Javier Valenzuela

En la cola del burdel

Por: | 18 de abril de 2012

In the Line of Fire (1993)Son parte del paisaje norteamericano: esos hombres –y crecientemente también mujeres- de rostros impenetrables, eternas gafas de sol, trajes oscuros que cantan tanto como un uniforme y pinganillos en el oído que trotan al lado del presidente de Estados Unidos tanto si este va a pie como si va en limusina. Son los agentes del Secret Service (Servicio Secreto), el organismo encargado de la protección del titular de la Casa Blanca, y en las últimas dos décadas han sido encarnados en el cine por actores tan populares como Clint Eastwood, Nicolas Cage y Michel Douglas.

    Ahora, sin embargo, un buen puñado de estos héroes del imaginario colectivo de sus compatriotas son los villanos del último gran escándalo estadounidense. Ya estarán al corriente de la historia: un mínimo de 11 miembros del Servicio Secreto, y de paso también algunos militares, contrataron (presuntamente, por supuesto) a una veintena larga de prostitutas en Cartagena de Indias, la ciudad colombiana donde habían ido de avanzadilla para garantizar la seguridad del presidente Obama durante la Cumbre de las Américas. Los agentes, que han sido suspendidos de empleo y sueldo, se llevaron (presuntamente) a las prostitutas a sus habitaciones en el hotel Caribe.

    AgentesDelServicioSecretoConObama.
     Obama ha declarado que se sentiría “enfadado” de confirmarse estas acusaciones.

    A los más jóvenes, esta noticia puede parecerles sorprendente. Hollywood ha hecho últimamente un gran trabajo de propaganda de la imagen más heroica de estos investigadores y guardaespaldas. En sus películas han sido presentados como hombres -y crecientemente también mujeres- dispuestos a recibir una balacera con tal de salvar a su jefe: el presidente de Estados Unidos y “líder del mundo libre”.

    SecretService.EscudoLos garrafales errores del asesinato en Dallas de John F. Kennedy (1963) y el atentado en el que resultó herido Ronald Reagan (1981) en pleno Washington, quedaban atrás. (En 2010 también se supo que un agente del Servicio Secreto había estado a punto de matar por error a Lyndon B. Johnson horas después de la muerte de Kennedy).

    El primero en dar vida en la gran pantalla a esta imagen épica fue el gran Clint Eastwood. En un buen thriller de 1993, In the Line of Fire (En la línea de fuego), dirigido por Wolfgang Petersen, Eastwood interpretaba a un veterano, fatigado y desencantado agente del Servicio Secreto, el último que seguía en activo de los tiempos del fracaso colectivo que supuso para el departamento el asesinato de Kennedy. Pero eran su experiencia, su tesón y su profesionalidad lo que terminaba impidiendo que el presidente del momento fuera asesinado por un peligroso lobo solitario encarnado por otro tremendo actor, John Malkovich.

     GuardingTessEn 1994, este personaje heroico, sin dejar de serlo, tomó un sesgo más cómico en Guarding Tess (El guardaespaldas y la Primera Dama). Allí Nicolas Cage hacía de jefe de un equipo del Servicio Secreto encargado de proteger a la simpática y rebelde, tierna e insoportable viuda de un presidente, interpretada por Shirley Mac Laine.

    En la mediocre The Sentinel (La sombra de una sospecha), Michel Douglas daba vida a un curtido agente del Servicio Secreto que, veinte años atrás, había salvado la vida de un presidente interponiéndose ante una lluvia de balas. Pero el popular y respetado agente iba a ser acusado de ser miembro de una conspiración para asesinar al actual titular de la Casa Blanca. ¿Tenía, además, un lío con la Primera Dama, interpretada por la bellísima Kin Basinger?

    Hasta aquí el último cine de Hollywood sobre este departamento. Pero el escándalo de Cartagena de Indias ha traído a la memoria de los más viejos aquellos tiempos en que el Servicio Secreto también era identificado con alcohol, sexo, drogas y abuso de poder, como ha señalado un artículo de The New York Times. En 2002 un reportaje de investigación de US News and World Report presentaba así al departamento.

   CartagenaDeIndia.ElHotelDelEscandalo

      Y viajando a los tiempos de Kennedy y Johnson, dos presidentes con merecida reputación de mujeriegos, vuelve la imagen de los hombres del Servicio Secreto como encubridores –y hasta proveedores- de los pecadillos de alcoba de sus jefes. Sobre eso el genial James Ellroy ha escrito escenas muy potentes en American Tabloid y sus otras novelas negras ambientadas en los años 1960 estadounidenses.

