Defensora del Lector

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La figura del Defensor del Lector fue creada por la Dirección de EL PAIS para garantizar los derechos de los lectores, atender a sus dudas, quejas y sugerencias sobre los contenidos del periódico, así como para vigilar que el tratamiento de las informaciones es acorde con las reglas éticas y profesionales del periodismo. Puede intervenir a instancia de cualquier lector o por iniciativa propia.
Principios éticos del diario EL PAÍS

Defensora del lector

Lola Galán

se incorporó a la plantilla de EL PAÍS en 1982, tras una etapa como colaboradora del diario. Ha sido redactora de las secciones de España y Sociedad, y reportera de la sección Domingo. Entre 1994 y 2003 ha ocupado las corresponsalías de Londres y Roma. En los últimos años ha trabajado para los suplementos del fin de semana, incluida la revista cultural Babelia. Madrileña, estudió Filosofía en la Universidad Complutense y Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.

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Las cifras de una protesta

Por: | 24 de abril de 2013

Dos lectores me han remitido sendos mensajes señalando que en la crónica sobre la junta de accionistas de Endesa se cifra en medio centenar el número de trabajadores que protestaban por el bloqueo del convenio. Los remitentes coinciden en la cifra de mil. Uno de ellos comenta que el diario “ha explicado decenas de veces los métodos que utiliza para calcular los asistentes a manifestaciones multitudinarias, pero debe ser más difícil hacer el cálculo cuando uno se encuentra con un grupo de unas mil personas. O es que quizá el autor de la información tuvo que seguir la junta de accionistas por el plasma, como un grupo de accionistas minoritarios”. El lector comenta que se cortó la emisión de la junta cuando intervinieron los secretarios generales de CC.OO y UGT. Efe cifró en cientos de trabajadores el número de participantes y Europa Press, en más de 250.

Miguel Ángel Noceda, autor de la crónica,  admite el error. “En efecto, había bastante más gente que el medio centenar que, erróneamente, digo en mi crónica. Por un lapsus imperdonable puse centenar cuando mi intención era poner millar. Lo lamento de verdad. En cuanto a la interrupción de las intervenciones de los responsables de los sindicatos, he de decir que no era conocedor de ellas porque yo estaba en la sala principal donde les escuché en directo”. 

Los lectores nos corrigen (5)

Por: | 19 de abril de 2013

Nombre de pila. Eva Neisser escribe desde Canadá: “En el artículo sobre Margaret Thatcher de Ian McEwan (14-04-13,) la traductora opta por nombre de pila en lugar de nombre a secas. Los que no han pasado por la pila de bautizo, solo tienen nombres y apellidos. Es hora de dejar la pila de lado".

Aznar, González y Thatcher. En un texto de la edición impresa titulado “Margallo irá al funeral de Thatcher con Aznar y González” se afirma que "la llamada Dama de Hierro dirigió el Gobierno británico entre 1979 y 1990, por lo que coincidió con los mandatos de González y Aznar". Un lector destaca que "Aznar llegó al poder en 1996 por lo que poco coincidió en su mandato con la Dama de Hierro”.
 
 Doméstico. Ricardo Sevilla critica el uso, por mi parte, del término “doméstico” en el sentido de nacional o interior. “Me ha parecido muy interesante, por el tema que aborda, su artículo "Políticos escondidos", pero ¿por qué hace referencia a un "[...] resquicio para interrogar al presidente español sobre los problemas domésticos?" Y comenta con ironía: "¿A alguien le interesa saber si al señor Rajoy se le ha estropeado el lavavajillas? (…) ¿Por qué no nacionales o del país o internos?". El lector recuerda "que el añorado Lázaro Carreter le dedicó uno de sus dardos a este uso de 'doméstico'”. Es un anglicismo emplear el término en el sentido de ‘nacional’ o ‘interior’.

