De flor en flor

Sobre el blog

“Sé de un lindero donde crece el tomillo silvestre, donde se mecen las violetas y las prímulas, tapizado por olorosas madreselvas, por fragantes rosas de almizcle y bellos escaramujos. Allí duerme Titania una parte de la noche, reclinada al arrullo de esas flores…”. W. Shakespeare: Sueño de una noche de verano.

Sobre la autora

Pilar Gómez-Centurión

. Cuando estudiaba periodismo nunca imaginé que terminaría metiéndome en un jardín. Pero como decía Robert Walser, era pobre y necesitaba una ocupación hermosa. Creo que todos los jardines, incluso los privados, forman parte del bien común. Y que una simple maceta en el alféizar de la ventana es tan admirable como el más espléndido vergel.

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Los jardines de Monsieur Dior

Por: | 31 de julio de 2013

Pérgola Granville-dior

Pérgola de rosas y estanque, Granville.

El boletín de la rosaleda de Val-de-Marne, L'Haÿ-les-Roses, incluye la ficha de una preciosa rosa roja llamada Christian Dior, que me ha recordado la afición jardinera del modisto y la sugerente exposición abierta este verano en su museo de Granville sobre la influencia del Impresionismo en la alta costura.

ROSA christian_dior
Rosa 'Christian Dior' de Meilland.

12.Impressions-Dior_Cove

Además, Dior (1905-1957) me ha parecido siempre un personaje simpático. El fotógrafo Cecil Beaton, en su entretenido libro The Glass of Fashion (1954), lo define como el Wateau de los modistos, "lleno de matices, delicado, chic, con un enorme sentido de la oportunidad", y advierte ya de lo poco que se conoce al hombre que hay trás la marca. Apenas poco más que las escasas referencias personales que el diseñador hace en su libro Christian Dior y yo, cuyo título establece ya una irónica y sana distancia entre el autor y esa celebridad conocida como Christian Dior. 

Modelos Christian_DiorC. Beaton

Modelos de la colección Primavera 1957 fotografiadas por Cecil Beaton.

"Físicamente –continúa Beaton– Dior parece un amable cura rural de mazapán rosa. Es un burgués con los pies plantados sólidamente en la tierra, modesto como una violeta a pesar de los elogios que se le prodigan. Su cabeza en forma de huevo podrá oscilar de un lado a otro, pero jamás se trastornará por el éxito".

Christian Dior
Dior en su jardín de La Colle Noire.

El propio modisto parece responderle cuando escribe: "¿Debía transformarme para no decepcionar a mi público? Hice un tímido ensayo poniéndome una flor en el ojal, encargué algunos trajes a mi sastre y me puse en manos de un masajista, pero enseguida renuncié. Entre aquel que debería ser y yo, existía un abismo demasiado profundo. Me resigné a no ser sino el que por naturaleza soy, y al cual, con los años, he llegado a acostumbrarme".

Hay, sin embargo, algo que el discreto burgués comparte con el mundano creador del New Look: la pasión por los jardines. Uno la ha heredado de su madre y el otro la ha llevado a la moda a través de su mujer-flor. 

Granville 3
Pérgola y parterre, Granville.

Para ambos, la casa familiar de Granville, Les Rhumbs, convertida hoy en museo, es una constante fuente de inspiración. "Era horrible, como todas las construcciones anglo-normandas de fin de siglo, pero guardo de ella el recuerdo más tierno y maravilloso. Mi vida, mi estilo, se lo deben todo a su ubicación y arquitectura. Estaba enjalbegada en un rosa muy suave bajo un tejado gris, mis colores favoritos. Y como mi madre adoraba las plantas, hizo construir un invernadero, adosado como una protuberancia a la fachada, sin preocuparse lo más mínimo por el conjunto".

Granville Museo Dior
Les Rhumbs, la casa familiar en Granville.

 Parterre Granville

Mosaico de flor de temporada, Granville.

  Granville 4

 

Parterre de begonias y cinerarias, Granville.

Levantada frente a la tempestuosa costa normanda, en un promontorio rodeado de pinos, es el escenario de los primeros recuerdos. "Al haber heredado de mi madre la pasión por las flores, disfrutaba especialmente de la compañía de los plantas y de los jardineros. Esta afición influía incluso en mis lecturas y, excepto algunas obras que han marcado mi infancia, lo que más me gustaba era aprender de memoria los nombres y descripciones de las flores que aparecían en los catálogos en color de la casa Vilmorin-Andrieux".

