El video no muestra mucho. Grabado a la distancia con un celular, apenas deja ver una galera ardiendo en llamas. Casi no se mueve el cuadro. Un plano general con el fuego al centro contrastando con la noche oscura. Nada le hace competencia. Es imposible saber, por el video, que adentro de esa galera que vemos ardiendo está sucediendo la peor noche del siglo en una cárcel latinoamericana. Que el que mira atestigua en vivo la muerte de 377 reos.
Como también es imposible que estas letras y las cifras definitivas y las declaraciones de los funcionarios representen mejor que este video la tragedia humana de esa noche. Se escucha la voz del que graba desde un balcón, a cientos de metros de la prisión. Habla con alguien. Probablemente haya dos personas más ahí. Dos mujeres. La voz del que graba es la de un hombre joven que habla desde ese balcón desde el cual observan a lo lejos el incendio y escuchan gritos desesperados de los que están muriendo. "Dios Santo", dice la voz. "Dios los perdone a todos". Desde el fuego, entre los alaridos se escuchan ráfagas, un disparo tras otro, una y otra vez. "¡Dios Santo... y cómo gritan! Señor, por favor, socorrelos", dice la voz. Es eso lo que humaniza lo que vemos. La voz de una persona contra una imagen que no dice mucho por sí sola. Es el sonido de este narrador, y los gritos de los que están muriendo, aunque no los veamos. "Pobrecitos". De pronto el narrador repara en que algunos reos pueden estarse escapando, y pasa de la compasión al miedo. Dice una última frase, antes de cortar el video: "Metele seguro al portón, yo creo que no tiene seguro".
Horas más tarde sabremos el recuento provisional. 377 muertos y siguen contando en los hospitales. De uno en uno. Trescientos setenta y siete cuerpos carbonizados. Trescientos setenta y siete muertos en una prisión con capacidad para 250 reos. Debajo de las llamas había ahí 850 prisioneros hacinados en las celdas. Casi la mitad terminaron calcinados. "No los pudimos sacar porque estaban encerrados y no pudimos encontrar al guardia que tenía las llaves", dijo al Canal 6 local un bombero de Comayagua. Encerrados murieron.
Honduras tiene 24 prisiones, con capacidad para 8 mil reos. Tiene la mayor tasa de homicidios del mundo y una de las tasas de impunidad más altas del continente, y aún así hay unos 12 mil 500 reos en el sistema. Estas son las cifras oficiales. Tres donde van dos. Seis donde van cuatro. En las mismas paredes. No tiene siquiera sentido hacer la cola para ir al baño porque nunca se llega, así que la prisión entera es un baño. Un baño público. En Comayagua o en Pavón, Guatemala, donde las autoridades ejecutaron a varios prisioneros en 2006. Aquí no. O no sabemos.
Las primeras hipótesis oficiales apuntan a un cortocircuito. El jefe de bomberos dice que llegaron a tiempo, pero... "Llegamos 10 minutos después de que comenzó el incendio en la cárcel, pero no entramos de inmediato porque los guardias nos lo impidieron". Los guardias dicen que querían evitar una fuga y estaban respetando protocolos.
En el colmo del surrealismo tropical, un funcionario hondureño dijo en televisión que vendrían el lunes a San Salvador para aprender cómo había hecho El Salvador para descongestionar las prisiones. Podría ahorrarse el viaje. El Salvador tiene el doble de reos, es decir 25 mil, para la misma capacidad instalada, 8 mil. El sistema penitenciario salvadoreño está tan saturado que se necesitan 143 millones de dólares para duplicar la capacidad actual. Es decir para construir cárceles y mejorar el sistema de tal forma que quepan 16 mil reos. Y hay 25 mil.
El sistema está tan congestionado que ahora los presos condenados son llevados a las bartolinas temporales de la policía, mientras se abre algún espacio para ellos en las prisiones. En las bartolinas el hacinamiento es mayúsculo. Y tanto que los condenados ruegan ser trasladados a una prisión.
Las cárceles en este pedazo del planeta son una bomba de tiempo. Solo pueden ser controladas con inteligencia. Es decir, controlarlas significa saber que están planificando el asesinato de un reo para trasladarlo a tiempo a otro penal, o interceptar un plan de fuga o mover a líderes de bandas rivales o, como ya se hizo en El Salvador, destinar prisiones exclusivamente a miembros de una pandilla, para que no convivan con los de otra.
Después de escuchar al funcionario hondureño anunciado su visita, una amiga escribió en tweeter: "Ojalá que no venga a dar consejo sobre cómo descongestionarlas".
