Julian Assange, el fundador de Wikileaks, se ha opuesto a su extradición desde Inglaterra a Suecia argumentando que en este último país, donde está acusado de abuso sexual, no tendría un juicio justo. Su envío al país escandinavo, añade, sería apenas un paso intermedio para su extradición final a Estados Unidos, donde le tienen ganas, muchas ganas.
Nunca he sido un fan de Assange, ni tampoco de esos que proclamaron que Wikileaks iba a cambiar el mundo: el del periodismo y el mundial. Y por supuesto, no tengo la menor idea sobre si los cargos formulados en Suecia contra Assange están o no fundados. Si hablo de esto es porque algunos se extrañan del hecho de que Assange ponga en duda el sistema policial y judicial sueco. ¿No es un modelo universal de limpieza, eficacia y ecuanimidad? Pues no, no lo es. Y lo digo no solo a partir de la lectura de la trilogía Milleniun de Stieg Larsson.
Permítanme ir más allá, a la noche del viernes 28 de febrero de 1986 en que Olof Palme, entonces primer ministro socialdemócrata de Suecia, fue asesinado cuando regresaba a pie a su casa tras haber ido al cine con su esposa Lisbet. La pareja no llevaba escoltas; en pleno centro de Estocolmo, un individuo alto, vestido de oscuro y provisto de un revólver Smith & Wesson les salió al paso y les disparó a quemarropa. Palme falleció enseguida, Lisbet resultó levemente herida. A día de hoy, más de 25 años después, no se conocen ni la identidad del asesino ni sus motivaciones.
En inglés de llama True Crime al género literario que reconstruye historias auténticas de delitos sangrientos. Por recomendación del periodista Antonio García Maldonado, he leído en los últimos días una de las obras maestras contemporáneas del True Crime. Se llama Blood on the snow. The killing of Olof Palme, está escrita por el historiador Jan Bodeson y fue editada en 2005 por Cornell University Press. Bodeson reconstruye allí el asesinato de Palme y las múltiples y disparatadas pesquisas posteriores de la Policía sueca con una precisión que es más que periodística, es forense. No falta dato, pista, testigo, hipótesis y pesquisa que el autor no desmenuce.
La lectura de Blood on the snow permite comprender por qué la trilogía de ficción Milleniun de Larsson trasmite la impresión de una Policía sueca que en muchas ocasiones es infantil e ingenua y en algunos de sus miembros, machista, maquiavélica y ultraderechista. La primera conclusión del libro de Bondeson es que, desde el primer instante, desde la recepción de la primera llamada informando de unos disparos en el centro de Estocolmo, la reacción de la Policía sueca fue un desastre inconmensurable de lentitud, desorganización, nervios, amateurismo y estulticia.
El autor va desgranando las hipótesis que fueron investigadas tras el asesinato de Palme: la acción espontánea de un desequilibrado (Christer Petterson, que primero fue condenado y luego terminó siendo absuelto), la chaladura de la tesis de los kurdos del PKK, la conspiración de un grupo de ultraderechistas de la policía y los servicios secretos de la SAPO, una operación de la CIA, la venganza de los partidarios surafricanos del apartheid... Ninguna de ellas aguanta un par de repasos lógicos, por lo que, solo al final, y con mucha cautela, Bondeson sugiere una posible relación entre el asesinato del 28 de febrero de 1986 y una operación entonces en curso de venta de armamento sueco a India a la que Palme ponía serios reparos.
Incapaz de resolver la violenta muerte de su político de mayor proyección internacional, Suecia ha terminado por ir abandonando su legado. El país que con su peculiar socialdemocracia era una alternativa tanto al capitalismo salvaje de Estados Unidos como al comunismo estalinista de la Unión Soviética y la República Popular China, ha ido caminando en los últimos lustros por la senda trillada de las privatizaciones, la desregulación, la rebaja de impuestos para los más ricos y la reducción de las prestaciones sociales para los que no lo son. No tanto como otros, es cierto, pero en esa dirección.
Es una pena: el referente sueco sería muy útil en estos tiempos en que la ley de la jungla del ultraliberalismo triunfa urbi et orbi, y la socialdemocracia europea, tras tantos años de rendición ideológica y política, intenta recuperar su alma.
