Berta Cáceres, líder indígena hondureña asesinada el 3 de marzo de 2016. Una más entre tantas otras mujeres indigenas latinoamericanas asesinada por su compromiso en la lucha por la igualdad y la dignidad humanas.
En América Latina persisten altísimos niveles de desigualdad de género, de violencia y femicidio, procesos de discriminación y exclusión que tienen como principales destinatarias a las mujeres de todas las edades. La disparidad salarial se ha vuelto estructural en mercados de trabajo que, como nuestras sociedades, se han edificado sobre la base del patriarcado y del machismo institucional.
Desde hace casi ya 30 años se aplican políticas orientadas a la igualdad y, sin embargo, la participación y representación de las mujeres en el sistema político sigue siendo bajísima. En algunos países, han disminuido de forma progresiva. Tampoco han mejorado de manera significativa la representación de las mujeres en la dirección de las grandes empresas o de las principales universidades; menos aún, en el servicio diplomático de algunos países latinoamericanos o caribeños.
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, mucho más que festejar, en América Latina, deberíamos hacer un enorme esfuerzo por reflexionar acerca de las razones que nos han vuelto la región más desigual y más violenta del planeta. Una desigualdad y una violencia que ataca principalmente a las mujeres, a los jóvenes y a las jóvenes, a los niños y a las niñas. Una desigualdad y una violencia que nos interpela y nos obliga a no ser indiferentes.
Entre tanto, a pesar del enorme déficit que tiene el continente en materia de justicia social, América Latina es una de las regiones del mundo donde las mujeres más han contribuido al desarrollo de la investigación social. Como la academia también es machista y patriarcal, muchas veces esta importantísima contribución pasa desapercibida, se la desprecia con sintomática indiferencia o se la reduce al reconocimiento del trabajo de las científicas sociales latinoamericanas y caribeñas en el estudio de los asuntos de género.
Comparto aquí con Uds. un conjunto de entrevistas a mujeres que actúan en el campo académico de nuestra región, algunas de las cuales también cumplen funciones públicas o representativas. También, incluyo aquí dos testimonios. Uno, sobre el brutal asesinato de la dirigente indígena hondureña, Berta Cáceres. Otro, sobre el impresionante movimento de lucha contra el femicidio iniciado en la Argentina bajo la consigna #NiUnaMenos.
Hoy, 8 de marzo, es un día más en el largo esfuerzo por hacer de América Latina una región más democrática, igualitaria y justa. Mañana y pasado también lo serán.