Foto: Delagarde (Jardin, jardin aux T.)
Verticales, en macetas, comunitarios, en un metro cuadrado... Y un término nuevo, macetohuerto, que se extiende por Internet. Convencidos de que la proximidad influye en el sabor de los alimentos, nos hemos puesto a cultivar verduras. El huerto urbano está de moda.
Y no es que las verduras caseras resulten siempre más baratas, pero lo que persigue el huerto doméstico no es tanto la rentabilidad sino el gusto. Recién recolectada cualquier fruta u hortaliza sabe mejor, con el placer añadido de haberla cultivado uno mismo. Cálido, luminoso, resguardado; plantado en plena tierra, en macetas, cajoneras o una mesa de diseño, el huerto es siempre un lugar privilegiado. Si te tienta la idea, es el momento de ponerla en práctica: los días son largos, la temperatura buena y las semillas germinan rápidamente. Como punto de partida, algunas sugerencias que te pueden ser útiles.
Un buen plan. Antes de nada, organiza el espacio disponible de forma que te facilite el trabajo y puedas sacarle el máximo partido. Tendrá que ser un lugar resguardo, con sol la mayor parte del día. Divide el terreno en cuadros o hileras, separados por caminos estrechos que permitan el acceso. Calcula que la longitud de los cuadros debe ser como máximo el doble de la del mango de las herramientas, así podrás trabajar la mitad desde un lado y la otra mitad desde el contrario. Acaba de aparecer en castellano el libro de Mel Bartholomew, El huerto en 1 m2, con ideas y consejos sobre cómo organizar el huerto en un espacio mínimo. No te fijes metas demasiado altas, sobre todo al principio. Haz una lista de los que te apetece cultivar y calcula el espacio que necesitará para desarrollarse. Quizá no te compense sembrar patatas o zanahorias y prefieras distintas variedades de tomates: perfumados para las ensaladas, cherry para las tapas y los más carnosos para salsa y conservas.
Semillas. Elígelas en función del clima y de la época en que vayas a sembrar. Si tienes oportunidad opta por semillas autóctonas. Consulta primero los catálogos: Batlle, Fitó, Thompson & Morgan, Baker Creed Heirloom Seeds; verás que tienen también variedades especiales para congelar o conservas, que contienen menos agua. No siembres nunca un paquete entero de una sola vez. Divídelo en tres o cuatro siembras sucesivas, espaciadas entre sí dos o tres semanas. El riesgo de una tierra fértil es la superproducción que te obligará a estar comiendo lo mismo durante meses.
Un secreto a voces. Para que las hortalizas sean buenas su corta vida debe ser una vida regalada. Al huerto se le pide productividad, y entre siembra y siembra, la tierra apenas puede recuperarse. Pero todos los nutrientes que absorbe una cosecha deben ser repuestos antes de iniciar la siguiente. No escatimes en la calidad del suelo y los abonos, recuperarás la inversión con una recolección espectacular la próxima temporada. Básicamente, hay tres grupos de hortalizas con exigencias diferentes. Las de hoja: acelgas, espinacas, lechugas, rúcula, ruibarbo..., absorben más nitrógeno (N); el fósforo (P) asegura una buena producción de frutos y flores: tomates, calabacines, guisantes...; el potasio (K) es imprescindible para la formación de bulbos, tubérculos y raíces: cebollas, rábanos, patatas, zonahorias.
Mantenimiento. Procura reducir el trabajo al mínino. Un riego por goteo programable, el acolchado del suelo que evita la aparición de malas hierbas y reduce la péridida de agua, o unos tutores firmes en las plantas trepadoras, te ahorrarán tiempo y esfuerzo.
El huerto es un jardín. Cuida su aspecto. Puedes rodearlo de frutales en espaldera o matas de frutos rojos: groselleros, frambuesos, arándanos, zarzamoras. Coloca macetas con hierbas aromáticas: tomillo, cebollino, estragón, perejil, alrededor de los cuadros. Y siembra algunas flores en sitios estratégicos. Las anuales: pensamientos, caléndulas, tagetes, borraja, capuchina, no sólo aportan color, son las mejores aliadas de la agricultura ecológica; favorecen la polinización y alejan bichos tan indeseables como los nematodos, gusanos microscópicos que se alimentan de raíces, o el escarabajo que ataca a las solanáceas. Algunas además, son comestibles, se pueden añadir a la ensalada.
Hay 4 Comentarios
¡Fantástica lección de cómo atreverse con su propio huerto! Con vuestro permiso recomiendo nuestra tienda online www.rangilabonos.com que presenta un amplio catálogo de semillas, herramientas y productos específicos para crear nuestro propio huerto urbano. De esto último comparto el enlace: http://rangilabonos.com/index.php?cPath=3_13_71
Un saludo.
Publicado por: Rangil Abonos | 29/01/2014 14:05:27
Chi lo sà?
Publicado por: Pilar Gómez-Centurión | 25/05/2013 22:39:23
y las maris dónde están?
Publicado por: oh dios | 25/05/2013 21:53:31
Muy bueno el post, soy entusiasta de los huertos, de hecho tengo uno precioso, da mucho trabajo, pero también muchas satisfacciones.
Publicado por: Cocinar con-Ciencia | 24/05/2013 16:41:41