 

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La costa normanda vista desde el jardín de Granville.

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Catálogo Vilmorin-Andrieux, 1929.

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Detalle del bordado del vestido Vilmorin.

De ahí nació en 1947 su primera colección, Corola, rebautizada luego como New Look. Y los vestidos de organza bordada con flores, entre ellos uno denominado Vilmorin. Y la línea Tulipán, "colores inspirados en los linezos impresionistas, en los campos de flores tan amados por Renoir y Van Gogh". Y la línea Muguet "que para mí simboliza la felicidad". La flor fetiche que cose en el bajo de las faldas para que le de buena suerte, y la que su amigo, el perfumista Edmond Roudnitska, evoca en Diorissimo, un aroma idealizado ya que el lirio de los valles (Convallaria majalis) es una flor muda, cuya esencia no se puede extraer de forma natural.

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 Berthe Morisot, Tulipes, 1890. Museo Marmottan Monet, París.

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Muguet (Convallaria majalis).

Creaciones abstractas, alegres, ligeras, aunque teñidas siempre de una cierta nostalgia, porque "la moda se decide siempre a destiempo. La colección de invierno se elabora en la época de las lilas y los cerezos. La de verano con la caída de la hoja y los primeros copos de nieve".

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Dior en su jardín de Milly-la-Fôret.

El éxito le permitió enseguida adquirir un viejo molino, Le Moulin du Coudret "una ruina en mitad de una charca", cerca de Milly-la-Fôret, al sudeste de París. "Soñaba con una finca semejante a aquellas casas provincianas de las que guardo un tierno recuerdo".

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Y es que como explica Beaton: "Le gusta pensar que cuando la ola del éxito le abandone (incluso los más grandes modistos no llegan a reinar más de dos o tres décadas) tendrá la oportunidad y la sensatez de retirarse a cuidar su jardín".

Con el tiempo esta obsesión jardinera se ha convertido en leyenda. Reconocida como uno de los legados más valiosos de su herencia, sigue formando parte de las señas de identidad de la firma. Quizá por ello, la casa Dior acaba de adquirir es que fue su último refugio, el Château de la Colle Noire, en Montauroux.

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Vestido de noche en organza bordada de la colección otoño-invierno 2012. Christian Dior por Raf Simons (Foto L. Hamani).

Château de la Colle Noire

Château de la Colle Noire (Foto Ch. Chavignaud). 

"En el momento de poner fin a este libro, estoy a punto de concluir el arreglo de mi casa de Provenza. Es sencilla, noble y de gran solidez. La paz que en ella se respira es apropiada para la etapa de mi vida que habré de abordar dentro de unos años. Quisiera que fuese mi verdadero hogar, al que pueda retirarme si Dios me concede una larga vida; en el que pueda pasar mis últimos días y encontrar de nuevo, bajo otro clima, el jardín cerrado donde transcurrió mi infancia. En fin, la casa donde pueda vivir tranquilo olvidando a Christian Dior para ser simplemente, Christian".

Iván
Con Iván, el jardinero.

Pero un año más tarde, el 24 de octubre de 1957, moría en Italia de un ataque al corazón. La mitad de lo que el Estado francés ingresaba entonces por las exportaciones de moda llevaba la firma de Christian Dior.

Rosa Jardin de Granville

Rosa 'Jardin de Granville' de André Eve.

El linaje de las azucenas

Por: | 26 de julio de 2013

L. regale
Lilium regale

A mitad casi del verano vale la pena dedicar un rato a las azucenas. Puede que sea por su aire arrogante de flor cara o quizá por lo mucho que duran una vez cortadas, el caso es que las vemos más en las florsiterías que en los jardines. 

L. speciosum roseum

L. speciosum 'Roseum'.

A pesar de su aparente fragilidad, las azucenas son plantas muy resistentes y acomodaticias, florecen sin parar entre primavera y otoño, y se desarrollan muy bien en maceta. Sus altísimos tallos brotan de un bulbo cubierto de escamas carnosas, y de las cien especies silvestres que crecen a lo largo y ancho del hemisferio Norte desciende un número inabarcable de híbridos a cual más llamativo.

Su imagen arquetípica es, sin embargo, la silueta inocente de la azucena blanca (Lilium candidum). Originaria de Siria e Irán, es la azucena del mundo mediterráneo. Una planta de carácter sagrado, cargada de simbolismo, y asociada a la diosa Juno, que aparece representada por primera vez en los frescos cretenses del palacio de Cnosos. 

