular propuestas que buscan romper los rígidos moldes de las casas de subastas. En mayo de 2014 planteó un discurso totalmente opuesto al de Looking Forward con If I Live I’ll See You Tuesday (Si estoy vivo, te veré el martes). En esta subasta remató 35 piezas de artistas muy jóvenes o que se encontraban en la mitad de su carrera. Una idea con riesgo. De ahí la ironía. A partir de ese titular Christie’s facturó 134,6 millones de dólares. Todo un éxito que Gouzer ha sido capaz de repetir anoche gracias a utilizar obras de primer nivel.
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