Con euros y a lo loco

Sobre el blog

La entrada en el euro de España y otras economías del Sur de Europa les permitió financiarse a unos tipos de interés históricamente bajos. Particulares y administraciones se endeudaron para gastar a lo loco. En el caso español, la fiesta acabó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Ahora toca pagar esos excesos, aprender del rigor fiscal y capacidad de ahorro de nuestros socios alemanes y reformar la economía para encontrar un nuevo modelo productivo que nos permita volver a crecer. Pero, ¿cuánta austeridad nos podemos permitir en medio de una recesión? Y ¿servirá esta para que Alemania se fíe de sus socios del sur y acceda a reforzar institucional y financieramente la deficitaria unión monetaria? El futuro del euro depende de ello.

Sobre la autora

Victoria Carvajal

Victoria Carvajal, economista por la New York University, fue redactora en la sección de Economía de El País en los años convulsos de la peseta en su recta final hacia la unión monetaria. Ahora en este blog pretende analizar el también convulso momento que vive la zona euro y otros temas relacionados con la economía internacional.

La austeridad pierde apoyo en los mercados

Por: | 30 de abril de 2013

 

Corren malos tiempos para los predicadores de la austeridad a ultranza. No sólo los cálculos erróneos de los profesores de Harvard Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart sobre la relación de la deuda y el crecimiento han sacudido sus fundamentos, también el FMI ha alertado contra su práctica integrista y uno de los máximos gurús del mercado de bonos, Bill Gross, ha dicho que Europa tiene que empezar a gastar. Hasta el conservador y más bien sumiso José Manuel Durao Barroso ha advertido de que la austeridad ha hecho caer en picado el apoyo ciudadano al proyecto europeo. Pero quizá lo más interesante es que los mismos mercados que en junio del año pasado pusieron al borde del colapso a la unión monetaria por considerar intolerables los desequilibrios fiscales de los países deudores del Sur, ahora celebran toda señal que indique que se afloja la soga de la austeridad y aplauden toda política de estímulo que se alinea con las puestas en marcha por los bancos centrales de Estados Unidos y Japón.

Los dos años más dados a España para reducir su déficit, el deseo del nuevo Gobierno de coalición italiano de limitar las políticas de ajuste, las dificultades de Francia y Holanda para reducir sus déficit, la agudización de la recesión en toda la eurozona... Todo apunta a que Alemania no va a tener más remedio que ser más flexible con sus principales socios en el euro e incluso atender las llamadas del mundo entero para que aplique políticas de estímulo en su economía, empezando por permitir mayores subidas salariales.

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