Con euros y a lo loco

Sobre el blog

La entrada en el euro de España y otras economías del Sur de Europa les permitió financiarse a unos tipos de interés históricamente bajos. Particulares y administraciones se endeudaron para gastar a lo loco. En el caso español, la fiesta acabó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Ahora toca pagar esos excesos, aprender del rigor fiscal y capacidad de ahorro de nuestros socios alemanes y reformar la economía para encontrar un nuevo modelo productivo que nos permita volver a crecer. Pero, ¿cuánta austeridad nos podemos permitir en medio de una recesión? Y ¿servirá esta para que Alemania se fíe de sus socios del sur y acceda a reforzar institucional y financieramente la deficitaria unión monetaria? El futuro del euro depende de ello.

Sobre la autora

Victoria Carvajal

Victoria Carvajal, economista por la New York University, fue redactora en la sección de Economía de El País en los años convulsos de la peseta en su recta final hacia la unión monetaria. Ahora en este blog pretende analizar el también convulso momento que vive la zona euro y otros temas relacionados con la economía internacional.

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Los bancos centrales, prisioneros de sus estímulos

Por: | 09 de junio de 2013

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Après moi, le déluge. O lo que es lo mismo: Después de mí, poco me importa lo que venga. La frase atribuida a la amante del rey Louis XV, Madame Pompadour, parece haberse convertido en la máxima de los hasta hace poco pilares del conservadurismo financiero, los bancos centrales. La economía mundial está más que nunca gobernada por ellos. El escaso margen de maniobra de los gobiernos de las principales potencias para estimular sus economías debido a sus altos niveles de endeudamiento, ha convertido a la política monetaria en el principal instrumento para superar la crisis. Puede que el Banco Central Europeo sea más conservador que la Reserva Federal o el Banco de Japón, pero nadie duda de que la política monetaria se ha adentrado en un terreno desconocido. La dependencia de de los agentes económicos en sus políticas de estímulo dificultan el regreso a la normalidad. Los tipos de interés casi negativos de una Europa financieramente fragmentada, que impide que los estímulos lleguen allí donde más se necesitan, o las masivas compras de activos por parte de las autoridades monetarias en EEUU, Reino Unido o Japón no terminan de reactivar la economía mundial y están provocando una volatilidad sin precedentes de los precios de los activos que amenaza con arruinar las posibilidades de conseguirlo. 

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