  Cnosos

Azucenas, rosas, lirios y flores de loto en los frescos del palacio minoico de Cnosos.

L. candidum 1 

L. candidum

Cada tallo, de más de un metro de altura, produce hasta quince flores en forma de trompeta. Están formadas por seis tépalos y seis estambres con anteras de polen amarillo que le ponen a uno perdido en cuanto se descuida.El aroma meloso y denso de esta azucena, especialmente intenso al atardecer, puede resultar pesado y mareante dentro de casa o en cualquier sitio cerrado, pero delicioso al aire libre. Crece en suelos más bien calcáreos, y a diferencia de las demás especies, el bulbo no se planta en primavera sino a principios de otoño, y a menor profundidad, unos cinco centímetors como mucho, mientras que el resto requiere entre diez y quince.

La mayoría de las azucenas silvestres como la azucena de Constantinopla (L. chalcedonicum) y la pirenaica (L. pyrenaicum), así como las agrupadas bajo el nombre genérico Martagón, con flores en forma de turbante, son también adecuados para suelos calcáreos.

L. pyrenaicum

L. pyrenaicum.

L. chalcedonicum

Azucena de Constantinopla (L. chalcedonicum).

Para los ácidos se puede elegir entre la enorme variedad de los híbridos orientales derivados del lirio japonés (L. aurantum). 

L. auratum

L. aurantum.

Para media sombra, la mejor opción es la azucena anaranjada (L. bulbiferum). 

L. bulbiferum

L. bulbiferum.

Y para maceta, además del lirio real (L. regale) cualquiera de las variedades de L. speciosum: 'Lucie Wilson', 'Numazu Beauty', 'Roseum' o 'Rubrum'.

L. speciosum rubrum

L. speciosum 'Rubrum'.

Quiero recordar que cuando se cortan las flores, siempre hay que dejar un trozo de tallo que continúe alimentando el bulbo. Como aguantan perfectamente las bajas temperaturas, no es necesario desenterrarlos al llegar el invierno.

 Bulbo Lilium

 

 

Cuatricomía

Por: | 19 de julio de 2013

PASILLO

"Divide y vencerás -me dijo la propietaria de este jardín, estructurado en cuatro zonas muy diferentes–. Esa fue la clave, porque es mucho más sencillo resolver espacios pequeños, sobre todo si no eres un profesional y actúas de forma intuitiva como hicé yo. Luego me di cuenta de que cuatro jardines independientes no tenían mucho sentido; necesitaba un hilo conductor que diera coherencia al conjunto, y fue entonces cuando elegí el tema del color".

Es un jardín privado del que apenas puedo dar pistas. Se encuentra a las afueras de una ciuad pequeña y fue diseñado por su propietaria hará unos quince años. Me gusta especialmente porque está lleno de buenas ideas tanto en su estructura como en los detalles.

 ENTRADA 2

Verde. El jardín de entrada es pequeño y clásico. Está cerrado por un seto alto de carpe (Carpinus betulus) y se abre a una especie de corredor, una zona de paso, pavimentada con losas de piedra que a lo largo del verano queda atravesada por los largos tallos de las calabazas (Corcubita pepo) plantadas en los bordes.

 CASA

 BLANCO

Blanco. Al otro lado, la fachada posterior de la casa se abre a un jardín mucho más amplio, donde hay un estanque circular rematado por un perímetro de ladrillo y flores blancas: hortensias, azucenas, Gaura lindheimeri. Sobre el suelo, cubierto de césped, una alfombra de tomillo.

 ARRIATE

 SILLAS

Azul. A la izquierda del jardín blanco, un camino de hierba entre dos parterres de plantas vivaces, desemboca en un pequeño jardín que se extiende de sombra de un roble escarlata (Quercus coccinea 'Splendens') todavía muy joven. Rodeando el tronco, cuatro sillas de tijera de los años cuarenta. Aquí predomina el azul, un color frío que subraya la idea de frescor.

 PUERTA

Un seto de espino albar (Crataegus monogyna) y una cancela antigua de hierro lo separan del último jardín. El suelo aquí está cubierto de grama (Cynodon dactylon) que apenas necesita mantenimiento; un paso japonés de piedra evita que se formen calvas.  

