Sotheby’s había anunciado la subasta durante semanas como la más importante de la última década. En juego, y sobre la mesa, 500 millones de dólares (458 millones de euros) en obras de arte. En total, 77 lotes que una vez pertenecieron a la colección de A. Alfred Taubman, antiguo presidente de Sotheby’s, quien falleció el pasado abril a los 91 años. Personaje conflictivo fue condenado por conspirar para fijar los precios junto a su archirrival Christie’s. Algo, por cierto, que siempre negó.
Pablo Picasso, 'Femme assise sur une chaise', 1938. Vendido por 20 millones de dólares (18,3 millones de euros).
Eso es el pasado, en el presente la liturgia de la subasta estaba preparada en la sala de Nueva York para ser una noche memorable. Un espacio abarrotado, la familia Taubman (la viuda y sus tres hijos) sentados en las primeras filas e incluso se había dejado una silla vacía en recuerdo del coleccionista. La apuesta era arriesgada, porque Sotheby’s —según varias informaciones— habría garantizado de su bolsillo más de 500 millones de la puja. Más o menos la cantidad que se pensaba podría recaudar si el mercado y los coleccionistas respondían bien. Sin embargo, pese a venderse el 90% de los lotes, solo se alcanzaron 377 millones de dólares (345 millones de euros). Una cifra corta, ya que representa únicamente dos millones por encima del mínimo estimado para la puja. Conseguir 377 millones resultó desilusionante para muchos, y la dudas aparecieron. “Es un sentimiento triste”, cuenta la marchante parisina Christian Ogier, quien estuvo presente en la subasta, en The New York Times. “Han intentado presionar los [precios] estimados, pero no hay movimiento. Estoy un poco preocupada por la gente de Sotheby’s”. ¿Se está enfriando el mercado?
En principio no parece un buen augurio para lo que está por llegar, diez días de subastas en los que Phillip’s, Christie’s y Sotheby’s pretenden vender 2.000 millones de dólares (1.831 millones de euros) en obras de arte. Una forma de tentar los límites, que las tres salas establecieron en la temporada de subastas de la primavera pasada cuando lograron enajenar piezas por valor de 2.500 millones.
Amedeo Modigliani, 'Paulette Jourdain', 1919. Vendido por 42,8 millones de dólares (39,1 millones de euros). En la imagen, la obra cuelga en la residencia de A. Alfred Taubman.
Mientras llega todo esto, la puja de anoche deja más preocupaciones que alegrías. El mejor remate lo consiguió un excelente retrato de Amedeo Modigliani por el que batallaron cinco coleccionistas. Al final, Paulette Jourdain (1919) se vendió por 42,8 millones de dólares (39,1 millones de euros), cuando la previsión inicial era de 25 millones. También encontró una cifra elevada el segundo lote más caro de la noche. Una tela (Untitled XXI) de 1976 del expresionista abstracto Willem de Kooning que se cerró en 24,89 millones de dólares (22,8 millones de euros). Tampoco le fue mal a Picasso. Un retrato de su amante Dora Maar —que en su día perteneció a la colección del modista Gianni Versace— cambió de manos por unos 20 millones de dólares (18,3 millones de euros). Y Frank Stella estableció su récord mundial al rematarse la pintura Delaware Crossing por 13,69 millones de dólares (12,5 millones de euros).
Frank Stella alcazó su récord mundial con la tela 'Delaware Crossing', que se vendió por 13,69 millones de dólares (12,5 millones de euros).
Ahora bien, sin compradores se quedaron Edgar Degas o Jasper Johns poniendo en evidencia que tal vez, al fondo, empiezan a aparecer algunas nubes en el soleado y veraniego mundo del mercado del arte contemporáneo.
Fotos: cortesía de Sotheby's.