Llega el verano y con él una de mis plantas favoritas. Una humilde mata que crece junto al tomillo en los suelos muy pobres y que sin embargo, contiene la esencia más deliciosa y saludable de la naturaleza. Es aromática, antiséptica, comestible, versátil, fotogénica. Se llama lavanda, un nombre balsámico que evoca olvidados placeres de vida doméstica. Como escribe Gaston Bachelar: "Con la lavanda entra también en el armario la historia de las estaciones. La lavanda sola pone una duración bergsoniana en la jerarquía de las sábanas".
Compañera del olivo y el almendro, de los rebaños de cabras que fertilizan las laderas pedregosas de Oriente Próximo y el sur de Europa –de los Alpes a la Macaronesia–, la lavanda silvestre forma parte del ecosistema mediterráneo. Sus tallos livianos que el peso de las flores no llega a curvar, aparecen como un regalo inesperado en las tierras ocres de garrigas y acantilados. Tan vivificante y límpido es su aroma, herbáceo al principio y floral luego, que ya en la antigua Persia se decía que sólo con mirar sus espigas "se alegra el ánimo y desaparece la tristeza concebida sin motivo". Depresión, diríamos hoy. Quizá por eso, por sus extraordinarias propiedades tonificantes, el aceite esencial de lavanda es un recurso básico de la aromaterapia.
En jardinería se usa para formar setos bajos, al pie de los rosales, en el jardín de hierbas, mezclada con las vivaces y, por supuesto, en macetas y jardineras.
Alhucema, cantueso, espliego
Bajo el nombre genérico de lavanda, derivado del latín lavo, se agrupan una veintena larga de especies, todas aromáticas, entre las que destaca el espliego (Lavandula angustifolia, L. spica, L. officinalis o L. vera, según los autores), la famosa lavanda inglesa, originaria en realidad de la región mediterránea occidental. Para los ciudadanos de la antigua Roma era una planta muy popular que se añadía al agua de las termas y a la de la colada, ya que además de refrescar y tonificar la piel, es un excelente insecticida.
Las legiones de César la introdujeron en Gran Bretaña, y aunque no es una especie autóctona, la lavanda inglesa se considera la mejor porque al revés de lo que ocurre con otras aromáticas, el clima suave favorece la calidad de su aceite esencial. Cuentan que a la reina Victoria le encantaba recorrer sus plantaciones en Surrey en acompañía de su proveedor, alguien que ostentaba el pomposo título de Purveyor of Lavender Essence to the Queen.
El espliego florece desde mediados de junio en densas espigas de entre 40 y 90 centímetros de altura, dependiendo de la variedad; el color es azul oscuro en 'Hidcote', 'Blue Mountain' e 'Imperial Gem'; más claro en 'Munstead', 'Loddon Blue' y 'Silver Blue'; rosa en 'Loddon Pink', 'Little Lottie' y 'Miss Katherine'; y blanco en 'Nana Alba' y 'Wendy Carlile'.
Poco después florece la alhucema (L. latifolia), de hojas más anchas y grisáceas. Produce una esencia menos refinada, pero en cambio, es una estupenda planta melífera. A partir de julio las abejas transforman el néctar de sus diminutas flores en una sabrosa miel de tonos nacarados. Las ramas secas solían usarse para desinfectar las habitaciones de los enfermos. Actualmente se emplea sobre todo en la industria alimentaria. La alhucema lanuda (L. lanata), de hojas gruesas y afelpadas, es un endemismo de las sierras de Grazalema, Almijara y Sierra Nevada.
El lavandín (L. x intermedia), con flores violáceas y un aroma áspero, ligeramente alcanforado, es un híbrido de espliego y alhucema que se cultiva sobre todo en la Provenza francesa donde al ser más resistente y productivo se ha impuesto a sus progenitores. 'Grosso' y 'Arabian Nights' son las variedades más frecuentes.
L. stoechas
Las espigas del cantueso (L. stoechas), rematadas por brácteas estériles, florecen a partir de marzo en suelos silíceos por casi toda la Península, Canarias, Menorca e Ibiza, y se queman en las hogueras de la noche de san Juan. La subespecie L. pedunculata es la que mejor resiste el frío. En la sierra de Aracena, el Algarve y Madeira se da también un curioso endemismo de brácteas verdes (L. viridis).
Cultivo
Las lavandas se plantan entre febrero y septiembre, al sol, en cualquier suelo neutro o calizo -excepto el cantueso que requiere cierta acidez– siempre que tenga un buen drenaje; si son varios ejemplares hay que dejar unos 40 centímetros de distancia entre cada uno.
La frecuencia del riego depende del clima, la humedad ambiental, la época, la variedad elegida y la ubicación –las macetas necesitan siempre más agua– pero sólo se debe regar cuando la tierra esté seca, ya que no es una planta sensible a las enfermedades, pero sí al exceso de humedad.
La poda es imprescindible para estimular el crecimiento, la floración, mantener una ramificación densa y prolongar la vida de la planta que suele ser de unos diez años. Se puede hacer en dos fases: durante el verano, recolectando las flores y supriendo las marchitas; y a principios de otoño, recortando, un tercio como máximo, el extremo de las ramas.
En el armario
La lavanda también es generosa con su perfume; empieza a desprenderlo bajo el sol de mediodía e impregna el aire hasta el atardecer. Bastan un par de macetas para sentirlo en varios metros a la redonda. Las espigas secas lo conservan durante años, por eso se colocan entre la ropa, desmenuzadas en saquitos de algodón o trenzadas con una cinta, en forma de panojas. Yo he aprendido a hacerlas con este video, está en francés pero se entiende muy bien; el número de tallos tiene que ser múltiplo de tres.
Hay 5 Comentarios
A mi me encanta el aceite de rosa mosqueta,que viene de las rosas y huele muy bien. Además de usarlo como aceite esencial! Son maravillosas sus propiedades y beneficios.
Publicado por: Aceite de Rosa Mosqueta | 30/08/2018 11:15:03
Eso sí que son buenos recuerdos, Sonia. Me alegra que te haya gustado.
Publicado por: Pilar Gómez-Centurión | 24/06/2013 15:22:29
Gracias Iker. El laberinto está en Kastellaun (Alemania) al sur de Coblenza, de lo que no estoy segura es de que exista todavía.
Publicado por: Pilar Gómez-Centurión | 24/06/2013 15:20:04
Muy interesante la aplicación aromática y la terapia con las plantas fragantes, muy interesante el reloj floral que diseñó Rimmel, el laberinto/maze de la foto ¿dónde está exactamente por favor?
Publicado por: Iker Lodigas | 23/06/2013 17:25:16
Que bonito. Me ha recordado a aquellos veranos que pasaba yo en el camping ligando con todos los extranjeros que podía: http://xurl.es/1kf3v
Publicado por: Sonia | 22/06/2013 13:21:31