De flor en flor

Sobre el blog

“Sé de un lindero donde crece el tomillo silvestre, donde se mecen las violetas y las prímulas, tapizado por olorosas madreselvas, por fragantes rosas de almizcle y bellos escaramujos. Allí duerme Titania una parte de la noche, reclinada al arrullo de esas flores…”. W. Shakespeare: Sueño de una noche de verano.

Sobre la autora

Pilar Gómez-Centurión

. Cuando estudiaba periodismo nunca imaginé que terminaría metiéndome en un jardín. Pero como decía Robert Walser, era pobre y necesitaba una ocupación hermosa. Creo que todos los jardines, incluso los privados, forman parte del bien común. Y que una simple maceta en el alféizar de la ventana es tan admirable como el más espléndido vergel.

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Carnaval en el jardín

Por: | 06 de marzo de 2014

Lithops

Sé que estos días deberíamos hablar de los almendros, las mimosas, las olvidadísimas violetas –no los pensamientos, sino Viola odorata, mi favorita–, incluso del mucho trabajo que tenemos por delante. Ayer, mientras quitaba ramas secas aprovechando que el viento ha parado y el sol empieza ya a calentar, tuve la suerte de encontrar una solitaria mariquita y me pareció un augurio de lo más prometedor.

FlorPero como todavía estamos en carnaval, me he acordado de los lithops, esas plantas que se disfrazan de piedras, o más bien de guijarros porque son diminutas, y que mis hijos coleccionaron durante un tiempo.

Ahora es fácil encontrar algunas variedades en cualquier centro de jardinería. Para contemplarlas en su hábitat natural hay que viajar a Sudáfrica y el sur de Namibia. En esas regiones áridas de suelos entre arenosos y calcáreos, donde las lluvias se concentran en un corto periodo entre finales de primavera y principios de verano, y donde los pastos escasean, los lithops surgen entre las piedras mimetizados con ellas. Gracias a esta habilidad camaleónica han logrado sobrevivir, porque el ganado las devoraría en un abrir y cerrar de ojos de no ser por esa estrategia de camuflaje que han desarrollado.

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Tras los pasos de Le Nôtre

Por: | 31 de diciembre de 2013

Louvois

A lo largo de este año que termina Francia ha celebrado el cuarto centenario del nacimiento de André Le Nôtre, el artífice de Versalles. Un ilustre jardinero que supo llevar al paisaje los delirios de grandeza de Luis XIV consolidanto un nuevo estilo reconocible por su equilibrio y rigor.

Tullerías

Hijo y nieto de jardineros, Le Nôtre (1613-1700) nació y creció en las Tullerías. Y ha sido en este jardín donde el Louvre le ha dedicado una estupenda exposición al aire libre sobre el estilo que él llevó a su apogeo, recreando cada uno de los elementos compositivos, desde los grandes ejes de perspectiva, al color de las celosías o las técnicas de poda, en un excelente alarde divulgativo apoyado con textos en castellano e inglés.

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También Versallle ha desplegado una intensa actividad con visitas guiadas, simposios, encuentros y conferencias. Y yo, que pensaba seguirlo todo a través de Internet, he tenido la oportunidad de celebrar esta efeméride de una forma distinta y privilegiada.

Louvois vista aérea

Gracias a la confabulación de dos buenas amigas, María Jesús Puebla y Anne-Laure Domenichini, pude descubrir a principios de otoño un lenôtre inédito conservado entre los viñedos de Champagne. Uno de los jardines más hermosos que he conocido y que ha borrado de un plumazo todos mis prejuicios sobre el alambicado clasicismo francés. Porque cuando uno está acostumbrado a la placentera intimidad del patio romano o el riad musulmán, Versalles, la unidad de medida de los grandes jardines, se ve como un desmesurado escenario teatral. "Un artificio político para entretener y dejar muda a la corte", según el duque de Saint-Simon.

