Por Juan Masià Clavel
Se equivocan los ministros de educación cuando confunden la enseñanza confesional de una religión con la enseñanza científica sobre las religiones. Se equivocan los portavoces episcopales cuando confunden enseñanza escolar con educación religiosa y evangelización. Cuando obispos y ministros hablan de ética cristiana o educación religiosa en valores, el uso de los adjetivos es poco apropiado: como si hablasen de geografía saludable, matemáticas católicas o laicidad bautizada...
Otra cosa es que un cura experto en matemáticas las enseñe o que una biólogahable el domingo en su iglesia paratestimoniar su fe colaborar en la catequesis. Lo malo son ciertas mezclas:una clase de ética, que suena a sermón de obispo, o en una homilía que huele a clase de colegio...
Recuerdo al P. Albert Dou, catedrático de matemáticas y pensador de filosofía de las ciencias. Reconocido en la universidad pública, ejercía a la vez su ministerio; pero jamás se le ocurriría hablar de “matemática católica” o bendecir con incienso la trigonometría. Vivió su doble identidad, científica y ministerial, sin mezclas sospechosas ni esquizofrenias desencajadas.
En la Universidad Sofía (Tokyo), donde he trabajado desde 1970, estuve algunos años encargado de la asignatura de ética cívica (“Aprendizaje de lo humano”, en japonés: ningengaku), parte del programa de humanidades, común a todas las facultades, que incluía también optativas de ética, filosofía o religión. Pero las visiones de sentido se proponen, no se imponen. La asignatura de religión obligatoria sería el mejor modo de hacer aborrecer la religión. La enseñanza de la historia de la cultura, que incluye el hecho religioso, el artístico, el científico o el literario, puede y debe formar parte de la educación en cualquier país, pero sin matices confesionales. También la introducción al pensamiento ético debería estar presente, con la historia, capacitando para valorar, discernir y elegir responsablemente en una sociedad democrática.
En la década de los setenta, compaginé la enseñanza universitaria de la ética con la de una clase de ética cívica en bachillerato, en el colegio jesuita de Ofuna. La ética cívica y formación humana es asignatura obligatoria en Japón para toda la educación primaria y secundaria. Durante los doce años de educación obligatoria (seis de primaria, tres de bachillerato y tres de bachillerato superior) hay un programa de ética, de acuerdo con las directrices del Ministerio de Educación. En su marco, los centros públicos o privados, organizan sus contenidos concretos. Abarca desde urbanidad y civismo en los primeros cursos, pasando por formación del carácter y vida social, en los años siguientes, hasta los temas de relaciones internacionales, derechos humanos, igualdad y respeto, educación sexual o cuidado del medio ambiente, etc.; incluye, al final del bachillerato, historia del pensamiento y del hecho religioso. En esa clase, sin adoctrinar ni imponer, tuve que tratar con mi alumnado sobre Sócrates, Jesús, Buda y Confucio.
Tuve otra experiencia extracurricular. Se reunía un grupo del alumnado, libremente y en competencia horaria con actividades de club, para participar en sesiones de estudios bíblicos. El ambiente era distinto del marco académico de las clases.
Esta doble experiencia me hizo percibir la diferencia entre la pedagogía de la ética cívica como asignatura troncal, en el contexto de una sociedad plural, democrática y secular, y, por otra parte, la enseñanza optativa de una determinada religión, cuyo lugar apropiado son las catequesis en las iglesias, la educación religiosa en las familias o la actividad extracurricular en los centros educativos.
Ante el debate provocado acerca de la reciente propuesta de reforma educativa del ministro Wert -que ha indignado con razón a tantas personas con experiencia y competencia en el campo pedagógico del estado español-, me parece urgente expresar estas opiniones, insistiendo en que el tema de la clase de religión no es “cuestión de fe”, sino “cuestión de pedadogía” y también de poner en práctica la correcta separación de las iglesias y el estado en la sociedad laica, plural y democrática. (Para ello será necesario, más pronto o más tarde, hacer desaparecer el Concordato, que no se atrevió a denunciar, en contradicción con el programa de su partido, el gobierno anterior).
