Nacido hacia 1431 y desparecido en 1463, François Villon fue tanto un truhán como el mejor poeta francés de su siglo. Una vez, cuando estaba pendiente de ser ejecutado en la prisión de Chatelet, escribió su poema más célebre, Balada de los ahorcados. Comienza así: “Hermanos, los humanos que aún seguís con vida, / no tengáis con nosotros el corazón muy duro”. Y termina: “Hermanos, yo os lo juro, en esto no hago burlas; más bien, rogad a Dios que nos absuelva a todos”.
Me he acordado de Villon al conocer en El Cairo la noticia de que el fiscal del juicio contra Hosni Mubarak ha pedido la pena de muerte para el militar que fue dueño de vidas y haciendas durante tres décadas en Egipto. Mubarak, ha dicho el fiscal en su alegato, debe ser considerado responsable de los cientos de muertes violentas (850 entre el 25 de enero y el 11 de febrero de 2011, según los cálculos oficiales) producidas durante la represión de la revolución popular que terminó con su derrocamiento.
“Aunque, como asegura la defensa, fuera verdad que él no ordenó directamente esos actos, sigue siendo responsable de los mismos porque fueron cometidos cuando él era presidente”, dijo el fiscal Mustafá Suleiman, según informa la agencia oficial EgyNews. “Como presidente”, añadió, “su obligación era proteger a todos los ciudadanos egipcios y adoptar las medidas necesarias para terminar con la matanzas”. Presente en el tribunal -sentado en una cama hospitalaria instalada en una jaula-, Mubarak, de 83 años de edad, escuchó atentamente a Mustafá Suleiman. Este miércoles, 22 de febrero, la defensa hará su propio alegato final y el tribunal fijará entonces una fecha para el veredicto.
Tahrir fue el gran ágora de la revolución egipcia del 25 de Enero. Hoy, algo más de un año después, este espacio enorme y desvencijado de El Cairo presenta un aire tristón. Quedan unas cuantas jaimas que intentan mantener el espíritu de la protesta, hay basura por todas partes (como en cualquier otro lugar de la metrópolis) y los peatones y automovilistas vuelven a hormiguear por allí ocupándose de lo suyo, aparentemente tan indiferentes a la aceleración de la historia como el cercano Nilo. Eso sí, pintadas y murales recuerdan en toda la zona lo que supuso Tahrir… y lo que podría volver a suponer (aunque el momento actual sea de bajón, la revolución quizá no esté terminada). Algunas de esas pintadas representan a Mubarak con un lazo de horca en torno al cuello.
Como los norteamericanos y tantos otros pueblos, los egipcios –la mayoría de ellos-, no ponen reparos a la pena capital. No conozco que haya encuestas al respecto, pero no me extrañaría que, de haberlas, ganara ampliamente la opinión expresada por el el fiscal Suleiman: Mubarak debe morir.
Las esperanzas suscitadas por la caída de Mubarak se van desvaneciendo en Egipto. Sus sucesores, la Junta Militar del mariscal Tantawi, aprietan cada vez más las cuerdas a los valientes impulsores del 25 de Enero. Blogueros, periodistas y activistas dan con sus huesos en la cárcel cada dos por tres. Cooperantes norteamericanos que intentaban impulsar los valores democráticos son procesados como “subversivos”. Trabajadores de la televisión pública que piden mayor independencia, pluralismo y profesionalidad son sancionados. Y cada vez que los que se llaman a sí mismo “revolucionarios” vuelven a reunirse en Tahrir son apaleados y tiroteados.
Aliados de facto con los militares, los Hermanos Musulmanes dominan el Parlamento y se suman a las campañas de desprestigio de los demócratas (El Baradei, por ejemplo, no sería un verdadero musulmán puesto que tiene una hija casada con un extranjero; este tipo de cosas).