Louvois 2

Pero en el parque de Louvois las dimensiones son otras y no resultan abrumadoras. Como ocurre con la buena arquitectura, el tiempo ha jugado a su favor conservando lo esencial y recubriéndolo de una pátina invisible de dignidad resistente. Lo superfluo ha desaparecido, pero el trazado permanece intacto con toda la solidez cartesiana del estilo Grand Siècle.  

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Un jardín de autor anónimo hasta que hace bien poco la familia Nonancourt propietaria del dominio de Louvois y de la prestigiosa bodega Laurent-Perrier, decidió que sería interesante conocer más a fondo su historia. No es raro que muchos profesionales del mundo del vino se sientan cada vez más atraídos por la jardinería. Se trata al fin y al cabo, de dos actividades muy próximas que alcanzan su madurez con la feliz alianza entre el tiempo y una buena tierra bien trabajada.

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El proyecto de investigación, sobre el terreno y los archivos, que está realizando la Escuela Superior de Arquitectura de Versalles bajo la dirección de Pierre Bonnaure y Georges Farhat, aún no ha terminado, pero  se han localizado los planos originales del jardín, conservados en el Museo nacional de Estocolmo, lo que ha permitido despejar dudas y confirmar la autoría de Le Nòtre.  

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Hay jardines efímeros que desaparecen con las estaciones y jardines firmemente aasentados en el espíritu del lugar a los que el tiempo mima como a un buen vino. Y es emocionante descubrir que su trazado esencial permanece intacto y que bajo la nueva vegetación siguen brotando tejos centenarios. Caminar bajo las disciplinadas alineaciones de tilos y olmos que desembocan en pleno campo. Comprobar el juego engañoso de las perspectivas. Y comprender por fin la equilibrada armonía de su rigor cartesiano que como tantas veces se ha dicho, imprime en el paisaje la admirable lógica de la razón.

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Asaltar los cielos

Por: | 18 de diciembre de 2013

 Felicité et Perpétue

R. 'Félicité et Perpétue' (Jacques, 1827).

Manda la tradición que a partir de san Nicolás, o sea del 6 de diciembre, ya se pueden plantar los rosales. Y como ha dejado de helar, sería un buen momento para hacerlo.

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R. 'Erinnerung an Brod' (Geschwind, 1886).

Lo complicado con las rosas no es tanto plantarlas sino elegirlas. Decidir entre miles de variedades posibles, implica siempre durísimas renuncias. Mucho más ahora que es tan fácil comprarlas a través de Internet. 

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R. banksiae lutea

Puedo pasarme tardes enteras saltando de un catálogo a otro: Kordes, HarknessGuillot, Meilland, Ferrer, Austin, Louis Lens, André Eve. Lamentablemente, Peter Beales murió a principios de año, pero sus hijos Amanda y Richard han tomado el relevo.

Paul´s Himalayan Musk

R. 'Paul's Himalayan Musk' (Paul, 1916).

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Mi flor de invierno

Por: | 06 de diciembre de 2013

Navideño

Acaba de empezar diciembre y ya tengo empacho de Poinsettia. Imagino que no soy la única. No es culpa de la Flor de Pascua, ni de sus brácteas rojas que tanto juego dan en los escaparates. Es, sencillamente, una cuestión de sobredosis. Como continúen clonándola a este ritmo van a conseguir que la aborrezcamos.

Amaryllis Picotee

Amaryllis 'Picotee'.

Por eso propongo una alternativa. Se llama amaryllis (Hippeastrum), una flor despampanante que nunca pondría en un parterre, pero que planto otoño tras otoño dentro de casa. En pleno invierno, el amaryllis no resulta ostentoso, parece como si acabará de salir de un cuadro antiguo, y sea cual sea su color, es el contrapunto perfecto para un día gris. 

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La alquimia del oro verde

Por: | 29 de noviembre de 2013

Comp

Dicen que la tierra de cultivo perfecta no existe. Seguramente es cierto, pero existe un sustrato que se le parece mucho. Se llama compost y se elabora en casa con los desechos del jardín y la cocina.