Hay 7 Comentarios
El problema de la Religión como asignatura, es que es una herramienta de la Iglesia Católica, para asegurarse el adoctrinamiento de menores de edad, en vista de sus intereses particulares. La Iglesia, como institución del Patriarcado, ningunea los derechos de los niños, que son manipulables y manipulados, con lo cual pierden la libertad. Es una violación de los derechos de los menores, una violación de sus mentes indefensas, en resumen, una perversidad al servicio de los intereses de adultos, que tiene de hecho el poder sobre los niños.
Publicado por: An Human | 23/05/2013 13:00:50
Que sarta de tonterias más bien escrita...
Publicado por: Mg | 22/05/2013 19:00:41
El sentimiento religioso es algo interior que cada persona lleva puesto, cada cual a su manera, según su origen, país o familia.
La religión es algo que se puede asumir en el sitio en donde cada cual viva, es como una planta que florece donde menos se piensa.
Por lo tanto, al igual que los idiomas, en cada sitio se mostrará diferente, pero la función es la misma, sirve para comunicarse.
Informar sobre el hecho religioso en las escuelas es positivo, si se parte del concepto global y general, del significado de la religión o las religiones.
Desde el respeto.
De su influencia en la civilización a lo largo de los siglos y de su influencia en las personas en particular, a nivel individual.
Formando en los escolares una idea general, básica y bien argumentada del concepto de religión.
Formando e informando.
Como es lógico, luego será cada confesión religiosa desde su particular capacidad y punto de vista, desde sus centros religiosos, templos o familias, quienes enseñen su credo a los suyos.
Desde su Fe y ministerio.
Para mejor fomentar en los jóvenes que lo deseen la práctica y la utilidad de la religión en su intimidad, y poder avanzar en el conocimiento y enriquecimiento personal de la misma.
Dotando de veracidad y sentimiento el hecho religioso, sea del tipo que sea.
Institucionalizar una religión por decreto ley, convierte algo que debe ser deseado, optativo, y trascendente en un hecho mecánico y banal.
Para sacar nota, pero no sentido.
Depositando la enseñanza de la Fe encima de la mesa de un docente despojando el conocimiento religioso de lo mas valorado.
La libre elección.
Publicado por: Lozano | 22/05/2013 9:12:43
Don Jorge Solivellas Perelló: Respetando sus convicciones, me permito sugerirle que la VIDA es un derecho que nos es otorgado por la misma Divinidad. La religión, cualquier religión es un método, un camino, de re-ligamiento, que puede o nó ser necesitado por los seres humanos. En nuestra Evolución de millones de años, fuimos desarrollando facultades relacionadas con la actividad neuronal contenida en nuestro cerebro. No es necesario adherirse a un credo determinado para estar ligado a la Divinidad, puesto que la Inteligencia Universal está contenida en cada átomo y partícula del Universo. De modo que, los seres podemos vivir perfectamente sin religión y no por eso estamos excluídos de la corriente de la Vida., ni dejamos de ser creyentes, tener una FE, mas allá de cualquier doctrina sea o no cristiana. Cordiales saludos.
Publicado por: Beatriz Basenji | 21/05/2013 20:34:14
Como todo lo expresado por Juan Masiá Clavel , claro y transparente. Ojalá la jerarquía de la iglesia católica de España hubiera caminado y vivido en Oriente con el Padre JMC. Al menos les habría servido para saber situarse en el punto medio sin estar siempre confrontando, siempre queriendo sacar ventajas, ya sea de los gobiernos corruptos o de las altas clases sociales a las que rinden pleitesía.
Publicado por: Beatriz Basenji | 21/05/2013 20:24:33
Llegan las noticias que te sacan una sonrisa. A continuación las noticias falsas más importantes del día. http://noticiasgold.wordpress.com/
Publicado por: constantin | 21/05/2013 18:00:37
He sido 9 años profesor de cultura religiosa en todos los curos de la Pontifícia Universidad Católica de Minas , Brasil.
Mis clases eran más frecuentes a esta disciplina que a las dichas científicas. Resulta que los asuntos preparados y comunicados eran escogidos por los alumnos y eran de su interese puntual, vital.
Separar , pienso, la vida de la religión es el fracaso real de las dos visiones del sentido de la vida.
Publicado por: Jorge Solivellas Perelló | 21/05/2013 15:06:20