Defendiendo el tabaco el Día Mundial sin Tabaco

“En España se perderán miles de empleos por la nueva ley antitabaco”. Este era el titular de la entrevista realizada a Alison Cooper, consejera delegada de Imperial Tobacco, la cuarta tabaquera del mundo. La entrevista y su titular han provocado algunas quejas a la Defensora de lectores que expresan su desacuerdo con el enfoque, algunos de ellos pública y profesionalmente involucrados en la lucha contra el tabaquismo. La entrevista se publicó en la sección de Economía y estaba hecha desde la óptica económica, como otras muchas que se publican en esa sección. Su objetivo era mostrar a los lectores la personalidad de la nueva directiva y los planteamientos estratégicos de la empresa. Pero dio la casualidad de que el día que se publicó era el Día Mundial sin Tabaco, una fecha patrocinada por la OMS para concienciar sobre los perniciosos efectos de este hábito en la salud de la población. Ninguna otra noticia sobre la lucha de la OMS contra el tabaquismo aparecía ese día en la sección en la que habitualmente se tratan estos temas, la de Sociedad, y esa coincidencia ha sido considerada de forma muy negativa por algunos lectores. La entrevista se publicó, por otra parte, en un momento especialmente significativo, pues el Gobierno ultimaba un proyecto legislativo destinado a endurecer la ley antitabaco y arreciaban las presiones sobre el Ministerio de Sanidad para que rebajara o retrasara la modificación que prevé prohibir fumar en todos los establecimientos públicos, incluidos los bares y restaurantes. En los días posteriores el diario publicó diversos artículos y noticias sobre el proyecto legislativo.

 

Julio César Fernández Marín es uno de los lectores que se dirigieron a la Defensora el mismo día en que se publicó la entrevista. Afirmaba que su “sorpresa inicial” se había ido transformando en “estupor para terminar en monumental enfado”, pues entendía que la entrevista a la directiva "de una empresa con una enorme responsabilidad en millones de muertes” obviaba cuestiones tan importantes como que la mortalidad de cáncer de pulmón en mujeres se ha duplicado en 10 años y no rebatía “ninguno de los datos ofrecidos por la entrevistada”, que según el lector eran falsos o estaban distorsionados. Fernández Marín consideraba una burla, y de ahí su enfado, publicar una entrevista de este tipo precisamente el Día Mundial sin Tabaco.

 

En parecidos términos se expresa Rodrigo Córdoba García, del Centro Nacional para la Prevención del Tabaquismo y destacado defensor de una regulación más estricta en contra del tabaquismo. “Como médico preocupado por los devastadores efectos del tabaco entre las personas de este país, quisiera manifestar mi extrañeza por algunos comportamientos de un periódico que tiene una línea editorial clara de apoyo a las medidas de control del tabaco, pero que la combina a veces con mensajes contradictorios. Me refiero a entrevistas con destacados miembros de la industria tabacalera (concretamente Imperial Tobacco, actual propietario de Altadis) en las que manifiestan sin ningún fundamento que la reforma de la ley del tabaco va a acarrear pérdidas en la hostelería”. Rodrigo Córdoba adjunta un documento de la Asociación de Economía de la Salud en el que se asegura que la hostelería no tendrá pérdidas de ningún tipo por una ley más restrictiva.

 

Finalmente, Rodrigo Córdoba lamenta que esa entrevista sea la única información que se publica en el Día Mundial sin Tabaco, “lo que contrasta con la evasiva de publicar artículos” enviados a El PAÍS para su publicación “en ese medio, por otra parte muy apreciado por todos nosotros”, dice.

 

Sobre esta cuestión en concreto, la Defensora ha de aclarar al señor Córdoba que el diario agradece todas las propuestas de artículos que le llegan, pero la decisión de publicarlos o no es una prerrogativa que corresponde estrictamente al director y a los responsables de la sección de Opinión. Estos responsables reciben a diario, por múltiples vías, una gran cantidad de propuestas espontáneas de artículos de opinión que obviamente no pueden publicarse. En todo caso, es una decisión discrecional de cualquier medio de comunicación decidir qué temas son oportunos en cada momento y con qué contenidos.