Estos residuos vegetales, apilados al aire libre, se transforman con el tiempo en una tierra esponjosa y oscura, rica en humus, que nutre el suelo y mejora su estructura, haciéndolo más fertil y fácil de trabajar. El punto de partida de la horticultura biológica.

 Otoño 01

Foto Chris Elwell

Aunque el frío ralentiza el proceso de fermentación que convierte la materia vegetal en compost, el otoño es un buen momento para emprenderlo, ya que la caída de la hoja y las tareas de poda y limpieza del jardín que se llevan a  cabo estos meses, proporcionan abundante materia prima. La clave está en no confundir la pila de compost con un cubo de basura. Es muy importante que todos los desechos –salvo la cáscara de huevo que sí está permitida– sean de origen vegetal: hojas secas, ramas, restos de hierba –ricos en nitrógeno–, flores marchitas, restos de frutas y verduras, posos de té y de café, tierra vieja de macetas; también se puede incorporar papel, cartón y madera, pero siempre en pequeñas cantidades y previamente desmenuzados. La ceniza de leña, es muy útil porque neutraliza la acidez; no la de carbón, que resulta excesivamente alcalina. 

Compost

Tradicionalmente el compost se apila al aire libre en una especie de cajón improvisado con maderas viejas o tela de gallinero. Pero en los jardines pequeños es preferible hacerlo en un compostador hermético. Hay ya muchísimos modelos, la mayoría de plástico reciclado.

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Mini-compost

Una vez amontonados los residuos, la acción conjunta del nitrógeno y los microorganismos del suelo se ponen en marcha el proceso. La alta temperatura que se alcanza en esta primera fase, unos setenta grados centígrados, destruye los gérmenes y semillas que pudieran existir. En las semanas siguientes el contenido de la pila comienza a oscurecerse y su volumen disminuye.

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Compost. 05

Aunque los responsables de esta alquimia son una serie bacterias y hongos microscópicos, siempre es conveniente echarles una mano. Se trata básicamente de elegir el lugar adecuado, seleccionar lo que se añade y proporcionarles un cierto grado de humedad, como el de una esponja escurrida. Si el tiempo es muy seco, un riego ligero, de vez en cuando.

  Compost_1

El emplazamiento ideal es un rincón sombreado y de fácil acceso, disimulado tras un seto de hoja perenne.Los restos se trocean antes de añadirlos. Una vez al mes conviene remover para que la fermentación alcance a todas las capas por igual y no sólo a las del centro. Es también una forma de airear la pila y acelerar un proceso que suele prolongarse entre tres y seis meses.

 Compost 02

El producto final, es un sustrato de textura esponjosa y color oscuro, con un alto porcentaje de humus. Los horticultores lo llaman oro verde porque transforma el suelo. Utilizado como abono, lo enriquece de una forma equilibrada, sin peligro de sobredosis, proporcionándole nutrientes básicos y microorganismos que aseguran su fertilidad. Pero lo bueno del compost es que además corregir carencias, mejora su estructura. Su textura porosa ablanda los más pesados facilitando la aireación, y esponja las tierras ligeras permitiéndoles retener la humedad. Las plantas desarrollan raíces más fuertes y profundas lo que repercute en una mayor resistencia frente a la sequía y las enfermedades.

 

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Lo que nunca debe añadirse a una pila de compost

  • Restos de carne, pescado, huesos, espinas, excrementos de animales. Además de producir mal olor, tardan en descomponerse y pueden atraer roedores.
  • Cenizas de carbón que debido a su alta alcalinidad entorpecerían el proceso.
  • Papel impreso en color, debido a los productos químicos de las tintas.
  • Piedras, cristal, plástico, fibras sintéticas, metales, detergentes y productos químicos.

