Una resaca interminable

Por: | 30 de enero de 2014

EM mkt

No hay descanso. Apenas se comienza a vislumbrar la salida de la recesión de las economías europeas y se consolida el crecimiento en EEUU, los mercados emergentes parecen abocados a protagonizar la tercera fase de una crisis financiera que no cesa desde su estallido en 2008 con el fiasco de las hipotecas basura en EEUU. Al descalabro financiero que esto provocó a ambos lados del Atlántico le siguió la crisis de la eurozona. ¿Es ahora el turno de los países cuyas tasas de crecimiento han sido la envidia de las viejas economías avanzadas en estos últimos años? La retirada de los estímulos a la economía en EEUU y la desaceleración de China han puesto en el punto de mira a las economías emergentes más dependientes de la entrada de capital exterior a causa de los desequilibrios que han acumulado. El peligro de que haya un efecto contagio de la huida indiscriminada de capital pone de nuevo en peligro la consolidación de la recuperación mundial.

India, Indonesia, Brasil, Turquía y Sudáfrica tienen en común varias cosas: un crecimiento que ha perdido fuelle, escasos ahorros, una elevada inflación, unas monedas debilitadas, una alta dependencia de las importaciones y una fuerte necesidad de capital exterior para financiar su déficit. El caso de Argentina, con menor peso económico, es más extremo: es una economía intervenida, con una inflación del 25% y un peso que parece condenado a devaluarse un 50% debido a la desconfianza de los inversores en la capacidad del Gobierno de Cristina Fernández de gestionar la crisis.


Todos los intentos por contener la especulación contra las monedas de los emergentes están resultando inútiles. Los mercados no creen que en un entorno de crecimiento débil estos países puedan mantener los elevados tipos que les exigen para no huir de sus monedas. La celebración de elecciones generales este año en India, Indonesia, Brasil y Turquía dificultan aún más el mantenimiento de esta política restrictiva por parte de unos bancos centrales que no son del todo independientes.

El ejemplo de Turquía, que sorprendió a los mercados con una radical subida de los tipos (del 4,5% al 10%) es ilustrativo. La lira sigue cayendo. Ni siquiera Brasil e India, con unos bancos centrales más independientes que se han anticipado a los ataques con graduales subidas en los últimos meses, están logrando eludir la presión especulativa. El efecto contagio parece inevitable.

Este nuevo episodio de la crisis financiera tiene algo de dèjá vu. La historia reciente demuestra que las subidas de los tipos de interés no son siempre eficaces para defender una moneda. Más bien lo contrario: En 1992, la libra esterlina salió del sistema monetario europeo, embrión del euro, pese a subir los tipos de interés del 10% al 15% y gastar cantidades ingentes de sus reservas en el llamado miércoles negro. España devaluó cuatro veces la peseta para permanecer dentro. Ni la subida al 500% de los tipos en Suecia evitó que el país nórdico acabara devaluando la corona entonces. Tailandia lo intentó también en 1997, cuando el tipo de cambio de su moneda estaba vinculado al dólar. Un año después entró en bancarrota y arrastró a la región a una dolorosa crisis financiera de la que han tardado años en salir.

Fed perspective_2


Por el momento, la volatilidad que están viviendo los mercados emergentes, cuyo peso económico ha aumentado velozmente hasta representar el 50% del PIB mundial, no ha alterado la hoja de ruta marcada por el presidente saliente de la Fed, Ben Bernanke, al que muchos han cubierto de gloria por los efectos de la famosa Quantitive Easing en la recuperación de la economía estadounidense. Si bien estos están aún por demostrar su solidez, lo que está claro es que las inyecciones masivas de dinero durante tanto tiempo (ver en el gráfico aquí arriba lo que ha aumentado el balance de la Fed) han tenido también unos efectos colaterales, de distorsión del riesgo y del valor de algunos activos, sobre todo en los mercados emergentes, de los que nadie se hace ahora responsable.

La Fed sigue adelante con su retirada, indiferente a esta sangría. El recorte en febrero será de nuevo de 10.000 millones dólares (de 75.000 a 65.000 millones), el segundo en dos meses. Está por ver si la sustitución de Bernanke por Janet Yellen, la primera mujer en la historia en presidir el banco central más poderoso del mundo, supondrá un cambio.

