Cuestión de Fe

Cuestión de Fe

Una reflexión coral sobre el significado de la religión y lo religioso ahora, con la elección de un nuevo Papa en la Iglesia Católica, y siempre, cuando sean otros los acontecimientos. Una mirada sobre lo celestial y lo terrenal, los asuntos generales y particulares de los creyentes de toda fe, en la jerarquía y a pie de calle. Sobre lo que tienen, les sobra y les falta a las iglesias hoy, y sus retos en un mundo globalizado. Cada texto es opinión respetable de cada autor.

Vaticano y pederastia en el clero. Acotaciones para ser justos

Por: | 18 de enero de 2014

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El Vaticano no ha tenido inconveniente en responder ante la ONU a las preguntas sobre los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y religiosos. Fue en Ginebra esta semana, ante los miembros del “Comité de la Convención de Derechos del Niño”, cuando una delegación enviada por el Vaticano, hizo frente a las preguntas de expertos sobre las reacciones de la Iglesia ante los casos de pederastia. Silvano Tomasi, representante vaticano ante la ONU, admitió que “también” hay abusadores entre el clero. Durante una larga sesión, el responsable del Vaticano presentó un informe con las estadísticas de 2011-2012. Es la primera vez que el Vaticano ofreció detalles sobre el número de sacerdotes apartados del sacerdocio por esa razón. Antes de eso, sólo había revelado el número de presuntos casos de abuso sexual recibidos. Según el informe, Benedicto XVI apartó de sus funciones a casi 400 sacerdotes en más de dos años por abusar sexualmente de niños.

Hasta aquí la noticia, tratada de forma desigual, a veces con la tendenciosidad del simple titular. Ya saben…” ¡ Dadme el titular, que yo pondré la guerra ¡”.  Y en esa lamentable guerra, hay episodios que deben ser contados, para no caer en ese “amarillismo”  que amenaza como una daga a la profesión periodística.

Ante este comparecencia, vuelve el tema a la opinión pública. Hace tres años, publiqué un libro que con el título “Tolerancia Cero. La cruzada de Benedicto XVI contra la pederastia en el clero” (Desclée de Brower) hacía un repaso, a modo de crónica periodística, de ese deplorable “crimen” que tiene que encontrar su justicia en los tribunales de cada país, y de ese grave “pecado” que, en el fuero interno, la Iglesia debe resolver con sus leyes más duras. Delito y pecado, ambas cosas para creyentes y para no creyentes. Me permito ofrecer cinco acotaciones a este grave asunto. 

