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03 jul 2011

Poner orden al caos

Por: Milagros Pérez Oliva

 

Marcos Velasco

 

Quisiera dirigirme a vosotros: los periodistas.

Y deseo hacerlo a titulo personal, no como participante (que soy) de la Asamblea de Boadilla del Monte (una de las muchas asambleas de barrio, que son la extensión de la principal en Sol). Y mucho menos pretendo erigirme como portavoz del movimiento 15-M. Una vez dicho esto, dar mi más sincero agradecimiento a aquellos profesionales, no solo de EL PAÍS, sino también de otros medios que han estado informando honestamente sobre todo lo relativo al 15-M. Haciendo una mención especial a Josep Lobera y a su equipo de Metroscopia, por su análisis profundo y objetivo del movimiento.

Desafortunadamente, no todos los medios fueron tan objetivos. Pero al final la verdad salió a la luz y dejó en evidencia a todos aquellos que nos tacharon de violentos.

Con respecto al debate que propone Milagros, debo decir que no todos los indignados tenemos la misma impresión sobre la prensa o al menos sobre todos los medios, a pesar de las alusiones repartidas a discreción (¡Manipuladores! Entre otras lindezas), dirigidas tanto a justos, como a pecadores.

Bien es cierto que hay una corriente dentro del 15-M con tal punto de indignación que arremete por igual contra todo lo establecido. Forma parte de ese enfado colectivo que provoca reacciones emocionales y no por esto menos justificadas, pero si desmedidas. Esta corriente desea un nuevo sistema. Una catarsis. Como el resurgimiento del ave Fénix. Pero mueren de idealismo y cuando tienen que exponer sus argumentos en asamblea no llegan a consenso.

Por otro lado hay una corriente mas moderada, que pretende aportar soluciones creativas a problemas que nos preocupan a la totalidad de la población. Y está formada por personas de distinto sexo, condición y de las edades mas variopintas. Con un afán constructivo, pero severo y exigente. Con el deseo de que esta sea la década en la que se imponga la transparencia y la honestidad, no porque de repente surja una moral que invada todo con su gracia, sino porque simplemente no salga rentable la opacidad y la mentira, porque la información no solo esta en manos de unos pocos, que puedan moldearla a su gusto.

En mi opinión estamos asistiendo a una verdadera “democratización de la información” gracias a Internet. No solo a las redes sociales sino a un uso cada vez más eficaz del networking y de plataformas 2.0, que permiten organizarse.

Nadie mejor que los profesionales de los medios, sabéis que el verdadero cambio está en la red, que permite formas de comunicación y difusión hasta ahora impensables. Con un poder de convocatoria que supera con mucho a lo que algunos podrían soñar. Esta es la verdadera revolución. Que no solo hará urgente el debate en vuestra profesión, sino también en muchas otras.

La responsabilidad de los profesionales de la información, en mi opinión, poner orden a todo ese caos. Y no olvidar los valores: honestidad, veracidad e independencia.

Mucha suerte.

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