El suicidio (no tan claro) de la hija del mafioso

Por: | 24 de abril de 2017

El sábado pasado una noticia trágica -“La hija de un mafioso se suicida al no acudir nadie a su graduación”-, se abrió paso en la portada de la edición digital de EL PAÍS. Enseguida ascendió en el listado de ‘Lo más visto’, hasta el punto de que el domingo por la mañana era la segunda noticia en ese privilegiado apartado. Uno de los muchos lectores que se interesaron por ella, Alessandro Gentile, no se conformó con los datos que ofrecía El PAÍS y acudió a la prensa italiana para descubrir importantes discrepancias entre la versión que ofrecía esta del suceso y la que daba este periódico.

Gentile, profesor de Sociología en la Universidad de Zaragoza, me ha alertado del caso en un correo en el que me plantea sus dudas sobre la información. “Vuestra corresponsal hace referencia al suicidio de la pobre María Rita Logiudice explicando que: ‘Antes de celebrar su fiesta de graduación por haber terminado la carrera de Económicas en la Università degli Studi Mediterranea de Reggio Calabria, confesó tanto a su novio como a sus amigos quién era su padre. A la fiesta no acudió nadie y  Maria Rita se tiró por el balcón de su casa, sin dejar ningún mensaje de despedida’. Leyendo la misma noticia en diversos artículos de la prensa italiana no he encontrado ninguna mención de este hecho (es decir ni de la fiesta, ni de que no acudió nadie y tampoco de la supuesta confesión de Maria Rita al novio y a los amigos acerca de su apellido  ‘incómodo’). Por eso me pregunto: ¿Estas informaciones han sido realmente comprobadas por vuestra periodista antes de ser publicadas?”.

El profesor Gentile, añade: “Como lector atento y completamente externo a los hechos, me llama la atención pensar que esta chica haya celebrado en abril de 2017 la graduación en Derecho que consiguió en octubre de 2016 (noticia que he encontrado en los periódicos italianos). Además en diversos artículos de periódicos italianos, nacionales y locales (de la Región Calabria de donde era originaria la protagonista) están las fotos de la fiesta de graduación donde Maria Rita aparece solar y sonriente, sin dejar pensar el trágico acontecimiento que iba a producirse…”

     Lo cierto es que el lector tiene toda la razón. Yo misma he comprobado en diversos diarios digitales italianos que no se relaciona el suicidio de María Rita, ocurrido la mañana del domingo 2 de abril, con la fiesta de su graduación que se celebró el pasado octubre, sin que las fotos del evento que se han publicado permitan concluir que no acudiera nadie a ella. Maria Rita había realizado no hace mucho un viaje de estudios con sus compañeros que la llevó a visitar diversas sedes de las instituciones europeas.

María Salas Oraá, autora de la noticia, -que se publicó en el blog Mundo global-, y colaboradora de EL PAÍS en Roma, reconoce que la información que firma contiene errores por los que pide disculpas, y me envía un correo en el que explica: “Efectivamente, la graduación se celebró en octubre de 2016. Aunque el suicidio, en abril de 2017, no llegó inmediatamente después de la graduación sí parece ser que aquella, según la investigación, fue un hecho determinante. En esa fecha, Maria Rita Logiudice se graduó en una laurea triennale —estudios universitarios de tres años— y al terminar estos estudios confesó a sus compañeros quién era su familia. Esta información fue publicada tanto por la televisión pública italiana, la RAI, como por varios diarios nacionales, y continúa disponible online. En concreto, la RAI explica: ‘Maria Rita había confesado a sus compañeros de curso ser la hija y sobrina de poderosos capos de la ‘Ndrangheta de Reggio Calabria. De aquí llegó el aislamiento, la marginación y la exclusión que le llevaron a quitarse la vida’".

Sentirse sola, excluida, marginada, puede llevar a una persona a tomar una decisión tan terrible como la que tomó María Rita, pero eso es una cosa y otra muy distinta es afirmar, como se hace en el titular y en el texto, que la joven se suicidó tras celebrar una fiesta de graduación a la que no acudió nadie. He preguntado a María Salas de dónde sacó el dato erróneo, ya que no figura tampoco en la prensa italiana que he consultado. Y esta es su respuesta:

“En el artículo contamos que nadie acudió a esta fiesta siguiendo la información del diario italiano Corriere della Sera. Sin embargo, esta información ha sido retirada de su web. Más allá del número de invitados a la fiesta de graduación, todos los testimonios apuntan a un aislamiento de la joven como desencadenante del suicidio y hablan del peso del apellido que tuvo que soportar. Así lo afirma el fiscal jefe de Reggio Calabria, Federico Cafiero de Raho, citado en el artículo: 'Maria Rita quedó aislada después de revelar quién era”, indicó Raho. Solo hablamos del suicidio cuando el fiscal sentencia que, ‘el aislamiento, la marginación y la exclusión llevaron a quitarse la vida’”.

Redactar una información para EL PAÍS apoyándose en los datos de un único diario digital, aunque se trate de Il Corriere della Sera, es sumamente arriesgado. Pero además, María Salas Oráa no ha procedido correctamente tampoco en este aspecto ya que no cita al Corriere en ningún párrafo de su información en la que, sin embargo, afirma rotundamente que la joven se suicidó al “no acudir nadie a su fiesta de graduación”, tomada de ese diario. Lo cierto es que la muerte de María Rita Logiudice es, a estas alturas de la investigación, un enigma, sin que las hipótesis sobre las causas de su supuesto suicidio sean otra cosa que eso, hipótesis.

Hay 2 Comentarios

Excelente! Cuando leo noticias intento contrastar las versiones y me sumo en un desencanto al constatar que muchas veces provienen de una fuente "madre". Gracias por el análisis. ¿Quién quiere la verdad?

Buen análisis de nuestra defensora (de los lectores). El periodismo está cayendo demasiado en la búsqueda del titular impactante a toda costa, incluso a costa del rigor de la noticia.

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Lola Galán

se incorporó a la plantilla de EL PAÍS en 1982, tras una etapa como colaboradora del diario. Ha sido redactora de las secciones de España y Sociedad, y reportera de la sección Domingo. Entre 1994 y 2003 ha ocupado las corresponsalías de Londres y Roma. En los últimos años ha trabajado para los suplementos del fin de semana, incluida la revista cultural Babelia. Madrileña, estudió Filosofía en la Universidad Complutense y Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.

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