Un insigne jardín de papel

Por: | 15 de noviembre de 2013

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Podría llamarlo libro, cuaderno, agenda o diario, porque la mitad de las casi 800 páginas de The Flower Garden están en blanco y se corresponden con cada uno de los días del año, de cualquier año; la otra mitad reproduce las 367 láminas del Hortus Eystettensis, la obra más importante del Barroco dedicada a la ilustración botánica. En cualquier caso, es un espléndido jardín de papel que llega dispuesto a hacerse un sitio entre nuestros cachivaches electrónicos.                                                                                           

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El ciclamen ya está aquí

Por: | 16 de octubre de 2013

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Pues sí, existe una Cyclamen Society. Eso significa que no es una planta del montón, que tiene admiradores por todo el mundo y tan entusiastas como para desplazarse a cientos de kilómetros con tal de observar de cerca alguna especie rara y dispuestos a hacer nuevos amigos compartiendo experiencias ciclamíneas. También a mí me encanta el ciclamen, aunque yo, de momento, voy por libre.

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Alguien se equivocó al colocarle la etiqueta de planta de interior, porque cualquiera puede comprobar que nada le sienta tan mal como la atmósfera reseca de una habitación bien caldeada. Se puede tener dentro de casa, por supuesto, pero siempre preferirá el aire libre. Y como no es una especie tropical ni particularmente delicada, aunque parezca de porcelana, cuando la calefacción es muy fuerte está mucho mejor fuera.

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Cyclamen coum

El ciclamen es una de esas exquisiteces vegetales que esconde el sotobosque mediterráneo. Crece en terrenos rocosos y semiáridos, protegido del sol por el leve claroscuro de las ramas y bien alimentado con el humus de las hojas muertas. Forma un selecto género de apenas diecinueve especies dispersas por un área geográfica bastante restringida. Para conocer su procedencia basta con fijarse en sus nombres: Cyclamen balearicum, craeticum, cilicium, rhodense, libanoticum, caucasicum, persicum, somalense, africanum, cyprium, graecum…

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C. hederifolium

 …Y C. neapolitanum que es mi preferido. Ahora se llama C. hederifolium; apenas levanta un palmo del suelo, tiene flores muy pequeñas, ligeramente perfumadas y hojas más tardías que recuerdan a las de la hiedra. Lo descubrí un otoño en Kew Gardens donde parecía una interminable alfombra rosada. Y es que bajo los árboles, crece a su anchas, se naturaliza y año tras año va ganando terreno. No es el césped la solución única para cubrir el suelo.

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Otoño holandés

Por: | 02 de octubre de 2013

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Estanque de trazado mixtilíneo con borde de ladrillo, rodeado de césped y esferas de boj recortado marcando las esquinas. En la cabecera, un barreño de zinc donde todavía hay azucenas.

Espero que os guste comenzar el otoño junto a los canales de Amsterdam en un silencioso jardín casi secreto, lleno de buenas e inspiradoras ideas.

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Deberes para septiembre

Por: | 12 de septiembre de 2013

Septiembre

Mes de cosechas y de largos atardeceres, de temperaturas en descenso y lluvias inesperadas que esponjan la tierra, de transición entre la temporada que termina y la que está a punto de comenzar, septiembre es el mejor momento de levantar o reparar infraestructuras, corregir las deficiencias del suelo, establecer y recortar setos, multiplicar arbustos, renovar las flores de temporada, sembrar el césped, o mejor aún, sustituirlo por algo más sostenible.

 El suelo

Conocer la estructura del suelo y su grado de acidez o alcalinidad es muy útil no sólo para elegir las plantas adecuadas, también a la hora de planificar infraestructuras básicas como el sistema de riego, por ejemplo. No existe el suelo ideal, lo bueno es que cuando se conocen las características y carencias de la tierra se pueden compensar. Los suelos arenosos son ligeros y fáciles de trabajar, tienen muy buen drenaje y se calientan enseguida pero son incapaces de retener los nutrientes y necesitan aportes frecuentes de materia orgánica. Los arcillosos son compactos y difíciles de trabajar. Retienen bien el agua y los nutrientes, pero tienden a encharcarse y resultan pegajosos cuando están húmedos y duros como piedras cuando se secan. Para mejorarlos hay que añadir arena y materia orgánica descompuesta. Los suelos calizos apenas cuentan con una fina capa de tierra que recubre la roca. Drenan muy bien y se calientan enseguida, pero suelen ser pobres y alcalinos. La turba además de neutralizar el exceso de cal, contribuye a esponjarlos. Son suelos que necesitan también aportes períodicos de materia orgánica.   