  1. La pederastia ha sido siempre condenada explícitamente en las leyes canónicas, con pena graves en el Código de Derecho Canónico impone. Algunos obispos, a cuya jurisdicción debían someterse estos crímenes, actuaron siempre con decidida voluntad. Otros, no. Y ahí está el problema. El silencio cómplice, los traslados de lugar de los delincuentes, el exceso de “proteccionismo” por parte de algunos obispos que buscaban certezas, aunque las tenían en sus propias narices. Les faltó valentía, generosidad, responsabilidad  y coraje para actuar denunciando los casos ante los Tribunales de cada país. Hay, pues una negligencia cómplice por la que no solo hay que pedir perdón, sino también responsabilidades. Ese silencio que pretendía salvar la reputación del clérigo y la “imagen de la Iglesia”, no puede quedarse impune. La dignidad de las víctimas ha de primar.
  2. Ante esta desidia y silencio, el Vaticano tuvo que actuar, una vez que, tras la negativa de Juan Pablo II a apoyar la Guerra del Golfo, la Administración Bush, lanzó la campaña informativa de los casos que había ocultado y que habían llegado a las redacciones de los periódicos y se habían silenciado. El mismo silencio cómplice en una sociedad con techo de cristal. El papa polaco, acostumbrado en el pasado a recibir acusaciones falsas de pederastia contra sacerdotes investigados por el KGB que usaban esta arma y pagaban testigos falsos, dudaba que el problema fuera tan extenso. Su error fue no creer a obispos, colectivos de católicos y victimas que llamaban a sus puertas. Su Prefecto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, no lo veía así. Ratzinger puso en marcha la operación, centralizando en Roma todos los casos y quitándoles a los obispos la capacidad para atenderlos. Empezaba la “tolerancia cero”. Era consciente de la dificultad en un organismo, como la Iglesia, tan diverso, diseminado y amplio. Nada más elegido Papa, tomó como prioridad la tarea, haciendo que la Iglesia dejara de ser parte del problema para convertirse en parte de la solución. Negar esto es desconocer bien los pasos dados en su pontificado. Entre las cuestiones que pesaron en su elección como Papa, pese a su renuencia, que más tarde quedó demostrada con su renuncia, estaba la de continuar con esta labor tan necesaria y que él venia conociendo y abordando.
  3. Y no sólo se puso mano a la obra, destituyendo obispos, exhortado a denunciar a los tribunales civiles, reuniéndose con las víctimas, hablando alto y claro en su viaje a los Estados Unidos, en sus carta a los católicos irlandeses, en su actuación decidida  con cardenales como el de Edimburgo al que se le negó entrar al cónclave que eligiera a su sucesor, o el caso más sonado, la acusación pública de Marcial Maciel, el fundador de Los Legionarios y la clara intervención en la congregación. Junto a todo ello, los decretos emitidos con decidida voluntad. Solo hay que molestarse un poco y hacer un mínimo de investigación, antes de escribir o hablar al respecto.
  4. Además, el Papa promovió una atenta reformulación en los campos de la preparación de candidatos al sacerdocio y la vida consagrada, encargando a prestigiosos profesores de la Universidad Gregoriana, un atento estudio sobre la necesaria madurez afectiva de los candidatos. En el seno de la Iglesia, aunque no se cuente en la sociedad “publicada”, los efectos de esta cruzada están siendo positivos. El silencio cómplice va desapareciendo, la colaboración con la justica es cada vez mayor y, aunque hay renuencia en casos aislados,  va siendo una realidad. No obstante, ya se sabe que, cuando limpias basura, las manos se te quedan grasientas y sucias. Y Ratzinger, cansado “física y espiritualmente” se marchó, dando paso a un nuevo tiempo. Su perfil y pontificado puede ser acusado de muchas cosas: ortodoxia estricta, involución teológica y litúrgica, desapego de las corrientes progresistas. Sí, todo eso; y quizás más, pero lo que no s ele puede negar es su decidida voluntad para intervenir en este delito y pecado, como tampoco el cuidado, la atención espiritual, psicológica y económica a las victimas. La bancarrota de alnas diócesis estadounidenses tras el pago de indemnizaciones, así como otras actuaciones que no han salido a la luz, es una prueba de ese apoyo. Y no todo el monte es orégano, ni todos los países son iguales. Que haya más pederastia en otras profesiones, no impide que en la Iglesia, llamada a una mayor responsabilidad, se empiece dando ejemplo, para que otros colectivos continúen.
  5. Al papa Francisco le corresponde seguir con esta limpieza. Ya tiene los medios, los instrumentos y se va conociendo su decidida voluntad, ya puesta de manifiesto en Buenos Aires, siendo arzobispo. El primer gesto fue claro, al día siguiente de su toma de su elección. Yo estaba allí y lo recuerdo perfectamente. El nuevo papa acudió a la basílica de Santa María la Mayor y encontró al cardenal Bernard Law, acusado de haber encubierto a curas pederastas entre 1984 y 2002 mientras era arzobispo de Boston, en Estados Unidos. Y le dijo: "No quiero que frecuente esta basílica". El cardenal estaba presente como arcipreste emérito. En diciembre de 2002, el papa Juan Pablo II aceptó su renuncia con 71 años, ser acusado de encubrir graves abusos sexuales cometidos por parte de sacerdotes de su diócesis, en una comunidad de más de dos millones de católicos. El actual arzobispo y papable, cardenal Molley vendió el palacio episcopal para indemnizar a las víctimas y se trasladó a vivir a unas sencillas habitaciones del seminario.El papa Francisco  creó una comisión para luchar contra la pederastia. Entre las ,colaborar con la Justicia y asistir a las víctimas, algo que aunque parece de sentido común, suponen un giro de 180 grados con respecto a lo que, históricamente, ha venido haciendo el Vaticano y que Ratzinger empezó a cambiar.