 Porcentajes. Joaquín Ruiz se sorprendió por el título de la edición impresa “El Íbex, a un 89 % de su cota máxima”.  Y se preguntaba: ¿Está tan alto? ¿Únicamente le falta un 11% para alcanzar su cota máxima?. Sin embargo, el texto de la información explicaba que el selectivo de la Bolsa española, por puntos, tiene prácticamente la mitad que cuando marcó su récord histórico seis años atrás, y alcanzó, en noviembre de 2007, los 15.945 enteros. El salto porcentual que debería dar el Íbex para llegar a los momentos de apogeo sería de casi el 90%. “En concreto, el selectivo español aterrizó ayer en los 8.423 puntos. Es decir, que le separan de su máximo 7.522 puntos todavía. Tendría que subir un 89% para volver a su cota dorada del 8 de noviembre de 2007”. En la edición digital  el titular fue más preciso.

 Hacer la peineta. Alfonso Vázquez, desde Málaga, comprueba que el diario se ha sumado al error que cometió hace unos años el seleccionador de fútbol Luis Aragonés, quien en una rueda de prensa se refirió al término "hacer la peineta", cuando en realidad quería hablar de "hacer la peseta".  “Escucho en la Ser y leo en EL PAÍS que Luis Bárcenas dedicó a los periodistas una "peineta", expresión que sólo existe en la mente del Sabio de Hortaleza. La expresión correcta, "hacer la peseta", está tomada de una de las columnas de Hércules que adornaba las 'pesetas columnarias' de cinco reales de vellón acuñadas en América. Es una pena que EL PAÍS difunda esta expresión futbolera, nacida de una metedura de pata, y arrincone el dicho correcto, más que centenario”.
 
Como se explica en Fundéu, Hacer la peineta no cuenta con tradición escrita en castellano hasta la irrupción del lexicógrafo Aragonés y de los periodistas que lo fijaron en los diarios. “Al mostrar el dedo corazón extendido, “se expresa alguna burla infamante”. (…) No hay que confundirlo con hacer una higa, pues, en este caso, se saca la punta del pulgar por entre el índice y el dedo corazón con el fin de ahuyentar algún maleficio o con el de provocar (...), como enseña José María Iribarren en su prodigioso El porqué de los dichos”.

 Goles deportivos. Carta de Mariano de la Banda: “Leo en elpais.com, un titular en que se habla de “la ascendencia” de Cristiano Ronaldo. Después, el texto comienza con este párrafo: “Si el liderazgo de un futbolista se mide desde la ascendencia que tiene en los partidos, el suyo es ahora incuestionable”. Cuando veo las transmisiones por televisión de los partidos del Real Madrid, me resulta evidente –y así lo destacan los comentaristas- que la ascendencia y también la descendencia de Cristiano Ronaldo –su señora madre y su hijo- ocupan un palco privado hacia el que Cristiano hace el gesto de dedicarles el gol que acaba de marcar. Supongo que a lo que quiere referirse el redactor del titular y el texto del título que le he copiado arriba es al “ascendiente” del gran futbolista sobre los compañeros y sobre la marcha del juego, que no hay que confundir con “ascendencia”, asunto familiar, ni con “ascendente”, que es cosa de subir y no de influir. Recuerdo que hace años me sacó de este error que yo solía cometer el formidable Diccionario de dudas del gramático Sr. Seco. Desde entonces, procuro no reincidir en el fallo”.
 Por otra parte, otro lector, Pedro Ramos,  reseña que en un artículo de deportes “aparece Kagawa, jugador del United, cuatro veces nombrado como Kawaga, a no ser que se refiera a otro jugador, cosa que dudo mucho”.
 
También acude a la edición impresa donde en un Vida&Artes del  3 de marzo. “Fashanau era nombrado en tres ocasiones, en una aparecía como Justin, en otra como Justine y en una más, en el pie de foto, como Justion. Robbie Rogers en el pie de foto (dos pies, dos erratas) perdía una b para pasar a ser Robie a secas. No contentos con ello, el baloncestista Tim Hardaway es nombrado como Hadaway. Defensor, esto es una pieza de fin de semana, no un suceso de actualidad que brota a última hora y que no se espera. Se supone escrito con reposo y con tiempo suficiente para una corrección buena (veo, por cierto, que en la web han subsanado algunos de los múltiples errores). El tema es bueno, periodísticamente interesante y bien labrado, pero todo pierde fuerza cuando está cuajado de incorrecciones”.

