Sillicon Valley es la cuna de grandes empresas tecnológicas que no solamente son punteras en informática y comunicación. En sus dominios se gestan innovaciones sociales que son a la vez reflejo y motor de otros cambios más profundos. Cuando Esteve Jobs trataba de convencer a los empresarios para que regalaran a sus empleados portátiles y teléfonos móviles, no estaba solo tratando de aumentar la cuota de mercado de sus productos. Estaba definiendo un nuevo modelo de relación laboral en el que frontera entre trabajo y vida privada se difumina por completo. Su argumento era que facilitarles la conexión permanente no solo fideliza a los trabajadores y permite que se identifiquen más con la causa de las empresa, sino que les hace mucho más productivos. Al fin y al cabo, una buena idea puede surgir en cualquier momento.
Algunos directivos se han tomado tan en serio este nuevo paternalismo propio de patronos liberales pero sumamente posesivos que han teorizado la necesidad de velar por el bienestar integral de sus empleados y algunos han incorporado incluso la figura del Chief Happiness Officer, algo así como un responsable de la felicidad de la plantilla, lo cual, por cierto, no les impide la más despiadada aplicación de la flexibilidad laboral, es decir, despedir sin contemplaciones cuando les conviene. Solo los mejores tienen derecho a ser felices.
En esta línea de innovaciones, dos de las grandes marcas tecnológicas, Facebook y Apple, han incluido en su catálogo de incentivos ayudas económicas para la “maternidad extendida”, eufemismo abstruso donde los haya pues la maternidad es un hecho biológico que ocurre o no ocurre, pero no se extiende. En realidad lo que ofrecen a sus empleadas es la posibilidad de posponer la maternidad sufragándoles un tratamiento de congelación de óvulos.
A primera vista, suena bien. La empresa se preocupa por el bienestar psicológico de las empleadas que tienen ansias de maternidad pero que no acaban de encontrar el momento porque piensan que tienen que dedicar toda su energía a su carrera. Y hasta generoso, porque el tratamiento cuesta 8.000 euros más una cuota de mantenimiento de 400 euros mensuales. Pero en realidad es mucho más que todo eso. Es el resultado de un modelo en el que la maternidad no solo es un incordio para las empresas, como muy bien nos ha recordado hace poco Mónica Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios, sino que las propias mujeres comienzan a percibirla como un obstáculo a su progreso profesional.
Justo cuando se encuentran en el momento más exigente de sus carreras, sienten el apremio del reloj biológico. En entornos de alta competitividad, muchas mujeres renuncian a ser madres y otras apuran tanto que ya no llegan a tiempo. Así es como la edad de la primera gestación se ha ido retrasando en España hasta más allá de los treinta años y la tasa de natalidad se encuentra entre las más bajas del mundo: 1,4 hijos por mujer.
Apple y Facebook ayudan ahora a sus empleadas a posponer la decisión, con la promesa engañosa de que podrán intentarlo más adelante. Engañosa, porque la congelación de óvulos es una técnica muy reciente que no asegura en absoluto que se vaya a producir un embarazo. En el mundo apenas han nacido 2.000 niños a partir de óvulos congelados y no sabemos cuántos intentos han fracasado. Hay que tener en cuenta que para conseguir un embarazo, además de que el óvulo sobreviva a la congelación, ha de ser fecundado in vitro y la tasa de éxito de esta última técnica no llega al 30%.
Sospecho que en el fondo, lo que Apple y Facebook hacen es facilitar que las mujeres en edad fértil no se distraigan con los deseos de maternidad, con la falsa ilusión de que no necesitan renunciar a ella, sino solo posponerla. Sin aclarar que, en la práctica, lo más probable es que acabe siendo una renuncia. Como bien advierte Eugene Morozov en su crítica al solucionismo, la idea de que la técnica nos sacará de todos los aprietos es errónea. Las tecnologías no pueden resolverlo todo. Pero la cuestión tiene más enjundia de la que parece. Es una expresión de los cambios que el neoliberalismo económico está introduciendo en el modelo de relaciones sociales, y que dan lugar a lo que el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han define como la sociedad del rendimiento.
Como el modelo tradicional de relaciones laborales —sujetas a normas disciplinarias, con jornada laboral y condiciones de trabajo pactadas— no permitía aumentar la productividad, el sistema ha inventado un nuevo modelo en el que es el propio individuo el que fija sus objetivos. Y lo hace en un entorno cultural de máxima competitividad en el que siempre puede hacer algo más para triunfar. El sujeto de rendimiento interioriza de tal modo el sistema de autoexplotación que, como Prometeo, acaba encadenado a una rueda que le hace responsable único de su éxito o su fracaso.
Las empresas tecnológicas se han convertido en las abanderadas de esta nueva filosofía que convierte a cada empleado en un emprendedor de sí mismo. “Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley", dice Han. “El inconsciente social pasa del deber al poder”. No se trata solo de hacer lo que se tiene que hacer y lo que se espera que uno haga, sino de hacer más. Siempre más. En esa espiral, cualquier distracción, por ejemplo la maternidad, puede ser letal para una prometedora carrera.
Todo eso y mucho más es lo que subyace en el simpático incentivo de los óvulos congelados.
Hay 9 Comentarios
Todo este tipo de avances que van contra la naturaleza me parece un paso atrás. Pienso que debemos ser conscientes de la importancia de nuestra faceta animal, biológica o genética, como queramos llamarla y empezar a olvidarnos de las leyes de la mente.