En cuanto a Assange, se piense lo que se piense de este señor, sus dudas sobre la eficacia y probidad del país escandinavo pertenecen al campo de lo razonable. Incluso Estados Unidos sabe más sobre su magnicidio más enigmático –sabe, por lo menos, que Oswald disparó contra Kennedy- que Suecia.
El asesinato de Palme debía haber prescrito en febrero de 2011, al cumplirse sus 25 años, pero el Parlamento sueco aprobó previamente una ley declarando perdurables judicialmente delitos de esta magnitud.
Hay 14 Comentarios
Vale que son novelas, pero en Millenium 3, un libro que a primera vista parece bastante documentado en lo que respecta al organigrama de la SAPO y sus funciones y devaneos, se destaca que la policía secreta sospechaba de Palme como agente doble soviético... Como veo que por aquí hay gente bastante informada, querría saber si esa sospecha es una licencia literaria o una hipótesis que realmente se barajó.
Publicado por: Espoir | 15/06/2012 1:04:12
La respuesta de Javier Valenzuela es típica de alguien que cree conocer un país por los diarios, o por los libros que se escriben sobre ese país. Lamento decirlo, es erróneo. Llevo 38 años viviendo como exiliado en Suecia por haber sido miembro del Goibierno de Allende en Chile. Milité como presidente de la sección Hispana del PSD sueco y después que descubrì con contubernio con la URSS me pasé a la DC sueca que me hizo diputado al Parlamento regional de Scania. Sé lo que digo. Y traté de publicarlo en 1987 en el diario El País indicando claramente qué grupo mató a Palme, un hombre a quien yo apreciaba y conocía personalmente. Él había sido mi profesor de Ciencias polìtíticas en la Escuela de líderes de Bomersvick. La dirección de El País rechazó el artículo, jamás se publicó y misteriosamente llegó a manos de los diplomáticos suecos, quienes pidieron que la Seguridad española me controlara porque entonces yo me desempeñara en Madrid como delegado de un grupo de empresas suecas bajo el paraguas empresarial Ciencia Sueca, S.A. Al finalizar mi contrato en 1988 y regresar a Suecia, el Ejército de Suecia, al cual yo pertenecía en la compañía 1113 del Regimiento de tanques P6, me ordenó que renunciara como oficial de reserva y devolviera mis armas y los uniformes. Explicaron que era por el artículo en cuestión enviado a El País, el cual yo hubiera tenido que someter a censura militar previa. Palme fue mediador, pero al mismo tiempo "facilitador" de negocios de exportación. Se lo criticábamos a diario en Suecia como expresión de doble moral socialista. Quienes mataron a Palme lo hicieron por su entrega total al imperialismo ruso, no por India o Iran-Iraq. Mis conclusiones fueron entregadas desde Madrid a la Seguridad sueca, para quien yo había trabajado como traductor e intérprete.
Prof. Carlos Medina de Rebolledo
Publicado por: Carlos Medina de Rebolledo | 10/06/2012 18:18:19
Basta pasarse por los blogs de El País y leer los comentarios que hay en ellos para ver, en mi opinion, una alarmante falta de comprensión lectora, rayando a veces en el analfabetismo funcional.
Por lo pronto parece un libro interesante.
p.d. La famosa hucha : http://elpais.com/diario/1978/01/20/internacional/254098813_850215.html (último párrafo). Hasta que vea una imágen de la hucha con el símbolo de ETA y/o una traducción fidedigna del cartel que lucía en el pecho no me creo la versión 'terrorista'.
Publicado por: Ramis | 07/06/2012 11:31:37
Algunos nos acordamos de Olof Palme recolectando dinero para ETA, hucha en mano, por las calles de Estocolmo. Por no hablar de sus estrechas amistades con terroristas árabes y de otro pelaje...
Publicado por: Raúl | 07/06/2012 10:46:55
Como persona que recomendó el libro a Javier Valenzuela, me permito dos anotaciones a dos comentarios que se han hecho aquí.
