1-Ni dentro ni fuera:
El mejor lugar de la casa es su umbral, lo que no queda ni dentro ni fuera: los porches, balcones, terrazas, galerías o grandes cristaleras que permiten vivir con lo mejor de cada lado: la protección interior y las vistas, la temperatura interior y la luz, los rayos de sol o el horizonte visual del exterior. La casa Fisher que Louis Kahn levantó en Hatboro (Pensilvania) entre 1960 y 1967 resume ejemplarmente esa idea que también trabajó Enric Miralles en el Parlamento escocés y que hoy se utiliza para tantas grandes infraestructuras museísticas, hospitalarias o de transportes fuera del ámbito doméstico.
2-Espacio único:
Tiene otros nombres: cocina americana, loft, espacio diáfano… pero de lo que se trata es de la forma más primitiva de vivienda: la que hacía convivir en un espacio único todos los usos y estancias. Eso tan antiguo es la casa flexible de hoy. La que es capaz de adaptarse a cada situación. Con un riguroso orden, el espacio único permite la perpetua suma de partes, es decir, la utilización de los metros cuadrados disponibles en todas las actividades domésticas al evitar compartimentar el espacio. El principal inconveniente es la falta de intimidad entre los ocupantes. La imposibilidad de aislamiento, para estudiar, leer, dormir… desaconseja esta solución drástica para grandes familias o para parejas no muy bien avenidas. Las cortinas, los biombos o gradaciones de esta solución amplían su potencial.
Apartamento en la costa del estudio de arquitectura barcelonés VilaBlanch
3-Muebles que desaparecen:
Más allá del doble uso del sofá-cama y el taburete-mesilla, los muebles plegables o camuflables (mesas y camas) se convierten en pared en esta vivienda ideada por Miguel Ángel Astiz a partir de la premisa "una vivienda pequeña no puede ser una vivienda grande encogida". A la japonesa, con el espacio siempre despejado, la vivienda se reorganiza según las necesidades de los usuarios. Eso permite disponer siempre de 30 metros cuadrados. Sin tener que compartimentarlos.
Un paso más en la idea de despejar los espacios lo constituyen las habitaciones que se convierten en pared al desaparecer tras una puerta corredera, como esta cocina ideada por el estudio VilaBlanch para un apartamento en la costa.
4-Dividir en sección, o aprovechar los metros cúbicos:
Adolf Loos lo llamaba Raumplan y el urbanismo lo llama derechos de aire, se trata de planes volumétricos que permiten aprovechar mejor las tres dimensiones espaciales. Este dormitorio altillo ideado por la cooperativa barcelonesa Lacol extrae una nueva estancia donde no parecía caber ninguna otra habitación. Lo hace apoyándola en un armario que divide el espacio original en dos.
5-La casa que te puedes permitir no es la que puedes pagar, es la que puedes cuidar:
La historia de la casa Tugendhat ya la ha contado este blog. La villa que Mies van der Rohe levantó Brno (República Checa) al tiempo que construía su pabellón en Barcelona fue un regalo familiar que terminó convertido en símbolo de un lujo moderno, con menos oropeles y mayor abstracción. El edificio fue requisado por el gobierno comunista checo y ante la famosa cristalera mecanizada desde la que los hijos Tugendhat veían la casa de sus generosos abuelos al pie de la colina se organizaron clases de gimnasia.
La casa fue también una escuela infantil. Y Daniela, una de las hijas, dedicó parte de su vida a recuperar el legado de sus padres que hoy pertenece al estado y se puede visitar.