Con euros y a lo loco

Sobre el blog

La entrada en el euro de España y otras economías del Sur de Europa les permitió financiarse a unos tipos de interés históricamente bajos. Particulares y administraciones se endeudaron para gastar a lo loco. En el caso español, la fiesta acabó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Ahora toca pagar esos excesos, aprender del rigor fiscal y capacidad de ahorro de nuestros socios alemanes y reformar la economía para encontrar un nuevo modelo productivo que nos permita volver a crecer. Pero, ¿cuánta austeridad nos podemos permitir en medio de una recesión? Y ¿servirá esta para que Alemania se fíe de sus socios del sur y acceda a reforzar institucional y financieramente la deficitaria unión monetaria? El futuro del euro depende de ello.

Sobre la autora

Victoria Carvajal

Victoria Carvajal, economista por la New York University, fue redactora en la sección de Economía de El País en los años convulsos de la peseta en su recta final hacia la unión monetaria. Ahora en este blog pretende analizar el también convulso momento que vive la zona euro y otros temas relacionados con la economía internacional.

Archivo

julio 2014

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
  1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13
14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27
28 29 30 31      

Categorías

Que se lo digan a la prima de riesgo...

Por: | 23 de marzo de 2012

Montaje en el semanario Bild de Mario Draghi con casco prusiano

¿Lo peor ha pasado? ¿Será que las autoridades europeas creen que diciéndolo muchas veces va y se cumple? Y, si es así, que se lo digan a la prima de riesgo española, la de los bonos soberanos y no la de Cádiz. España paga ya un 5,5% de intereses para financiarse a 10 años en los mercados interacionales, o 360 puntos más que a Alemania, el nivel más alto desde enero. A juzgar por esta evolución, el riesgo de insolvencia vuelve a estar sobre la mesa y la posibilidad de que España tenga que reestructurar su deuda ya ha dejado de ser remota para algunos.

Mario Draghi cree que la situación se estabiliza y que los peores momentos de la crisis de la eurozona han quedado atrás. A juzgar por la alarmante evolución del coste de financiación de España, nadie lo diría. Tal vez pretenda calmar a sus opositores alemanes dentro del Banco Central Europeo que preside, contrarios a las masivas inyecciones de liquidez que ha dado a la banca. O aspire con sólo decirlo a exorcizar el peor escenario posible, que España o Italia entren de nuevo en una espiral alcista de sus tipos de interés que haga insostenible su financiación en el largo plazo.

No es difícil reconocer la triple amenaza que acecha a la eurozona: el agravamiento de la recesión ante un inflexible calendario de consolidación fiscal; el elevado endeudamiento público y privado que impide relanzar la demanda (en el caso de España suman un 363% del PIB según Mckinsey Global Institute), y la frágil situación de la banca que obstaculiza el crédito a empresas y particulares. Y todo ello en un entorno de menor crecimiento de las economías emergentes y de imparable encarecimiento del petróleo. En España, ese panorama se ve agravado por una tasa de paro que roza ya el 25%. ¿Alguien da más?

Seguir leyendo »

¿Un ajuste a la griega?

Por: | 15 de marzo de 2012

Crisis-España

Poco importa el tirón de orejas que nos ha dado Bruselas. Querer fijar unilateralmente el objetivo de déficit para este año ha sido un bochornoso alarde de soberanía nacional que es mejor olvidar, sobre todo cuando en la puerta de al lado Rajoy firmaba con su socios europeos un pacto fiscal que supone precisamente una cesión de la misma... lo normal, por otra parte, pues en eso consiste Europa. Tampoco es relevante si España ha conseguido que sea un 5,5% del PIB y no el 4,4% inicial. Sinceramente, aquí de lo que se trata es de que en plena recesión y con 5,27 millones de parados (última EPA), España va a tener que aplicar en tan sólo veinte meses un ajuste salvaje, cuyas consecuencias en el crecimiento económico son preocupantes: reducir el déficit del 8,5% al 3% del PIB equivale nada más y nada menos que a 59.000 millones de euros netos o lo que es igual, por ejemplo, al presupuesto anual de España en Educación y Defensa. Algunos expertos auguran ya a España una contracción del 2% en el PIB durante los dos próximos años. Esto significa que al ajuste hay que añadir la previsible caída de ingresos y aumentos del gasto social que acompañan a toda contracción del PIB, por lo que la cifra del ajuste es aún mayor.

Guindos y Rehn bromeandoEstamos hablando de un recorte similar al exigido a Grecia o a Portugal o a Irlanda, y nadie ignora los nefastos resultados que este ha tenido en términos de crecimiento, empleo y endeudamiento, sobre todo en el caso de las dos primeras, cuyos PIB han caído un 7% y 3% en 2011, respectivamente. Las posibilidades de que España entre en una espiral de recesión, mayor déficit, aumento de la deuda para financiarlo, nuevos ajustes, más recesión, etc.. son muy elevadas. Sus consecuencias en el empleo, sencillamente aterradoras. Todas las esperanzas están puestas en que la liquidez inyectada por el Banco Central Europeo aleje el fantasma de la insolvencia y permita a Madrid ganar tiempo para que las reformas laboral, financiera, de control de gasto autómico, etc.. tengan efecto en el empleo, el crédito y el déficit, y ello a su vez permita suavizar el impacto de las nuevas y durísimas medidas de austeridad que nos esperan. Pero, si la economía se contrae trimestre tras trimestre y el déficit tarda en corregirse, ¿nos darán los mercados ese tiempo?

Los esfuerzos por reducir el endeudamiento del Estado coinciden, además, con los que en la misma dirección están haciendo el sistema financiero. En su mayoría, están aún digeriendo en sus balances el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y por ese motivo el necesario crédito a las pymes, generadoras de empleo y riqueza, no llega. Por desgracia, esta circunstancia, la de que tanto el sector público como el privado en España estén endeudados hasta arriba, sólo apunta en una dirección: profundizar la recesión (y dificultar la consolidación fiscal de paso). Porque, ¿quién va a tomar el relevo de la demanda interna si tanto el sector público y el privado están en proceso de despalancamiento?  Queda el sector exterior. Pero con un euro que no termina de depreciarse lo suficiente para de verdad ganar competitividad fuera de la eurozona y unos socios europeos en recesión, es difícil que por el momento esto ocurra.

Seguir leyendo »

Un cortafuegos creíble

Por: | 05 de marzo de 2012

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal