Defensora del Lector

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La figura del Defensor del Lector fue creada por la Dirección de EL PAIS para garantizar los derechos de los lectores, atender a sus dudas, quejas y sugerencias sobre los contenidos del periódico, así como para vigilar que el tratamiento de las informaciones es acorde con las reglas éticas y profesionales del periodismo. Puede intervenir a instancia de cualquier lector o por iniciativa propia.
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Defensora del lector

Lola Galán

se incorporó a la plantilla de EL PAÍS en 1982, tras una etapa como colaboradora del diario. Ha sido redactora de las secciones de España y Sociedad, y reportera de la sección Domingo. Entre 1994 y 2003 ha ocupado las corresponsalías de Londres y Roma. En los últimos años ha trabajado para los suplementos del fin de semana, incluida la revista cultural Babelia. Madrileña, estudió Filosofía en la Universidad Complutense y Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.

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Las amistades de Iniesta

Por: | 18 de octubre de 2013

Un párrafo en el reportaje Fuentealbilla, donde todo eran sueños ha merecido el reproche de una lectora, Isabel Tarazona, por el tratamiento informativo distinto que se da en el mismo a niños y niñas que compartieron la infancia de Iniesta.

El párrafo dice: “En Fuentealbilla, en el año 1984 nacieron 10 niñas —a tres las llamaron Isabel, al resto las bautizaron con los nombres de Juani, Encarnita, Maribel, María Ángeles, Bea, Mila y María Dolores— y solamente seis niños: Andrés Jiménez, que trabaja de mecánico de helicópteros, José Martín, al que llaman Pepiyo, un tipo fornido que tras una mala época anda rehaciendo su vida ya en paz con la justicia —y se casa el año que viene—, Vicente Fernández, que tiene un taller de motos y bicicletas en el pueblo, Miguel Villanueva, fontanero en paro, Juan Francisco García, Juanfran, hoy también parado, y un tal Andrés Iniesta, que a los 12 años hizo las maletas y se fue a vivir a Barcelona”.

La lectora encabeza su carta preguntándose “si el machismo subyace hasta en los artículos más aparentemente neutros de un periódico progresista como EL PAÍS, ¿qué esperanza podemos tener de un mundo igualitario!?”.

 Y prosigue destacando que el periodista “se limita a nombrar a las niñas, mientras que de los niños, además de nombrarlos, hace una breve reseña de los avatares de su vida, buena o mala, centrándose sobre todo en aspectos profesionales y personales. Sin que esta reseña por el contenido del artículo se justifique más que en un caso, el del amigo más cercano de Iniesta, en el que puede tener sentido que el periodista quiera dar a conocer algún detalle de su vida. Lo que no se nombra no existe. El artículo nos nombra reduciéndonos a diminutivos en la mayoría de los casos -cuando para ellos utiliza nombre, apellido y apodo familiar-, pero aún más llamativo es que no “nombra” la vida de las mujeres. Esta es inexistente y, por tanto, carente de interés para quien escribe y, de rebote, para quien lee. Francamente me asombra que el periodista no se haya dado cuenta del machismo que subyace en sus palabras”.

Y termina: “Por favor, en manos de las y los profesionales de la prensa está colaborar para hacer un mundo más justo, y este tipo de comentarios en los que subyace un machismo “no agresivo” a veces son mucho más perniciosos que aquellos que van directamente en contra de la dignidad de las mujeres, que de forma natural generan rechazo”.

El autor del reportaje, muy elaborado en otros aspectos, me ha comentado que no tuvo intención discriminatoria. Se centró en los niños porque el círculo de amistades infantiles de Iniesta con las que jugaba al fútbol era masculino y no obtuvo con quien habló datos más detallados sobre la actual situación profesional de todas las niñas citadas.

P.D. La lectora me ha comentado que no es una de las niñas mencionadas, como deduje de la carta.

Los lectores nos corrigen (8)

Por: | 02 de octubre de 2013

Aurora Dorada. Carlos Fuster Montagud comenta que “en menos de dos semanas he leído distintos artículos en los que, para referirse al partido neonazi griego, se le denomina: Amanecer Dorado, Aurora Dorada y Alba Dorada. Ya sé que son sinónimos, pero no veo seriedad en tal variedad de denominaciones”. Consulté a la periodista María Antonia Sánchez-Vallejo, que cubre la crisis griega y conoce el idioma. Me informó que la traducción del nombre griego de este partido es Aurora Dorada o Alba Dorada. No es Amanecer Dorado porque el griego tiene otra palabra para el término “amanecer”. Lo que ocurre es que las agencias anglosajonas han optado por la traducción Golden Dawn, uno de cuyos sentidos es “amanecer”,  y de ahí que en algunos textos se haya adoptado esta fórmula derivada de la versión en inglés que no es correcta.