Las prisiones son una bomba de tiempo. Una de ellas estalló la madrugada del miércoles en Honduras. Son muchos los que se alegraron. Los que expresaron en las redes sociales su alegría por la muerte de 377 seres humanos. Los que piden hoy la pena de muerte para los delincuentes. Los que no tienen ya voluntad de razonar siquiera sobre la capacidad del sistema judicial para determinar con certeza culpabilidades. Los que aplauden por "400 problemas menos" para el país como aplaudieron en 2004 por el centenar de muertos en otro incendio en otro penal hondureño, el de San Pedro Sula. Para ellos, el video del fuego en la cárcel de Comayagua tiene un mero valor estético. Trescientos setenta y siete muertos. Más los que caigan esta noche en el hospital.
Hay 14 Comentarios
Que ironico y mordaz es el Mundo de la informacion en una islita del caribe se muere un recluso o preso como se le llama en algunos paises y se forma tremenda algarabia en toda la prensa y los medios de los mayores emporios mediaticos del Mundo ahora mueren mas de 300 reclusos en otro pais y su connotacion solo se refleja en alguna que otra prensa y no es noticia de primera plana
Publicado por: Ernesto | 05/03/2012 14:52:39
A veces puede ser tan abrumadora la violencia en nuestros países que la sociedad termina justifcando cualquier medio que se le presente para controlar lo que está sucediendo, tanto que olvidamos indagar más sobre las razones de todo esto. Como gobierno nos preocupamos más de que nuestros compatriotas se vayan y permanezcan en el extranjero para que nos manden remesas, así no se tendrá que preocupar por unos cuantos millones de hondureños más, por su salud, por su educación y por su seguridad. No importa de que vengan empresas a pagar mano de obra barata, total, se está incentivando la producción. No importa que el salario mínimo no ajuste, ni se acerque para comprar la canasta básica, que no incluye el pago de la vivienda. Se nos olvida cuáles son las reales causas de la desigualdad social, de las razones por las que estamos obligando a que más personas se dediquen al delito, al narco tráfico, es más fácil, nadie te agarra y se hace dinero bien rápido; es por eso que somos uno de los países más corruptos del mundo, donde nos hemos vuelto más egoístas, menos solidarios, menos compasivos y más materialistas. Todos conocemos las causas, pero nadie hace nada, y lo obliga a uno a pensar, cuántas tragedias más deben ocurrir para que dejemos el letargo y la indiferencia.
Publicado por: Gabriela Leiva | 18/02/2012 1:29:35
me gustaria que leyeran esto es una carta abierta al escritor del blog http://rocky011.blogspot.com/2012/02/carta-abierta-carlos-dada.html
Publicado por: Guenadi Galvez | 17/02/2012 15:50:11
Es horrible, !hasta cuando tendremos que vivir para escuchar historias como estas!, Dios mio!
Publicado por: Osorio | 17/02/2012 14:13:47
Que desgracia, hemos perdido la razón y lo peor la compasión, lo de Comayagua nos dibuja exactamente como somos en esta parte del mundo, indolentes, insensatos e inhumanos. Hace un mes se publico una encuesta de los Jesuitas donde decían que casi el 97 % de los hondureños declaraban pertenecer a las religiones católica y protestantes pentecostales, y que un porcentaje mayor del 70% votan a los partidos conservadores Liberal y Nacional, los cuales han gobernados bajo distintos signos a este país (el más violento del mundo) desde hace 190 años. Vaya combinación de conservadurismo religioso y político en un país donde según la misma encuesta el 97 % de las familias ganan menos de 1000 dólares mensuales, e allí la causa de todos nuestros males: Ignorancia de un pueblo pobre, conservador y cristiano dirigidos por políticos, empresarios, militares y religiosos a servicio de sus intereses económicos. Hoy simulamos horror porque no podemos ocultar al mundo esta tragedia, mañana sera una historieta más en el trágico camino que seguiremos recorriendo hasta que tal vez el mundo se compadezca y obligue a la clase político-militar y religiosa a cambiar. Lo de Libia, Siria, Afganistán y Cuidad Juárez no son nada comparada con Honduras donde ya nada nos sorprende y cada dia somos capaces de ser peores al dia previo.
Publicado por: Raul Zelaya | 17/02/2012 3:05:28
pero los que están afuera siguen matando, violando... ni el infierno en la tierra los contiene.
Publicado por: victor ramos | 17/02/2012 0:13:46
Qué curioso, un señor en este foro que dice que "hay que poner la pena de muerte" porque como "La problemática es tan complicada"...