Publicado por: Luisa | 17/11/2014 12:13:10
¿Fin de la humanidad, con 1500 millones de chinos y unos pocos menos de hindús? Por no hablar de sudamericanos, africanos... ¿Qué pasa, en occidente somos el ombligo del mundo o qué?
Publicado por: Len | 07/11/2014 12:39:27
El artículo evite los estadísticos de las vidas de los óvulos congelados porque no son tan buenos de los de embarazos naturales. Creo que esta idea de las compañías es una táctica para tratar de conseguir que los clientes piensen sobre el trabajo en lugar de la familia por un período de tiempo más largo. Aprecio el corazón de los empleados, pero están sobrepasando sus límites en que contribuyen a las decisiones de una mujer.
Publicado por: Kayla H | 04/11/2014 9:40:44
Me gustan los compañía como Google y Facebook porque en mi opinión, ustedes tratan sus empleados con respecto y los empleados saben que su trabaja es importante en el gran éxito. Yo encuentro muy admirable porque cuando una persona investía en tu, hace que usted a tener un deseo para trabajan mas mejor. Especialmente cuando un persona trabajan en un gran compañía, para sienta que perteneces, útilmente debe hacer el dinámica entre la compañía mejor por todos. Pero, en mi opinión, es muy extraño por los jefes para pagar y fomentar la usa de congelamiento de óvulos porque este cosa no efecto su trabajo y solo es parte de su vida personal.
Publicado por: Brooke Mejorado | 03/11/2014 6:40:03
Pues a mí no me parece mal. Primero, porque no obligan. Segundo porque eso no implica que las mujeres renuncien a ser madres cuando les dé la gana.
De hecho lo veo positivo, como un seguro, como la tendencia de guardar las células del cordón umbilical para posibles futuros usos médicos.
Porque no es sólo el hecho de retrasar la maternidad, es el hecho de tener la posibilidad (cara) de guardar los óvulos de mujeres con antecedentes de menopausia precoz, de ovarios poliquísticos, de mujeres que quieran cubrirse las espaldas frente a posibles casos de cáncer cuyos tratamientos les impidieran ser madres una vez superados.
Me parece una medida estupenda en un país donde la Seguridad Social no cubre esos tratamiento e insisto, son muy caros.
Yo en particular no lo veo como un estímulo a la NO maternidad, sino todo lo contrario.
Marie Curie trabajó mucho y tuvo dos hijas estupendas, con ayuda, por supuesto. Por ahí debería pasar todo, por ayudar a las mujeres a poder elegir cómo quieren criar a sus hijos.
Lo que me molesta es que si un padre viaja continuamente o dispone de poco tiempo es como si no pasara nada, pero si una madre lo hace es una desaprensiva. Pues no.
Se trata de crear una cultura pro maternidad, la maternidad como un valor, lo demás vendrá dado por añadidura
Publicado por: Paz | 31/10/2014 13:30:34
La propuesta de estas dos empresas es espeluznante.
Els mensaje subyacente es que las mujeres no pueden disfrutar de su biología y ritmo natural con libertad. El ritmo biológico de las mujeres no está integrado en su sistema laboral.
Tener que renunciar a la maternidad cuando la deseas no es la liberación de las mujeres.
Parece que todavía hay muchos que no lo entienden.
Publicado por: Laia | 27/10/2014 21:43:01
Creo que "parece" que la sociedad actual sólo se mueve en la visión a corto plazo...
La ayuda a las madres y padres no existe, todo son obstáculos. Acaso no es rentable para las empresas que haya más "consumidores", acaso no es rentable para el país que haya más ciudadanos...
Estoy totalmente de acuerdo en que se pueden tomar muchas medidas... pero no hay voluntad de hacerlo...
Publicado por: madre estresà | 27/10/2014 11:22:08
Gracias por escribir sobre este tema... Veo con sorpresa que no hay ni un solo comentario... Qué solas estamos las mujeres en esto "tan sin importancia" de ser madres... Está visto que vamos hacia el fin de la humanidad y estos tíos "tan listos" y gurús de este Tiempo que nos ha tocado vivir tan contentos oye...
Ante tanta aberración... intento educar a mis hijos hacia el bien común y no hacia el yo yo yo y sólo yo.... que predican estos gurús...
Publicado por: madre estresà | 27/10/2014 10:40:35
Parece que a nadie le interesa este tema... pues a mi sí. Opino como la autora del artículo, esa medida de "apoyo a la maternidad" puede tener justo el efecto contrario que se supone que busca. Las trabajadoras se relajan pensando que en el futuro podrán ser madres, pero a ninguna se le asegura el 100% de efectividad de las técnicas de fecundación asistida.
Por otro lado, ¿no sería más fácil y quizá hasta más económico implantar políticas de empresa y laborales que permitan a mujeres y hombres (no nos olvidemos que los hombres también son padres) planificar el momento de tener descendencia en el momento en que LES APETEZCA sin miedo a que ello tenga repercusiones en su futuro laboral?
No sé cómo estará el panorama en EE.UU, pero aquí en España ya sabemos qué sucede, porque se encargó la Señora Oriol de recordarnos que una mujer que se queda embarazada es un incordio para cualquier empresario/a.
Si los hombres disfrutaran de un permiso de paternidad intransferible y de la misma duración de el de las mujeres, el "incordio" lo tendría el jefe/a igualmente si contrata a un hombre que a una mujer. Pero, obviamente, no sólo esa medida ayudaría. Otras muchas otras. Pero medidas que fomenten realmente la empleabilidad de mujeres que deseen ser madres, no que fomenten el retraso de la maternidad.
Publicado por: Arm | 24/10/2014 14:06:19