 

 

 

 

 

 

Hay 8 Comentarios

Yo creo razonable lo que dice esta entrada, y una aportación bienvenida al debate. Pero me temo que no tiene en cuenta suficientemente la frase con que se cierra, y sus implicaciones. La copio: "...colaborar con la Justicia y asistir a las víctimas, algo que aunque parece de sentido común, supone un giro de 180 grados con respecto a lo que, históricamente, ha venido haciendo el Vaticano".

Y ése es el verdadero problema: que una institución que pretende ser (nada menos) referente moral universal haya, "históricamente", omitido la asistencia a las víctimas (y no sólo eso, sino toda referencia a ellas, como si sencillamente no existieran, o no tuviesen derecho ni siquiera a reclamar su condición de víctimas), y la misma colaboración con la Justicia (como si estuviera por encima, o más bien por debajo, de esa obligación de todos) es gravísimo. Y no basta corregir ahora esa conducta intolerable: hace falta una declaración seria y creíble de perdón y arrepentimiento (requisito esencial que la propia Iglesia pide para absolver), una toma de posición clara, activa y relevante en favor de las víctimas, y una condena radical de ese pasado, no de los abusadores (que también, naturalmente), sino de la propia Iglesia. ¿Ha ocurrido todo esto? Yo no lo veo.

El vivir aparte por elección, separados de la gente en núcleos cerrados, a la jerarquía católica se les ha ido enrareciendo el propio sentimiento natural de personas normales.
No solo el celibato, es la institución en si.
Salvo en algunos casos, el clero se ha ido diferenciando del resto de personas, se ven diferentes del resto de las gentes que viven como lo que son familias, hombres y mujeres, niños y ancianos.
Y han caído en la tentación de sentirse un gremio, una élite, una entidad a parte, se llaman a sí mismos La Iglesia, siendo solo jerarquía eclesiástica.
Y han formado un estado, con autoridades y ministerios, con relaciones exteriores a nivel de gobiernos.
Una realidad que no se corresponde con el portal de Belén, ni con la muerte en la cruz de su fundador.
Ahora no estamos en la Edad Media.
Y si no se acomoda la institución eclesiástica del presente al origen de su fundación en fundamento, se quedará en solo una representación que hace política de estado.
En un aparte que nada tiene que ver con las necesidades de las personas, porque viven aparte.
Intentando hacer ver que practican una religión y haciendo lo contrario de lo que se predica, desde una institución diferenciada de la gente.
Con exclusividades, separados y separadas.

El problema no es haya pederastas en la iglesia (porque los hay en todas partes). Lo verdaderamente vergonzoso y criminal es que desde la jerarquía se han encubierto y justificado esos terribles crímenes durante décadas y a día de hoy miles de sacerdotes pederastas siguen viviendo tan cómodos bajo el paraguas de esa inmoral iglesia. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2011/11/campana-para-que-la-pederastia-no-le.html

La Iglesia Cristiana formada a partir del mensaje de Cristo a las gentes y recogido por sus discípulos, se habría quedado en algo local, si no llaga a ser por la implantación de La Fe Cristiana dentro del imperio romano.
Aglutinando su contenido al avance sin precedentes de la época en una unidad de Credo, lengua, y distribución geográfica bajo la tutela del imperio.
Con sede en Roma.
En simbiosis con una administración bien comunicada, asimilados a la cultura griega y romana, y desde la cultura la excelencia, y la exclusividad.
La Fe Cristiana fue el desencadenante, y el recipiente el imperio romano, pero El Cristo se fue quedando atrás, solo de referencias en las lecturas.
Siendo la jerarquía católica instalada incluso como los estados vaticanos, con tierras y posesiones.
Destinatarios de diezmos y legados.
Por ley, y a cambio dignificaban con su bendición los títulos y poderes de reyes y emperadores.
Siendo autoridad suficiente para prender y para ejecutar a gentes que no se avenían a la profesión o al credo, o por dudas razonables.
Condenaban a la hoguera.
Predicando a un Cristo que no quemó nunca a nadie, ni asumió nunca poderes terrenales, ni administrativos.

