Dentro de Vitrahaus

Por: | 29 de mayo de 2010

 
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Thomasine Wolfensberger, con minifalda, sobre gruesos y altos tacones y con un fenomenal bombo (está de siete meses) me enseña el proyecto. Es importante que sepan que la arquitecta jefe del edificio Vitrahaus firmado por el estudio Herzog & de Meuron está embarazada porque cuenta que la acaban de hacer socia. En lugar de preguntarle la razón, me delata mi doble condición de mujer española.
-¿Socia? ¿Embarazada?
-Claro que estoy embarazada. ¿No se me nota? –contesta tocándose las gafas.
Ella es suiza y, tal vez, no entiende que sorprenda que estando embarazada en lugar de quitársela de encima su empresa mejore sus condiciones. Así, le doy la enhorabuena y cambio la pregunta. Le pido que me explique por qué.


-Solucioné las circulaciones verticales de este proyecto. Y ellos quedaron contentos.
No es para menos. Para levantar el show room de muebles domésticos de Vitra, los arquitectos eligieron la forma más elemental de la arquitectura: una cubierta a dos aguas. Y la mostraron multiplicándola, alargándola y apilándola. Las viviendas amontonadas componen una monumental montaña poliédrica. Sin embargo, aunque las cubiertas, a última hora pintadas con asfalto negro en lugar del blanco original, se funden con la colina Tüllinger y aunque el edificio se asimila a las cubiertas de pizarra de las viviendas vecinas, a pesar de todo eso y a pesar de su escala, lo mejor de este espléndido edificio sucede dentro.
La extraña forma del inmueble no hace pagar un alto precio complicando los recorridos interiores. Todo lo contrario: se circula con fluidez por rampas, escaleras y salas que unen los pisos y descubren rincones insólitos. De la colección histórica de sillas a la acogedora cafetería donde hubo un concurso de caligrafía entre los empleados para decidir quién sería el encargado de escribir el menú diario en la pizarra.
Los extraordinarios espacios interiores mezclan recogimiento y amplitud, permiten que convivan intimidad y comunicación conjugando rincones de doble o triple altura con espacios abiertos. Las dos escalas de la convivencia actual (los lofts abiertos y las pequeñas estancias cerradas) están mejoradas en este inmueble dedicado a exponer la colección doméstica de Vitra.
A pesar de esa escala doble -de edificio representativo y doméstico a la vez- no es posible ponerle ninguna pega a este proyecto. Todo está pensado. Todo controlado. Todo acoge y sorprende a la vez: el pavimento, de roble acuchillado –“pocos clientes admitirían un pavimento así”, comenta Thomasine-,  los altavoces, ocultos tras las paredes agujereadas, el zócalo exterior de roble convertido en asiento para quienes esperan… Cerrando las estancias, los ventanales parecen levitar. ¿La razón? El forjado está separado del cristal formando un escalón que de lejos no se percibe. Ese peldaño permite sentarse a contemplar las vistas de la colina o las más lejanas de Basilea, a un puñado de kilómetros.  Por fuera, las ventanas con forma de casa convertidas en escaparates, parecen acercar, como enfocándola con zoom, la ciudad en la que conviven autores y cliente de este edificio.
Jacques Herzog y Pierre de Meuron, los hoy galácticos autores de la Tate Modern de Londres o del Estadio olímpico de Pekín con forma de nido, vivían de diseñar casas, las casas más sobresalientes del paisaje alpino, cuando Rolf Fehlbaum, el dueño de Vitra, comenzó a encargar edificios a proyectistas famosos. Así, Siza, Gehry, Ando o Zaha Hadid pasaron antes que ellos porque el empresario suizo quería que su empresa hablara un idioma ecléctico cosmopolita. Casi tres décadas después, conocido y reconocido como un excepcional productor de muebles, Fehlbaum decidió que había llegado el momento de volver a casa para hablarle al mundo desde Basilea. Fue entonces cuando llamó a sus reputados vecinos y amigos, que, naturalmente, ya no eran los mismos. Vitrahouse es un edificio levantado cuando ambos, cliente y arquitectos, tienen ya construida su reputación. Aunque ninguno lo haya conseguido solo. El ascenso de Thomasine, a sus 34 años, eso parece indicar.

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Hay 8 Comentarios

Anatxu, siempre se aprende leyendo tus artículos, comentarios de producto, terminales 1 ó 2 etc... me volvieron a dejar en la terminal equivocada....me gusta el Blog, enriquece.


Debe ser un lujazo de visita el nuevo VitraHaus...

Me encanta tu blog y me encanta leerte, ENHORABUENA!

Ya hacia tiempo que no leia textos de arquitectura, inaguantables, solo fotos y planos.
Has conseguido que vuelva a leer textos.
Gracias

Anatxu, felicidades por tu blog, no me había enganchado a ninguno, te sigo desde hace tiempo en EPS y tu crítica me atrae y me ayuda a crearme juicios propios.
Enhorabuena.
Diego Hernández (Monterrey, México).

Me encanta. Yo también tengo un VitraHaus particular... ;)

Cómo mola!!!
¿Lo alquilan para fiestas?

EL MEJOR BLOG DE ARQUITECTURA
enhorabuena, Anatxu

Supongo que irías a Vitra en tranvía desde Basel.
Gracias por interesarte por lo que escribo e incluirme en tu lista de blogs.
Si necesitas algo, ya sabes.

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Del tirador a la ciudad

Sobre el blog

Del tirador a la ciudad. Ése era para Mies van der Rohe el ámbito de su oficio. La arquitectura, como la sanidad o la educación, nos afecta a todos. Puede también fascinarnos. Como todo informador, me valdré de lo que creo saber. Trataré de no enmascarar lo que ignoro.

Sobre el autor

Anatxu Zabalbeascoa

La periodista e historiadora escribe sobre todas las escalas de la arquitectura y el diseño en El País y en libros como The New Spanish Architecture, Las casas del siglo, Minimalismos o Vidas construidas, biografías de arquitectos.

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