El primero, de Pakorrow, me parece sorprendente. Se deja claro en la entrada que Blood on The Snow no es una novela, sino una crónica de no ficción, escrita por un historiador forense sueco, que trata cada uno de los detalles como si hubiera estado dos años investigando cada uno. La solidez de la investigación está fuera de duda, y por tanto de ella no sólo es un derecho sino un deber extraer conclusiones y criticar lo que en todos los estudios de historia criminal es una actuación nefasta de los servicios policiales. El Estado sueco tiene muchas virtudes, y sin duda ese punto negro. No sé en razón de qué no se puede criticar lo que no funciona.
En cuanto a Carlos Medina de Rebolledo, sin duda le recomiendo el libro encarecidamente, pues algunas afirmaciones son bastante gratuitas. Muchas de ellas son medias verdades, contextualizadas en el libro del que se habla aquí. Olof Palme era mediador de la ONU en el conflicto Iran-Irak, y no un exportador de armas a una de las partes. Lo que se denuncia en este libro es que ese episodio pudo estar relacionado con su muerte, pues la mañana del día en que lo asesinaron, Palme recibió en audiencia al embajador de Irak, que le dijo que Bofors (la empresa sueca de armamento) estaba haciendo llegar armas a Irán a través de mediadores e intermediarios de otras ventas. En ese momento, según relata el libro y está acreditado en las investigaciones judiciales, Palme llama al presidente de Bofors contándole que sabe lo que están haciendo, que paren de inmediato y que va a tumbar el acuerdo Bofors-India. Según el autor, esto desencadenó la conspiración para matarlo. De modo que, Sr. Medina de Rebolledo, Palme no vendía armas a Irán o Irak, sino que lo mataron porque quería impedir que nadie a sus espaldas lo hiciera.
El libro es realmente bueno. Es un libro tan exahustivo y sólido que amerita una conclusión arriesgada como la que hace el autor.
Publicado por: Antonio García Maldonado | 06/06/2012 16:29:59
A mí también me sorprendió la imagen que se da de los servicios públicos suecos en las novelas policiacas. La archiconocida Millenium es una catálogo de horrores, comenzando por el supervisor judicial (creo que se llama así), designado por el Estado, que se encarga de vigilar a una de las protagonistas, y la viola, chantajea y tortura....
Publicado por: Juana | 06/06/2012 11:49:57
Sobre el comentario de Pakorrow: respeto su opinión pero quiero aclararle que "Blood in the snow" no es una novela, es un libro de no ficción, de investigación. Por lo demás, yo no tengo ninguna "verdad" en el caso Palme. No tengo la menor idea de quién y por qué lo mató. Eso es lo más inquietante en este asunto, ¿no le parece?
Publicado por: Javier Valenzuela | 06/06/2012 11:41:19
Cuando un periodista cita una información o una opinión, eso no quiere decir que la comparta, tan sólo que piensa que los lectores deben conocerla y juzgarla por sí mismos. Así que lamento discrepar de algunos comentarios aquí efectuados que afirman que comparto la tesis de que el asesinato de Palme estuvo relacionado con las operaciones en India de la empresa armamentística Bofors. Esa es la tesis de Bondeson y, como aclaro explícitamente en mi texto, el propio autor la sugiere con muchísima cautela y tan solo después de haber analizado las otras pistas y haberles encontrado tremendos puntos débiles (y con razón, como lo prueba el que el asesino y sus motivaciones sigan siendo un misterio). Cuando quiero dar mi opinión, la doy abiertamente (en prensa, radio, televisión o este blog). Y mi opinión en este asunto es que la Policía sueca está muy lejos de ser esa maquinaria casi perfecta que algunos pueden imaginar. Suecia tiene, sin duda, muchas cosas admirables en su democracia, su sistema productivo y su Estado de bienestar, pero, en materia de investigación criminal, la Policía española –y esta sí es una opinión mía- es mejor. En cuanto a la Justicia sueca, primero condenó a Petterson y luego lo absolvió. Eso prueba, en efecto, una sana capacidad de corrección de un error. La mayoría de los juristas piensan que, pese al confuso testimonio de Lisbet Palme, Petterson no tendría que haber sido condenado en el primer juicio. No había pruebas sólidas en su contra, aunque sí muchas ganas de colgarle el crimen a un chivo expiatorio y pasar página. El asesinato de Palme sigue sin resolver y eso, lamento decirlo, no es precisamente una credencial de la que Suecia pueda enorgullecerse.