 

Por su parte, Ana Gelabert Campos considera que la publicación de la entrevista a Alison Cooper en la sección de Economía cuando el diario no hace ninguna otra referencia al Día Mundial sin Tabaco supone “echar sal a la herida” de una realidad, el tabaquismo, “que mata a 56.000 personas al año (el equivalente a que explotara cada día del año un Airbus 321 repleto de pasajeros en el aeropuerto de Barajas sin que hubiera supervivientes), y de ellas, 6.000 por causa del humo de otros”. Esta lectora recuerda que “el tabaco mata a más personas que la contaminación, las drogas, la inseguridad ciudadana, la violencia doméstica, los accidentes de tráfico, los accidentes domésticos y todas las enfermedades infectocontagiosas, desde el sida a la hepatitis, todo ello sumado”. El tabaco es responsable, además, del 95% de los cánceres de pulmón.

 

Finalmente, Joan Ramón Villalbí, experto en tabaquismo y presidente del Consejo Asesor de Tabaquismo del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, escribió a la Defensora una larga reprimenda por esta entrevista y también por un reportaje publicado el 31 de mayo titulado “La ley antitabaco de 2006 no logra reducir el porcentaje de fumadores”.

 

Respecto a la entrevista, Villalbí se queja de que “parezca un publirreportaje de Imperial Tobacco” y rebate la principal afirmación de la consejera delegada, aquella que precisamente da pie al titular: “Habla de lo bien que le va a la compañía y afirma sin pestañear que proteger a los camareros del humo costará miles de puestos de trabajo. Esto es totalmente falso. Ni pasó en 2006, aunque sí se predijo (el sector creció y ganó más dinero, como se ha demostrado en estudios solventes), ni pasó en otros países. Esta afirmación es un argumento falaz para defender los intereses económicos de Imperial Tobacco y no se sustenta en dato alguno. Y esto se produce en un momento sensible, de crisis económica, y ante una probable regulación favorable a la salud”. Lamenta que EL PAÍS publicara esa entrevista el Día Mundial sin Tabaco y en puertas de una posible regulación por ley de la prohibición de fumar en bares y restaurantes, una normativa “que la industria tabaquera combate a muerte, entre otras cosas generando falsas sensaciones de controversia para dificultar su aprobación parlamentaria”.

 

Respecto a la entrevista, el redactor jefe de Economía, Miguel Jiménez, rechaza de forma tajante que pueda ser interpretada como un publirreportaje: “Fue realizada por un periodista del periódico con un enfoque puramente profesional e informativo. Es injusto y hasta diría que insultante calificarla de ese modo porque no hayan gustado las preguntas y, especialmente, las respuestas”.

 

Miguel Jiménez añade: “Fue una coincidencia no buscada que saliese publicada el Día sin Tabaco. La escasez de espacio en la sección nos lleva a dejar la mayoría de las entrevistas para ser publicadas el domingo o el lunes, dado que la menor actividad económica del fin de semana suele dejar más margen de maniobra. Alison Cooper fue nombrada primera ejecutiva de Imperial Tobacco el mes pasado, era la primera entrevista que concedía y resultaba de interés hacérsela ahora. Su filial sigue siendo una de las principales empresas de España. Una vez hecha, la decisión de dejarla para el lunes fue nuestra (sin ser conscientes de que era el Día sin Tabaco) por las razones antes dichas. Trataré de recordarlo en el futuro”.

 

“Con respecto a la frase que ha originado la polémica", prosigue el redactor jefe, "creo que fue bien elegida para titular pues parece claro que es el punto que genera polémica. Desde luego, es una frase de Cooper, que el periódico no asume como propia por el hecho de titular con ella. Pero tampoco es algo que solo diga ella. Es la posición que sostiene también el sector de la hostelería y, más allá de estudios que hablan de numerosos cierres de pubs en Irlanda o de fuertes caídas de ventas en el Reino Unido (donde está la sede de Imperial) y de otros que refutan esas conclusiones, creo que es prematuro pretender saber cuál será el impacto de la ley en España. Así como en cuestiones de salud y del impacto del humo en los no fumadores el debate está cerrado, creo que desde el punto de vista económico las experiencias son escasas, las conclusiones de los estudios, contradictorias, y no tengo la impresión de que haya evidencia científica al respecto. Creo que es un ámbito en el que hay espacio para la opinión, más tratándose de hechos futuros. Y creo que tiene interés conocer la posición de las empresas al respecto, lo que no implica compartirla. Y tampoco digo que, en el caso de que la ley fuera a tener un impacto negativo, bastase con eso para no aprobarla. Quizá haya que aprobarla por motivos sanitarios, con independencia de que pueda afectar al sector de la hostelería”.