Este Papa, que tantas cosas se replantea, incluyendo algunas que no debiera -al parecer de este ignorante que escribe- podría, debería, quizá replantearse el celibato. Porque lo que no sale por un lado sale por otro, y el niño o niña abusados tienen, al decir de los entendidos, alta probabilidad de convertirse en abusadores a su vez, aparte de que ellos mismos jamás superan algo así; y menos habiendo venido el abuso de personas supuestamente depositarias de la decencia. "El que sea capaz de tanto, que no se case; pero el que no lo sea, que lo haga, porque más vale casarse que abrasarse". ¿Les suena? A mí sí, y no lo dijo un progre peligroso ni cualquier chaval con la cabeza a pájaros. Incluso desde un punto de vista absolutamente cínico y secular: ¿qué es más rentable para la Iglesia, continuar tapando lo intapable o remediar y castigar?

Ya era hora de que la llamada Iglesia Católica se quitara el disfraz de santurrona. Es hora también de que anatematice a la llamada santa Inquisición que convirtió la tortura y el crimen en un rito sagrado. Es posible que la nueva iglesia haya recibido escobas celestiales para barrer y limpiar la casa. La trastienda de esa psicoptía siempre estuvo en la sed de riqueza (cuya cabeza visible es la banca vaticana) y de poder (de estilo imperial con sede palaciega) . Y el celibato es una simple pantomina teatral. Los genitales se los pusieron a Adan y a Eva para que disfrutaran del apetito carnal.

Si la iglesia quiere sobrevivir otro siglo, debe entregarse en las manos de la justicia ordinaria, aportando todos los datos que tiene para procesar a los psicopatas disfrazados de cuello blanco y traje negro o de tunicas de Jedi, gente que se aprovecha la santa iglesia para dar rienda suelta al demonio que llevan dentro. Recen señores obispos por el alma de su iglesia, y den gracias que no tuvieron la oportunidad de abusar del niño Jesus en su tierna edad, gracias a que vuestra iglesia no existia entonces.

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Sobre el autor

Juan Rubio Juan Rubio. Es periodista. Nacido en Jaén, en la actualidad vive y trabaja en Madrid. Director Global del semanario de información religiosa ‘Vida Nueva’ (www.vidanueva.es). Es colaborador en varios medios de información y autor de varios libros de temática social y religiosa.

Mª Ángeles López Romero Mª Ángeles López Romero (Sevilla, 1970) es redactora jefe de "21, la revista cristiana de hoy" (www.21rs.es). Es conferenciante y autora de libros de temática educativa, social y religiosa. Pertenece al Consejo Asesor de la Cátedra de Teología Chaminade. Fue elegida Autora del año 2011 por la editorial San Pablo. Firma el blog "Papás blandiblup".

Juan Masiá Clavel Juan Masiá Clavel. Jesuita, Profesor de Ética en la Universidad Sophia (Tokyo) desde 1970, ex-Director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, Investigador del Centro de Estudios sobre la Paz de la Sección japonesa de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP), en Tokyo. Es autor del blog En la Frontera.

Mariano Blázquez Burgo Mariano Blázquez Burgo. Licenciado en Derecho, pastor auxiliar de la Iglesia Evangélica Cristo Vive y Secretario Ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España FEREDE. Se encarga de la representación del conjunto de las Iglesias evangélicas y protestantes ante el Estado. Es miembro de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia.

Chema Caballero Chema Caballero. Fue misionero javeriano en África durante dos décadas y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona. Por discrepancias con sus superiores abandonó la congregación y dejó de ejercer el sacerdocio. Sigue confesándose católico, apostólico y, de vez en cuando, también romano. Es autor del blog África no es un país.

Veronica Nehama Verónica Nehama es licenciada en Ciencias Químicas, por la Universidad Complutense de Madrid, y diplomada en Propédeutique por la Universidad de Nancy. Ha sido durante 26 años directora y profesora de francés y Ciencias del colegio judío de Madrid "Ibn Gabirol-Estrella Toledano". Actualmente dirige tertulias literarias, imparte charlas, y es escritora. Ha publicado un libro de cuentos y la novela ‘Las turquesas mágicas’.

Natalia Andujar Natalia Andujares licenciada en Lingüística General, por la Universidad de Barcelona. Formada en la Universidad de la Sorbona y el IUFM de París, ha ejercido como docente en Francia durante diez años. Actualmente dirige el Centro de Formación Educaislam (www.educaislam.com). En el terreno asociativo, es vicepresidenta de Junta Islámica y directora de Red Musulmanas. Activista comprometida con los derechos de las musulmanas, ha colaborado en varios libros, es autora de un blog e imparte conferencias y cursos sobre islam y género.

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