  ESTANQUE

Amarillo. Un estanque formal, redondo, con bordillo de piedra y tres metros de diámetro ocupa la mayor parte del jardín amarillo. Sus cuarenta centímetros de profundidad permiten cultivar nenúfares y lirios de agua. El arbusto es una espírea (Spirea japonica 'Gold Flame') y las flores de la maceta, azucenas (Lilium longiflorum).

Tijera en mano

Por: | 17 de julio de 2013

T. poda

Si hay una herramienta útil y verdaderamente imprescindible para el jardín, esa es la tijera de podar. Técnicamente se llama podadera de una sola mano, se utiliza a diario y un poco para todo: para cortar ramas y flores secas, aclarar, pinzar, recortar, que suele ser también la mejor forma de prevenir enfermedades. 

Es una herramienta muy personal que para que resulte fácil de usar cada cual debe elegir según el tamaño y la fuerza de su mano. 

Haya muchísimos modelos y calidades, la pega es que la mayoría de las podadoras vienen de fábrica empaquetadas en un blíster y eso dificulta bastante la elección. Porque ¿en qué conviene fijarse antes de comprar una tijera de podar? 

Tijera poda 3

Lo primero en el mango. Que se adapte bien a la mano, que sea sólido, ligero y antideslizante. Casi todas las marcas tienen al menos un modelo para zurdos.

La apertuta de corte. lo normal es que tenga entre 1,5 y 2,5 centímetros ya que este tipo de herramienta no se usa para cortar ramas muy gruesas, aunque las hay también de apertura regulable capaces de abarcar hasta 8 centímetros. 

T. Fiscars

El tamaño del cabezal. Cuando más corto sea, más fácil será usarlo en los recovecos menos accesibles.

El ajuste y la presión del corte, que no resulte demasiado duro.

Respecto a la limpieza del corte, las hay de dos tipos. En las de corte deslizante tanto la hoja como la contrahoja tienen filo cortante, mientras que en las de yunque, sólo corta la hoja y la contrahoja aplasta la rama. 

También es importante el cierre de seguridad. Personalmente, prefiero que sea automático porque los manuales o son una simple abrazadera de plástico que termina dándose de sí, o resultan demasiado duros y al final muy poco seguros.

T. FelcoEn cuanto al precio, puede oscilar entre los 7 u 8 Euros de las marcas blancas, a lo 80 de algunos modelos Felco que es el rollsroyce de las tijeras de podar, son desmontables, tienen piezas de repuesto, estuche de cuero y garantía de por vida. Todo depende, claro, del uso que uno vaya a darles porque en torno a los 20 Euros hay mucho y bueno donde elegir.

Además la vida útil de las podadoras depende más que nada del mantenimiento. Para que duren hay que lavarlas a con agua y jabón, secarlas bien y engrasarlas para que no se oxiden, afilarlas de vez en cuando y no dejarlas al sol. Después de usarlas en una planta enferma, se desinfectan las hojas con un algodón empapado en alcohol.

T. Gardena

Hortensias, una caja de sorpresas

Por: | 12 de julio de 2013


Hortensias

¿A quién no le ha pasado plantar una hortensia azul y comprobar decepcionado que a los pocos días las flores de han vuelto rosas? La gente solía decir que para evitarlo había que enterrar junto a la planta un clavo oxidado. Aunque suene a conjuro, posiblemente el truco funciona ya que el color de algunas variedades cambia en determinadas condiciones ambientales: temperatura, luz, humedad; pero, sobre todo, por la composición del suelo. Por eso, mientras los tonos azules se dan en los de pH ácido, ricos en hierro y frecuentes en el norte y oeste de la Península, la gama de los rosa es típica de los neutros y alcalinos. Así, una variedad rosa se puede volver azul al plantarla en un suelo muy ácido o con la ayuda de un azulador a base de aluminio que se mezcla con la tierra o se diluye en el agua de riego.

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Rutilantes protagonistas del jardín de verano, las hortensias (Hydrangea spp.) forman una familia compuesta por unas cien especies silvestres de las que una veintena son huéspedes habituales de nuestros jardines. La mayoría proceden de Extremo Oriente y una mínima parte del continente americano. Es el caso de Hydrangea serratifolia, oriunda de Chile y Argentina; H. arborescens H. quercifolia del este de los Estados Unidos. Hay además cientos de híbridos disponibles en las floristerías en cualquier época del año.

