Chávez en la página online de El Universal de Caracas.
Cualquiera que haya jugado béisbol sabe lo escurridiza que es la pelota. La situación elegida este jueves por Hugo Chávez para desmentir que estaba a punto del rigor mortis no pudo ser mejor: el presidente venezolano se puso un guante y, de buen humor, apareció ante la prensa cachando (verbo obligado al hablar del juego de la pelota caliente) y lanzando bolas. Un día antes, el diario El Nuevo Herald había publicado una nota con el contundente título de "Insuficiencia renal mantiene a la salud de Chávez en vilo". Para seguir con el argot beisbolero, la nota del diario de Miami habría sido un jonrón (del inglés Home run) de no ser porque unas horas después el propio Chávez, si bien disminuido pero de buen humor, daría una rueda de prensa para desmentir los rumores. Hay que reconocer sin embargo que los detalles de la enfermedad de Chávez, incluido su tratamiento en Cuba, se ha mantenido en tal reserva que a cualquiera le puede pasar que por querer robarse una base, termine ponchado.