Es un viejo conocido del mundo arte de finales de los años 90. Quien tenga memoria para estas cosas recodará como el alcalde de Nueva York, en aquellos tiempos el muy devoto Rudy Giuliani, estaba realmente enfadado por una muestra que se celebraba en el Museo de Brooklyn. Era octubre de 1999 y el publicista y coleccionista inglés Charles Saatchi promocionaba con una ambiciosa exposición en la ciudad neoyorkina el famoso movimiento Young British Artists (YBAs), que el mismo impulsó. De entre el conjunto de obras, que Giuliani no dudó en calificar de algo “enfermizo”, hubo una que le enfadó especialmente. Era la imagen de una Virgen María negra pintada a partir de excrementos de elefante y que estaba rodeada por un collage de imágenes sacadas de revistas pornográficas. El autor de la obra, el británico Chris Ofili, ganador del premio Turner, la había titulado The Holy Virgin Mary (La Santa Virgen María). Escandalizado, el alcalde intentó cerrar la muestra retirando los fondos al museo. Pero un juez federal evitó el dislate.
A pesar del ruido, o gracias a él, la obra fue adquirida por David Walsh, un coleccionista y emprendedor australiano quien se había convertido en millonario gracias a un sistema para acertar en diversos juegos de azar. Con el tiempo, Walsh se ha vuelto muy popular en el circuito artístico por su museo subterráneo (Museum of Old and New Art) en Tasmania (Australia), que mezcla arte conceptual con momias egipcias o antigüedades griegas. Un síntoma de lo que para algunos significa hoy coleccionar.
Pero ahora David Walsh ha decidido poner en valor una de las obras más representativas, junto con el tiburón en formaldehido de Damien Hirst, de aquellos jóvenes artistas británicos. La Santa Virgen María se subasta el próximo 30 de junio en la puja de arte contemporáneo y de postguerra de Christie’s en Londres. El precio que maneja la sala es de 2,3 millones de dólares (unos dos millones de euros) y según The New York Times la pieza sale con un valor mínimo garantizado, lo cual significa que en la práctica ya está vendida. Veremos por cuánto. De momento, la obra más cara adjudica en subasta del artista fue Orgena, una pintura de 1998 que encontró comprador en junio de 2010 por 2,8 millones de dólares.
Foto: cortesía Christie's y MONA.
Hay 1 Comentarios
Muchas gracias por publicar esta obra tan exquisita que nos regaló Chris Ofili, es admirable su uso de colores y formas evocadoras y envolventes. Del mismo modo que provocadoras en el pensamiento de muchos.
Publicado por: Mónica Andrés Álvarez | 19/11/2015 22:52:32