Una característica del legado romano de la ciudad de Mérida es que buena parte de sus edificios milenarios se mantienen en uso. Así los puentes y las cloacas, la vía comercial principal, el propio teatro y anfiteatro componen una ciudad que le habla de tú al pasado. Pero que, además de apropiárselo, también ha aprendido a respetar sus orígenes y a usar el usted. Algo así ha ocurrido con el mayor y mejor de sus edificios religiosos, el templo de Diana, que se conservó, y a la vez deterioró, al ser utilizado como Palacio del Conde de los Corbos hasta la época moderna, y que ahora se ha convertido en el centro de una nueva plaza pública no muy lejos del Museo de Arte Romano, para muchos la gran obra de Rafael Moneo.
¿Cómo recuperar para la vida cívica un templo levantado antes de Cristo? Fue el joven arquitecto extremeño José María Sánchez García quien ganó el concurso para adecuar el entorno del templo. Su propuesta, que se inauguró ayer, es un marco urbano, una cinta pétrea, un inmueble discreto de dos alturas y con forma de U, que esconde las medianeras y habla, desde su textura de cemento y arena, con el granito del podio del templo. El nuevo y discreto edificio lineal sigue la traza urbana del antiguo criptopórtico, ahora visitable, y así devuelve el aire al corazón de la antigua Emerita Augusta.
Apoyado sobre micropilotes, que evitan la cimentación invasiva en la zona arqueológica, el nuevo edificio ofrece un paseo porticado y terrazas abiertas al público para poder observar el templo desde diversas alturas y cercanías. Comercios y actividades culturales ocuparán los locales disponibles en este inmueble-marco que ha hecho “cicatrizar las medianeras”, en palabras del arquitecto, para recuperar la vida en torno al templo romano.
Frente al templo, la antigua “área sacra” con pavimento de tierra compactada –como de sitio arqueológico- queda separada del foro por el pavimento original, que allí, y frente a un graderío que permite observarlo, recupera el enlosado primitivo con una docena de losas originales.
Sánchez García optó por dejar vistas las capas de la historia acumuladas en el lugar. Así, más allá de recuperar el esplendor original, en la plaza puede leerse la huella de estructuras arqueológicas posteriores. No se trata de borrar nada sino de limpiar para verlo mejor. La idea, rescatar no solo edificios sino también espacios para la vida urbana sin perder la memoria, permite dar un salto en el tiempo. Hoy el foro de la antigua colonia romana recupera la imagen que tenía cuando fue construido. La ciudad ha ganado aire, memoria y un nuevo monumento para las visitas turísticas. Los ciudadanos, todo eso. Pero además, una plaza.
Hay 28 Comentarios
Otro zarpazo como el teatro de Sagunto.
Atentado contra el patrimonio
Silvestre, el arquitecto puede haber realizado una obra muy buena, pero no tiene ni idea de preservacion de patrimonio. Ah, y este MONUMENTAL ATENTADO, como siempre, lo pagamos todos.
Publicado por: Bohemio | 02/03/2011 9:32:21
estamos tontos o que, felicitar a un arquitecto por un atentado contra el patrimonio. y este se hace llamar extremeño, este lo que es un esquilmador. os acordais de la actuacion en el teatro romano de sagunto, pues eso. los ciudadanos de merida no aprobamos esta obra. y no la aprobamos porque no se nos ha consultado, porque incumple la ley de patrimonio, porque en verano a las 4 de la tarde no va a haber turista que aguante ahi; porque es un pelotazo politico; quereis mas motivos, pues visitar merida y ver la obrita.
Publicado por: no me toques el pito que me irrito | 02/03/2011 9:01:01
Buen proyecto y mucho rigor como todo lo que este joven arquitecto hace. Felicidades.
Publicado por: Silvestre Vivo | 02/03/2011 8:03:52