Yoani Sánchez

¿La cama o la calle?

Por: | 11 de agosto de 2012

Coronel2

Gotas de sudor, baile, caderas en movimiento, ojos insinuantes. Es de noche, en una fiesta habanera la tensión erótica se siente como una presencia tangible, corpórea. Las miradas se cruzan, los gestos pactan un encuentro en la oscuridad, los labios acuerdan sin palabras la batalla de besos que llegará después. En esta Isla, la sexualidad parece salirse por los poros y las esquinas, brotar incluso del asfalto. Las ropas apretadas, las sonrisas insinuantes, las frases lascivas destilan una sensualidad que impacta a quienes visitan por primera vez Cuba. Da la impresión que a cada minuto nos podríamos topar en mitad de la calle con alguna escena de alcoba. La gente hace constantemente bromas alusivas al sexo y decenas de palabras designan, en el lenguaje popular, a los genitales. Alguien recién llegado a nuestra realidad creería que hemos dejado atrás todo tabú alrededor del goce carnal y que hemos superado cualquier postura timorata.

Sin embargo, detrás de esa explosión visible de goce y placer se esconde una mentalidad pacata a la hora de abordar el coito. El desparpajo que brota de los bailes y de las expresiones contrasta con el rubor o el silencio si se trata de explicar a los hijos la sexualidad o hablar seriamente del tema. También esa desenvoltura sensual se topa de bruces con el encartonado discurso oficial. Al gobierno cubano siempre le ha sido difícil manejar el carácter demasiado lúbrico de sus gobernados. Al austero modelo implantado en el país le hubiera venido mejor un hombre tremendamente formal, con la cintura menos suelta. Pero también esa característica de los cubanos ha sido muy explotada por la Seguridad del Estado, que pesquisa las intrigas surgidas en las camas y las convierte en material de extorsión. Cuántas veces no hemos escuchado decir: “a ese parece que le tienen guardadas un par de fotos comprometedoras, porque está tan calladito…”. Figuras públicas, diplomáticos, corresponsales extranjeros, disidentes, generales y funcionarios espiados y documentados en el ejercicio de amar y dejarse amar. Todo un archivo narrando poses, encuentros e historias de almohadas para ser usado en el justo momento en que alguien deba ser sacado del camino. Esa práctica ha sido tan extendida que muchos cubanos intuyen que en mitad de un orgasmo puede haber un ojo espiándolos desde el hueco de una puerta, una cámara escondida en la lámpara del techo o un micrófono insertado en el propio cuerpo del amante.

Esa mezcla de éxtasis y paranoia ha sido muy bien narrada en la novela “La mujer del Coronel” de Carlos Alberto Montaner. La historia está enmarcada en los años ochenta, cuando tropas cubanas apoyaban al MPLA en la guerra de Angola. El coronel Arturo Gómez  recibe un sobre amarillo que contiene las pruebas de la infidelidad de su esposa durante un viaje de ésta a Italia. A partir de ese momento, la vida de ambos queda reducida a un expediente político en manos de oficiales con ínfulas de detectives, representantes de una supuesta moral revolucionaria que ven en el acto de ella una traición a la patria. Lo íntimo pierde su condición de privado, el placer se trastoca en culpa y cada gemido de satisfacción tendrá que ser purgado. En un sistema totalitario, no es posible que un individuo atesore el secreto de un adulterio. Hay que sacarlo a la luz pública, darle un escarmiento, señalarlo con el dedo, hacerle saber que el ojo del Gran Hermano ha visto su conducta casquivana y no se lo perdona. Si encima de eso, la infiel es una mujer casada con algún militar o con un alto funcionario, entonces el escarnio será ejemplarizante. La cama se vuelve una trampa que termina en más control, las sábanas en redes de una cacería política y el amor carnal en el desliz por el que aguardan los verdugos ideológicos.

Este es un libro donde se analiza el sexo y el poder. Su lectura develará al lector el espejismo de la llamada moral revolucionaria, la falsedad de esa pose de ascetismo militante. Quienes acusan a Nuria de adúltera evalúan su carne, clavan la vista en sus redondeces a la espera de canjearle su cuerpo desnudo por cierta misericordia. Pero, más allá de toda esa intromisión de lo estatal en lo personal, “La mujer del coronel” es una novela de un erotismo dulce que se escapa de la chata realidad de aquellos años de subsidio soviético. Las escenas eróticas, muchas de las cuales nos llegan a través de epístolas que le escribe el amante italiano a Nuria, mezclan el impudor moderno y una majestuosidad sempiterna. Tal vez porque una parte de ellas tienen como escenario a la ciudad de Roma, salpicada de historia y sitios arqueológicos. Nuria experimenta fuera de Cuba esa libertad de los sentidos y los deseos que sabe estrictamente vigilada en su país. El profesor Valerio Martinelli la ayuda a redescubrir a la mujer debajo de las poses, de las máscaras, del oportunismo y de los silencios. Su liberación como ciudadana empieza en este caso por el sexo, brota de su vagina.

Pero nadie que viva bajo un totalitarismo puede escapar de su control. Incluso en el extranjero, Nuria es seguida por la Seguridad del Estado. Su placentero acto de emancipación carnal se convertirá en un expediente policial para presionarla. La cama como la tentadora trampa en la que se cae una y otra vez, como el premio que después traerá un grave correctivo.