La angustia económica del común de los egipcios se dispara porque el desempleo crece, el turismo disminuye y las reservas en divisas del Estado se reducen. Lo explotan al alimón los militares y los Hermanos Musulmanes diciendo que ya está bien de revolución, que con la caída de Mubarak y las elecciones del pasado otoño es más que suficiente y hay que volver a la ley y el orden.
Los Hermanos Musulmanes, eso sí, no ocultan que a ellos el ahorcamiento de Mubarak les parecería un buen colofón. En esto, y en bastantes otras cosas, tienen, como diría François Villon, el “corazón endurecido”.
Uno lo ve al revés. Ni Mubarak ni nadie debe perder la vida a sangre fría a manos de otro ser humano. En cambio, la revolución debe continuar: la sangre derramada por esos mártires cuyos retratos pueblan Tahrir y alrededores no puede contentarse con menos que un poquito de libertad y un poquito de justicia en el Valle del Nilo.
En cuanto a Fillon, escapó a aquella horca que le esperaba en Chatelet. Pero el mal trance le permitió adelantarse varios siglos con su poema a los documentos escalofriantes sobre la pena de muerte que escribieron Truman Capote en A sangre fría y Norman Mailer en La canción del verdugo.
P.S. del 22 de febrero: Tras escuchar el alegato final de la defensa, que solicitó la absolución, el tribunal ha fijado el próximo 2 de junio como la fecha del veredicto. La impresión mayoritaria en El Cairo es que Mubarak no será condenado a muerte. Y aunque lo fuera, las apelaciones alargarán el proceso unos cuantos años más.
En el banquillo de los acusados se han sentado, además de Mubarak, sus dos hijos y su ministro del Interior, El Adly. Los cargos incluyen la represión mortífera de las protestas populares de enero y febrero de 2011 y asuntos de corrupción.
Las familias de las víctimas, y buena parte de la opinión pública egipcia, han lamentado que este juicio se haya celebrado con todo –policía, ministerio del Interior, fiscalía, judicatura, legislación…- heredado, sin el menor retoque, de la era de Mubarak. El mariscal Tantaui, jefe de la Junta Militar que depuso a Mubarak y asume desde entonces el poder, testificó a puerta cerrada. Se ha filtrado que Tantaui, ministro de Defensa de Mubarak, declaró que el rais no ordenó disparar a los manifestantes.
Otro de los acusados, el entonces ministro del Interior El Adly, se salió con la peregrina idea de que quienes dispararon aquellos días fueron militantes del grupo libanés Hezbolá y el palestino Hamás infiltrados en las protestas populares.
Por lo demás, las condiciones de detención de los juzgados podrían calificarse de confortables; Mubarak está en un hospital desde el que acudía en helicóptero a las sesiones del juicio.
Hay 11 Comentarios
Europa esta missing en Egipto y todo Medio Oriente. Es una verguenza. Siento decirlo, pero el unico apoyo, solo un poquito, que llega a los democratas arabes es los USA. gente de ONG´s americanas esta siendo perseguida en Egipto por esa razon. Europa prefiere los dictadoras (los USA tambien pero al menos han olido el viento del cambio, Europa ni eso)
Publicado por: Randa | 25/02/2012 12:31:08
Ojito, las revoluciones claro que son liberadoras. Se nota que usted no ha vivido bajo Gaddafo Mubarak o Assad. Otra cosa es que, como en todas las revoluciones, surjan fuerzas conservadoras, reaccioanrias, contrarrevoloucionarias, como lo son los islamistas. Por eso, habibi, sigue la batalla...
Publicado por: Hassan | 24/02/2012 15:00:14
Discusiones teóricas sobre la pena de muerte?. Acaso no sabéis lo que ha pasado en Libia tras la muerte de Gadafi?. Y eso que era a los luchadores por la libertad, la democracia y la civilización a quienes apoyábamos con los bombardeos que tumbaron a Gadafi. Claro que es verdad que los valientes periodistas que murieron en Siria ya no estaban allí para contarnos lo que está pasando. Parece que no hay valientes periodistas hoy en Libia, gente preocupada por la violación de los derechos humanos, por la violación de las humanas y humanos que allí viven ni por la suerte de los niños y niñas que están a merced de "nuestros amigos islamistas". Como dice pepe, venga Javier vuelve a contarnos todo eso que nos contabas hace unos meses de la revolución liberadora árabe.