Pero no sólo recae sobre EEUU la evolución de los males de las economías emergentes. La debilidad de China, principal receptora de muchas de las exportaciones de materias primas de estos países (Rusia en especial), complica la salida de esta crisis. Si el plan de reformas económicas y sociales presentado el pasado noviembre sale adelante, lo más probable es que el gigante chino recobre sus alas. En su contra pesan la opaca deuda privada, que puede llegar al 180% del PIB, de numerosas entidades crediticias fuera de control y los casos de corrupción que erosionan la credibilidad del Gobierno comunista y su autoridad para sacar adelante las reformas.

La resaca de la crisis está resultando interminable. Cuando parece que ya se está consolidando la recuperación, otro episodio vuelve a ponerla en cuestión. ¿Servirán de algo las lecciones del pasado para mejor gestionar la crisis de los emergentes? ¿Puede permitirse Estados Unidos no mirar más allá de sus fronteras e ignorar la inestabilidad de unas potencias que ya suman más de la mitad de la riqueza mundial? ¿Se despejarán las dudas sobre China? La globalización en estado puro, para lo bueno y lo malo.



Hay 6 Comentarios

Esta crisis esta acabado con todo. Esperemos que llegue a enderezarse todo alguna vez.

Al final parece que la llegada de Janet Yellen esta siendo bien acogida por todos.

Muy interesante la aportación, enhorabuena, yo creo que en España teambien estamos corriendo muchos riesgos al permitir que nuestra deuuda supere el 100% del PIB.

Para bmh: veo que has leído este artículo:
http://blogs-lectores.lavanguardia.com/colaboraciones/¿como-se-especula-atacando-una-moneda
Un artículo muy recomendable. Por cierto, se escribe "Hedge Funds", no "Hedge Funs".

Totalmente de acuerdo, frydman. ¿Cómo saber si la debilidad económica de un país es real o meramente ficticia, en un principio, debido a los ataques especulativos contra su moneda de los Hedge Fun, previa compra masiva de swaps en descubierto? Ficticia en un principio capaz de envolver a países que normalmente no hubieran tenido dificultades en una dinámica de subida de intereses que acaban por hacer más millonarios aún a los especuladores a costa del debilitamiento, ahora sí real, del país así atacado. Y debilitamiento del país significa miseria, hambre y retraso en progreso para millones de personas, ya que esos mismos especuladores, para proteger sus préstamos obligan a los países a recortes suficientes para asegurarse su cobro, hasta el punto de que ponen a sus empleados en puestos claves de la economía de esos países. Tenemos a de Guindos aquí, a Draghi allí, a Mario Monti en el otro lado, Antonio Borges más allá....La plantilla completa de la mayor agencia de especulación del mundo: Goldman Sachs....(bancas comerciales les llaman, je,je)

Alguna vez, en el pasado lejano, la inversión en valores era una manera de movilizar financiación con un riego acotado: lo peor que podía suceder era que una acción valiera cero. Eso cambió, ahora "los mercados" no son una manera eficiente de invertir, son en sí mismos.
¿para qué dejar quieto el dinero en una inversión real si siempre habrá algo que atacar, algo que obligar a malvender?: A "los mercados" la recuperación mundial les trae sin cuidado. El crecimiento rinde mucho menos que desplumar a los pobres, los gobiernos, el medioambiente. Las noticias están para que los valores suban y bajen. No significan nada. Como nada significa ese dinero que multiplica por 7 la economía real. Lo que sí es real es que 85 personas poseen lo mismo que los 3000 millones más pobres. Y nosotros, los que sabemos leer y escribir, les ayudamos a conservarlo. Son 85, tienen nombres y apellidos....

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Con euros y a lo loco

Sobre el blog

La entrada en el euro de España y otras economías del Sur de Europa les permitió financiarse a unos tipos de interés históricamente bajos. Particulares y administraciones se endeudaron para gastar a lo loco. En el caso español, la fiesta acabó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Ahora toca pagar esos excesos, aprender del rigor fiscal y capacidad de ahorro de nuestros socios alemanes y reformar la economía para encontrar un nuevo modelo productivo que nos permita volver a crecer. Pero, ¿cuánta austeridad nos podemos permitir en medio de una recesión? Y ¿servirá esta para que Alemania se fíe de sus socios del sur y acceda a reforzar institucional y financieramente la deficitaria unión monetaria? El futuro del euro depende de ello.

Sobre la autora

Victoria Carvajal

Victoria Carvajal, economista por la New York University, fue redactora en la sección de Economía de El País en los años convulsos de la peseta en su recta final hacia la unión monetaria. Ahora en este blog pretende analizar el también convulso momento que vive la zona euro y otros temas relacionados con la economía internacional.

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