 

Villalbí critica también el reportaje titulado “La ley del tabaco de 2009 no logra reducir el porcentaje de fumadores”, basado en datos del último Eurobarómetro, una encuesta que “permite hacer estimaciones sencillas para la Unión Europea en su conjunto, pero es poco apropiada para valorar tendencias en cada país por separado”, pues la muestra es muy pequeña (1.000 personas) y presenta problemas de representatividad. Asimismo recalca que “la ley de 2005 iba dirigida a disminuir la exposición al humo ambiental y evitar la exposición de los menores a la publicidad, objetivos conseguidos con creces, con un descenso documentado de los infartos de miocardio, aunque estos beneficios no merecieran los honores de la primera página de los medios”. Villalbí señala que hay otras encuestas más fiables que el Eurobarómetro que indican un menor porcentaje de fumadores.

 

La información, firmada por Emilio de Benito, dejaba claro que se refería únicamente al Eurobarómetro, cuyo propósito era comparar las tasas de tabaquismo en los diferentes países. Ricardo de Querol, redactor jefe de Sociedad, considera que era pertinente hacer una información con esta encuesta pues, aunque el alcance de la muestra sea limitado, permite establecer comparaciones entre países. “Y precisamente decidimos llevarlo a portada porque de la encuesta se desprendía que la normativa española, más permisiva que la de otros países, no permite luchar con tanta eficacia contra el tabaquismo”.

 

Emilio de Benito subraya: “El titular dice que la ley no logra reducir, es decir, que marca la tendencia, algo que creo que sí se puede extrapolar sin problema de los datos de la encuesta. Ignoro si estos expertos manejan otras estadísticas recientes, pero no las han difundido, y en todo caso esa tendencia que señala el Eurobarómetro coincide con las dos últimas encuestas a las que he tenido acceso. Las han hecho el INE y Eurostat, dos fuentes fiables”. A propósito de los argumentos de los lectores, Emilio de Benito plantea una reflexión: “Si el porcentaje de fumadores hubiera bajado, aunque fuera una décima, ¿habríamos recibido quejas por publicar esa noticia? Seguramente no. O desde luego, no enviadas por los mismos autores. Según se desprende de la carta del señor Villalbí, lo que más molesta no es el uso de una estadística con mayor o menor margen de error, sino el hecho de que estos artículos, según dice, “son negativos para los procesos de prevención del tabaquismo”.

 

“Creo que es indiscutible", termina Emilio de Benito, "que el resultado de la encuesta es noticia, precisamente por el momento en que nos encontramos en España. Con una nueva ley antitabaco en trámite, es relevante destacar que la norma anterior ha demostrado que no sirve para reducir el tabaquismo. La propia ministra dijo días después que el descenso de un millón en el número de fumadores que se atribuyó a la ley de 2005 en su primer año se compensó los siguientes, y atribuyó este fenómeno a que la norma era demasiado permisiva con el consumo de tabaco en lugares de ocio”.

 

Como los lectores saben, la lucha contra el tabaquismo provoca no pocas resistencias por parte de quienes se lucran con este pernicioso hábito, por eso, la publicación de la entrevista a la máxima responsable de Imperial Tobacco precismente el Día Mundial sin Tabaco levantó suspicacias entre los lectores. Creo que se trata de una coincidencia lamentable, pero los lectores han de saber que en ningún caso intencionada. La existencia de días mundiales dedicados a sensibilizar a la población sobre determinadas cuestiones es una iniciativa loable de organismos públicos tan respetados como la OMS, pero los diarios no podemos considerarnos obligados a seguir siempre los dictados de una agenda que nos viene impuesta y que ha proliferado de tal modo que cada día es el día de algo.

 

Por otra parte, la posición de El País respecto del tabaquismo ha quedado claramente expresada en sus editoriales favorables a una regulación más estricta y a la pohibición de fumar en los lugares públicos, incluidos bares y restaurantes.