Nostalgia del agua

Por: | 23 de marzo de 2014

Alhambra

Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero no creo que exista en el mundo un jardín más hermoso que la Alhambra. Quienes levantaron la fortaleza roja añoraban el agua y estoy segura de que conocían muy bien su valor, por eso le concedieron el papel estelar.

Aunque lo hayamos olvidado, fue precisamente la escasez de agua, la nostalgia del oasis y de su admirable equilibrio entre sombra, vegetación y humedad, lo que hizo surgir, al borde mismo del desierto, los primeros jardines mesopotámicos.

Jardines

Y de la necesidad de aprovechar hasta la última gota van apareciendo los elementos que caracterizan todavía el modelo de jardín mediterráneo: muros, emparrados, albercas, fuentes, pavimentos, macetas.

Para celebrar no sólo el día del agua sino el agua misma, nada como recordar diez formas de no despilfarrarla en el jardín.

Riego

Acolchar el suelo. Consiste en recubrirlo con una capa de materia orgánica que además de mejorar su estructura, mitigar la proliferación de malezas y regular la temperatura protegiendo las raíces del frío y del calor, contribuye decisivamente a retener la humedad.

Crear espacios de sombra. La umbría que proporcionan árboles, setos, arcadas, pérgolas y emparrados reduce la temperatura y en consecuencia la necesidad de agua y las pérdidas por evaporación. Por otra parte, la alternancia de especies perennes y caducas, actúa como un termostato natural ya que en invierno las ramas sin hojas dejan que la luz y el calor del sol llegue a todos los rincones. 

Emparrado

Contrarrestar la acción del viento. Cuando es fuerte y continuo como suele ocurrir en la costa, reseca los tejidos mucho más que el propio sol. Una forma bastante efectiva de paliar su efecto es levantar una barrera de árboles y arbustos que actúe como cortavientos y permita crear un microclima más húmedo. 

Utilizar plantas que necesiten poco riego. Que no son exclusivamente los cactus y las crasas. Las especies autóctonas o naturalizadas y las originarias de climas secos como Australia, Sudáfrica, California y parte de Sudamérica, acostumbradas a la escasez de agua, crecen a sus anchas en los suelos pobres y alcalinos o en tierras fértiles y ricas que cuenten con un buen drenaje. Suelen ser plantas muy perfumadas con vistosas y largas floraciones. La lista para elegir es enorme, sólo hay que tener en cuenta su resistencia al frío. 

La Louve N. de Vésian

La Louve, el jardín provenzal de la diseñadora Nicole de Vésian.

Agrupar las plantas según la cantidad de agua requerida. Se puede crear tres zonas: las autóctonas, que mantiene la lluvia; las que en necesitan un riego suplementario en ciertas épocas, por ejemplo, durante el período de floración; y las que requieren mayor humedad como son camelias, rododendros, hortensias…, que también se pueden colocar en macetas.

Macetas

Recurrir a las macetas. Y no sólo para las flores de temporada, sino para todas aquellas que reclamen mayor humedad, ya sean arbustos o herbáceas. Así, aunque haya que regarlas con más frecuencia que al resto, se podrá hacer puntualmente sin mojar al resto.

Suprimir el césped. El jardín no es un estadio de fútbol ni un campo de golf. El suelo pavimentado parece lo más apropiado para un clima seco; reduce considerablemente el esfuerzo y los gastos de mantenimiento, de forma que aunque de entrada resulte más caro, pronto se amortiza. Cualquiera que sea el material elegido: hormigón, piedra, ladrillo, barro o incluso madera, se puede alternar con superficies blandas a base de grava, guijarros, albero o tierra batida. El efecto de dureza o monotonía se contrarresta sembrando alrededor y entre las hendiduras especies tapizantes que se puedan pisar. La humedad que se acumula en estos huecos unida a las condiciones más secas de la superficie hace que este tipo de plantas se extienda rápidamente creando manchas de color. La sensación de frescor es comparable a la que proporciona la hierba, con mucho menos gasto y sin apenas mantenimiento.

Pavimento

Riegos profundos y esporádicos. Aunque es casi imposible generalizar sobre la frecuencia exacta del riego, hacerlo con demasiada frecuencia debilita las plantas y las hace más vulnerables no sólo a la sequía sino a plagas y enfermedades. Además las raíces, en vez de desarrollarse en profundidad buscando la humedad de las capas más profundas del suelo, se extienden superficialmente. 

Riego 2

No regar en las horas de más calor. En primavera y verano lo mejor es hacerlo al anochecer; mientras que en otoño e invierno, es preferible regar a primera hora de la mañana para evitar la posibilidad de que el agua se hiele. 

Aprovechar la lluvia. Nunca he entendido por qué hemos prescindido de las albercas que usaban nuestros abuelos. El agua de lluvia no sólo es gratuita, al menos de momento, sino que es la más beneficiosa para las plantas. Y si el jardín dispone de riego automático, nada nos impide desconectarlo los días de lluvia. Ni sacar las macetas que tengamos dentro de casa.

Macetas 2

 

Hay 6 Comentarios

Salud Tule, los papiros no sobreviven a las heladas, pero crecen estupendamente bien dentro de casa. Yo los tuve durante años hasta que el gato de mi hijo vino a pasar una temporada en casa y se los zampó. A él también le encantaban.

Los tules que se entrevén detrás de la fuente azul cómo es que se llaman, papiros?
¿qué tal se adaptarán al clima peninsular, y en interiores?
Salud

¡¡Ahí va!! Pues sí que lo conozco, pero lo visité hace ni se sabe, en otra vida. Casi ni me acuerdo. Precisamente acabo de soltar mi tontería en el blog de Miguel Vicente y luego en el de eros porque esa foto me trajo a la memoria a una amiga que me enseñó ese jardín hace ya décadas, y me acuerdo de ella y de la explicación. Visito vuestros posts deprisa y corriendo pero me merecéis más la pena que eso. Gracias.

Hola Pedantón, no te equivocas para nada, la foto está tomada en Marrakech, en el jardín de Majorelle ¿lo conoces?
vale la pena.

¿Dónde está tomada la foto de los pájaros? Parecen bulbules y por el azul del bebedero debe ser Marruecos. No por ser pedantón, sino porque no estoy seguro.

Se va prescindiendo de las albercas, de los aljibes y de los pozos con cubo. Las fotos son todas preciosas y me acabo de enterar de que el 22 fue el día del agua.

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De flor en flor

Sobre el blog

“Sé de un lindero donde crece el tomillo silvestre, donde se mecen las violetas y las prímulas, tapizado por olorosas madreselvas, por fragantes rosas de almizcle y bellos escaramujos. Allí duerme Titania una parte de la noche, reclinada al arrullo de esas flores…”. W. Shakespeare: Sueño de una noche de verano.

Sobre la autora

Pilar Gómez-Centurión

. Cuando estudiaba periodismo nunca imaginé que terminaría metiéndome en un jardín. Pero como decía Robert Walser, era pobre y necesitaba una ocupación hermosa. Creo que todos los jardines, incluso los privados, forman parte del bien común. Y que una simple maceta en el alféizar de la ventana es tan admirable como el más espléndido vergel.

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