Los setos

Seto

No sólo sirven para cerrar la parcela sino que constituyen el mejor recurso para estructurar el jardín ya sea separando zonas, creando recintos o acotando parterres. Estas paredes vegetales se forman con arbustos de hoja perenne como tejo, boj, aligustre, durillo, acebo, Lonicera nitida, Prunus laurocesasus, mirto o ciprés. Para la plantación se recomienda cavar una zanja de un metro de anchura y 50 centímetros de profundidad y añadir a la tierra algún tipo de abono orgánico. Para mantener una línea recta se tiende una cuerda de extremo a extremo y se señalan con cañas los puntos de plantación. La separación variará entre 30 y 60 centímetros, según la especie elegida y la altura definitiva del seto. Al comprar, es preferible que las plantas tengan menos de 60 cm, y no sólo porque son más baratas sino porque arraigarán antes y tendrán un desarrollo más compacto. Para estimular la ramificación, una vez plantadas, se recorta un tercio de su altura total y se mantiene la tierra ligeramente húmeda.

Poda seto

Es también el momento de podar setos ya establecidos, imprescindible tanto para mantener la forma como para que no se debiliten. El recorte piramidal, más ancho en la base, permite que la luz y la lluvia llegue a las ramas más bajas.  

Los arbustos

Un buen número de arbustos como ceanothus, choisya, hortensia, laurel, pittosporum, viburnos o adelfas se pueden multiplicar ahora mediante esquejes semileñosos de tallo. Es particularmente útil hacerlo con plantas como el boj o el tejo, de crecimiento lento, para tener siempre algunos pies en reserva. Los esquejes deben tener unos 10 centímetros de longitud y se obtienen de los brotes laterales. Hay que suprimir las hojas inferiores y espolvorear este extremo con hormonas de enraizamiento. A continuación se introducen en una cajonera con una mezcla de arena y turba que habrá que mantener ligeramente húmeda, a media sombra y protegida del frio. Una vez que empiezen a brotar y aparezcan hojas nuevas se transplantarán a pequeñas macetas individuales.  

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Esqueje de adelfa (Nerium oleander).

 Las flores

Dalias, azucenas, nardos, gladiolos, crisantemos, aster, nicotiana, sedum, phlox, anémonas continuarán floreciendo buena parte del otoño. Los agapantos se siguen regando hasta que los tallos se sequen, luego se cortan a ras del suelo. También es buena época para dividir los lirios de bulbo y las matas de crocosmia que hayan dejado de florecer. De cara a la primavera se puede ir sembrando anuales y bienales semirresistentes y rústicas: nigella, amapola, mimulus, nomeolvides, alhelíes, lino, centaurea, lobelia... La ventaja de hacerlo ahora es que se obtienen floraciones tempranas y más largas. 

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Anémona de hoja de vid (Anemona vitifolia) es junto al jazmín y las uvas referencia inequívoca del mes de septiembre.

 

Palmeras

Por: | 30 de agosto de 2013

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Coccothrinax argentea. Taschen, Köln/Universitäts und Landesbibliothek Bonn.

No quería acabar el verano sin hablar de las palmeras, pero tampoco terminaba de encontrar imágenes que me gustaran. Hay fotos espectaculares, sin duda, pero la mayoría parecen sacadas de un cartel publicitario. Por suerte, gracias a Lola Huete Machado que me ha pasado enlace, acabo de descubrir un libro estupendo, Historia natural de las palmeras de Carl Friedrich Philipp von Martius (1794-1868), editado por Taschen, que me viene como anillo al dedo.