Publicado por: Javier Valenzuela | 06/06/2012 11:36:00
No hace falta molestar a Mankell o a Larsson. Casi contemporáneamente a aquellos hechos, Per Wahloo y Maj Sjowall publicaron "Terroristas", donde reproducen unos hechos escalofriantemente similares. Y aunque el protagonista resuelve el crimen, el retrato de la realidad social y policial sueca queda por los suelos...
Publicado por: Romano | 06/06/2012 10:07:11
Como blog que me reomienda leer una novela policiaca de trasfondo histórico, bien. Como argumento para dudar de un estado (presuntamente) democrático, el artículo me resulta ñoño e infantil. Afirmaciones basadas en una novela que, no por muy rigurosa, está sesgada e influenciada por el ansia de demostrar la "verdad" del autor.
Publicado por: Pakorrow | 06/06/2012 4:09:18
Pues solo es necesario leer a Henning Mankel para tener un retrato mas que cercano sobre los servicios de seguridad (policía) en Suecia aunque retratado desde la ficción. Desde el punto de vista del inspector Wallander, creo que se hace un retrato bastante critico al sistema policial sueco, tanto desde el punto de vista operativo como político (época pre Palme hasta nuestros días).
Teorias habrá muchas y desde luego no creo que nosotros podamos llegar a saber lo que paso, sobre todo, mientras haya gente que vea las tramas estalinistas en cada esquina.
De tener tantas pruebas, lo normal seria presentarlas ante las autoridades correspondientes y/o en los tribunales internacionales, aunque no deja de parecer una teoría conspirativa mas de las millones que inundan la sociedad.
Saludos.
PD: De ser cierto que el diario EL PAIS, estuviera dominado por las "peligrosas garras" del comunismo extinto, seguiría siendo el diario, en el que la libertad de expresión se sigue respetando, siempre y cuando se haga desde los mínimos requeridos de educación y respeto.
Publicado por: J. Meran | 06/06/2012 3:00:33
Sin lugar a dudas el artículo de Javier Valenzuela peca no sólo de ingenuidad creyente de todo lo que se escribe, sino que también de ignorancia izquierdista. Raro, porque los izquierdistas suelen ser más que avisados y sobre todo muy informados. En este caso pone a Olof Palme como víctima de una conspiración militarista, !nada menos que desde la India! por el escándalo de los pagos ilegales suecos al premier Ghandi. Pero, fue mucho más que eso lo que estuvo detrás del asesinato, ya que Palme nunca se molestó por las exportaciones de armas suecas al mundo negro o moreno, como quedó demostrado con sus ventas de cañones Bofors a Irán e Iraq en guerra. Valenzuela debiera mirar a Palme años antes de su muerte. En su entrega total a la tésis soviética que exijía el desarme para aliviar el peso presupuestal de defensa. Su alianza pública con el general de la KGB Arbatov (todavía miembro del directorio del Instituto por la Paz SIPRI, y su apoyo incondicional para todos los movimientos guerrilleros comunistas del III mundo. Dicho esto, me parece que queda claro por qué mataron a Olof Palme, aunque la historia completa no me la publicaría EL PAIS por estar dominado por IU y el PCE.
Publicado por: Carlos Medina de Rebolledo | 06/06/2012 0:57:43
La mujer de Olof se llamaba Lisber. Les suena? Es muy cándido hablar de una policía torpe. Suecia es un país fundamentalmente pacífico, pero está bien organizado en todos sus niveles administrativos. NO hay culpable porque no interesa. Preocúpese de buscar culpables unos años antes en casa, que tampoco se encuentran. O se cerraron con demasiada ligereza.
http://casaquerida.com/2012/06/05/espana-desengrasada/
Publicado por: Tinejo | 05/06/2012 22:42:32
A los mas jóvenes habría que recordarles, amigo Javier, que Palme no solo iba al cine a pie y sin guardaespaldas, sino que del mismo modo salía a las calles de Estocolmo a protestar contra los fusilamientos del tardofranquismo y pedir dinero con una hucha para los presos políticos españoles. Veo que has puesta una foto de eso, muy bien. Saludos. Edu.
Publicado por: Edu | 05/06/2012 19:55:47