La fogosidad de la protagonista, su necesidad de expresarse en la cópula guarda mucha relación con el sexo como escapada que tanto se practica en Cuba. La ausencia de espacios de respeto para la libre expresión y asociación nos lleva a expresarnos en gemidos, en espasmos. En lugar de lanzar un adoquín, nos desahogamos en una felación; antes que demandar los derechos cívicos, metemos nuestra lengua en otra boca... gesto que por demás no nos permite hablar mientras lo hacemos. Acariciar por protestar, fugarse en un orgasmo para no enfrentarnos a  los antimotines... mostrarnos apasionados, ya que no podemos mostrarnos libres. La cama como válvula de escape, hacia la que nos empujan, pero también en la que nos vigilan y nos atrapan.

Hay 17 Comentarios

Realmente bella tu escritura. Tu palabra fluye como la vida, y eso le duele a un regimen viejito, corruptillo y desolado. Pero pronto la tortilla mostrará su otro lado, no ve? Porque ya el pueblo cubano ha mostrado que tiene los cojones para no seguir secuestrado.. en su propia casa.

Feliz cumpleaños FIDEL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Buena escritura justificando lo que le haces a Reynaldo mientras cocina y limpia la casa, en hora buena, el no es celoso

El adulterio en Cuba, sobre todo el de la mujer, es gravísimo. El hombre puede cometerlo y no se considera tan grave. Han habido casos en que un hombre ha sido expulsado del Partido Comunista o de un alto cargo del estado por el solo hecho de que su mujer lo engaña. Son anacronismos propios de un machísmo muy arraigado que en la isla tienen amplias raíces.

Cuando estuve en Cuba me dí cuenta de que cada vez que me levantaba de la cama del hotel algo comenzaba a funcionar, era como un sistema electrónico que echaba a andar me imagino que para grabar mis conversaciones o filmar mis movimientos. Conocí a muchos extranjeros con la misma sensación. Era algo que llamaba la atención y además que te metía la preocupación en el cuerpo minimizando el disfrute de la visita.

En Cuba eres espíado siempre. Si eres un ciudadano de a pie que aparentemente no tiene trascendencia para el régimen te espía el Comité de Defensa que existe en cada calle con esos fines. Si eres alguién con mas relevancia para el gobierno te espían micrófonos y cámaras ocultas. Ni los propios ministros y miembros del Consejo de Estado escapan a esta persecución, como tampoco se libran los turistas o artistas que son objetivo del régimen. Hay muchos ejemplos que demuestran que Cuba es un país vigilado desde dentro.

Realmente intrascendente. Los problemas de alcoba que los enfrente quién los tiene. Te olvidas del estigma que cae sobre los hijos cuando una mujer engaña a su marido. Si no lo quiere que se divorcie, pero a cara descubierta, no como una perra en celo cogiendo en los rincones.

otra vez Cuba es "distinta". ¿Y qué ha pasado en Italia?. Una Fiscal, "por las dudas", interfiere los teléfonos ¡del Primer Ministro!, y busca establecer si pagó o no, si una putilla era menor o no, montando una transcripción superior a las previas a las capturas de Tommasso Buscetta u otros jefes mafiosos. Hasta desgraba conversaciones ajenas al presunto delito, como aquélla de "Merkel culona". Y, casualmente, todas las desgrabaciones saltan a la prensa q, casualmente, en un acto de incontinencia ética, las publica. Pero claro, si no lo dejan templar a Berlusconi es por ética. si estas situaciones ocurren en cuba es por designios inconfesables.

Serà que la llamativa manifestación de la naturaleza sexual, la forma de mostrar al mundo la frustración de no poder expresar su sentir en cualquier aspecto; es la vía para manejar las frustraciones ?...De ahî el contrate con la pudorosa conducta al comunicar a los hijos! ...Bien Yoani!

YOANI, pregunto: ¿ahora el nuevo problema de Cuba es el sexo libre? Por favor, repasa la historia y verás como el sexo ha sido utilizado y se sigue utilizando, como arma arrojadiza, en todos los rincones del Planeta. ¿Sabes, quien fue Mata Hari? Y en estos tiempos de neo-liberalismo capitalista Por solo citar un caso ¿como es es el magnate del que fue presidente del FMI? Tienes la suerte de ser inteligente y atractiva, en el mejor sentido de la palabra.

Yaoni: que bien que estas escribiendo!!
Como alguien dijo por ahí, esto ya es literatura !!
Felicitaciones!!

Yaoni: que bien que estas escribiendo!!
Como alguien dijo por ahí, esto ya es literatura!

Felicitaciones!!

Yaoni: que bien que estas escribiendo!!
Como alguien dijo por ahí, esto ya es literatura !!
Felicitaciones!!

Muy poetico. Gracias Yoani por deleitarnos con tu verbo

Es imposible escapar del control así se escoja el ser más libre y menos posesivo. Los seres humanos somos "animalmente" territoriales.

Es precisamente el amor un acto libre , quien le teme a que lo filmen , o que le tengan con prueba su conducta sexual no es libre, primero que nada ,debes ser libre en tu propio yo, y esa libertad hara, que aunque ellos te deseen filmar, el universo conspire contigo y destruya las pruebas, porque quien vuela como ave de libertad, alli la bestia no tiene poder para llegar, porque el destello de la luz opacara cualquier informacion.

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Sobre los autores

. Una vez me gradué como filóloga, pero el periodismo y la tecnología me han subyugado más que la fonética y la gramática. Vivo en La Habana y fantaseo con que habito una Cuba a punto de cambiar.

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