La obra de Von Martius, que fue director del Jardín Botánico y profesor de la Universidad de Munich, publicada entre 1823 y 1853, reúne todos los conocimientos que se tenían entonces sobre las arecáceas tomando como punto de partida el trabajo de campo de la expedición que el propio Martius y el zoólogo Johann Baptist von Spix habían realizado años antes a través de la cuenca del Amazonas, la región del mundo más rica en palmeras.

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Livistona inermis. Tascheb, Köln/Universitäts und Landesbibliothek Bonn.

¿Quién diría que tras la tópica estampa de la playa desierta salpicada de cocoteros hay una familia botánica con ochenta millones de años? Una familia primitiva y a la vez compleja, con dos mil quinientas especies repartidas por los cinco continentes, que crecen en los desiertos pero también en los húmedos bosques tropicales y sobre los acantilados rocosos. 

A pesar de su aspecto arborescente las palmeras no son árboles. En la nomenclatura botánica forman un grupo aparte, más próximo a las hierbas que a las plantas leñosas. Tampoco tienen tronco, sino un tallo medular o fibroso denominado estípite que en algunos casos puede alcanzar cuarenta metros de altura y hasta un metro de diámetro. De ellas se obtienen frutos, fibras, azúcar, miel, harina, alcohol, medicamentos y una peculiar materia prima llamada tagua o marfil vegetal. 

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Livistona inermis. Taschen, Köln/Universitäts und Landesbibliothek Bonn.

Aunque la mayoría de crecen en los trópicos, la historia del mundo mediterráneo está ligada a dos especies: el palmito (Chamaerops humilis) y la palmera datilera a la que los griegos dieron el sugerente nombre de Fénix (Phoenix datylifera). Compañera inseparable de las tribus del desierto, cultivada en Mesopotamia, sacralizada en Grecia, propagada por los fenicios, nos proporciona sombra, materias primas y un alimento excepcionalmente energético: el dátil. Quizá por ello pronto rebasó su interés utilitario para convertirse en símbolo. Emblema de Troya y de la isla de Delos, la evocadora silueta de la palmera se ha filtrado en el paisaje urbano, en la arquitectura, la pintura, las artes decorativas, el diseño industrial, la publicidad. Está presente en las tumbas egipcias, en los relatos de Homero, en la iconografía cristiana, ha dado nombre a ciudades y permance grabada en nuestro inconsciente como uno de los más hermosos iconos del paraíso.

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 Mural de la tumba de Nébamon, Tebas, hacia 1400 a.C. British Museum, Londres.

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Alfombra de principios del siglo XVIII, Pakistán. Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

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 Casa del té en el parque del palacio de Sanssouci, Postdam, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990.

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Interior de la iglesia de San Nicolás en Leipzig, remodelado por el arquitecto Johann Carl Friedrich Dauthe en 1794.

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John Nash, Brighton Royal Pavilion (1823), Gran Bretaña. 

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Antoni Gaudí, reja con hojas de palmito. Parque Güell, Barcelona.

Joan Miró

 Joan Miró, La casa de la palmera, 1918. Museo Reina Sofía, Madrid.

 Serge Roche oie 1934

Mesa del diseñador Serge Roche, 1934.

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Broche clip Palmera, Cartier, 1957.

 Jardin de Atocha

Rafael Moneo, jardín tropical de la estación de Atocha, Madrid.

 Isla palmera

Archipiélago artificial Palm Islands de Jan de Nul y Van Oord, en Dubái, Emiratos Árabes. 

 H.Hoddkin

 Howard Hodgkin, Night Palm, 1990 (grabado). Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

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Iván Juárez, Tejido de luz, celosía vegetal de hojas de palmera. Itaparica, Brasil.

Cocktails

Letrero fluorescente.

 Bar's Open

Y otro.






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