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Aunque chinos y japoneses llevaban siglos cultivándolas, las hortensias no llegaron a Europa hasta finales del siglo XVIII. Fue a través de dos eminentes naturalistas, Thunberg y Von Siebold, que contratados por la Compañía holandesa de las Indias Orientales, tuvieron la oportunidad única de recorrer el Imperio del Sol Naciente cuando todavía estaba vedado a los visitantes extranjeros.

H. macrophylla
H. macrophylla

Lacecaps
Lacecaps

La especie más conocida, H. macrophyla, incluye un grupo de variedades que los ingleses llaman lacecaps porque sus flores, que ya no son esféricas sino aplanadas, parecen una cofia de encaje. Las hay también con flores piramidales, H. paniculata e H. quercifolia; y hortensias trepadoras: H. anomala, H. petiolaris e H. serratifolia, que toleran la contaminación atmosférica y se suelen plantar junto a muros orientados al norte donde otras plantas no prosperarían.

Desde el punto de vista botánico son plantas arbustivas. Las hojas, perennes o caducas, generalmente ovaladas y dentadas, aparecen en verticilos de tres en tres. Las auténticas flores son tan diminutas que pasarían inadvetidas si no tuvieran un vistoso envoltorio de panículas o corimbos, estériles sí, pero tan llamativo como un vestido de fiesta. Su misión es atraer a los polinizadores y de paso, llenar de color los jardines a lo largo del verano.

Todas las hortensias requieren suelos fértiles y profundos, húmedos pero bien drenados, y tirando a ácidos. Una tierra pobre puede mejorarse añadiéndoles abono orgánico descompuesto: compost o tierra vegetal. Si tiene un alto porcentaje de cal, es mejor colocar las hortensias en macetas. Se desarrollan mejor a media sombra, a resguardo de las heladas primaverales que a menudo echan a perder los primeros brotes. En verano es importante que no les falte agua, sobre todo cuando la atmósfera es muy seca. Hay que abonarlas en primavera mediante un acolchado a base de compost y un fertilizante equilibrado.

La clorosis que hace amarillear las hojas y suele darse cuando el suelo es alcalino, se corrige fácilmente con sulfato de hierro. La poda debe ser mínima para conseguir una floración abundante, y se realiza entrada la primavera, cuando ha pasado el riesgo de heladas. En las variedades H. macrophylla, que brotan desde la base, lo esencial es rejuvenecer la planta y permitir que el aire y la luz lleguen hastl todas las ramas. En las demás especies se puede hacer cada dos o tres años. Durante el verano se pueden multiplicar mediante esquejes semileñosos de tallo.

Con nombre propio

 Algo tienen las hortensias que no deja indiferente a casi nadie, intentaré averiaguar qué es. Hay quien no las puede ver ni en pintura, pero también hay coleccionista entusiastas. A estos particularmente les gustará visitar la Tienda de Plantas del Jardín Botánico de Gijón donde Marián Parra se preocupa por estar al día con las últimas novedades, que tiene perfectamente clasificadas e identificadas por especies, variedades y color.

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H. macrophylla 'Mme. Emile Mouillère'.

Como ocurre con las grandes familias, hay un tipo de hortensia adecuado a cada espacio y todas, además, se dan muy bien en climas costeros.

H. macrophylla 'Ayesha'
H. macrophylla 'Ayesha'.

Entre las innumerables variedades de H. macrophylla destacan las 'Europa' 'Maréchal Foch' y 'Cameroun' de flores globulares y rosas. En la llamativa gama de los azules 'Blue Wave', 'Génerale Vicomtesse de Vibraye', 'Nikko Blue', 'Sea Foam' y 'Lilacina'. Entre los lacecaps 'Mariesii', 'Tricolor' y 'Blaumeise'. Para maceta ninguna mejor que 'Mme. Émile Mouillère', blanca con reflejos rosados, excepcionalmente resistente y exuberante; otra posibilidad es 'Ayesha' de pétalos curvados como las lilas. Otra especie parecida pero de mayor tamaño es H. arborescens, concretamente la variedad 'Annabelle'.

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H. arborescens 'Annabelle'.

  Hydrangea mac Blaumese

Las más resistentes al frío, H. serrata en cualquiera de sus variedades 'Preziosa' (rosa), 'Grayswood' (blanca), o 'Bluebird' (azul); H. paniculata 'Grandiflora', 'Tardiva' o 'Unique' todas blancas; e H. quercifolia 'Snow Queen' también blanca, con hojas que recuerdan a las del roble y se tiñen de rojo en otoño.