     Secret-Service El Servicio Secreto fue creado en 1865 como una unidad de investigación policial del departamento del Tesoro especializada en la lucha contra la falsificación de moneda. Se cuenta que el documento de su creación estaba en el despacho de Abraham Lincoln, listo para ser firmado, la noche que el presidente fue asesinado en un teatro de Washington. A partir de otro magnicidio, el asesinato en 1901 del presidente William McKinley, al Servicio Secreto le sería adjudicada asimismo la protección del titular de la Casa Blanca y, con el tiempo, otros dignatarios estadounidenses o extranjeros de visita. Así que, antes que el FBI, la CIA y todas las demás, fue la primera agencia del Gobierno federal estadounidense especializada en inteligencia y contrainteligencia.

    Bueno, ustedes ya saben que eso de “inteligencia” es un eufemismo para denominar a las pesquisas y/o el espionaje. Dado lo visto (presuntamente) en Cartagena de Indias, no pocos de los miembros del Servicio Secreto parecen guiarse más bien por órganos situados bastante por debajo del cerebro.

Hay 17 Comentarios

Gracias por eliminar mi comentario de su demagógia chabacana

Si las paredes de la Casa Blanca pudieran contarle al mundo los desmanes de los que deben haber sido testigos ...

ahmed eso lo hacen americanos, japoneses, marroquis, españoles, y si marte estuviera habitado tb allí, anda que no hay poco puterohetero.

pues yo q creo q el q va de putas tiene algún problema: consigo mismo o con su pareja, mejor ir al pppppsiatra.

Lo macabro Emma, lo sórdido, es que hacen todo eso y nadie les puede JUZGAR. Por ser estadounidenses, gozan de inmunidad.

Los del Servicio Secreto contratan prostitutas en Colombia, los soldados en Afganistan se fotografían con muertos y queman coranes, los de Irak se retrataban con los torturados, sigue el campo de concetración de Guantánamo, los de Wall Street arruinan al mujndo y se gastan sus bonus en coca y, se cierra el círculo, prostitutas. ¿USA mejor que el resto?

Dejando a un lado las consideraciones morales de cada uno, es necesaria y se agradece la inteligencia para así poder hacer uso de todos los órganos del cuerpo con criterio.
Gracias por las referencias cinematográficas, hacen este blog muy ameno.

Se puede ser muy duro, muy macho, de sangre muy fría, impertérrito, incorruptible, infalible....... hasta que se tiene delante a una costeña de Cartagena, ahí toda la "dureza" del hombre le abandona para concentrarse en un único sitio.

Me encantó la nota, bien escrita, con buen humor y con ese fino sarcasmo que me encanta.

Esta hueveando el periodista cuando dice "que los "Miembros" del sevicio secreto siempre estan alertas"

Sólo hay una cosa más triste que irse de putas: querer irse de putas y no poder hacerlo.

Menudo referente moral están hechos los Estdos Unidos. Sus tiburones de Wall Street demandan y consumen la droga de América Latina y sus fabricantes y gun dealers les venden las armas a ls narcotraficanes de abajo. Y en cuando llegan a Colombia los tipos del Servicio Secreto empiezan a pedir putas al recepcionista del hotel.

En el comportamiento del "miembro", no, desde luego

Pues a mí lo que me ha gustado más es el último párrafo del blog. Efectivamente, no parece ser el cerebro el órgano que prima siempre en el comportamiento de los miembros de la "Inteligencia".

Muy divertido y genial el titulo!!!

Muy divertido y genial el titulo!!!

si empezamos con puteros q sea con el real.

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Sobre el autor

Con más de treinta años de periodismo a sus espaldas, ha sido, entre otras cosas, corresponsal de El País en Beirut, Rabat, París y Washington y director adjunto de este periódico; también director general de Información Internacional en La Moncloa. Tiene siete libros publicados, trabaja como analista y reportero en El País y colabora como tertuliano en programas de radio y televisión. Es un lector voraz de literatura policíaca y de espionaje.

Entrevista Digital

Se cumple el primer aniversario de la Primavera Árabe, y Javier Valenzuela la analiza en su nuevo libro, Crónica del nuevo Oriente Próximo (Catarata), del que charló con los internautas el miércoles, 01 de Febrero de 2012 de 13:00 a 14:00

Eskup

Nuevo libro

Crónica del nuevo Oriente Próximo

Crónica del nuevo Oriente Próximo (Catarata, 2012) es el último de los siete libros publicados por Javier Valenzuela. En su primera parte, el autor propone las claves de la Primavera Árabe, desde la revolución del jazmín tunecina a las victorias de los islamistas en las primeras elecciones libres en Túnez, Marruecos y Egipto, pasando por la sangrienta represión en Siria. En la segunda, una recopilación de sus reportajes de los últimos 25 años en Turquía, Siria, Palestina, la Península Arábiga e Irán, se ofrecen pistas para comprender las nuevas realidades geopolíticas de la zona.

Con anterioridad, Javier Valenzuela ha publicado Usted puede ser tertuliano (Península, 2011), De Tánger al Nilo (Catarata, 2011), Viajando con ZP(Debate, 2007), España en el punto de mira (Temas de Hoy, 2002), La última frontera (Temas de Hoy, 1996) y El Partido de Dios (El País-Aguilar, 1989).

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