Confesar. José María Gavira ha remitido dos documentados mensajes criticando el empleo de la palabra "confesar" en el sentido de “declarar o asegurar”. Y elabora una hipótesis sobre la persistencia de esta “epidemia”. “Hoy día nadie confiesa nada. El personaje moralmente corrupto que ha cometido las mayores y más evidentes abyecciones simplemente las niega. ¿Y cómo las niega? Haciendo declaraciones a la prensa (que no confesiones) y asegurando que es inocente. Así que como no confiesa, el verbo ha quedado desprovisto de su significado original, de su importancia semántica (fundamental en las personas de bien), y para los nuevos periodistas ha pasado a ser un sinónimo de “declarar” o “asegurar”. Por lo que voy viendo, a la larga lo incorporará la RAE como tal sinónimo o aceptará esa acepción. Y nos quedaremos sin verbo que manifieste el reconocimiento de lo que se ha hecho mal. Si seguimos por la línea que vamos, no nos hará falta ese verbo porque cada vez menos personas que hacen algo mal quieren reconocerlo”.

Severo. Luis de Luxán Meléndez advierte del uso impropio del término “severo” en el sentido de “grave”. “Me dirijo a usted de nuevo para poner mi granito de arena en un intento de velar por la corrección en el uso del castellano y, de paso, de no dejar que se degrade en este aspecto tan esencial nuestro periódico, permítame que me incluya en el posesivo. En este caso se trata de otro error lingüístico cada vez más común que conviene, nos dice la Academia, evitar. La muy oportuna carta al director firmada por Josep Robert Reig Miró, en la que se denuncia el gravísimo mal de la malnutrición infantil lleva como título: “Niños con severos (sic) problemas”. El autor, por otra parte, no emplea nunca tal expresión, por lo que parece que la han titulado así en la redacción. El adjetivo “severo” no es sinónimo de “grave” según la Academia, aunque lo usen muchos médicos con ese sentido, seguramente por influencia anglosajona. Sería conveniente no contribuir a la extensión de tal calco erróneo”. Y remite al Diccionario Panhispánico de Dudas donde puede consultarse el uso correcto del término. 

Errata publicitaria. Juan Carlos Gómez Soro escribe: “Supongo que, igual que para los artículos, existe alguna norma de estilo para los anuncios que se publican en el periódico. He observado este error (por otra parte relativamente frecuente y "enervante" en el habla vulgar) en un anuncio de la Royal Opera House: "Solamente una noche en un cine cerca suyo". Desde luego hace daño”.

2012. Dos lectores, Domingo Ochoa y Mari Carmen, me han señalado un error cometido por mí en el artículo publicado este domingo cuando se citan las críticas por la inclusión, en la Enciclopedia Británica, del topónimo Bay of Algeciras. No datan obviamente de 2112. Son de 2012. 

Traducción confusa. En el artículo Dilma Rousseff cancela su viaje oficial a Washington se reproduce una declaración de la Presidencia de la República que dice: “Teniendo en cuenta la proximidad de la programada visita de Estado a Washington- y en la ausencia de la tempestiva apuración de lo acontecido, con las correspondientes explicaciones- no existen las condiciones de la visita en la fecha anteriormente decidida”. Juan José Mendinueta subraya la frase “tempestiva apuración de lo acontecido”. “Debo reconocer que, no sin esfuerzo, alcanzo a ver un atisbo de significado de lo que la frase quiere decir. Esto no empaña la categoría cultural del autor que está fehacientemente contrastada a lo largo de su fecunda carrera periodística, pero deslustra la labor de revisión (…) Permítame parafrasear a Séneca: "Errare humanum est, ...". Ahora bien, a su periódico le podría corresponder la conclusión del "latinajo" que reza: "...sed perseverare diabolicum".

Insulto político. Una carta de un lector en El País Semanal incluía el siguiente párrafo: “al Gobierno que nos ha tocado por la imbecilidad de muchos votantes. Lo dijo el gran Einstein: “Solo hay dos cosas en el mundo que son infinitas, el universo y la imbecilidad humana, y de lo primero no estoy tan seguro”, y efectivamente, su frase es el fiel reflejo de la realidad”. Ello ha motivado la razonable queja de Antonio Arias ya que se alude de forma insultante a once millones de personas.

El País

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