Una vez secas, las flores de la hortensia pierden la intensidad del color natural pero adquieren una atractiva pátina cobriza. Y es tan fácil como colocarlas en un jarrón con un dedo de agua y dejar que se vaya evaporando.

  H. petiolaris

H. petiolaris 

Jardines a contraluz

Por: | 05 de julio de 2013

C. Nichols
Decía el paisajista Leandro Silva (1930-2000) que los jardines hay que pintarlos. Sin embargo, nada ha contribuido tanto a divulgar el interés por la jardinería como la fotografía en color.

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Como modelo, el jardín es un tema inagotable y atractivo, aunque también efímero y complicado. Los cocineros inmortalizan sus platos nada más terminarlos, los arquitectos sus edificios, los modistos sus creaciones; pero el jardín, como el vino, necesita tiempo, y nunca parece más inexpresivo y triste que recién plantado. Luego hay que echarle paciencia. Un vendaval, una helada tardía o una tormenta inesperada suponen mucho más que un pequeño contratiempo cuando uno ha recorrido medio mundo para fotografiar los cerezos en flor. A veces supone tener que esperar un año entero para intentarlo de nuevo, y de poco sirve dominar la técnica si la Naturaleza no está dispuesta a colaborar. Quizá por ello no hay tantos fotógrafos especializados en jardines.

C. Nichols 3
Clive Nichols es uno de ellos. Me gusta especialmente su trabajo porque aporta una mirada distinta, luminosa y vibrante, frente a la imagen convencional y demasiado estática que se suele dar del jardín. Así que, pensando en las vacaciones y en que todos viajamos ya con una cámara en el bolsillo, he recurrido a él en busca de consejo.

C. Nichols 4

"Lo primero que hago siempre es consultar el pronóstico del tiempo, sobre todo lo que se refiere al viento, porque cuando es muy fuerte resulta casi imposible fotografiar al aire libre y no merece la pena salir".

¿Y cómo se las arregla uno en verano bajo un sol de justicia y esa luz cegadora y reverberante del mediodía?

"Entonces me levanto muy temprano y trabajo hasta tarde. Los mejores momentos para las fotos son la primera hora de la mañana, justo después del amanecer, y la última de la tarde. Es cuando el sol está bajo y proyecta un haz de sombras alargadas sobre el jardín; el colorido es entonces más rico y no suele hacer viento o apenas una brisa ligera. Como norma, evito siempre trabajar al mediodía cuando el sol cae de lleno y produce un contraste muy duro entre luces y sombras que resulta difícil de captar por la cámara y muy poco favorecedor para la imagen".

C. Nichcols 6

En cambio, la iluminación difusa de un cielo encapotado, tan menospreciada a veces para la fotografía en exteriores, es perfecta para tomar primeros planos porque al ser una luz suave, sin apenas contrastes ni zonas de sombra, hace resaltar los detalles y da una intensidad inusual a los colores. También la lluvia puede ser una buena aliada. El aire húmedo y las gotas que cubren las plantas tras un chaparrón permiten captar matices que de otra forma pasan desapercibidos. 

C. Nichols 7

Además de sus colaboraciones con la Royal Horticultural Society y con las mejores revistas del mundo, entre ellas El País Semanal, Nichols dedica buena parte de su tiempo a dar cursos y talleres sobre fotografía. Tiene publicados dos libros que contienen toda la experiencia acumulada durante los veinticinco años que lleva recorriendo jardines. Es una lástima que no estén traducidos, pero se los recomiendo a todo el mundo porque están llenos de información práctica, desde el equipo que utiliza, a los pasos necesarios para conseguir un buen contraluz.

"La mayoría de la gente fotografía de espaldas al sol; eso funciona con ciertos objetos no tridimensionales ya que la luz frontal da imágenes planas. Yo prefiero disparar a contraluz, incluso en días nublados, porque así la luz añade dramatismo y da vida a la escena".

C. Nichols 5

Me comenta que no tiene un jardín favorito, que suele enamorarse del último. Ahora acaba de regresar de Tresco, en las islas Sorlingas, donde ha estado fotografiando las proteas, y está admirado de lo bien que se dan estas plantas sudafricanas en el clima inglés.

Si pensáis viajar a Inglaterra y os interesa la fotografía, Clive Nichols tiene programados tres talleres a lo largo del verano: el 10 de agosto en Nymans, el 17 de septiembre en Wisley y el 28 de septiembre en Kew. 


Photographing

The Art of

El País

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