Tiene buena pinta la próxima edición de ArcoMadrid. La feria cumple 35 años y hacía mucho que no se veía un plantel tan sólido de marchantes. A la espera de ver las obras y los artistas concretos, una muestra en la que participan Marian Goodman (Nueva York), Continua (San Gimignano), Thaddaeus Ropac (París), Spruth Magers (Berlín), Kurimanzutto (México D.F.), Carlos/Ishikawa (Londres), Gregor Podnar (Berlín), Jan Mot (Bruselas), Fortes Vilaça (Sao Paulo), Neugerriemschneider (Berlín), Esther Schipper (Berlín) y Proyectos Monclova (México D.F.) cuenta, desde luego, con el beneficio de la duda. Todas las galerías anteriores son foráneas. Porque si la próxima edición de ArcoMadrid mantiene una seña de identidad es la internacionalización. El 72% de las que acuden llegan de fuera. En total, se han seleccionado 224 galerías (169 en el programa general), y por primera vez en dos décadas la muestra no contará con un país invitado. Una fórmula, por cierto, que funcionó muy bien con Colombia el año pasado.
A la próxima edición de Arco acuden 224 galerías de 29 países.
Con la nueva orientación, la feria pierde foco pero gana amplitud de mirada. Otra buena noticia es el regreso de algunas galerías que hacía tiempo que no se veían en ArcoMadrid. Vuelven Giorgio Persano, Bärtschi y Thaddaeus Ropac. Desde luego, más allá de la efeméride, las buenas ventas de las dos últimas ediciones tienen mucho que ver en este retorno. El mercado del arte (como todos) no es muy sentimental. Eso sí, se sigue echando de menos que la feria no sea capaz de captar más marchantes de primer nivel estadounidenses. Resignados a ciertas carencias, los comisarios Catalina Lozano, Aaron Moulton y María y Lorena Corral se han encargado de seleccionar a las galerías que representan esas tres décadas largas de feria.
Arco celebra sus 35 años de feria.
A vista de web y de PDF, en la sección Opening (dedicada al arte emergente) destacan las propuestas de Carlos/Ishikawa (Londres), etHALL (Barcelona), Oficina 1 (Caracas) y Tatjana Pieters (Gante). En clave nacional estarán todas las galerías habituales. Porque este año no habrá ninguna deserción.
Y como única superviviente española de la primera edición de Arco solo la marchante Juana de Aizpuru, prueba evidente de la fragilidad del oficio de galerista.