 Luz genital. Carmen Arenas se había propuesto tirar la toalla ante la reiteración de erratas. Pero avisó ante una, particularmente llamativa. En el suplemento Madrid Sábado de 2 de marzo, en el reportaje en la página 12 del citado suplemento, “dicen ustedes que “su planta basilical ....   salas laterales con luz genital hace que ..... ".  En la edición digital el error fue corregido y aparece “luz cenital”.

Nacionalidad española

Por: | 11 de abril de 2013

 Una información sobre el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero publicado por el INE y un artículo analizando sus cifras han motivado el envío de dos cartas de otros tantos lectores sobre el uso de expresiones referidas a los españoles con doble nacionalidad que consideran discriminatorias. “En tiempos de crisis, los extranjeros son objeto de odios y recelos. En España el rechazo al inmigrante, planteado como plataforma electoral, ya ha sabido recoger votos en varias comunidades autónomas”, escribe Luis Pásara. El lector considera que se contribuye negativamente a aumentar o crear brechas cuando el autor del artículo crea la categoría  "ciudadanos extranjeros con doble nacionalidad". “Parecería que ahora quienes, habiendo nacido en otro país, hemos adquirido la nacionalidad española no somos españoles del todo”. El lector subraya que el INE usa la expresión “personas con nacionalidad española". Descartando un ánimo discriminatorio en el artículo, la persona que ha obtenido la nacionalidad española es español.

Por su parte, Dardo González comenta el artículo de Luis Garrido Medina, catedrático de Sociología en la UNED, analizando los citados datos. El lector “nota con asombro” que hace una clara diferenciación “entre lo que él denomina españoles y "españoles nacionalizados"".  “No entiendo esta discriminación puesto que en nuestra legislación no existe esta figura. Tal vez el Sr. Medina ha querido decir españoles de origen. Sin embargo, por lo que deja entrever en su artículo considera que aquellos que adquieren la nacionalidad española por las otras vías que permite la legislación, y no solo por ser hijos de españoles, son algo así como "no españoles" que no deben ser contados para las estadísticas”.
“Al ser una columna de opinión entiendo que el diario no es responsable de las opiniones del columnista”, prosigue. Sin embargo, considera que el artículo alberga “ algo que se parece mucho a la discriminación, su periódico, que leemos españoles en todos los países del mundo, debe controlar los contenidos que siembren este tipo de ideas y alienten animadversión hacia otros españoles que han tenido el privilegio de querer se españoles de forma consciente, han sido aceptados y en muchos casos han dado su vida por una concepción de España plural”.

Remití la carta al autor del artículo. Me ha hecho llegar la siguiente respuesta: “A la España de los tres últimos quinquenios ha llegado una inmigración muy numerosa, y de las más variadas procedencias, que era, hasta entonces, un fenómeno social desconocido en nuestro país. Su novedad, junto con la acumulación en un corto periodo —centrado en los años 2000-08—, ha hecho necesarias nuevas categorías analíticas que identificasen los distintos componentes de ese proceso. Uno de ellos ha sido la obtención de la nacionalidad española por un colectivo importante de esa inmigración. En paralelo, la Ley 52/2007 de la Memoria Histórica (de 26 de Diciembre de 2007) ha añadido un nuevo componente, al conceder la nacionalidad española a un colectivo diferente al de la inmigración.
Por último, la crisis de empleo ha cambiado los costes relativos de trabajar en el extranjero para los parados o los subempleados. Con ello se han intensificado dos tipos diferentes de salidas en busca de trabajo, la de los inmigrantes y la de los autóctonos. Para diferenciar estos dos grupos son necesarias categorías distintas. No se trata de conceptos jurídicos, sino sociológicos, porque no es lo mismo retornar al país de origen que abandonarlo.
Como —en España— muchos datos estadísticos hacen referencia preferente a la nacionalidad, a menudo se hace analíticamente necesario diferenciar según su lugar de nacimiento (como variable aproximada de su origen nacional) a los ciudadanos de nacionalidad española que salen de nuestro país para residir en el extranjero. El uso de estas divisiones conceptuales no tiene el más mínimo carácter discriminatorio sino que es una inexcusable necesidad científica para identificar procesos distintos, incluso biográficamente opuestos”.

El País

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