Fernando Galdoni

Islamismo caribeño

Por: | 27 de julio de 2012

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Hace 22 años se produjo el primer y único, de momento, golpe de Estado integrista en América. Fue en Trinidad & Tobago y si hoy me acuerdo de este suceso es porque hace poco intenté hallar información sobre la comisión que hace más de un año se formó para investigar el caso y no hallé prácticamente nada. Siempre me ha llamado la atención que mientras la prensa local de Trinidad refleja el interés de la gente por saber cómo y por qué se fraguó el golpe, el estamento político no parece tan interesado en sacar todo a la luz. No hay nada más atractivo que una buena teoría de la conspiración.

El 27 de de julio, más de un centenar de miembros de Jamaat al Muslimeen (Asociación Musulmana) irrumpieron en el Parlamento y en la sede de la televisión pública. El grupo tomó a varios rehenes, entre ellos al primer ministro y miembros del gabinete. Las fuerzas armadas cercaron los edificios asaltados y, tras seis días de negociaciones, los islamistas depusieron las armas a cambio de una amnistía. El ataque y los disturbios que se desataron en la capital, Puerto de España, le costaron la vida a 24 personas y a la propiedad pública y privada decenas de millones de dólares en pérdidas.

Lo curioso de la JAM -o La Jamaat- es su enorme poder, sustentado sobre todo en el férreo apoyo de una de las minorías asentadas en las islas, los trinitarios de origen africano. Hay analistas que sugieren la fortaleza de la JAM sigue residiendo en el apoyo casi incondicional de las clases menos favorecidas, abrumadoramente representadas en Trinidad por los descendientes de esclavos. Otros expertos sugieren que, además, la JAM se ha convertido en un gran cartel de la droga que pasa por Trinidad hacia EEUU, suficientemente poderoso como para corromper e intimidar a quien quiera.

El origen del grupo se remonta a principios de los ochenta y fue inspirado por el movimiento Black Power de Estados Unidos. El fundador y líder del grupo, Yasin Abu Bakr, era policía y se llamaba Lenox Philip antes de abrazar la religión musulmana como muchos otros afroamericanos que identificaron la conversión al Islam con la libertad y la dignidad.En los años previos al golpe de Estado la JAM enarboló la bandera contra la corrupción, la injusticia social y la discriminación, y llevó a cabo una importante campaña para ganarse el apoyo de los barrios pobres de Puerto de España.

Aunque fuera de Trinidad el grupo no ha tenido lazos probados con grupos terroristas islamistas, sí tuvo una buena relación con la Libia de Gadafi en los ochenta y con el Sudán aun presidido por Omar al Bachir. Uno cuantos altos cargos de la JAM, incluido Abu Bakr, también hicieron migas con el presidente venezolano Hugo Chávez; pero al parecer solo como parte de la histórica cercanía que el movimiento trinitario ha profesado por los líderes no alineados y con un fuerte discurso anti-estadounidense. La última gran aparición de la JAM en la prensa internacional fue en junio de 2007, cuando se la vinculó con uno de los sospechosos detenidos por un supuesto plan para atentar contra el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.

Lo cierto es que la JAM, tanto desde su evolución desde el Black Power, pasando por el integrismo radical golpista, hasta una supuesta mutación como banda criminal; son un caso único de islamismo a la caribeña. Aunque el Gobierno ha avanzado en un plan para confiscar los bienes del movimiento para compensar las pérdidas económicas causadas por el golpe de Estado, los crímenes del grupo siguen impunes y ningún poder alternativo en Trinidad & Tobago parece dispuesto a cambiar esto.

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Sobre el autor

, argentino, nacido en el 68, jefe de la sección Internacional de El País y apasionado lector de historia y literatura iberoamericana.

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