Sí, vaya, ajusticiemos a todos "con fusilamiento" (el señor hasta elige modalidad), pero a todos, al presidente, a los carceleros, a los reos, a los estafadores, a los malos profesores, a los niños traviesos, a los adúlteros, a los tenderos, a los miopes, a los pelirrojos y peliazules. Y a todos los que nos sean antipáticos. Y usted se llama "indefenso", uno que ve la pena de muerte como una solución "a la problemática"?
Publicado por: Matesa | 16/02/2012 22:51:24
el unico culpable es el PRESIDENTE..asinados-justicia lenta-ideas trasnochadas-decuido y lo peor falta se sencibilidad social.
Publicado por: claudia mack | 16/02/2012 21:36:07
eso pasa cuando no hay un verdadero sistema carcelario tomando en cuenta q las cárceles no dan para mas estos pobres viven en un hacinamiento terrible
Publicado por: alma | 16/02/2012 21:29:27
No olvide os que muchos eran asesinos, violadores, traficantes,... Prefiero gastar el dinero publico en sanidad o pensiones que en ellos. Vivieron como perros y murieron como tales...
Publicado por: Joe | 16/02/2012 20:20:07
Whao, la persona del video en un momento insinúa que pudo haber sido obra de los mismos reos, que para escaparse hacen molote por un lado mientras buscan escaparse, todo es posible, además yo he escuchado la angustia y la desesperacion del pueblo hondureño, puede ser represalia popular, la problematica es muy complicada, no hay solucion suave, aqui en El Salvador, debemos de poner la pena de muerte, por fusilamiento, como un deterrente de tanta maldad sobre la gente indefensa, con respeto, Chapel.
Publicado por: Abel Israel Moreira | 16/02/2012 19:30:55
la historia me pega, el hacinamiento en las cárceles de centroaméricaos es abrumador... como dice Carlos, reos con delitos menores, esperan por un espacio en alguna bartolina o carcel de máxima seguridad, cual enfermos esperando por una cama de hospital... qué crónica, que relato tan triste.
Publicado por: Dalila Huitz | 16/02/2012 19:08:02
Me gusta lo que dice Verónica. Empezando por "nosotros pensando que estamos del lado correcto". Ocurre siempre con "el Otro", Decidimos a la mínima cual es "el Otro" y como tal lo enfilamos . Porque tememos a lo que no entendemos, y es que da miedo entender que yo podría ser perfectamente "el Otro" y viceversa. Pretendemos que no hay un estrecho límite entre ser un ciudadano o persona "normal" y ser un pobre desgraciado, arruinarse, caer en una enfermedad mental, delinquir. Odio frases como "yo no soy racista, pero...", "yo no soy machista, pero...". De los ladrones de guante blanco y los trepas, cuando los criticas, alguien surge y dice "tú también lo harías si pudieras", una expresión de las más cutres que he oído, y repetidamente, en mi vida.
Y olvidamos (yo no, y me da miedo) que el límite a veces se traspasa en un segundo. Si no hay vuelta atrás, será terrible. Si la hay, ¿por qué siempre hay quienes prefieren impedirlo, para que el mundo sea solo suyo y de sus amigos?
Yo voy acumulando cada vez más vergüenza. Leo estos relatos y me parece que estoy soñando, y rabio, rabio muchísimoi!
Y al rato, en cualquier lugar del mundo, se llena un estadio con miles de personas (hacinadas por placer) y se vuelven todos locos como si lo que se jugase enfrente de ellos fuera lo que se juega toda la humanidad. Esa es la empatía y la "solidaridad" que va quedando.
De este caso solo me queda una esperanza: que no sea cierto que los carceleros no abrieron esas puertas que separaban a los presos de la muerte
Publicado por: Matesa | 16/02/2012 18:40:13
Todavía no entendemos qué significan los derechos humanos, mucho menos que implica la dignidad... y que para valorarlos, se necesita prevenir, más que reprimir... La idea de las càrceles no es que una vez condenados, las personas, adeàs de privadas de libertad, se castiguen con malos tratos, condiciones deplorables y violaciones a sus derechos humanos; es la resocialización para que al salir luego de cumplir con la pena, las personas puedan realizarse y aportar a la sociedad, pero en eso no se invierte... seguimos sin aprender de la experiencia que nos golpea una y otra vez con una realidad que parece ficción.
Parece que nos encaminamos a nuestra propia deshumanización... siempre tratando de polarizar todo y pensando que nosotros estamos del lado correcto.
Publicado por: Verónica T. | 16/02/2012 17:14:08