Publicado por: ojito | 22/02/2012 20:06:49
Pues sí, coincido con quienes como yo, alucinan con que EEUU o China, pero sobre todo EEUU, la pena de muerte siga vigente. Nunca he podido comprender cómo el pueblo americano -no en su totalidad, lógicamente- acepta que se mate con esa frialdad. Basta ver películas como Pena de muerte, o leerse A Sangre fría, para comprender que no tiene sentido que se apruebe el asesinato frío, calculado y protocolario de un Estado.
Publicado por: María | 22/02/2012 11:18:28
¿Cuál es la ventaja de sustituir dictadores laicos por dictadores islamistas?
Publicado por: lucas | 22/02/2012 10:16:26
Javier, creo que ya están notando las mujeres y todos los demás los efectos de esta gloriosa primavera árabe. Creo que en Libia los derechos de las mujeres han mejorado mucho, sobre todo los de las mujeres que vivían en los pueblos y ciudades que apoyaban a Gadafi... Podías contarnos lo que les pasó a ellas y a sus familiares?. También creo que los derechos individuales han mejorado y más que lo van a hacer. Creo que ya les han reconocido el derecho a cambiar de religión si quieren y a creer o a no creer en Dios si les da la gana...
Venga Javier, sigue contándonos las ventajas y la extensión de derechos humanos que han traído estas revoluciones verdes... perdón árabes.
Publicado por: pepe | 22/02/2012 8:41:24
Pues si, Javier, una también lo ve como tú, quitar la vida a otro ser humano no es "natural" . Ojalá los egipcios encuentren un camino para la libertad después de la valentía de Tahrir.
Excelente crónica, didáctica e informativa.
Publicado por: Angie | 22/02/2012 6:28:18
Los Hermanos Musulmanes fueron reprimidos con mucha dureza durante el la dictadura de Mubarak, es logico que no le tengan mucho aprecio y si la "justicia" lo ejecuta no creo que derramen ninguna lagrima.
En cuanto a los democratas, siempre fueron una minoria y era mas que previsible que los HHMM son los verdaderos ganadores de la revolucion.
En cuanto a la Junta, ellos tratan de sobrevivir pactando con los HHMM cuotas de poder
Publicado por: Fernando | 21/02/2012 18:21:42
Lo preocupante es que los americanos compartan con los chinos y otras "democracias" parecidas el entusiasmo por la pena de muerte....
Publicado por: Julia | 21/02/2012 17:17:07
Excelebnte post!!! De acuerdo tambien contigo, amigo Javier, nadie debería quitar la vida a nadie en nombre de la justicia. Eso no nos devuelve a las victimas pero si nos iguala a los asesinos.
Publicado por: Pedro | 21/02/2012 16:31:37
Hola, Javier. (No digo, como suelo, amigos, porque aún no se ha animado nadie a intervenir). Me parece un tema importante: la pena de muerte. Estoy de acuerdo contigo: nadie debería morir de esa manera, como tú dices, "en frío". En el caso de Mubarak, como en el tantos otros tiranos, parece que se justificaría su pena capital, pero yo no lo creo. Ningún humano tiene derecho a quitarle a otro la vida, ni siquiera cuando ese otro se hubiera hecho merecedor de la muerte al arrebatarle a los demás ese mismo derecho. Solo Dios, y Dios no se venga de nadie, ni ahora ni después. Deberíamos seguir únicamente el consejo de mi ilustre tocayo:
"Mais priez Dieu que tous nous veuille absoudre!"
Cordial saludo. FRANCISCO TOSTÓN DE LA CALLE
Publicado por: francisco tostón de la calle | 21/02/2012 14:46:41